miércoles, 23 de marzo de 2011

El 10% de las personas que prueben el cannabis, serán dependientes, por ello la importancia de la prevención y percepción del riesgo.


El 10% de las personas que prueben el cannabis, serán dependientes; además, en un 25% de esos casos, la dependencia se establece en los primeros tres años de consumo. Según Teresa Orengo, médico de la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) El Grao, de Valencia y ponente en la jornada “Cannabis: Toda la verdad”, organizada por el Servicio de Psiquiatría del Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón, un gran problema relacionado con el cannabis es que la percepción de riesgo por parte de la población es muy baja. Muchos piensan que se trata de una droga blanda y que no pasa nada por consumir, pero la realidad es que los problemas de tipo psiquiátrico que pueden asociarse a su consumo son muy importantes.

El cannabis se ha convertido en la sustancia de consumo entre jóvenes y adolescentes que más ha crecido en los últimos años por lo que uno de los retos es acabar con la percepción o mito de que los adictos a cualquier sustancia son de muy difícil rescate "y no se recuperan nunca, pero tenemos un 30-40 por ciento de abstinencia. Estos resultados son similares a los de otras adicciones, pero también a los de otras enfermedades crónicas, como la diabetes o la hipertensión. En definitiva, es importante remarcar que las personas pueden dejar de consumir y llevar una vida normal".

Según Orengo, el campo donde hay que trabajar con más ahínco es el de los adolescentes, sobre todo porque se encuentra un poco abandonado. En su opinión, "se debe trabajar la prevención primaria en esa franja de edad, que es cuando, generalmente, entran en contacto con la sustancia y empiezan los primeros usos".

La especialista ha insistido en que" podemos ser más eficaces trabajando la percepción de riesgo en esa etapa, como se ha hecho, y muy bien, con el tabaco". Este abordaje podría realizarse en otras sustancias, como el alcohol. Una vía en este contexto es acercarse a los jóvenes a través de Internet y las nuevas tecnologías, además de acceder a sus centros educativos.

Respecto a los tratamientos habituales, el enfoque más importante es el psicológico: "hay evidencias serias y muy importantes de que la terapia cognitivo-conductual, la motivacional o la de incentivos, por ejemplo, son eficaces en el abordaje de la adicción al cannabis, siempre que sean desarrolladas por profesionales entrenados, como los psicólogos clínicos".

Desde un punto de vista farmacológico, "disponemos de menos estudios que nos señalen que existe una fármaco que sea eficaz y diana. Por ello, lo que se hace es un tratamiento sintomático, que ayuda a tratar los síntomas de la abstinencia y terapia psicológica".

Fuente:psiquiatria.com