viernes, 8 de junio de 2012
lunes, 4 de junio de 2012
Drogas y botellón: la Ruta del Bakalao en el centro de Valencia
El estudio "La sombra de la Ruta" analiza cómo la diversión de los años 80 ha desembocado en el ocio del siglo XXI.
Los jóvenes reproducen con el botellón o el consumo de drogas a las puertas de las discotecas conductas propias de la época de la "Ruta del Bakalao", surgida en Valencia hace 30 años, según un estudio de la Fundación para el Estudio, Prevención y Asistencia a las Drogodependencias (Fepad).
El objetivo del estudio "La sombra de la Ruta", al que ha tenido acceso EFE, es conocer qué factores de la Ruta del Bakalao, una forma de diversión basada en la música de baile y la ingesta de drogas que surgió en Valencia en los años 80, han influido en la forma de ocio y consumo de sustancias que tiene actualmente la población juvenil.
Para ello, Fepad, mediante entrevistas y encuestas, ha recopilado información de personas que fueron asiduas a la Ruta y de otras que no los fueron, de jóvenes que actualmente tienen entre 16 a 26 años y de profesionales del área de las drogodependencias que trabajaron en tratamientos durante aquella época.
La "Ruta del Bakalao" atrajo, durante los años 80 y la primera mitad de los 90, a miles de jóvenes españoles que cada fin de semana, y sin apenas descanso, recorrían discotecas del área metropolitana de Valencia , especialmente en la carretera costera de El Saler.
Silvia Tortajada, del departamento de Investigación de la Fepad y una de las autoras del estudio, ha asegurado a EFE que la Ruta del Bakalao fue un fenómeno de "gran impacto" y el inicio de la "diversificación del consumo de sustancias, especialmente de laboratorio, en contextos de ocio".
El consumo de estas sustancias, según Tortajada, comenzó en un momento concreto, pero "se ha heredado de alguna forma" y por ello el estudio muestra una serie de similitudes en la forma de ocio que perdura en el tiempo.
Así, drogas de la Ruta como la Mescalina ahora no se consumen, pero han aparecido los "mescalitos" que intentan causar los mismos efectos, de la misma manera que el éxtasis, que ahora es sustituido por el cristal "M".
Los tripis siguen consumiéndose en la actualidad, pero proliferan alucinógenos naturales como los hongos; la cocaína se ha extendido ahora a todos los colectivos sociales y es menos pura; y el speed sigue el mismo consumo que entonces.
A mediados de los 90 la ruta comenzó a extinguirse por el "endurecimiento legislativo y el control policial", pero desde entonces ha habido una "búsqueda constante y una proliferación evidente de la sustancias que entonces fueron típicas", recoge el estudio.
Además, marcó a una generación de jóvenes que hoy se han convertido en padres y que, según el estudio, se muestran más permisivos con sus hijos a la hora de concederles cierta libertad para disfrutar de su tiempo de ocio y tratan con naturalidad el tema de las drogas al hablar con ellos.
"Les hablan en primera persona y les cuentan su experiencia personal", ha señalado Tortajada, quien ha indicado que el 80 por ciento de padres que fueron asiduos a la Ruta asegura que resuelve a sus hijos las posibles dudas que les plantean con el tema de las drogas.
Según este estudio, el primero de estas características que se lleva a cabo en España, la forma de consumir drogas en la Ruta del Bakalao ha tenido una "clara influencia" en el proceso de normalización del consumo por parte de los jóvenes actuales.
Así, existen numerosos aspectos que se están "replicando", como el fenómeno del botellón, ya que durante la Ruta "los aparcamientos jugaron un papel fundamental como espacio de ocio y consumo, una conducta que ha perdurado en el tiempo y actualmente está sufriendo un proceso de normalización entre los jóvenes".
En la época de la Ruta del Bakalao, la droga se percibía como un vehículo para establecer relaciones sociales y mantener el ritmo físicamente durante unos horarios interminables, y se relacionaba con la fiesta y la música "techno".
Actualmente, sin embargo, las salidas nocturnas están más fragmentadas y se observan consumos de drogas de forma más individualizada, lo que provoca la aparición de otros problemas relacionados con la ingesta de sustancias estupefacientes, como la violencia y la agresividad.
Fuente:lasprovincias.es
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