jueves, 28 de marzo de 2013

¡Cuidado con los tranquilizantes!

El consumo de tranquilizantes y antidepresivos se ha disparado. En la mayoría de casos se toman bajo prescripción médica, pero los propios médicos están preocupados por las consecuencias de la generalización de unos medicamentos que son eficaces pero entrañan riesgos, sobre todo psicológicos.

Mónica llevaba año y medio en paro cuando la llamaron para una entrevista de trabajo. La angustia y dificultades pasadas durante esos meses se desbordaron y, de repente, se veía incapaz de ponerse delante de un entrevistador sin echarse a temblar. Solución: tomarse durante tres o cuatro días unas pastillas que según su amiga iban muy bien para tranquilizarse y que ella misma le cedió. Como Mónica, cuatro de cada diez españoles han recurrido en alguna ocasión a ansiolíticos, somníferos o antidepresivos, y tres de ellos lo han hecho en el último año.

Las cifras, extraídas de una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) a dos mil ciudadanos de entre 18 y 74 años, pone números a un fenómeno sobre el que desde algunos ámbitos médicos se viene alertando: la generalización –y frivolización, en palabras de algunos– del consumo de medicamentos relacionados con la ansiedad o el estrés. Según datos del Ministerio de Sanidad, los ansiolíticos son la droga más consumida después del tabaco y el alcohol, y por encima del cannabis: más de un 15% de las mujeres y el 7,6% de los hombres declaró haberlos consumido en el 2011 en la encuesta domiciliaria sobre alcohol y drogas en España (Edades). En el 2005, los porcentajes eran del 6,7% y el 3,5%, respectivamente.

Cabría pensar que este fuerte aumento tiene que ver con la crisis que vivimos, que está afectando a la salud mental de muchas personas (de ello hablábamos en el ES del pasado día 9). “En las situaciones de crisis es normal que las personas padezcan más ansiedad y que esta cause sufrimiento porque surgen riesgos no imaginados para muchos, como el miedo al paro, a que los familiares se vean afectados de forma grave, etcétera, y se acude al médico o a la farmacia a pedir alguna ayuda para superar esa angustia”, explica Santiago Cuéllar, jefe del departamento de acción profesional del Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España.

Sin embargo, son muchos los médicos que des­vinculan el alto consumo de ansiolíticos y antidepresivos de la actual situación económica y advierten que las cifras comenzaron a dispararse hace ya más de una década, en plena bonanza. De hecho, tanto las cifras de venta de los tranquilizantes y antidepresivos más utilizados que facilita la consultora IMS Health como las estadísticas de envases dispensados por la sanidad pública catalana evidencian que los mayores incrementos se produjeron antes de la crisis, con un significativo repunte el año 2010 y una cierta tendencia a la estabilización en los dos últimos años.

“El aumento escandaloso del consumo de estos fármacos tiene que ver con la evolución de la cultura occidental, cada vez más negadora de las emociones y las sensaciones; con el hecho de que los médicos no estamos suficientemente preparados ni tenemos recursos ni tiempo para abordar emociones como la tristeza, el miedo, la angustia o la fobia y lo resolvemos recetando medicamentos, y con el gran poder que posee la industria farmacéutica”, resume el presidente de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia, José Luis Marín.

También la presidenta de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, Eudoxia Gay, cree que el elevado consumo de tranquilizantes, somníferos y antidepresivos tiene que ver con que en nuestra sociedad “hay muy poca tolerancia a la frustración y la gente quiere soluciones rápidas a sus problemas y tira de fármacos en lugar de elaborar su ansiedad, de desarrollar mecanismos de defensa ante los problemas que les provocan esa angustia y de buscar formas de vida más sanas para disminuir la tensión y el estrés”. Enric Aragonés, responsable del grupo de salud mental de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SemFyc), comenta que la mayoría de problemas de ansiedad que plantean los pacientes que pasan por los centros de salud no son problemas médicos, sino sociales y económicos, y eso no debería medicarse. “Los médicos debemos contenernos, no medicalizar lo que no son situaciones patológicas, y ayudar al paciente a encontrar otras soluciones”.

La opinión generalizada entre los especialistas es que tratar de resolver los problemas laborales o familiares con psicofármacos “es pan para hoy y hambre para mañana”, y su consejo es recurrir a otras vías, como las psicoterapéuticas. “Lo primero que deberíamos hacer es normalizar las respuestas de tristeza y angustia ante determinadas situaciones, darles valor; y cuando algún amigo que se ha quedado sin trabajo o que pasa dificultades nos cuenta su angustia, no decirle que no se preocupe y que lo que ha de hacer es animarse, porque así le estamos incitando a disimular su estado; en vez de eso, hay que decirle que es normal que esté triste y preocupado, que ha de sobrellevarlo y tratar de aprovechar la situación para conocerse mejor, explorar sus recursos, ver qué puede hacer para encontrar otras oportunidades”, resume Marín. Gay explica que en lugar de tratar de acallar las angustias de forma inmediata con el recurso de las pastillas se trata de buscar otras formas sanas de liberar estrés o de introducir cambios en nuestra vida.

El psiquiatra David Clusa, jefe del servicio de salud mental de Sant Pere Claver Fundació Sanitaria, asegura que todos los médicos tienen claro, porque así lo indican todas las guías internacionales, que lo fundamental para abordar estos problemas son los tratamientos psicoterapéuticos y sólo en determinados casos combinarlos con tratamientos farmacológicos, pero siempre asociados a otras terapias. Y subraya que si no se hace así es “porque no tenemos ni presupuesto ni medios para atender con terapia a todas las personas que nos llegan, así que se les recetan fármacos” para que palien su problema. Pero tiene claro que esta situación tendrá consecuencias nada deseadas en el futuro. “Este aumento del consumo de tranquilizantes entraña un peligro grave porque algunas personas se van a convertir en dependientes de esa medicación”, alerta Clusa.

Tanto los médicos como los expertos en farmacología aseguran que los ansiolíticos y antidepresivos que hoy se comercializan son medicamentos bastante eficaces, de escaso riesgo toxicológico –“menos que los antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno”, enfatiza el doctor Marín–, pero con alto riesgo psicológico. “Mi gran preocupación por el uso que se está haciendo de estos fármacos no es el riesgo farmacológico sino que estamos terminando de redondear el círculo de negación de la emoción y convirtiendo emociones normales en enfermedad: la tristeza la convertimos en depresión, el miedo en angustia, la timidez en fobia social… Medicamos al paciente y, como con el fármaco se encuentra mejor, ya no quiere renunciar a él, desarrolla una dependencia afectiva, psicológica. Pero es normal y sano tener miedo o sentirse triste de vez en cuando”, reflexiona el presidente de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia.

Santiago Cuéllar, del Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España, explica que los ansiolíticos no deberían tomarse más allá de un mes o mes y medio en la mayoría de casos porque provocan problemas de tolerancia –cada vez son necesarias dosis mayores para obtener el mismo efecto– y de dependencia, sobre todo psicológica. “La persona quiere tomarlos para mantener un estado de relajación que no es real”, indica. El psiquiatra David Clusa advierte que las benzodiacepinas, los ansiolíticos que se utilizan actualmente, crean una adicción muy importante: “Si los tomas más de tres meses, cada vez es más difícil dejar de tomarlos, cada vez necesitas más cantidad para que te hagan efecto, y a la larga, con el paso de los años, dificultan la capacidad de memoria y de concentración”.

Las secuelas de los tranquilizantes no son sólo psicológicas. También las hay físicas. “Tanto el tratamiento como la retirada de los tranquilizantes se debe realizar siempre bajo supervisión médica, pues además de efectos secundarios como cierta confusión mental o mayor riesgo de caídas en personas mayores, si se interrumpe el tratamiento de forma brusca hay un efecto rebote que hace que la persona sienta mayor ansiedad”, advierte Antoni Gilabert, gerente de atención farmacéutica del Servei Català de la Salut. El tema de la confusión mental por la ingesta de benzodiacepinas no es baladí. De hecho, los médicos desaconsejan recurrir a estos tranquilizantes cuando el nerviosismo y la ansiedad están relacionados con un examen o cualquier prueba donde haya que ejercitar coordinación mental o corporal, pues no permiten pensar con claridad. Alertan también que si se combinan con bebidas alcohólicas se potencia su efecto y uno puede mostrarse tan desinhibido y torpe como si fuera borracho perdido, con dificultades de coordinación muscular que pueden acabar en tropiezos y caídas.

Los expertos explican también que las benzodiacepinas se utilizan como ansiolíticos en dosis bajas y como somníferos en dosis altas, y distinguen entre las de acción corta, con efectos que van entre dos y diez horas, y las de acción larga, que se eliminan más lentamente del organismo, de modo que su efecto puede durar entre doce y cien horas. Estas últimas tienen menos efectos secundarios al retirarse porque la lentitud con que se eliminan compensa la suspensión del tratamiento, mientras que las de acción corta provocan más efecto rebote de insomnio y ansiedad, reacciones de agresividad y algunos problemas de memoria si se suspenden bruscamente.

Por lo que respecta a los antidepresivos, Clusa explica que no tienen el problema de tolerancia de los ansiolíticos pero sí otras complicaciones. “Pueden provocar estados de euforia excesiva, un aumento de peso con los consiguientes problemas de salud asociados a la obesidad, como la diabetes, y tampoco es fácil dejar de tomarlos”, apunta. José Luis Marín lo ilustra con el ejemplo de una paciente que, tras unos meses tomando antidepresivos, decía que se sentía tan bien que no entendía cómo no se generalizaba su uso y ponían sus compuestos en el agua del grifo para consumo público. “Es difícil sacar el uso de psicofármacos del contexto de bienestar mágico en que vivimos en las sociedades occidentales del siglo XXI, donde lo que prima son las comodidades y las vías fáciles y rápidas para todo, desde el transporte hasta las soluciones a nuestros problemas”, reflexiona.

Eudoxia Gay, por su parte, alerta de que los antidepresivos que se recetan hoy día, los inhibidores selectivos de captación de serotonina, requieren mantener la dosis cierto tiempo (un mínimo de tres meses según algunos especialistas) para resultar efectivos, así que no sirve tomarlo de forma desorganizada cogiendo alguna pastilla de las recetadas a un amigo o un familiar. “De manera aislada no tienen efecto antidepresivo y sí pueden tener otros indeseados, como sensación de náusea o dolor de cabeza”, indica la presidenta de la Asociación Española de Neuropsiquiatría. Y añade que a largo plazo también tienen efectos sobre la líbido y sobre el apetito.

Aunque la venta de tranquilizantes y antidepresivos está controlada y sólo se realiza con receta, el 2% de quienes admitían haberlos consumido en el último año en la encuesta Edades decía haberlos conseguido sin prescripción médica. “Estos fármacos no son agua, además de sus posibles efectos secundarios tienen problemas de interacción con otros medicamentos, así que nadie debería tomarlos por su cuenta y, sobre todo, hay que advertir al médico o al farmacéutico que se están tomando para evitar posibles interacciones”, alerta Santiago Cuéllar.

¿Quién los toma?

El consumo de ansiolíticos y antidepresivos está más extendido entre las mujeres que entre los hombres y aumenta con la edad. Algunos estudios indican que el 24% de los mayores de 65 años toma algún psicofármaco. Según los especialistas, su ingesta es más frecuente entre mujeres con bajo nivel educativo y sin actividad laboral, entre personas separadas, viudas o divorciadas, y entre quienes viven en residencia.

¿Por qué los toman?

Según la encuesta realizada por la OCU, las razones que dan quienes los toman son principalmente las dificultades para conciliar el sueño, los problemas laborales, sucesos traumáticos y causas económicas. En más de la mitad de los casos es el médico de cabecera quien se los ha recomendado y recetado, y seis de cada diez dicen que no les han alertado del riesgo de dependencia.

Médicos, psiquiatras y psicólogos relacionan el fuerte incremento del consumo de ansiolíticos en la última década con:
- una sociedad con escasa tolerancia al fracaso
- una actividad laboral más exigente e insegura
- la falta de apoyos familiares y sociales
- las dificultades de convivencia y comunicación en el seno de muchas familias
-  la soledad

Los riesgos asociados

Los especialistas en salud mental explican que el uso de ansiolíticos y antidepresivos, con supervisión médica, es seguro y eficaz, aunque no está exento de efectos secundarios físicos y psicológicos que, si bien no siempre aparecen, conviene conocer.

Ansiolíticos

- Interfieren en la memoria y en el proceso cognitivo, pues pueden provocar somnolencia, sedación, sensación de cabeza vacía, desorientación y, en ocasiones, amnesia anterógrada, es decir, incapacidad para recordar a largo plazo lo ocurrido tras la ingesta.
- Alteran la capacidad de trabajo y de atención porque reducen la concentración, pueden provocar descoordinación de movimientos, alteraciones del humor y del estado de ánimo.
- Más riesgos de accidentes laborales y de tráfico por la pérdida de concentración, la debilidad muscular derivada de que muchos son relajantes musculares y la disminución de la rapidez de los reflejos.
- Provocan alteraciones digestivas: náuseas, diarreas, estreñimiento, sequedad de boca…
- Cambios en la libido y en ocasiones alteraciones del ciclo menstrual o de la erección.
- Alteraciones urinarias
- Mareos y dolores de cabeza
- Con menor frecuencia se asocian a ataques de ira, de rabia, alucinaciones o agitación intensa.
- Al suspender el tratamiento pueden producirse molestias intestinales, alteraciones de visión, hipotensión, cuadros de confusión, problemas para dormir o piel muy sensible al dolor, entre otros efectos.

Antidepresivos

-Fatiga o cansancio
- Insomnio
- Náuseas
- Mareo
- Boca seca
- Estreñimiento y dificultades para orinar
- Modificación del apetito, normalmente al alza, lo que se traduce en un aumento de peso
- Pérdida de la libido y disfunciones eréctiles
- Visión borrosa
- Ansiedad

Fuente:lavanguadia.com

martes, 26 de marzo de 2013

Estigma de la enfermedad mental

Las personas con trastornos mentales graves no son más violentas que las demás.


Como en el mito de Sísifo, las personas con enfermedad mental, sus familiares, los profesionales socio sanitarios y todas las personas implicadas en la salud mental empujamos cuesta arriba una pesada piedra, la del estigma y la discriminación que padecen estas personas desde buena parte de la sociedad. Tan pesada que está reconocida como una “segunda enfermedad” y como principal obstáculo para la recuperación. Pese a los progresos realizados en los últimos años en la concienciación social de este problema y en corregir falsas creencias, en ocasiones algún suceso puntual magnificado por medios de comunicación deshace nuestro trabajo, la piedra escapa de nuestras manos rodando con fuerza cuesta abajo y nos obliga a empezar de nuevo.

Hace unos días, un incidente en un unidad de hospitalización de Málaga en la que un interno ha agredido a otro ha sido utilizado por algún medio de comunicación para seguir extendiendo ideas erróneas sobre la enfermedad mental grave y perpetuando así el estigma. En concreto, una de las noticias, titulada “Un psicótico le arranca los ojos a otro enfermo en el Clínico”, estaba impregnada de la atmósfera de las películas de terror. Una tentación fácil a la hora de visualizar la enfermedad mental: dolor, sufrimiento, violencia, crimen, asesinato… Utilizar el morbo de estos titulares para llamar la atención del público supone una falta de ética profesional, responsabilidad, y agresión a los derechos de imagen del colectivo, que además están protegidos por una normativa al más alto nivel, y por tanto podrían ser objeto de denuncia legal.

La evidencia científica nos dice que las personas con trastornos mentales graves no son más violentas que las demás. Al contrario, suelen ser víctimas y no agresoras. Su enfermedad las convierte en objeto de desprecio, burla y violencia, una situación que no se da en otras patologías.

También hay que decir que otros medios han realizado el tratamiento correcto y esperado de profesionales informados y conscientes de la delicada situación que vivimos respecto a la imagen de la enfermedad mental: que un grupo de enfermedades que pueden afectar a una de cada cuatro personas a lo largo de su vida, lo que en la práctica afectaría a todas las familias, siga envuelta en un manto de ignorancia, prejuicios, miedo y desprecio.

Noticias con un tratamiento sensacionalista y basadas en justificar hechos violentos usando la enfermedad mental como detonante provocan un daño irreparable a personas, familiares y profesionales que día a día luchan contra el estigma al que les somete la sociedad y que relega su sufrimiento a un segundo plano. Tengan en cuenta que la información que recibe la sociedad sobre la enfermedad mental proviene casi exclusivamente de los medios de comunicación. Si se distorsiona de forma negativa, se ataca directamente a la propia concepción de la enfermedad que tienen las personas que la padecen, influyendo negativamente en su autoestima, la aceptación de la enfermedad o la posibilidad de buscar ayuda profesional. Y por supuesto, también les afecta, indirectamente, al reforzar las concepciones negativas que de la enfermedad mental tiene la sociedad.

Por todo ello, decimos Basta Ya de acercarse a la enfermedad mental con las ideas preconcebidas que han estigmatizado durante siglos a las personas con esas patologías y a sus familias. Pedimos que los medios de comunicación y de entretenimiento sean responsables y en todo caso se informen e informen sobre salud mental en los términos justos y objetivos: de la necesidad de la promoción de la salud mental de las personas como parte indivisible de su salud y bienestar y de los avances en el tratamiento y recuperación de las enfermedades mentales, que pueden afectar a cualquier persona. La pesada piedra del estigma de la enfermedad mental puede aplastarnos de forma individual, pero si la manejamos entre todos puede hacerse tan llevadera hasta que ni la percibamos y desaparezca.

Fuente:elpais.com

Cuando la relaciones sexuales se dan dentro de la prisión

Dice el artículo 25.2 de la Constitución Española que el fin de las personas internadas en prisión es la reeducación y la reinserción social. Pero a veces, y tal como aseguran algunos expertos, se da una contundente paradoja: se intenta reinsertar a alguien separándole, "privándole de otras necesidades básicas del ser humano, como son sus necesidades sociales, emocionales y sexuales, asociadas a su salud y necesarias para su futura reinserción, y que van más allá de la pena privativa de libertad en prisión".

Así, lo asegura a ELMUNDO.es Rodrigo J. Carcedo, profesor de la Universidad de Salamanca y uno de los autores del reciente estudio publicado en la revista 'The Spanish Journal of Psychology'. Este estudio, realizado también por otros investigadores de las universidades de Carolina del Norte (EEUU) y de la ya nombrada Universidad de Salamanca, tiene como conclusión que las necesidades sociales y sexuales son muy importantes para la salud psicológica de los presos.

Además, explica que otros estudios han comprobado que una buena salud psicológica se relaciona con a la mejora de la conducta del preso en prisión, del proceso de reinserción y con una reducción en la reincidencia en el delito. "Se ha comprobado que el simple castigo no mejora la consecución de los objetivos marcados por nuestra Constitución, para ello es necesario mejorar el funcionamiento integral de los presos y, en este sentido, las necesidades sociales, emocionales y sexuales han de ser tenidas muy en cuenta", señala Carcedo.

Eso sí, aclara rotundamente que es necesario tener en cuenta el perfil de cada preso, especialmente en el caso de delitos relacionados con la violencia de género y/o sexual. "No hemos de olvidar que estos internos no son representativos de la mayoría de los presos y presas en nuestro país", insiste.

En este estudio, tomando una muestra de entrevistas (55 hombres y 64 mujeres) realizadas en la cárcel de Topas en Salamanca, se demostró que niveles más bajos de soledad social y una mayor satisfacción sexual se asocian con una mejor calidad de vida para todos los presos.

Este resultado es coincidente con un estudio anterior realizado también por el equipo del Dr. Carcedo con una muestra algo superior (118 varones y 70 mujeres). Por otro lado, este grupo de investigadores ha encontrado que los niveles de satisfacción sexual son especialmente importantes para la salud psicológica y la calidad de vida de aquellos presos que no tienen pareja, en otras palabras, "para los que más sufren la falta de resolución de las necesidades sexuales", matiza el experto.

¿Parejas dentro de prisión?

La conformación de las prisiones europeas y de las españolas, explica este investigador, permite la posibilidad de iniciar relaciones de pareja entre presos y presas dentro de la misma prisión, puesto que la mayor parte de estos centros son mixtos. En España actualmente, enumera, la situación de las prisiones es la siguiente: hay tres centros penitenciarios exclusivamente de mujeres(Ávila, Madrid mujeres y Alcalá de Guadaira en Sevilla), 13 exclusivamente de varones y 44 mixtos. Además, la proporción de género es contundente: aproximadamente, hay un 92% presos hombres y un 8% mujeres.

Así, por ejemplo, una de las cárceles mixtas, la de Topas en Salamanca, tiene 13 módulos de varones y tan sólo uno de mujeres. Además, ésta fue una de las primeras prisiones en permitir las relaciones de parejas y sexuales entre ellos. "Cada uno vive en su módulo, pero pueden compartir ciertas actividades con personas del otro sexo e incluso iniciar una relación de pareja", expone. Cuando se prueba la estabilidad de la relación, los presos pueden tener acceso a las llamadas 'comunicaciones íntimas'. Ésta es, tal como asegura, una de las medidas que ayuda a mejorar el estado de las necesidades sexuales de los presos.

De este modo, uno de los estudios anteriores realizado por este grupo de investigadores, publicado en 2011, encontró que los presos y presas que tenían pareja dentro de la misma prisión presentaban menores niveles de soledad y mejores niveles de satisfacción, salud psicológica y calidad de vida de los que no tenían pareja o la tenían fuera de prisión. Es más, entre estos dos últimos grupos no había apenas diferencias. "Es muy difícil que una pareja fuera de prisión pueda ayudar a resolver ciertas necesidades, de forma similar a cuando la pareja está dentro, porque el contacto no es tan frecuente, debido a las dificultades existentes para acudir a las visitas a prisión", resalta. No obstante, insiste de nuevo que el acceso a estas 'comunicaciones íntimas' ha de ser estudiado para cada caso.

Por otro lado, Carcedo señala que estas relaciones podrían beneficiarse si pudieran seguir un proceso de asesoramiento sexual y de pareja. "Hemos de trabajar para que estas relaciones (tanto fuera como dentro de prisión) estén libres de riesgos asociados a la sexualidad. La educación y la promoción de la salud han de ser siempre la respuesta", afirma.

Línea de investigación e implicaciones prácticas

Esta línea de investigación se inició en el año 1999. La teoría de las necesidades interpersonales básicas del que fuera catedrático del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universidad de Salamanca y también otro de los autores de dicho estudio, Félix López, ha sido uno de los principales referentes de este trabajo. Desde el año 2005, estos trabajos se han publicado en revistas científicas internacionales de impacto como el 'International Journal of Offender Therapy and Comparative Criminology'.

Teniendo siempre en cuenta el perfil de cada caso concreto, especialmente relevantes son las tres implicaciones prácticas que se deducen de este último estudio. Una es que reducir la soledad social de los presos es una de las maneras de aumentar su salud psicológica y su calidad de vida. Una segunda es que permitir que los internos puedan mantener relaciones de pareja y sexuales con otros presos dentro de la misma prisión parece tener resultados positivos. Y finalmente, el hecho de permitir las relaciones sexuales y de pareja a los presos y presas que cumplen su condena en prisiones mixtas es beneficioso para su calidad de vida y salud psicológica.

Fuente:elmundo.es

domingo, 24 de marzo de 2013

Descubrir si soy adicto al sexo

Tener deseos intensos y frecuentes, no significa que seas una peronsa adicta al sexo.

La adicción al sexo es un comportamiento irrefrenable, repetitivo, con culpa y sensación de vacío una vez que se ha conseguido bajar la tensión sexual. Esta adicción sexual se manifiesta, a través de un patrón de descontrol en la conducta sexual.

Un portal dedicado a las mujeres, informa que algunas personalidades famosas han reconocido tener adicción al sexo: Michael Douglas, Charlie Sheen, Tiger Woods, Lindsay Lohan, Sharon Stone, Hugh Grant y George Michael.

Pero esto no es una enfermedad que está de moda, sino que se conoce más sobre sus síntomas y el sufrimiento que conlleva.

De acuerdo a las estadísticas, el 6 por ciento de la población sufre de esta adicción. De ese total, el 2% son mujeres.

Ellas son denominadas popularmente "ninfómanas". Las edades van de los 20 a los 45 años, que es la etapa de constantes cambios y mayor energía física y mental.
 
Todavía no se conocen las causas que provocan la adicción, aunque los estudios apuntan a desórdenes en los neurotransmisores y fundamentalmente factores emocionales: estrés, inseguridad personal, sentimiento de inferioridad, temores de ser humillados o avergonzados por los demás.
 
Estas personas adictas no pueden controlar el impulso que los lleva a tener sexo en forma urgente. La adicción debilita la estima, provoca más culpa y realimenta el circuito de la ansiedad.

De acuerdo a lo que informa el National Council of Sexual Addiction de Estados Unidos, el 40% de los pacientes pierden a su pareja, el 72% tienen ideas suicidas, el 17% ha intentado quitarse la vida, el 27% tiene problemas laborales, el 68% tiene probabilidades de contraer VIH, el 40% tiene embarazos no deseados y el 36% aborta.

Estas son algunas pistas para descubrir si sos adicto al sexo: tener impulsos o pensamientos sexuales perseverantes; necesidad imperiosa e irrefrenable de algún tipo de contacto sexual: masturbación, relaciones hétero u homosexuales, teléfono eróticos; sentimientos de culpa posterior; pérdida de tiempo e incapacidad para cumplir con sus actividades habituales; gastos desmedidos en pornografía, prostitución; problemas en sus relaciones amorosas y/o interpersonales; sentimientos encontrados: tentación versus represión.

No existen tratamientos específicos que logren curar esta adicción al sexo, aunque se puede controlar con terapias cognitivas, grupos de sexo adictos y fármacos que calmen los impulsos y la ansiedad.

Fuente:elintransigente.com

viernes, 22 de marzo de 2013

Los adictos invisibles o "esa gente que piensa que todo se lo va a curar una pastillita"

Antonio B. es abogado. Busca trabajo. Acaba de abandonar su empeño de sacarse las oposiciones a juez y se integra poco a poco, en una vida muy distinta a la que ha llevado en los últimos ocho años. No bebe ni fuma tabaco pero, dice con buen humor, “estoy lejos de estar limpio, los opositores nos drogamos bastante, no somos una excepción”. Según él “estar una serie de años estudiando con esa intensidad y con esa presión te desquicia. El que no lo vea, o es ciego, o no lo quiere ver. Por lo menos uno de cada tres de mis compañeros iba al psiquiatra. No al psicólogo, ojo, al psiquiatra. Es tan común que no llama la atención. Y en cuanto a automedicarse, aquello era el reino del lexatín. No te hablo ya de un examen, que es un momento de tal tensión que yo entiendo que la gente –aunque en público lo nieguen– se tome lo que sea. Yo conozco a gente que lo tomaba para estudiar, a diario”.

“El lexatín, tomado en dos o tres dosis a diario puede provocar adicción en unos dos meses”, nos indica F.M., farmacéutico en un pueblo del sur de la provincia de Madrid. “Cuando lo dejas hay que hacerlo de manera progresiva, aunque eso mucha gente no lo sabe”.

Pero no era lo único. “Es bastante habitual que se tomen fármacos que son para combatir el trastorno de déficit de atención, se tenga o no ese trastorno“, dice Antonio. Se trata –preguntamos- de los únicos medicamentos adquiribles en farmacias que a día de hoy contienen anfetamina como el Rubifén (que tienen como principio activo el metilfenidato). “Pues estamos de vuelta a mi época”, comentará después Lisa, la madre de Antonio, ya jubilada y no carente de humor: “yo me hinché de anfetas en la carrera, era muy habitual”.

Pero hay más: “tampoco es raro que se consuman algunos fármacos que son para paliar efectos del alzhéimer. A mi me recetó mi psiquiatra –sí, yo también tenía uno- una cosa que se llamaba Ciclofalina, pero al final pasé después de un par de veces, no me gustó la sensación. De todas maneras, yo ya conocía ese medicamento. De mis épocas en la ‘uni’, hace ya años. No lo había probado, pero corría por allí”.

La Ciclofalina –dice el prospecto– es “es una sustancia nootrópica, sin efectos sedantes o psicoestimulantes, indicada para el tratamiento de trastornos de la atención y de la memoria, dificultades en la actividad cotidiana y de adaptación al entorno, que acompañan a los estados de deterioro mental debido a una enfermedad cerebral degenerativa relacionada con la edad”. También es uno de los elementos con los que se corta a veces la cocaína.

¿Hay alguna diferencia entre el drogota antisocial y el yonqui de farmacia? Sí la hay, de algún modo. Según Felipe, un comercial madrileño de 40 años al que el trabajo le va milagrosamente bien y que se fuma su “canuto” de las tardes religiosamente, “hay una hipocresía mortal con lo de las drogas. Además, hace mucho que sabemos que lo que te cura te mata si te pasas en la dosis, ¿no? El entorno y la intención separan lo ilegal de lo ilegal, y eso no debería ser así. Si te pones hasta arriba de droga de farmacia, es normal, el chaval es muy estudioso. Pero si te fumas un canuto de hierba y te echas unas risas con los colegas, ten cuidado, maldito drogadicto. Creo que es tan claro que no vale la pena explicarlo. El juez puesto de pastillas juzgará mi inocuo y natural colocón…”.

El Iceberg

Miguel del Nogal es psicólogo y ha trabajado con adictos a las drogas durante 10 años en un centro. Hablando de esas drogas más estigmatizadas –cocaína y heroína sobre todo- opina que “hace mucho que se superó el tópico de que el drogadicto es sólo el yonqui que se pincha y que vive en la calle, es cosa de los ochenta”, aunque reconoce que de cuando en cuando “aún viene alguien que se mete dos gramos de cocaína por la nariz al día y te dice ‘yo no soy uno de esos yonquis, ¿eh?’”.

Sin embargo, aunque el drogadicto clásico se haya convertido en una categoría integradora y aunque todo el mundo sepa ya que el consumo no es una cuestión de clases (aunque la calidad de la droga pueda serlo), reconoce que el consumo sin control de fármacos y sustancias potencialmente perjudiciales, el mapa del abuso farmacológico en España, es “como un iceberg”. Pocos parecen advertir la enorme masa del problema que yace en las aguas tranquilas de la sociedad, aunque, como él mismo dice, las mecánicas de una adicción son siempre las mismas: “Todas las drogas enganchan y los procesos de enganche son similares, pero el objetivo con el que se toman es distinto”. A veces ese objetivo marca como ven ese consumo los demás y como lo ve el propio consumidor. “En general”, comenta Del Nogal, “todo el mundo intenta integrar su consumo dentro de una normalidad, justificarlo, negar una adicción".

Afirma, en todo caso, que “hay una gran presencia y consumo de psicofármacos, es decir, de fármacos que alteran el funcionamiento mental y por tanto el comportamiento, antidepresivos, ansiolíticos, hipnóticos… A veces los médicos de atención primaria abren la mano demasiado; si se trata de una depresión o una esquizofrenia se lo pensarán más, pero… Hace falta un mayor seguimiento de estos fármacos. Están muy presentes y hay un mercado negro establecido. Se venden en los mismos poblados donde se compra heroína y cocaína. Vamos, te ofrecen a gritos los tranquilizantes. Provienen de los mismos tratamientos a los drogodependientes. Se los dan y ellos comercian con ellos. Los peligros del abuso de estas sustancias a largo plazo son previsibles: la tolerancia progresiva y el síndrome de abstinencia.

Fuente:elconfidencial.com

jueves, 21 de marzo de 2013

A más edad, mayores son los problemas con el juego

Un estudio sobre la ludopatía realizado por investigadores españoles demostró que existe una relación entre la edad y el juego patológico. Según la investigación, a mayor edad, se generan más problemas relacionados con el juego de azar.

En la investigación realizada por Susana Jiménez Murcia del Hospital Universitario de Bellvitge en España y sus colegas, se examinó el efecto de la edad en los resultados clínicos de 2.309 pacientes que buscan tratamiento para la adicción al juego.

El estudio publicado en el Journal of Gambling Studies, demostró que los pacientes más jóvenes, habían estado jugando por períodos más cortos que los adultos de mediana edad, o aún mayores. Asimismo, la edad media de inicio del trastorno del juego fue significativamente menor entre los pacientes más jóvenes, que entre las personas de mediana edad o grupos mayores, lo que sugiere que la gente joven se inició temprano en el juego.

Curiosamente, las mujeres parecían comenzar a jugar a edades más avanzadas que los hombres.

De acuerdo con los investigadores, para tratar con éxito el juego patológico, es necesario intervenir en una etapa temprana.

Los participantes del estudio completaron una serie de cuestionarios diseñados para diagnosticar la ludopatía e identificar sus síntomas.

Los investigadores también evaluaron la personalidad de los pacientes y los resultados clínicos, como la presencia de cualquier trastorno físico o psiquiátrico actual, presencia de pensamientos y conductas suicidas, y el número de tratamientos previos.

Los autores concluyen que "nuestros resultados indican que existe una relación entre la edad y el juego patológico: a mayor edad del paciente, más relación con los juegos de azar. La intervención temprana del paciente con problemas en la compleja problemática que es el juego patológico, es esencial para el éxito del tratamiento".

Fuente:eldiario.deljuego.com.ar

viernes, 15 de marzo de 2013

Al 16% de los españoles se les olvida comer por el uso de internet

La región de Murcia, con un 65%, es la autonomía española con más adictos a internet, mientras que en el extremo opuesto se sitúa el País Vasco, con el 41,9%. Un 16,6% de los españoles afirma que su adicción a internet es tan fuerte que se les olvida comer y más de la mitad, un 51,1%, llega a olvidar las tareas que estaban haciendo previamente.

Esta es una de las conclusiones de un estudio sobre el grado de adicción de los españoles a la red, que ha dado lugar a la creación de la Organización de Ayuda a los Adictos de Internet (OAAI), a iniciativa de la filial española de Opel, apoyada en el "espíritu inconformista" que transmite su modelo crossover urbano Mokka.

Ahondando en esta dependencia de la red de buen número de españoles, más de la mitad de los consultados se consideran adictos a la red y un 35,1 % reconoce que no podría desconectarse de las navegaciones, por lo menos, en una semana.

No obstante, un 26,5 % considera necesario someterse a una terapia específica para desengancharse o amortiguar esta adicción.

El informe expone también que el tiempo medio que los españoles pasan conectados a internet es de 5,5 horas diarias, y en este tiempo los hombres optan por la navegación en general la lectura de información.

Mientras que las mujeres prefieren la lectura de correos electrónicos y los contactos a través de las redes sociales.

En el análisis por comunidades autónomas, Murcia es la que cuenta con más adictos a la red (65 %), frente a los vascos que se colocan en el lado opuesto (49,1 %).

Otro rasgo del estudio es que son los castellano-manchegos los españoles a los que menos afecta en su productividad el uso de internet, en tanto que los gallegos, vascos, canarios y catalanes los que desconectan ante otras actividades como estar con amigos, hacer deporte o ver la televisión.

Los valencianos y aragoneses son los más proclives a las redes sociales, en contraposición a castellano-leoneses y castellano-manchegos.

Galicia es la única comunidad de España donde la gran mayoría de la población se declara dispuesta a pasar un día entero sin conectarse a internet.

Opel, a través del "espíritu inconformista del Mokka", propone "volver a la vida real y olvidarse de una vida digital" y vivir el mundo más que contarlo.

Fuente:larazon.es

Más de la mitad de los españoles se consideran adictos a internet

Con el fin de aprender a usar la red de forma inteligente, se ha puesto en marcha la Organización de Ayuda a los Adictos a Internet.

Internet, los dispositivos móviles inteligentes y las redes sociales se han convertido en el eje de la vida de muchos españoles. El primer estudio realizado sobre la adicción de los españoles a internet refleja que más de la mitad de los españoles lo padecen.

Los datos reflejan que el tiempo medio que pasamos conectados activamente a la red es de cinco horas y media al día, llegando a tener más relación con los amigos a través de internet que en persona, informa Vnews.

Para poner fin a esta adicción, nace la Organización de Ayuda a los Adictos a Internet, que pretende devolver a la población el uso de la red de forma inteligente. Para ello proponen un modelo de terapia exprés para desengancharse de internet alternando posturas de yoga, relajaciones y contacto con varios elementos de la naturaleza, entre otras.

Una iniciativa amadrinada por Pilar Rubio que propone volver a vivir la vida real y olvidarse de la vida digital, ver atardeceres en directo y no a través de la pantalla.

Fuente:abc.es

¿Eres adicta a las compras?

En el mundo de las adicciones, hay tanta variedad que a veces asusta. Podríamos decir que hay para todos los gustos. O que para cada persona hay una adicción. Más allá de las nocivas, las hay más inofensivas que, a la larga, tampoco resultan buenas para la salud física, mental, emocional… o para el bolsillo. Así, hay quienes se las considera adictas al gimnasio, mientras otras no cesan de enamorarse.

Una de ellas, así de extrañas, y muy común entre las mujeres (aunque algunos hombres no están exentos) es la adicción a las compras. Existen quienes no pueden desistirse a la tentación obtener cualquier cosa que se encuentre tras una vidriera.

Seamos honestas: es gratificante la sensación de comprarnos lo que nos gusta. Pero cuando esto se hace constante, sorteando los límites normales, comienza lo que para muchos es una adicción: la de las compras. Lee atentamente este artículo, y descubre si eres o no una adicta a las compras.

¿Cómo saber si eres adicta a las compras?

Existen síntomas claros para esta obsesión, entre los que encontramos comprar por horas, o hacerlo compulsivamente sin pensar. También generalmente la gente que es compradora compulsiva gasta todo el dinero, aún más de lo que tiene, y de manera regular, es decir, con cierta frecuencia.

Así como muchos deportistas gastan su energía en el ejercicio, quienes sufren de este desorden lo hacen para ir de compras, y su vida gira en torno a la próxima salida en busca de algo para adquirir, o el próximo producto. Como lo hacen muchos compulsivos, los compradores casi nunca mencionan en su círculo de íntimos sus últimas adquisiciones. Incluso, mantienen en secreto sus compras, tal vez sabiendo que, para los ojos de los demás, no es correcto.

Pero la compulsión a comprar ya no se limita solamente a los centros comerciales, sino que los adictos a las compras también pasan mucho tiempo ordenando por teléfono lo que se vende por televisión, y también frente a la computadora, comprando on-line.

Estudios han demostrado que el perfil de estos compradores compulsivos poseen sentimientos de soledad y son vulnerables a la constante publicidad y anuncios por los medios. También suelen presentar ansiedad ante la posibilidad de perder una compra, y ni hablar del sentimiento de culpa luego de haber comprado de esa manera.

Quienes son afectos a gastar y gastar suelen sufrir la falta de confianza y ser depresivos. Al igual que otras adicciones, ir de compras es una manera de sentir el control sobre sus vidas, pero con drásticas consecuencias, como el endeudamiento, la quiebra económica, discusiones de pareja, la culpa, la pérdida del trabajo y la diversión, comenzar a robar, cambios en los hábitos de sueño y alimentarios, para nombrar algunos.

Soy adicta a las compras: ¿Y ahora qué hago?

El gasto compulsivo se puede curar, y el tratamiento depende de la cantidad de tiempo en la adicción y la gravedad del estado. Dentro del tratamiento, se recomienda a las personas en recuperación hacer una lista de lo que necesitan antes de ir a comprar, respetándola a rajatabla. Así como también se les recomienda bloquear los canales de la televisión dedicados a las ventas en línea, y los sitios de compras y ventas en Internet.

Otra pauta para superar este problema, que mayoritariamente necesita asesoramiento profesional, es siendo consciente de adquirir sólo aquello que se necesita, aunque lo que muestren las vidrieras sea realmente tentador.

De igual manera, preparar un presupuesto detallado es otra de las formas de reducir los gastos. Sabiendo con cuánto dinero se cuenta, y para qué está destinado, será menos probable caer en el exceso de compras.

Así que si creías que ser adictas a las compras no era algo serio, pues todo lo contrario. Es una enfermedad como todas las otras, que necesita de ayuda para poder superar.

Fuente:informe21.com

jueves, 7 de marzo de 2013

Un solo gen podría explicar grandes diferencias entre pacientes con esquizofrenia

Científicos del Centro de Adicciones y Salud Mental (CAMH, en sus siglas en inglés) de Canadá han descubiero que algunas de las dramáticas diferencias observadas entre los pacientes con esquizofrenia se puede explicar por un solo gen que regula un grupo de otros genes relacionados con un mayor riesgo de padecer este trastorno.

En concreto, según explican los autores en la revista 'Molecular Psychiatry', se ha observado que las personas con esquizofrenia que tenían una versión particular del gen microARN-137 (o MIR137), tienden a desarrollar la enfermedad a una edad más joven y tienen características distintas en su cerebro, asociadas a un peor pronóstico de la enfermedad.

El tratamiento de la esquizofrenia es particularmente difícil ya que la enfermedad puede variar entre unos pacientes y otros. De hecho, mientras hay quienes permanecen hospitalizados durante años, otros responden bien al tratamiento.

"Lo que es interesante acerca de este estudio es que podríamos tener una respuesta legítima de por qué se producen algunas de estas diferencias", explicó Aristotle Voineskos, médico-científico en el Instituto de Investigación de Salud Mental Campbell Family.

De hecho, ha reconocido que "en el futuro se podría utilizar este gen para saber el pronóstico y cómo una persona puede responder al tratamiento".

Los investigadores estudiaron el gen MIR137, que está implicado en la activación y desactivación de los demás genes de la esquizofrenia, en 510 personas que viven con esquizofrenia. En ellos descubrieron que los pacientes con una versión específica del gen tendían a desarrollar la enfermedad a una edad más joven, alrededor de 20,8 años de edad, en comparación a 23,4 años entre los que no tienen esta versión.

"A pesar de que tres años de diferencia en la edad de inicio puede no parecer mucho, esos años son importantes en el desarrollo final de los circuitos cerebrales en el adulto joven", ha añadido el doctor James Kennedy, director del Departamento de Neurociencia del CAMH. "Y esto puede tener un impacto importante en la evolución de la enfermedad", ha añadido.

En una parte separada del estudio, que involucró a 213 personas, los investigadores utilizaron resonancia magnética con tensor de difusión y resonancia magnética cerebral (DT-MRI).

CEREBRO CON CARACTERÍSTICAS ÚNICAS

Gracias a ambas técnicas encontraron que los individuos que tenían la versión de este gen en particular tienden a tener unas características únicas de su cerebro, entre las que están un hipocampo más pequeño y ventrículos laterales más grandes.

Además, estos pacientes tienden a tener más deterioro en tractos de sustancia blanca, que son estructuras que conectan las regiones del cerebro y sirven como las autopistas de la información del cerebro.

La realización de estas pruebas permitió detectar versiones de este gen que podrían ser útiles para tratar antes y mejor a los pacientes.

"Esperamos que en un futuro no muy lejano podamos utilizar esta combinación de factores genéticos y de imagen cerebral para predecir la gravedad de una variante de esta enfermedad", dijo Voineskos.

Fuente:europapress

miércoles, 6 de marzo de 2013

Selincro, el nuevo fármaco contra el alcoholismo

La Comisión Europea ha autorizado la venta de un nuevo fármaco que permite la reducción del consumo de alcohol en situaciones de dependencia y abuso. El nombre con el que se comercializará es Selincro, aunque la molécula se denomina “nalmefeno”, pero no se llegará a España hasta el 2014. Este medicamento bloquea los receptores cerebrales de opiáceos, ya que se utilizaba para la adicción de estas sustancias, pero se ha descubierto que produce una disminución del deseo en el consumo alcohol.

“El medicamento, ofrece un nuevo enfoque terapéutico en el tratamiento de los adultos con dependencia alcohólica que tienen un consumo de alto riesgo”, según la compañía que lo comercializará Lundbeck. Los ensayos sobre 2.000 pacientes han revelado que el consumo de alcohol se redujo en un 60% tras seis meses de tratamiento y del 40% al finalizar el primer mes.

No obstante, tanto los especialistas en Salud como la compañía que lo comercializará afirman que la administración del fármaco debe complementarse con terapia psicológica desde un enfoque psicosocial.

Fuente:meedicina.com

Plan de choque del Gobierno alemán contra la ludopatía

El ministro de Economía pretende endurecer el acceso de los jóvenes a las tragaperras y limitar el número de máquinas en los establecimientos.

Si Otto Dix viviera, seguramente pintaría la siguiente escena. Un hombre sentado en la barra mirando un televisor. Junto a él una pareja. Más allá, tres discutiendo en una mesa. Y junto a la puerta, un solitario jugador frente a una máquina tragaperras. Es el paisaje de los bares alemanes o por lo menos los del extraradio de las grandes ciudades. Las máquinas de la suerte que han alegrado los oscuros inviernos alemanes han traído también la ruina a muchas familias, haciendo saltar la alarma de la ludopatía. Y eso que ni la cultura posbélica del emprendimiento ni la de la maximización del tiempo disponible comulgan con aquello de pasarse horas frente a una máquina de la suerte.

Decenas de miles de máquinas tragaperras deberán desaparecer en los próximos años de restaurantes y bares alemanes. El ministerio de Economía que encabeza el liberal Philipp Rösler (FDP) pretende endurecer el acceso especialmente de jóvenes a estas máquinas, así como proteger a los jugadores de pérdidas exageradas y, por supuesto, disminuir —o, al menos, no aumentar— las cifras de ludópatas en este país.

Menos tragaperras

Se trata concretamente de un nuevo reglamento para la gestión de este tipo de actividad. Entre la serie de iniciativas propuestas por Rösler están por ejemplo que a más tardar a partir de 2018 los bares o restaurante no podrán tener más de una máquina tragaperras por establecimiento –actualmente la ley permite hasta tres–. En un proyecto anterior, el ministro liberal había propuesto limitar a dos los dispositivos por establecimiento.

Por su parte, la industria de estos dispositivos ha criticado duramente la propuesta de Economía advirtiendo que las nuevas restricciones ponen en peligro no sólo la existencia de su industria sino que la de muchos establecimientos, como bares, restaurantes o casinos. Han agregado con una normativa como esta, serán millones los jugadores que «serán lanzados a los brazos de miles de proveedores de ofertas de juegos no reguladas en Internet».

Según las encuestas, el juego en máquinas tragaperras ha aumentado especialmente en el segmento de jóvenes entre 18 y 20 años: entre los chicos se ha triplicado y entre las chicas se ha doblado. El ministro de Salud, Daniel Bahr (FDP), ya ha manifestado su respaldo al nuevo reglamento: «Ayuda de manera sensata a disminuir la ludopatía», ha dicho.

Fuente:abc.es

lunes, 4 de marzo de 2013

Alerta por la adicción a las apuestas 'online' entre los jóvenes

La Unitat del Joc Patològic del Hospital Universitari de Bellvitge registró el pasado 2012 un incremento de consultas por problemas con las nuevas tecnologías. El perfil corresponde a un hombre de entre 30 y 35 años y con estudios universitarios.

Aumento alarmante de los jóvenes adictos a las apuestas online tanto deportivas como de otros tipos como el póquer. La Unitat del Joc Patològic del Hospital Universitari de Bellvitge registró el pasado 2012 un incremento de consultas por problemas con las nuevas tecnologías, que representan ya el 26,5% del total. Un 10,56% tiene que ver con la adicción a nuevas tecnologías, videojuegos y redes sociales y un 12% en apuestas por Internet. La jefa de la Unidad, la doctora Susana Jiménez, ha explicado a la ACN que el perfil de estos pacientes es el de un hombre de entre 30 y 35 años y con estudios universitarios. Habitualmente estas personas no habían tenido problemas anteriores con el juego.

En un principio, esta es una actividad meramente lúdica pero en algunos casos esto se convierte en un problema. Esto ocurre cuando la persona "está constantemente preocupada en cómo conseguir dinero para seguir jugando y tapar las deudas", cuando esta actividad le provoca un impacto en la familia y el afectado intenta esconderlo. "Cuando el juego deja de ser un entretenimiento y pasa a ser una necesidad", resume la doctora.

Según la experta, las personas jóvenes tienen un amplio conocimiento sobre las nuevas tecnologías, que "tienen un atractivo y producen una gratificación y estimulación muy importante". Este elemento facilita el contacto con el juego a personas que hasta ahora no habían realizado este tipo de actividades. Jiménez afirma que hasta ahora el 80% de las consultas que tenían eran por pacientes con problemas con las máquinas tragaperras, bingos o casinos. Ahora, en cambio, se ha producido un "cambio de perfil bastante significativo" hacia pacientes adictos al juego a través del ordenador.

"Las nuevas tecnologías ponen en contacto con el juego con apuesta porque son más atrayentes y estimulantes para este sector de la población más joven y con estudios universitarios, que seguramente no se hubieran sentido atraídos por las tragaperras u otros juegos presenciales", declaró.

Se trata pues de personas que hasta ahora no habían tenido problemas con las apuestas o los juegos presenciales sino que "han descubierto el póquer o las apuestas" en el ordenador y no son jugadores de otras tipologías. En algunos casos, sin embargo, sí que hay pacientes que combinan ambas tipologías pero Jiménez asegura que no es el patrón habitual.

Factores personales y sociales de riesgo

Hay determinados factores de riesgo que pueden predisponer a una persona a terminar teniendo problemas de ludopatía. Jiménez los cataloga en tres tipologías: psicológicos, sociales y biológicos. Entre los primeros, por ejemplo, se sitúan tener una alta impulsividad, la necesidad de buscar sensaciones fuertes, buscar dificultades para afrontar conflictos y baja autoestima. Entre los sociales, vivir en un entorno que haya favorecido el juego desde edades muy precoces o haber sufrido situaciones estresantes o traumáticas también se convierten en un riesgo.

En este sentido, explica que uno de los factores que puede hacer que una persona adopte conductas patológicas con el juego, que hasta ahora había tenido un rol social en su vida, es la muerte de un familiar cercano.

Ser conscientes del problema

El primer paso para lograr salir de esta adición es ser conscientes del problema. La doctor explica que hace años la mayoría de los pacientes iban a su consulta por "presión familiar" pero no aceptaban que tenían un problema. Asegura que esto ha cambiado en los últimos años y actualmente "la mayoría viene convencido" y sabe que su relación con el juego no es la adecuada.

Apuntó, sin embargo, que esto no ocurre entre los jóvenes adictos a las redes sociales o los videojuegos, ya que estos, si van a la consulta, lo hacen por la presión de la familia pero "sin ninguna conciencia del problema" que sufren. "Esto complica mucho el tratamiento", apunta Jiménez.

La terapia consiste en un abordaje psicológico durante 16 sesiones semanales a lo largo de cuatro meses y que tiene por objetivo principal lograr la abstinencia. Si se consigue, se pasa a una segunda fase de control que consiste en visitas mensuales y luego a los tres, seis, un año y dos años para constatar que no hay recaídas.

Actualmente casi un 75% de los pacientes finaliza el tratamiento con buenos resultados. Hay entre un 26 y un 30% que padece alguna recaída durante el mismo pero Jiménez destaca que esto no quiere decir que fracase sino que alguna situación le lleva a recaer en el juego, situación que ha destacado que puede ser incluso "terapéutica" porque hace que el afectado se dé cuenta de que aún no está curado.

Una vez más, el patrón es diferente entre los adictos a los videojuegos y las redes sociales porque, al no tener conciencia del problema es necesario que durante las primeras sesiones del tratamiento no se busque tanto la abstinencia sino que éste se encamina a que la persona sea consciente que tiene un problema y que necesita ayuda.

La doctora alerta de que se está ante un grave problema que puede tener consecuencias muy negativas y por ello ha instado a revisar la publicidad sobre las apuestas que se hace actualmente. Ha celebrado que desde la Dirección General de Ordenación del Juego se haya creado una comisión para trabajar el juego responsable. Ha considerado también muy necesario diseñar estrategias para proteger colectivos vulnerables.

La falta de crédito por la crisis reduce las consultas

Por último, la doctora ha reflexionado sobre los efectos que la crisis económica ha tenido en esta patología. Así, Jiménez ha explicado que durante los primeros años, 2008 y 2009, se produjo un incremento de las consultas porque había más gente que utilizaba el juego como elemento de fuga ante situaciones complicadas como el paro o bien porque buscaban solucionar los problemas económicos.

A partir del 2010, sin embargo, la falta de acceso al crédito provocó el efecto inverso: una disminución de las consultas por adicción al juego. Jiménez detalla que esto no quiere decir que haya menos gente con problemas o que éstos se hayan solucionado sino que el hecho de que los familiares ya no puedan facilitar dinero a la persona adicta o que ésta no pueda pedir un crédito rápido "complica que puedan continuar jugando".

Fuente:lavanguardia.com

sábado, 2 de marzo de 2013

Un artista con esquizofrenia, protagonista de una campaña 2.0 contra la estigmatización

Francesc de Diego ha encontrado en el arte la manera de expresarse. Este artista barcelonés de 35 años tiene esquizofrenia y utiliza el dibujo para mostrar a la sociedad su talento y su mundo interior. Aunque su trayectoria, tal y como él comenta, ha sido “desestructurada”, lleva ya más de diez años dedicándose a las artes gráficas. Ahora, de Diego se ha convertido en el protagonista del tercer espot de la campaña 'Suma Capacidad' lanzada por la empresa especializada en la inserción socio-laboral de personas con discapacidad, Grupo SIFU, que celebra el 20 aniversario con un proyecto viral de sensibilización en la red.


LUCHA CONTRA LA DISCRIMINACIÓN

Después del primer y del segundo espot, donde Camila Vargas, con fibrosis pulmonar, cantaba y Patricia Carmona bailaba danza integrada mostrando sus dotes artísticas, se estrena esta última pieza antes de la presentación del videoclip final. "Hay estigma e incluso una discriminación muy latente, tal vez por desconocimiento y el tan habitual rechazo a la diferencia de los demás", reivindica el protagonista del último vídeo. "La estigmatización también existe porque cuando hay algún suceso raro relacionado con el trastorno mental se explica como si fuese la regla general en este tipo de enfermedades", explica de Diego. Así, con la última pieza de la campaña, el ilustrador pone otro grano de arena para luchar contra ella y para sumar en pro de la normalización.

Fuente:elperiodico.com

La adicción a internet es similar a la del éxtasis

Un estudio determina que los adictos a Internet y los drogadictos experimentan síntomas similares en el proceso de desintoxicación.

Un reciente estudio publicado en el portal científico PLoS One sobre el impacto psicológico de la exposición a Internet, determina que los adictos a Internet y los drogadictos experimentan síntomas similares en el proceso de desintoxicación.

Los investigadores de las universidades de Milan y Swansea (Reino Unido) afirman que quitarse de una adicción a Internet puede desencadenar síntomas muy parecidos al síndrome de abstinencia por el que pasan los drogadictos. Para llegar a esta conclusión, los científicos examinaron el uso de Internet asociado a los niveles de ansiedad y estados de ánimo de un grupo de 60 sujetos británicos de una media de 25 años.

Los sujetos que más usaban Internet sufrían acusados bajones de ánimo después de desconectarse del ordenador. El investigador Phil Reed de la Universidad de Swansea explica que «cuando estos usuarios se desconectan, su humor se vuelve cada vez más negativo, como las personas que se quitan de drogas ilegales, como el éxtasis».

Los resultados del estudio, según la web TimesLive, demuestra que las personas que más consumen Internet tienden a ser más depresivos y muestran niveles de autismo más elevados.

«Este estudio corrobora informes previos sobre los rasgos psicológicos de los internautas, pero va más lejos puesto muestra los efectos inmediatos en el ánimo de los que son adictos», añadió Reed.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) cataloga la ciberadicción como «adicciones sin sustancia» junto a otras como la ludopatía o las compras compulsivas. Ni la Asociación Americana de Psicología ni la Asociación Americana de Psiquiatría, editora del DSM IV (el manual más utilizado para el diagnóstico de desórdenes mentales), la aceptaban como adicción. Ahora, 20 años más tarde, ha revisado su manual y la inminente quinta edición de su 'Biblia de la Psiquiatría' incluirá la adicción a Internet.

Fuente:abc.es