lunes, 23 de diciembre de 2013

Sanidad alerta de que más de 30.000 murcianos están enganchados al juego

La ludopatía crece fruto de internet y aparece en muchos casos ligada a la droga y el alcohol, advierten los expertos.

Cerca de 30.000 murcianos adultos están enganchados al juego, un problema que también sufren 1.800 niños y adolescentes. Tradicionalmente, la ludopatía ha permanecido en un segundo plano, enfocados como estaban los esfuerzos de la Administración y de las asociaciones que luchan contra la droga en la heroína -durante los años 80- y después en la cocaína y el alcohol. Pero una máquina tragaperras puede tener efectos tan devastadores como cualquier estupefaciente, y los datos ofrecidos ayer por la Consejería de Sanidad revelan que es además un trastorno muy extendido.

No solo eso. La ludopatía aparece ligada a otras adicciones en el 40% de los casos, según Sanidad. El porcentaje va en aumento, advierten los expertos. Tanto es así que organizaciones como Proyecto Hombre, que hasta hace unos años no atendía de forma específica la adicción al juego, ha puesto en marcha programas de atención.

Habitualmente arrinconada en las políticas de prevención, la ludopatía centrará ahora una campaña de información y sensibilización que prepara la Consejería de Sanidad, y que ayer presentó a las organizaciones sociales. Bajo el lema 'La salud mental no es un juego', se distribuirá material divulgativo en los salones de juego y locales de apuestas, así como en los centros de salud mental y de Drogodependencias. El eslogan de la campaña no es arbitrario. Según la Asociación Murciana de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Asmujer), casi el 40% de los afectados padece trastornos depresivos.

Las cifras conocidas demuestran que es necesario tomarse en serio la ludopatía, pero no reflejan hasta dónde llega el problema. «Hay muchos casos no detectados», advierte Juan Jiménez, delegado del Plan Regional sobre Drogas. Mientras con el consumo de estupefacientes termina produciéndose un daño físico evidente, aquí la adicción es más fácil esconderla, de manera que a veces ni siquiera el entorno más cercano es consciente de la situación hasta que es demasiado tarde. «Uno de los principales problemas con los que nos encontramos para afrontar esta problemática es precisamente la falta de concienciación acerca de que se trata de un trastorno mental. Los ludópatas no suelen acudir al médico y, por tanto, no reciben la ayuda que les permitiría controlar su adicción», señala por su parte el director general de Atención al Ciudadano y Drogodependencias, Juan Manuel Ruiz.

Muchos veinteañeros 

No hay patrones fijos en la ludopatía. Puede afectar a adolescentes de 16 años y a mayores de 60. «La mayoría de los que vienen aquí tienen entre 35 y 40 años, pero hay de todo», apunta Tomás Alacid, terapeuta de Proyecto Hombre. «Nos está llegando mucha gente joven», advierte. No habla de oídas. Alacid imparte terapia a un grupo de once personas, y de ellas cuatro son ludópatas. Los cuatro tienen entre 23 y 24 años.

Según los datos de Sanidad, 1.800 menores de edad están ya engachados al juego. Un hecho que tiene mucho que ver con internet, señalan los expertos. «El problema es que en la Red no hay manera de controlar nada. Un crío de ocho años le puede quitar la tarjeta de crédito a su padre o al abuelo y ponerse a jugar», denuncia Francisco Pizcueta, presidente de la Asociación Murciana de Jugadores de Azar en Rehabilitación.

 «Sería necesario poner más barreras; que no fuese suficiente con un número de cuenta para poder acceder», señala.

Pero si no fuese suficiente con internet, ahí están algunas televisiones para ofrecer juegos de azar en horario de madrugada. ¿Quién controla y cómo las llamadas a esos programas?, se pregunta Pizcueta.

Menos ayudas 

El director general de Atención al Ciudadano y Drogodependencias, Juan Manuel Ruiz Ros, recuerda que «es fundamental detectar este problema durante la adolescencia». Sanidad convocó ayer a las asociaciones que luchan contra las drogas y la ludopatía para darles a conocer la nueva campaña. Las organizaciones respaldan la medida, pero piden que no se quede en un gesto de cara a la galería. Porque las políticas contra la drogadicción también se ven afectadas por los ajustes. «Hemos sufrido un recorte del 50% en la subvención. Recibíamos 13.000 euros y desde hace dos años nos hemos quedado en 6.000», denuncia Francisco Pizcueta, de la Asociación Murciana de Jugadores de Azar en Rehabilitación.

También lo está pasando mal Proyecto Hombre, quien ya en 2011 admitió que estaba «en situación de ERE» por un déficit de 100.000 euros causado por los atrasos en los pagos de la Comunidad Autónoma. En 2014 se enfrenta de nuevo a un panorama complicado.

Fuente:laverdad.es

Navidad, la peor época para la ansiedad social

En la medida que se acerca la Navidad, muchas personas experimentan una mezcla de entusiasmo y agitación. Pero para quienes padecen del trastorno de ansiedad social, esta puede ser la época más traumática del año.

En mayo de este año, el Instituto Nacional para la Excelencia de la Salud y Cuidados de Inglaterra (NICE, por sus siglas en inglés) publicó unas directrices clínicas en las que define esa afección como "miedo persistente o ansiedad desproporcionada en relación con una o más situaciones sociales".

La temporada navideña ofrece una combinación única. Si bien es completamente racional sentir cierta preocupación por las finanzas, por los excesos de alcohol y la incomodidad de pasar tiempo con familiares que no se ven con frecuencia, quienes sufren de ansiedad social pueden obsesionarse tanto con estos aspectos hasta el punto que se convierten en un factor debilitante.

Los síntomas físicos incluyen rubor, sudor excesivo y respiraciones cortas, pero los efectos más incapacitantes son causados por la fijación de los enfermos de percibir sus insuficiencias sociales. Durante meses, las actividades potencialmente estresantes les consume el pensamiento; y los frecuentes desastres imaginados son analizados más tarde en detalle.

Cualquier cosa puede activar el sentido de amenaza, desde conocer a alguien hasta ser observado mientras come.

Y la Navidad plantea cuestiones particulares. La más obvia es la infinidad de compromisos sociales -y su naturaleza alcohólica-, aunque hay otras más sorprendentes que enfrentar. La británica Heather, de 38 años, empieza a preocuparse por las fiestas desde septiembre.

"Terminé la mayor parte de mi compra (navideña) en octubre para así evitar las multitudes", explica.

La ansiedad de Heather aumenta con la llegada de la Navidad. Lo que le preocupa en particular es la fiesta del trabajo.

"La mayoría de los años compro la entrada de la fiesta, a pesar de que soy completamente consiente de que no iré. Lo hago para evitar que la gente piense que soy avara, o que odio la Navidad o que no me gusta su compañía".

El constante temor de Heather de no estar a la altura de las expectativas la lleva incluso a comprarles regalos a sus colegas.

"Para el amigo secreto, me gasto en el obsequio tres veces la cantidad acordada, para asegurarme de que será bien recibido por la persona. Me enfermo con sólo pensar en la idea de que lo rechace públicamente y que todo el mundo sepa que fui yo quien compró ese regalo inferior".

No hay uno igual 

Los factores desencadenantes que provocan la ansiedad social son tan variados que es difícil describir a un paciente "típico", tanto en términos de síntomas como de personalidad. Si bien con frecuencia este trastorno se desarrolla a una temprana edad (NICE asegura que en promedio es a los 13 años) y muchos lo superan antes de llegar a la adultez, puede surgir a cualquier edad.

Según la doctora Gillian Butler, psicóloga clínica británicas y autora de Overcoming Social Anxiety and Shyness ("Superando la ansiedad social y la timidez"), también es "el único trastorno de ansiedad que afecta de la misma forma a hombres y mujeres".

Incluso la gente que parece segura y extrovertida puede sufrir de este trastorno. Recientemente la ansiedad social ocupó los titulares cuando la actriz Jennifer Lawrence habló sobre su lucha.

Las distintas e impredecibles formas en que se manifiesta este tipo de ansiedad significa que mientras algunos -como Heather- evitan activamente situaciones como la fiesta de Navidad de la oficina, la ansiedad de otros puede radicar en el temor de que haya habladurías si no asiste, así que van a la fiesta a pesar de lo incómodos que se sienten en estas situaciones.

Incluso hay quienes, como el estudiante universitario Alex, de 20 años, que durante diez años han experimentado "paranoia, autoestima baja e inseguridad" y aun así esperan con entusiasmo estas fiestas. Hablan con emoción sobre "la atmósfera especial y el aumento general de felicidad que otros experimentan" en esta época del año.

La ansiedad social de Alex disminuye cuando está con su familia. Sin embargo, según Butler, para algunos, estar rodeado de los seres queridos puede ser un detonante de ansiedad.

"La gente puede sufrir de ansiedad social en la unidad familiar. Como adulto, te puedes sentir tonto hablando con los niños. Puede traer recuerdos de la adolescencia y de momentos vergonzosos del pasado", explica la experta.

Butler sugiere terapias cognitivo-conductuales (TCC) para tratar este trastorno. Estas terapias se basan en la premisa de que lo que se afrontan son los síntomas, en lugar de las causas subyacentes de la ansiedad, y si se puede cambiar los pensamientos negativos de una persona sobre su inadecuada percepción social. Con el tiempo, el comportamiento cambiará y la ansiedad se reducirá.

Aunque existen otros tratamientos disponibles, como fármacos, TCC es el método que más se utiliza para combatir el trastorno.

Síntomas y causas 

No obstante, ello no quiere decir que esté libre de críticas. La terapia que se receta se suele hacer en bloques de 11 semanas, lo que algunos consideran muy breve para que tenga un impacto duradero.

El psicólogo clínico Oliver James cree que cualquier beneficio relacionado con TCC es temporal, pues un tratamiento efectivo debe lidiar tanto con las causas como con los síntomas de la ansiedad.

 "(La TCC) anima a la gente a que se diga una historia sobre su ansiedad y no hace ningún intento por entender las causas", afirma.

Debido a que muchos pacientes encuentran imposible hablar con una figura de autoridad, como lo sería un doctor, los tratamientos por internet son cada vez más populares; así como los cursos de TCC, los foros pueden ofrecer consuelo.

Tanto Alex como Heather son miembros de SAUK, un foro para personas con ansiedad social, que cuenta con más de 15.000 miembros (y regularmente experimenta una gran afluencia de registros durante las fiestas).

Una de las administradoras del sitio, Louisa Hatton, considera que SAUK ofrece ese tan necesitado sentimiento de comunidad.

"Debido a que parte de la ansiedad social es tratar de evitar que otros vean tus miedos, puede ser refrescante interactuar con otros que entienden esas preocupaciones y pueden sentir empatía. También empodera a las personas para que avancen en su propia recuperación, al dar acceso a información y experiencias de otros".

Louisa es una prueba de que la ansiedad social se puede conquistar, tras haberse transformado a sí misma de "estar esencialmente confinada en casa, a estar prácticamente libre de ansiedad".

Su consejo para quienes se sienten angustiados en esta época del año es simple: "Primero, recuerda que si bien la ansiedad social es con frecuencia aislante, no estás completamente solo.

"Segundo, sé proactivo. Sólo con ver lo que es la ansiedad social ya es un gran primer paso para tomar el control de tus preocupaciones y temores".

Fuente:bbc.uk

La Navidad aumenta el trastorno de compras compulsivas

Consumo masivo y Navidad a menudo van de la mano. No obstante, este tipo de comportamiento desenmascara un trastorno más peligroso que es el de las compras compulsivas, considerado como un problema psiquiátrico que casi siempre pone en peligro la economía familiar.

"La insatisfacción general que se percibe, agravada estos últimos años como consecuencia de la crisis económica que atraviesa el país, encuentra su válvula de escape en las compras compulsivas del periodo navideño que afrontaremos en breve", ha alertado el doctor José Antonio López Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría (ASEPP).

Sin embargo, hay que diferenciar entre un comportamiento compulsivo que el exceso a la hora de comprar, que suele producirse durante los periodos de rebajas. "Tienen una dependencia, una necesidad de comprar superior a su voluntad y son incapaces de controlarse. El comprador compulsivo, además, no respeta períodos", ha explicado.

Esta conducta responde a una insatisfacción y desilusión en general y suele estar asociada a un cuadro de ansiedad o problemas de adaptación. "El 80 por ciento de los casos se da en mujeres, muchas de ellas amas de casa de entre 40 y 60 años, que han perdido la motivación y suelen padecer un trastorno obsesivo", asegura este experto.

Junto con este perfil, añade, "conviven otros no tan extendidos y conocidos", este es el caso de trabajadores con alto nivel de estrés para los que comprar el fin de semana se convierte en una vía de escape, y adolescentes, en torno a los 17 años, con un nivel socioeconómico medio-alto con dificultades de adaptación, que pueden haber sufrido trastornos de personalidad o algún episodio depresivo moderado o un trastorno de la alimentación.

No obstante, la condición social no es determinante, "el hecho de tener un mayor poder adquisitivo no implica que en personas con menos posibilidades no se reproduzca este tipo de trastorno", ha explicado, asimismo ha aclarado que "el comprador compulsivo no compra para sí mismo en un tanto por ciento muy elevado de las veces".

En cuanto a qué se suele comprar, el doctor López Rodriguez afirma que, a este tipo de consumidores, "no le importa lo que se adquiera, lo fundamental es el deseo de satisfacer el impulso de compra".

Con la compra el paciente siente "un deseo irresistible" hacia el objeto a comprar, acompañado de una gran tensión interna que sólo se alivia con la compra; sin embargo, al "pasajero" sentimiento de bienestar le sigue "frustración y enfado", al darse cuenta de "lo inútil de la compra y la insatisfacción personal por no haber sido capaz de contenerse", explica el vicepresidente de ASEPP.

Estos episodios se pueden llegar a reproducir varios días a la semana "y la personas afectadas tienden a ocultarlo a su allegados, que solo son conscientes de la situación en contadas ocasiones", ya que los afectado "no reconocen el problema" y, por tanto, "no solicitan ni buscan ayuda de forma voluntaria".

"En la consulta de Psiquiatría solemos ver los casos más graves a los que han obligado a ir sus familiares o su pareja", asegura el doctor, quien alerta de que esta conducta pone en peligro la economía familiar. De hecho, ha añadido, "a medida que progresa el trastorno se deteriora más la relación con su entorno familiar y laboral".

El doctor López Rodriguez aconseja acudir al médico "en el momento en que no se puede controlar el impulso y es más fuerte que le voluntad", ya que según sus estimaciones el 60 por ciento de los casos puede hacerse crónico. Para solucionar el problema, los expertos recomiendan buscar el apoyo de la familia y del entorno, además de terapía.

"Los mejores resultados se obtienen con la combinación de un tratamiento farmacológico que permita mejorar la sintomatología junto con la psicoterapia cognitiva-conductual y el apoyo social", concluye.

Fuente:ibercampus.es

Hasta un 8% de la población puede verse afectada por un trastorno por estrés postraumático

Hasta un 8 por ciento de la población puede verse afectada por un trastorno por estrés postraumático, un problema psicológico clasificado dentro del grupo de los trastornos de ansiedad que aparece ante "un agente estresor externo" provocado por "un acontecimiento de una intensidad extraordinaria en cuanto a lo amenazante o catastrófico".

En estos términos se refería el jefe de servicio de psiquiatría forense del Instituto de Medicina Legal de Sevilla, el doctor Julio Antonio Guija Villa, quien destaca que "lo importante no es cómo ha sido de estresante sino como lo vive la persona", siendo la evidencia de la muerte la situación que mayor respuesta traumática genera.

Cualquier personas puede sufrirlo, ya que todo el mundo es susceptible de vivir un suceso traumático, insoportable y que escapa al control. En estos casos se encontraría una gran catástrofe, un atentado, un accidente grave, encontrarse en un país en guerra o ser víctima de una agresión, como una violación, un secuestro o un robo con violencia.

Normalmente, explica, la persona afectada va a vivir el fenómeno de la reexperimentación, es decir va a revivir el suceso que le genera la angustia mediante ´flashbacks´ y pesadillas; por otra parte, está la evitación, "a la personas le produce tanto dolor estar reviviendo que un hace esfuerzo por evitarlo"; y, finalmente, se ve en alerta todo el tiempo, "tiene hiperactividad del sistema nervioso" lo que ocasiona problemas de sueño, ansiedad y embotamiento.

"La persona no quiere hablar del tema, se produce una restricción de la vida afectiva y la persona se vuelve mas huraña, angustiada, trata de estar ocupada, rehúsa hablar del tema, etc.", afirma este experto, quien ha participado esta semana en el ´X Jornadas de Valoración del Daño Corporal. Aspectos médico prácticos´, organizado por la Fundación Mapfre.

Ahora, hay que tener en cuenta que "no todos los acontecimientos tienen la misma capacidad de generar trastornos por estrés postraumático", así en el caso de una violación se sabe que, a la semana, en el 94 por ciento de los casos aparece este trastorno, mientras que en el caso de una agresión el porcentaje es menor a la semana se ve en un 65 por ciento.

Por tanto, los expertos señalan que tras un acontecimiento traumático, los primeros síntomas pueden aparecer días después aunque se dan casos en los que aparece seis meses después, y puede durar hasta seis semanas, aunque recuerda que "la evolución depende del individuo", "de la fortaleza de cada uno" y, añade, "de cómo ha vivido el estresor externo".

Tomando nuevamente como ejemplo los casos de violación y agresión, destaca el doctor Guiaja que en el primero a los tres meses un 47 por ciento de las mujeres suele tener aún síntomas, mientras que para el mismo tiempo sólo se ve afectado un 15 por ciento; a los seis meses prácticamente es insignificante el numero de personas que tras una agresión sigan con el trastorno, sin embargo en los casos de violaciones sigue habiendo un número significativo de afectados.

DOBLE ABORDAJE 

El abordaje será farmacológico y con terapia, tratando de que vuelva a su rutina habitual y que hable acerca de lo sucedido. No obstante, explica "muchas personas lo superan sin necesidad de ayuda", aunque está estudiado que son más vulnerables las personas con algún trastorno mental diagnosticado, personas con problemas de drogadicción y aquellas con escaso apoyo social.

"En estos caso es más difícil superar el trastorno, aunque de todas ellas las más propensas son las que tienen escaso apoyo social. En estos casos cuesta más trabajo", explica.

En cuanto a de dónde debe provenir la ayuda, este experto destaca que en los casos de grandes catástrofes existe una atención muy completa desde el primer momento, sin embargo ante una desgracia individual la atención depende del paciente que "debe ser el que haga referencia a su médico de Atención Primaria, y del médico, que por norma general hace el diagnóstico "observando al paciente y derivándolo al especialista".

La Sociedad Española de Psiquiatra recomienda, aunque existen otros métodos, la terapia cognitiva conductual (TCC),el método Desensibilización y reproceso por el movimiento de los ojos (DRMO) y los antidepresivos parecen ser lo más útil; mientras, la evidencia para otras formas de psicoterapia o de counselling es mucho más débil y sobre las psicoterapias centradas en el trauma (TCC o DRMO) recuerdan que se deben ofrecer, por lo general, antes de la medicación.

Fuente:elsemanadigital.com

miércoles, 27 de noviembre de 2013

"Tengo trastorno bipolar pero no soy un perro verde"

EL JOVEN IRUÑÉS SERGIO SALDAÑA RELATA CÓMO CONVIVE CON UNA ENFERMEDAD QUE LE HACE OSCILAR ENTRE LA EUFORIA Y LA DEPRESIÓN DE UNA MANERA SALVAJE

A los 18 años recibió un diagnóstico que le cambió la vida, pero Sergio Saldaña relata con naturalidad su historia de superación y convivencia con una patología que hace oscilar su estado de ánimo entre la euforia y la depresión. Sergio cree que se puede, e incluso se debe, aprender a disfrutar de la vida teniendo trastorno bipolar, aunque él prefiera llamarla la enfermedad de los afectos, "me parece una forma más amable de denominarla. Al final, es un trastorno de los estados de ánimo", explica este joven iruindarra.

Siempre ha contado su experiencia sin pudores. Ha estado internado tres veces y no lo oculta. "Porque en una ciudad tan pequeña como esta -es de Iruñea- las cosas se acaban sabiendo. Contarlo me ayuda y así la gente que tengo cerca no se monta películas". Sin embargo, entiende a los que no salen del armario y no se atreven a hacer público el diagnóstico. "La gente tiene miedo al estigma. Yo suelo decir que es parte del juego. Te dan el diagnóstico, elementos para jugar el partido y luego es cosa tuya", dice cargado de optimismo, a la par que realismo.

No en vano, el trastorno bipolar está considerado como un trastorno mental grave. "La OMS dice que hay dos enfermedades graves, una es la esquizofrenia y otra, el trastorno bipolar. Y punto redondo. Desde que se me diagnosticó se me puso un medicamento que se llama carbonato de litio y eso tomo. Ayuda pero no es la panacea. Son atenuantes, aplacadores porque no evita en ningún modo padecer crisis", dice admitiendo que la farmacopea le estabiliza. Pero las crisis son inevitables. "Ahí estamos, trabajándolas. El objetivo es pillarlas lo antes posible. Aunque son bastante cabronas, avisan, dan señales. En mi caso, si me voy arriba, a un estadio de euforia mayúscula, voy dejando de dormir, no tengo esa necesidad, hablo mucho, tengo pensamientos desordenados y muy rápidos, estoy irritable. Para no llegar tan lejos, después de tirarme dos días y dos noches sin dormir, ya tengo algunas pistas y tengo que tomar medidas, ir al loquero o lo que sea". Lo dice un tío con pareja y un bebé de ocho meses, Amets.

EUFORIA Y LUEGO DEPRESIÓN

"En un estado de crisis me vengo arriba y suelo estar eufórico más o menos tiempo, dependiendo de lo pronto que me haya dado cuenta, de la voluntad o del momento. En mi historia, después de la euforia, encadeno una depresión exógena; es un rebote, consecuencia de la sensación de pérdida que tengo". Porque es entonces cuando una vez más su enfermedad toca a su puerta para tocarle también las narices.

El objetivo de este licenciado en Ingeniería Técnica Agrícola, que actualmente trabaja como bibliotecario en el barrio de la Rochapea, es servir de apoyo a aquellas personas que atraviesan una situación como la suya y sensibilizar a la sociedad, rompiendo mitos y tabúes. Por eso, mantiene encuentros con personas que padecen su mismo problema. "Me enseñan sus trucos para evitar crisis, sus modos de tratar con la familia, con el entorno, que no dejan de ser recursos que vamos aprendiendo por ensayo y error, a base de equivocarnos". "Pero no hay un manual de cómo funcionar con un trastorno bipolar", comenta.

Se lo toma con relativo humor y declara que "aunque tenga trastorno bipolar no soy ningún perro verde". "Somos gente que nuestro día a día es relativamente normal, aunque odio esa palabra. Igual tenemos más capacidad que las personas que no tienen ese diagnóstico para reírnos de nosotros mismos. El que hayamos hecho muchas capulladas y hayamos estado al límite te ayuda a relativizar un poco y decir pues bueno, si ya estoy pagando la factura", bromea.

BIPOLAR VS. VIOLENTO

Sergio confiesa que no le molesta la relación casi directa que, ante un suceso trágico, establecen los medios de comunicación entre la enfermedad mental y la violencia que asocian con la agresividad. "Los medios de comunicación buscan la noticia y eso es noticia. Al principio, me exasperaba, me sentaba muy mal. Luego, miras el siguiente suceso y miras si esa persona que ha matado a toda su familia, además de trastorno bipolar, tendría una prótesis en la cadera o un cáncer, es un decir, y eso sin embargo no lo nombran. Lo veo como una imperfección en el mensaje y ya está. Y no voy de condescendiente".

Y eso que Saldaña admite sin matices su agresividad. "Yo soy un tío agresivo desde que tengo uso de razón. Y puedo encabezar los titulares de cualquier periódico por el motivo que sea. La agresividad, la ira y la violencia están en el ser humano, la clave está en canalizarlo y hacerlo de la mejor manera posible".

Atrapado en su problema escribió un blog y un libro para canalizar esos impulsos. Y es que esa máxima de visibilizar, le ha llevado a crear el blog Tengo trastorno bipolar y a publicar un libro (Editorial Círculo Rojo) con el mismo título. "Es una manera de canalizar la agresividad pero también la tristeza. Escribir sobre mi vida fue un trago difícil pero también una manera de recopilar, de plasmar y de seleccionar vivencias y también anécdotas para reírme de mi mismo", señala.

A Sergio le hubiera gustado ser más mayor cuando le diagnosticaron su patología. "Con madurez, con una personalidad ya creada, con vivencias y experiencias para abordarlo de otra forma". Aunque reconoce que "los diagnósticos tardíos son la cara B porque ya tenemos muchas rarezas, somos muy soberanos y es muy difícil que te digan cómo debes actuar o qué debes cambiar".

El lado dramático de algunas series tampoco le sirve. "Porque el resto de las personas que vivimos la vida cotidiana también estamos ahí. Igual no somos protagonistas pero seguimos participando, arrimando el hombro y peleando cuando toca", resuelve.

Fuente:deia.com

jueves, 7 de noviembre de 2013

El 94% de jóvenes que intentan suicidarse superan la depresión con tratamiento

El suicidio es la primera causa de muerte no externa entre los adolescentes.


El 94% de los jóvenes que han intentado suicidarse y se someten a tratamiento consiguen acabarlo y superar la depresión que les condujo a las ideas suicidas, según el psicólogo clínico del Hospital de Día de Adolescentes de Salud Mental del Hospital Parc Taulí de Sabadell, Joaquim Puntí.

El psicólogo, que ha participado hoy miércoles en la IX Reunión Anual de la Sociedad Catalana de Psiquiatría Infanto-Juvenil de la Academia de Ciencias Médicas y de la Salud de Catalunya y Baleares, ha señalado que "es de vital importancia que los adolescentes que realizan un intento de suicidio reciban atención psicológica o psiquiátrica y queden vinculados a la red sanitaria".

Puntí ha recordado que el suicidio es la primera causa de muerte no externa entre los adolescentes y "por lo tanto, es una situación de gran impacto entre los jóvenes y su entorno". Según Puntí, "cualquier joven que intenta suicidarse debe recibir una atención psicológica o psiquiátrica y quedar vinculado a la red ya que cuando la depresión se cura desaparece la idea de suicidio".

El especialista también ha afirmado que "el trastorno depresivo es el que tiene más riesgo de suicidio, pero hay otros como el consumo de tóxicos o las enfermedades mentales como la esquizofrenia".

En cuanto a los mecanismos del entorno para detectar a un joven con riesgo, el doctor Puntí ha explicado que "los jóvenes que tienen pensado y planificado un suicidio dan señales como, por ejemplo, verbalizaciones claras".

En estos casos, Puntí ha recomendado a los adultos "actuar aunque luego sólo resulte ser una forma de llamar la atención y estar pendientes de cambios conductuales como el aislamiento y la falta de comunicación". Para Puntí, "todas estas señales pueden indicar que se ha de poner al adolescente en contacto con un profesional para que pueda valorarlo".

En cuanto a las nuevas tecnologías, Puntí también ha recalcado que "Internet puede ser una fuente de suicidio para chicos en riesgo, ya que es un terreno muy poco controlado y allí puede buscar información porque es un medio muy accesible".

Fuente:lavanguardia.com

Un estudio muestra que la depresión es ya la segunda causa mundial de discapacidad

-El estudio se refiere a la depresión clínica o trastorno depresivo mayor.
-La tasa más alta se registra en Afganistán y la más baja en Japón.
-La discapacidad que genera la depresión afecta principalmente a las personas en sus años laborales y más a las mujeres que a los hombres.

La depresión, o más exactamente la depresión clínica, es la segunda causa de discapacidad en el mundo. Así lo ha determinado un estudio realizado en Australia, que ha comparado el trastorno depresivo mayor (depresión clínica) con otras enfermedades y lesiones, y que publica Plos Medicine.

Las tasas y el ranking entre todas las causas de la discapacidad varían por país y por región. La tasa más alta se registra en Afganistán y la más baja en Japón y la depresión ocupa el primer lugar en América Central y el Sudeste Asiático. La discapacidad que genera la depresión afecta principalmente a las personas en sus años laborales y las mujeres más que los hombres.

 En cambio, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la depresión es actualmente la tercera enfermedad en importancia causante de discapacidad en el mundo. La OMS prevé que en 2020 se convertirá en la segunda enfermedad con mayor carga social y que supondrá un 15% de toda la carga por enfermedad.

 Los autores de este nuevo estudio, dirigido por Alize Ferrari, de la Universidad de Queensland y el Centro de Investigación de Salud Mental de Queensland (Australia), recopilaron la información pertinente de todos los estudios de investigación publicados sobre el trastorno depresivo mayor y la distimia, una forma crónica de depresión más leve.

Luego utilizaron herramientas matemáticas para calcular una medida estándar de la carga de la enfermedad: "años de vida ajustados por discapacidad " o AVAD , calculado mediante la suma de "años vividos con una discapacidad" o AVD y "años de vida perdidos debido a enfermedades específicas de muerte prematura" o AVP.

En algunos países y regiones, especialmente los de bajos ingresos, se habían publicado pocos estudios, y los autores tuvieron que sustituir los números reales con estimaciones razonables para calcular estas variables.

Sus resultados, según los investigadores, no sólo ponen de relieve el hecho de que los trastornos depresivos son una prioridad de salud global, sino también que es importante entender las variaciones en la carga por trastorno, país, región, edad, sexo y año en el establecimiento de objetivos de salud mundiales.

Fuente:20minutos.es

miércoles, 30 de octubre de 2013

El paro duplica los casos de depresión y ansiedad entre los desempleados en España

El desempleo causa estragos entre quienes lo sufren, no sólo a nivel económico y social sino también a nivel personal. Psicólogos internacionales advierten de que las personas en paro tienen el doble de posibilidades de sufrir problemas psicológicos.

La incidencia de la depresión y la ansiedad es según los psicólogos mucho mayor entre las personas desempleadas (34%) que entre los ciudadanos con empleo (16%).

Son datos analizados en la jornada “Crisis económica y salud mental” celebrada en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). El objetivo de esta jornada era debatir sobre los factores de riesgo derivados de la crisis económica y que afectan directamente a la tasa de suicidios.

En este foro se ha indicado que las personas más vulnerables a las enfermedades mentales en parte derivadas por la crisis, son hombres de entre 15 y 29 años y los mayores de 64 años.

Según el jefe de servicio de psiquiatría de la Fundación Jiménez Díaz y docente de la UAM, Enrique Baca, hay muchos factores de la crisis que afectan a nuestra salud y ha apuntado especialmente al desempleo como uno de los "mayores dramas de riesgo" con "efecto negativo" sobre la salud.

Baca cree que junto con el desempleo, influye mucho en nuestra salud, en la forma en la que sobrellevamos la crisis, el conjunto de políticas sociales y económicas del gobierno.

El jefe de servicio de psiquiatría de la Fundación Jiménez Díaz asegura que el paro afecta al bienestar y a la autoestima y está relacionado directamente con enfermedades como la depresión y la ansiedad.

Además, cuanto más tiempo dura la situación de desempleo, y menores son los sistemas de protección social, más se resiente nuestra salud mental.

A la hora de enfrentarse a la crisis, el doctor Baca asegura que factores como la religión, la familia, y especialmente la educación, nos sirven de salvavidas. Conscientes de estos riesgos del desempleo, cada vez más personas acuden a la atención psicológica primaria.

Fuente:portalparados.es

Vinculan la esquizofrenia a ondas cerebrales anómalas

Neurólogos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en sus siglas en inglés), en Estados Unidos, han observado la actividad neural que parece producir el pensamiento desordenado en la esquizofrenia. Los ratones que carecen de la proteína calcineurina en el cerebro tienen oscilaciones hiperactivas de las ondas cerebrales en el hipocampo durante el descanso y son incapaces de reproducir mentalmente una ruta que acaban de recorrer en comparación con los roedores normales.

Los pacientes con esquizofrenia, por lo general, sufren de una crisis de pensamiento organizado, a menudo acompañada de delirios o alucinaciones. Anteriormente, se han detectado mutaciones en el gen de la calcineurina en algunos pacientes con esquizofrenia y, hace diez años, investigadores del MIT dirigidos por Susumu Tonegawa, profesor de Biología y Neurociencia, crearon ratones que carecían del gen de calcineurina en el cerebro anterior, de forma que mostraron varios síntomas conductuales de la esquizofrenia, como deterioro de la memoria a corto plazo, déficit de atención y comportamiento social anormal.

En el nuevo estudio, publicado en Neuron, Tonegawa y sus colegas del Centro para Circuitos Neurales Genético RIKEN-MIT en el Instituto Picower del MIT para el Aprendizaje y la Memoria registraron la actividad eléctrica de las neuronas individuales en el hipocampo de estos ratones a medida que corrían a lo largo de una pista.

Estudios previos han demostrado que en ratones normales que estas «células de lugar» en el hipocampo, que están vinculadas a lugares específicos a lo largo de la pista, se encienden en la secuencia cuando los ratones hacen pausas en la realización del curso. Esta repetición mental también se produce cuando los ratones están durmiendo y tiene lugar en asociación con las oscilaciones de las ondas cerebrales de muy alta frecuencia conocidas como eventos de ondulación.

En los ratones que carecen de calcineurina, la actividad cerebral era normal cuando corrían, pero en el momento en el que se detuvieron, sus eventos de onda eran mucho más fuertes y más frecuentes. Por otra parte, la puesta en marcha de las células de lugar aumentó anormalmente y sin ningún orden en particular, lo que indica que los ratones no podían repetir la ruta que acababan de recorrer.

Síntomas 

Este modelo ayuda a explicar algunos de los síntomas que se observan en la esquizofrenia, según los investigadores. «Creemos que en este modelo de ratón es posible que tengamos algún tipo de indicación de que se produce un proceso de pensamiento desorganizado -dice Junghyup Suh, científico de investigación en el Instituto Picower y uno de los autores principales del artículo-. Durante los eventos de onda en ratones normales sabemos que hay un evento de repetición secuencial. Este ratón mutante no parecen tener ese tipo de repetición de una experiencia anterior».

Los investigadores especulan que en ratones normales el papel de la calcineurina es suprimir las conexiones entre las neuronas, conocidas como sinapsis, en el hipocampo. En ratones sin calcineurina, un fenómeno conocido como potenciación a largo plazo (LTP) se hace más prevalente, causando sinapsis más fuertes, mientras el efecto contrario, conocido como depresión a largo plazo (LTD), se suprime .

«Parece que esta anormalmente alta LTP tiene un impacto en la actividad de estas células especialmente durante los periodos de descanso o posteriores de exploración. Eso es una especificidad muy interesante», subraya Tonegawa. Estos expertos creen que la hiperactividad anormal que encontraron en el hipocampo puede representar una alteración de la «red en modo automático» del cerebro, una red de comunicaciones que conecta el hipocampo, la corteza prefrontal (donde se produce la mayor reflexión y planificación) y otras partes de la corteza.

Esta red es más activa cuando una persona (o el ratón) está descansando entre las tareas orientadas a objetivos. Cuando el cerebro se centra en un objetivo o una actividad específica, la red de modo predeterminado es rechazada, pero se hiperactiva en los pacientes esquizofrénicos antes y durante las tareas que requieren del cerebro para enfocar, y los pacientes no logran buenos resultados en estas tareas.

Fuente:abc.es

jueves, 3 de octubre de 2013

Un estudio alerta del aumento de la adicción a los juegos 'online'

El informe detalla que el perfil del enfermo es el de una persona joven y especialista en el uso de las nuevas tecnologías.

Aunque las tragaperras son las máquinas más adictivas para los ludópatas -concentran el 70% de los casos patológicos-, los juegos online están ya a la zaga y se han convertido en un grave problema de salud. Al menos es lo que se desprende del estudio realizado por la Universidad de Valencia, en colaboración la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (Fejar) y el Plan Nacional sobre Drogas, que ayer desgranó en Córdoba su autor, el profesor de la Facultad de Psicológica de la Universidad valenciana, Mariano Chóliz.

El citado estudio sobre la prevalencia de la ludopatía en España se ha llevado a cabo a lo largo de 2013 sobre personas que están, ahora mismo, en tratamiento por esta adicción. Chóliz detalló que en España ya hay más de un millón de jugadores online y que el perfil del adicto es el de una persona "más joven y especializada en las nuevas tecnologías". Las apuestas deportivas es el sector en el que más casos de ludopatía se detectan, seguidas del póquer online. El autor del estudio incidió en que estos juegos "son diez veces más adictivos que otros" y alertó de que ya hay menores que juegan. Señaló también que aquellos que al final se convierten en adictos a este tipo de entretenimiento tardan en reconocerlo hasta un plazo de ocho año e incidió en que estas personas, además, necesitan un periodo mayor de rehabilitación. El profesor consideró necesaria la puesta en marcha de un protocolo de intervención para el juego online. El trabajo, según Chóliz, también ha reflejado que las personas adictas al juego tienen "problemas emocionales, sienten culpabilidad y encuentran poco placer en las cosas de la vida". La adicción, continuó, "es un problema que repercute en la economía y en el propio afecto personal". Eso sí, reconoció que este tipo de adictos suelen mejorar este aspecto con más rapidez que otros casos.

La presentación del estudio tuvo lugar en el transcurso del congreso nacional organizado por la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados, que reúne hasta mañana en Córdoba a más de 400 personas. El presidente de la federación, Máximo Gutiérrez, reconoció que "la ludopatía está cambiando y también los tratamientos". Por ello, consideró necesaria la elaboración de este tipo de estudios para intentar reducir las adicciones al juego lo máximo posible".

La cita también contó con la asistencia del delegado del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas, Francisco de Asís Babín, quien destacó igualmente la aparición de "nuevas adicciones no vinculadas al consumo de sustancias". Reconoció que aún no existen datos concretos acerca del número de personas con este tipo de adicciones, ya que las que existen corresponden a hace más de una década y los estudios son "parciales". Babín señaló que una de las claves de los tratamientos de rehabilitación es la de enseñar al ludópata a "controlar el síndrome de abstinencia". Al igual que cualquier otra adicción, la del juego también requiere "una fase de desintoxicación", apuntó. El delegado del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas manifestó también que "la deshabituación es a largo plazo" y que los ludópatas tienen que "desarrollar un elevado grado de autocontrol, ya que se trata de procesos complejos". Indicó que para la rehabilitación y recuperación del paciente "no hay un periodo concreto porque se trata de una enfermedad crónica".

Según la información facilitada por la Junta, dentro del área de atención sociosanitaria, Córdoba cuenta con 45 puntos de atención básica relacionada con adiciones, de los que 16 son centros de tratamiento ambulatorio y otros cinco son recursos especializados. Los centros de tratamiento ambulatorio, diez públicos y seis concertados con asociaciones y entidades especializadas, han admitido o readmitido a tratamiento por adicciones a unas 2.500 personas en lo que va de año. Hasta el mes de septiembre se han atendido en la red de centros de tratamiento ambulatorio 55 personas por problemas de juego patológico. Su edad media es de 37,5 años en el caso de los hombres y de 40,5 en el de las mujeres. Destaca el hecho de que un 35,3% de las personas atendidas esté en situación de desempleo frente a un 53% que trabaja o es pensionista.

Entre estos equipos se encuentra el centro de tratamiento ambulatorio de la Asociación Acojer, en el que se ofrece atención especializada a las personas que presentan problemas de adicción al juego patológico o a otras adicciones sin sustancia. Desde 2010 han sido atendidas en este centro 310 personas, de los que 290 son hombres y 20 son mujeres. De éstas, el 93,5% recibió asistencia por adicción al juego patológico.

Fuente:eldiadecordoba.es

Adictos al trabajo

- Sienten un impulso incontrolable por ser productivos y no disfrutan del ocio
- Las nuevas tecnologías y el temor a perder el empleo agravan el problema

"No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar”. Esta frase de la hermana Teresa de Calcuta puede ser muy reconfortante para aquellos que lo dan todo por su empleo y se enfrentan a diario con las quejas de familiares y amigos que encuentran excesiva su dedicación. Otra sería la historia si alguien se la hubiera escuchado decir a Moritz Erhardt, el joven de 21 años que el pasado agosto fue hallado muerto en su apartamento de Londres después de haber trabajado hasta las 6 de la mañana durante tres días seguidos. Su caso es extremo, pero ha vuelto a poner el foco en las graves consecuencias que puede acarrear la falta de límites en la actividad laboral y la adicción al trabajo, o workaholism.

El término workaholic o trabajólico fue acuñado en 1971 por el psicólogo estadounidense Wayne Oates en un libro en el que hacía referencia a su propia adicción al trabajo, en una analogía con la dependencia del alcohol. Aunque la psiquiatría no lo reconoce como un trastorno mental, los expertos coinciden en que el fenómeno existe y que, en la actualidad, el temor a perder el empleo y las nuevas tecnologías son factores que agravan el problema.

A principios de este mes fue publicado un estudio de la Universidad de Kansas (Estados Unidos) que descubrió una correlación entre los workaholics y un menor bienestar físico y mental, asociado a una mala alimentación y a la depresión. La investigación, realizada a partir de una encuesta de más de 12.000 personas, clasificaba como adictas al trabajo a aquellas que trabajan más de 50 horas semanales.

Pero, ¿puede decirse que una persona es adicta con solo medir el tiempo que dedica a su empleo? El catedrático emérito de Psiquiatría en la Universidad Complutense de Madrid, Francisco Alonso Fernández, autor de libros como Psicopatología del trabajo (Edikamed) y Las nuevas adicciones (Tea Ediciones), afirma que la adicción no puede determinarse de una manera cuantitativa. Lo que importa no es la cantidad de horas de trabajo, sino el modo en que se realiza. “La persona que simplemente es muy trabajadora, lo hace con buen ánimo y cuando llega un intervalo, sabe divertirse”. El adicto, precisa Alonso, suele estar de mal humor y su genio empeora aún más en los tiempos de descanso. “Es un ogro en su casa, no tiene empatía con los demás y no sabe disfrutar del ocio”, apunta Alonso.

El psiquiatra afirma que detrás de la adicción puede haber rasgos de la personalidad muy diferentes. Entre ellos destaca, por un lado, a los individuos muy ambiciosos que desean poder, dinero y reconocimiento. Por el otro, a las personas muy inseguras que se refugian en el trabajo para tapar deficiencias en su vida personal. La psicóloga Victoria Trabazo, hasta junio profesora de Psicopatología del Trabajo de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, añade otro perfil: el de las personas que combinan la inseguridad con un gran sentido del deber.

La adicción resultante de la ambición probablemente explique que el fenómeno sea comúnmente asociado a altos ejecutivos o políticos. La psiquiatra Rosa Sender, autora del libro El trabajo como adicción (Neurociencias), subraya que el impulso incontrolable por trabajar suele afectar a individuos enérgicos y activos que sienten la necesidad de transformar el ambiente. Sender, sin embargo, destaca que no en todos los casos ese impulso se convierte en algo tóxico.

Cuando lo hace, los síntomas suelen ser comunes a cualquiera de los casos: estrés, cambios en el carácter, irritabilidad, insomnio. Si se mantiene el mismo ritmo a lo largo de los años, puede acabar por dar paso a la adicción al alcohol o a las drogas, a la depresión o a trastornos digestivos y cardiovasculares. “La adicción se detecta a medida que se va complicando con otras patologías”, afirma Alonso, que destaca como caso extremo el de las muertes fulminantes por exceso de trabajo, un fenómeno que en Japón es conocido como karoshi.

Una dificultad para diagnosticar el problema en una etapa inicial de la adicción es que quien la sufre no es consciente de ello. “Son personas que están encantadas de conocerse”, afirma Sender. “Es una de las enfermedades de la negación”, señala Alonso. La profesora titular de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid María Inés López Ibor añade otro factor que complica tanto el diagnóstico como la elaboración de estadísticas sobre el tema. “El límite entre estar muy estresado en el trabajo y ser adicto no es fácil de determinar”.

Aunque no hay datos sobre la magnitud del fenómeno, los expertos coinciden en que en la actualidad hay factores locales y globales que lo agravan. En España, las altas tasas de desempleo aumentan los riesgos para los afortunados que aún conservan sus puestos. Esto puede ocurrir por dos vías, según Trabazo. El temor a perder el empleo y no encontrar otro puede en algunos casos ser real e incrementar el impulso por mantenerse activo, y en otros, servir como excusa ante una familia que le advierte de la necesidad de bajar el ritmo.

Sin límites 

Las nuevas tecnologías y las fronteras más difusas entre la vida laboral y personal también complican el panorama. “Para las personas adictas es un desastre. Es dejar la barra libre para que no tengan ningún límite”, afirma Sender. Trabazo añade que los teléfonos inteligentes han allanado el camino a los impulsos de los workaholics. “Antes el adicto tenía que buscar una excusa para ir a la oficina, ahora puede parecer que está mirando una película cuando en realidad está resolviendo un asunto por e-mail”. Alonso añade otra razón por la que las nuevas tecnologías agravan el problema. “Las buenas relaciones personales, cara a cara, reducen el riesgo de caer en la adicción”.

 Resistir el impulso de ser productivo y cambiar de rutina puede requerir la ayuda de un profesional y en algunos casos un tratamiento farmacológico. Pero para los que no han llegado a un nivel tan extremo o quieren prevenirlo, los expertos tienen algunos consejos. “Es importante mantener buenas relaciones sociales y familiares, tener hobbies y saber disfrutar del momento y de las cosas simples de la vida”, afirma Trabazo.

Aunque no es considerada una patología en sí misma, la adicción al trabajo ha sido objeto de numerosos estudios académicos. A partir de la colaboración de 12.135 trabajadores noruegos de 25 industrias diferentes, investigadores de la Universidad de Bergen (Noruega) desarrollaron el año pasado un nuevo instrumento para medirla. La escala de Bergen evalúa a las personas a partir de siete tipos de conducta, sobre las que se deben marcar las opciones nunca, raramente, a veces, a menudo o siempre.

Las mencionadas conductas son: pensar en modos de ganar más horas de productividad laboral; invertir más tiempo en el trabajo del que se pretendía inicialmente; trabajar para reducir sentimientos de culpa, ansiedad, desconsuelo o depresión; desoír a otras personas que le han dicho que trabaja demasiado; sufrir estrés si surge algo que les impide trabajar; menospreciar los hobbies, las actividades recreativas o deportivas a causa del trabajo, y haber trabajado hasta el punto de afectar negativamente la salud. El estudio llegó a la conclusión de que marcar a menudo o siempre en al menos cuatro de los siete ítems sugiere que la persona es un workaholic.

Serlo en tiempos de crisis tiene un riesgo añadido. Trabazo afirma que para un adicto al trabajo, el despido puede significar la caída en un cuadro depresivo muy grave. En ese peligro hace hincapié Sender. “Son personas que han vivido muy pobremente su vida familiar, que obtenían todo su autoestima de la actividad, y al perderla, sufren una crisis muy seria”.

 Fuente:cincodias.com

martes, 24 de septiembre de 2013

El estrés postraumático materno está asociado con traumas en los hijos

Los hijos de las mujeres con trastorno por estrés postraumático (TEPT) serían vulnerables a los traumas, según sugieren los resultados de un estudio realizado en Estados Unidos. Los autores aclararon que una limitación del estudio es el tamaño de la muestra.

Los autores observaron que los hijos de las mujeres con TEPT que vivían en las ciudades padecían más experiencias traumáticas (enfrentamientos armados, violencia doméstica, mordeduras de perros o accidentes automovilísticos) antes de los 5 años que los hijos de mujeres con depresión o sin trastornos mentales.

Las mujeres con TEPT y depresión eran más propensas a decir que agredían física o psicológicamente a sus hijos que las que tenían uno de esos dos trastornos.

"El mensaje es que cuando los padres sufren, también lo hacen sus hijos", dijo el doctor Howard Dubowitz, profesor de pediatría de la Facultad de Medicina de la University of Maryland, en Baltimore. "Los que ayudamos a cuidar a los niños no podemos ignorar los problemas con los que están luchando las madres y los padres", agregó.

Los chicos expuestos a experiencias traumáticas tienen alto riesgo de padecer distintas enfermedades cuando crecen, como la obesidad, la adicción al alcohol y las drogas, las cardiopatías, el suicidio y los trastornos mentales.

"Todos nos concentramos en la depresión, aunque el TEPT y la depresión van juntas", dijo el autor principal del estudio, Claude Chemtob, director del Programa de Investigación de los Traumas Familiares del Centro Médico Langone de New York University.

Con su equipo, reunió a 97 mujeres con hijos de entre 3 y 5 años de las clínicas de atención primaria pediátrica de la Escuela de Medicina de Mount Sinai en la Ciudad de Nueva York.

La mayoría de las mujeres era de etnias minoritarias y tenían título secundario. Respondieron cuestionarios para detectar los síntomas de depresión y TEPT. También informaron si sus hijos habían presenciado situaciones violentas.

La mayoría de las mujeres no tenía depresión clínica ni TEPT, según publica el equipo en JAMA Pediatrics. Once de las 97 mujeres tenían depresión que se podía diagnosticar, seis tenían TEPT y 10 padecían ambos trastornos.

Chemtob dijo que la población estudiada tenía niveles más altos de depresión y TEPT que la población general.

MÁS ESTRÉS CON LA CRIANZA

El equipo halló que las mujeres con TEPT y depresión padecían más estrés con la crianza. "Para ellas, la crianza es más difícil y con menos recompensas", precisó Chemtob.

En el 2012, la Academia Estadounidense de Pediatría instó a los pediatras a reducir "el estrés tóxico" para los niños que puede aparecer cuando los padres o los cuidadores carecen de una buena salud mental.

En el estudio, los hijos de las mujeres con TEPT habían presenciado unos cinco hechos traumáticos, mientras que los hijos de las mujeres con depresión únicamente o ningún trastorno del ánimo habían presenciado uno solo.

Un tercer grupo de niños, cuyas madres tenían TEPT y depresión, habían experimentado cuatro hechos traumáticos. "Los efectos de los trastornos mentales maternos pueden ser especialmente negativos en los primeros años de vida, desde el embarazo hasta los 5 años", dijo Michelle Bosquet, del Hospital de Niños de Boston, en Massachusetts, que no participó del estudio.

Bosquet recordó que varios estudios previos se habían concentrado sólo en la depresión. Por ese motivo, poco se conoce sobre cómo el TEPT puede influir en la crianza.

Fuente:europapress.es

miércoles, 11 de septiembre de 2013

La adicción a los videojuegos destruye la unidad familiar

Una indagación efectuada entre dos mil adolescentes de la comunidad virtual Habbo Hotel coloca a las consolas y videojuegos entre las solicitudes preferidas por los chavales. Solo un cuatro por ciento de los muchachos piden libros.

Para la totalidad de los padres el tiempo de ocio empleado con las videoconsolas no debería superar una hora diaria. Estos datos corresponden a una investigación efectuada entre cuatro mil progenitores de Reino Unido, Francia, Alemania e Italia. Los padres no se involucran en los juegos, seis de cada diez críos juegan en solitario.

Por otra parte, los videojuegos son empleados por los muchachos como una disyuntiva al aislamiento. El chiquillo alivia sus bravuras con la máquina hasta el extremo de llegar a incomunicarse y le hace extraviar la noción del tiempo, aumentando actitudes violentas.

En ocasiones los videojuegos violentos o fanáticos son colgados en la red y repartidos, gratuitamente, por organizaciones fascistas, racistas o delictivas para atraer adictos entre la juventud. Los chiquillos convienen que distribuyan sus actividades y dedicar parte de su tiempo a otras tareas como el deporte, el teatro o la lectura.

El catedrático del MIT, Joseph Wizenbaum, registró como “bohemios de Internet a los jóvenes brillantes de aspecto desaliñado, con ojos hundidos y vidriosos, sentados al teclado del ordenador, con los brazos tensos y esperando accionar los dedos y que trabajan hasta treinta horas seguidas y su menú se resume a café, bebidas refrescantes y bocadillos. Duermen en catres junto a las hojas impresas. Su ropa arrugada, su cara sin lavar ni afeitar y los cabellos despeinados”.

Los videojuegos se identifican con una sociedad hipertecnificada. Estados Unidos, Canadá, China y Corea del Sur ya cuentan con fantásticas “clínicas de desintoxicación”. Los primeros presagios de adicción aparecen cuando deciden no alimentarse. Le sigue la ingesta de drogas para sostenerse despejados.

Por último, en la Universidad de Ámsterdam se ha evaluado que el 80% de los adolescentes de 18 años juegan, frecuentemente, a algún videojuego.

Fuente:diariosigloXXI.com

Primer hospital público en tratar la adicción a Internet en EE UU

La primera vez que el psicólogo Ivan Goldberg mencionó el término "adicción a Internet" fue en 1995 y sus compañeros de profesión no le dieron la mayor importancia en un momento en el que la Red daba sus primeros pasos a nivel global y se acercaba poco a poco al ciudadano de a pie. Dieciocho años después, y sin ser definido oficialmente como trastorno por parte de la comunidad de psiquiátrica de Estados Unidos (APA, por sus siglas en inglés) -en el nuevo manual DSM 5 publicado en mayo se define como una patología a revisar-, este lunes abre sus puertas el primer centro que trata a ciberadictos asentado en un hospital público del país -en Bradford, Pensilvania-.

"El mayor problema que tienen estos enfermos es el tiempo que pasan usando Internet. Existe una gran diferencia entre aquellos que a pesar de depender de la tecnología son capaces de encontrar un equilibrio con su vida y aquellos que son incapaces", explicó en un comunicado, Kimberly Young, psicóloga que lleva tratando a personas con esta adicción desde 1994 y fundadora del programa. Los pacientes que padecen la enfermedad, normalmente, mienten acerca de cuántas horas pasan en la Red y cómo este hecho interfiere en sus vidas.

La adicción a Internet se define como la incapacidad extrema para dejar de usar la Red; una conducta que afecta a la vida del individuo en todos los aspectos: social, familiar y personal. El perfil del adicto a Internet es un “hombre, joven y muy inteligente". "Normalmente, son tímidos y padecen baja autoestima. La mayoría están obsesionados con los juegos en línea más que estar enganchados a las redes sociales o a la pornografía", añadió la doctora.

Las consecuencias en la salud de este tipo de adicción son: la obesidad, la trombosis venosa (coágulo de sangre que se forma en una vena profunda del cuerpo) y el síndrome del túnel carpiano (afección en la cual hay presión sobre el nervio mediano, el nervio de la muñeca que proporciona sensibilidad y movimiento a partes de la mano).

Durante el programa, que es voluntario, el paciente estará ingresado durante 10 días. La primera fase consiste en una evaluación exhaustiva de los síntomas y la prohibición total de usar móviles inteligentes, tabletas y ordenadores. La primera etapa dura unas 72 horas. Tras estos tres días, los adictos se enfrentarán a sesiones de terapia conductual y educacional con la que se persigue modificar el comportamiento mediante técnicas específicas de control de impulsos.

El objetivo del programa es conseguir que los pacientes usen Internet de forma responsable. “Erradicar su uso no sería algo realista ni acorde con los tiempos actuales". China y Corea del Sur son líderes en este tipo de tratamiento, según informa REUTERS.

Al no estar incluida la adicción a Internet en el nuevo DSM 5, los seguros sanitarios estadounidenses no cubren el tratamiento. Aquellos que quieran acceder al programa tendrán que pagar unos 14.000 dólares de su bolsillo. Existen otros centros privados que tratan esta adicción en el país, en Estados como Illinois, Washington y Connecticut. Pero este, es el primero que se va a impartir en un hospital público y en el que los pacientes estarán ingresados "para acelerar su curación", concluyó Young, en el mismo texto.

Fuente:elpais.com

viernes, 6 de septiembre de 2013

Asocian el estrés postraumático con un mayor riesgo de maltrato infantil

El trastorno de estrés postraumático materno parece estar asociado con un riesgo mayor de maltrato infantil más importante del que se asocia con la depresión materna, según un estudio publicado en JAMA Pediatrics.

Se sabe que la psicopatología de un cuidador es un importante factor de riesgo para el maltrato infantil y han sido muchos los estudios que han relacionado la depresión materna con una mayor predisposición al uso del castigo corporal y del abuso físico en los niños. Pero hasta hace poco, la investigación sobre la depresión materna y el riesgo de maltrato ha ignorado la alta tasa de comorbilidad entre la depresión y el trastorno de estrés postraumático. Según la Encuesta Nacional de Comorbilidad de EEUU, casi un 24,7 por ciento de las mujeres deprimidas sufren trastorno por estrés postraumático y el 48,4% de las mujeres con estrés postraumático padecen depresión.

El equipo de Claude M. Chemtob, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York (EEUU), ha examinado ahora la asociación entre la depresión materna, trastorno por estrés postraumático y entre éste y la depresión con el riesgo de maltrato infantil y estrés de los padres y con el número de eventos traumáticos al que están expuestos los niños en edad preescolar. En total, el trabajo incluyó a 97 madres de niños de 3 a 5 años de edad, la mitad varones.

Agresión 

Los resultados mostraron que los hijos de madres con trastorno por estrés postraumático o con estrés postraumático y depresión sufrieron más eventos traumáticos que los de madres que solamente tenían depresión o ninguna de esta dos patologías. Cuando los síntomas de la gravedad del estrés postraumático eran altas había un mayor riesgo de agresión psicológica y de eventos traumáticos para los hijos.

«Aquellas madres en las coexistían el estrés postraumático y la depresión reportaron los niveles más altos de abusos físicos y psicológicos y de estrés en general». Para Chemtob, dada la elevada comorbilidad que existe entre el estrés postraumático y la depresión, los datos «apuntan la importancia de evaluar los síntomas de estrés postraumático al existir una relación entre la depresión y el aumento de riesgo de maltrato infantil». 

Fuente:abc.es

El «interruptor» que desencadena la depresión

Un nuevo estudio ha identificado en ratones el papel clave de una proteína en los procesos biológicos que se dan en una zona del cerebro asociados a la depresión. El hallazgo podría ayudar a desarrollar nuevos fármacos en el futuro. 

La depresión afecta a unos 350 millones de personas en el mundo. Sin embargo, el conocimiento que se tiene sobre el puzzle de mecanismos biológicos que la provocan es muy precario. Los fármacos que se utilizan para tratarla actúan, un poco a ciegas, sobre una serie de interruptores del cerebro que regulan el funcionamiento de los neurotransmisores (como la serotonina o la noradrenalina), sustancias responsables de nuestro estado de ánimo. Pero las piezas que se tienen del rompecabezas son pocas, y este tipo de fármacos sólo funcionan en dos terceras partes de los pacientes.

Un nuevo estudio, publicado en la revista Science, revela el hallazgo de un nuevo interruptor molecular que activa los síntomas de la depresión en ratones. Se trata de una proteína, cuya presencia en una zona concreta del cerebro pone en marcha una serie de procesos bioquímicos que desencadenan los síntomas depresivos.

En esta zona del cerebro, llamada habénula lateral, los científicos ya habían identificado una actividad neuronal especialmente alta en pacientes deprimidos, aunque no se sabía qué proceso molecular la desencadenaba. A partir de una serie de observaciones, los investigadores de la Academia de Ciencias de Shangai han descubierto que el desencadenante es la proteína CaMKII, que está presente en esta zona en una cantidad dos veces mayor en pacientes deprimidos que en pacientes sanos.

Menor interés por estímulos placenteros

Mediante una serie de experimentos, los investigadores forzaron la producción de esta proteína en el cerebro de los ratones, obteniendo como resultado la intensificación del rendimiento neuronal de esta área cerebral causando los síntomas de la depresión. Los animales en los que se promovió la producción de esta proteína dejaban de mostrar interés por el azúcar que los investigadores ponían a su alcance, y ponían menos empeño en defenderse ante un castigo, dos tipos de comportamiento vinculados con la depresión profunda.

De la misma manera, al bloquear la expresión de la proteína, los síntomas depresivos se invirtieron. "Este estudio ha localizado una nueva diana potencial sobre la que actuar para tratar la depresión", explica Cecilio Álamo, catedrático de farmacología de la Universidad de Alcalá de Henares.

Aunque el traslado de los resultados obtenidos en modelos animales a la clínica no es nada sencillo y seguramente tarde años, se trata de "un primer paso para orientar la búsqueda de un nuevo fármaco que actúe sobre la regulación de la producción de esta proteína y que amplíe el marco de actuación de los antidepresivos", añade Álamo. Las pruebas en modelos animales como los ratones constituyen un test básico por el que han pasado todos los fármacos antidepresivos que se utilizan en la actualidad.

Una pieza más del puzzle incompleto 

"Este estudio aporta una pieza más al complejo puzzle que es la depresión, del que conocemos aproximadamente un 30%", según Álamo, quien explica que siempre hay pacientes con los que el tratamiento no funciona, "porque en cada uno el fármaco está actuando sobre piezas distintas". Cuantas más piezas se hallen, mayor posibilidad habrá de desarrollar fármacos que funcionen en un mayor número de pacientes, acertando en los interruptores moleculares apropiados. Aunque sigue quedando un 70% que se desconoce de esta enfermedad y que dificulta establecer claramente sus causas y los límites que la separan de otras enfermedades.

Tanto es así, que hay estudios que demuestran que cinco de las grandes enfermedades mentales (autismo, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastorno bipolar, trastorno depresivo grave y esquizofrenia) comparten una serie de variaciones genéticas, lo que podría indicar que se trata de diferentes manifestaciones de un mismo proceso. Estas alteraciones comunes se dan en dos genes que regulan los niveles de calcio de las células del cerebro. De hecho, la proteína CaMKII, también vinculada al calcio, está involucrada en procesos de señalización celular y es mediadora de los mecanismos de aprendizaje y memoria, y su mala regulación está relacionada también con la enfermedad de Alzheimer.

Fuente:larazon.es

Bobes: «La depresión es hoy una de las enfermedades más debilitantes de Europa»

El catedrático de Psiquiatría advierte de que un tercio de los pensionados por incapacidad permanente procede del campo de la salud mental.

La crisis nos enferma. El catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo Julio Bobes abordó ayer en el transcurso de las conferencias del 15.ª aniversario de la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI) las implicaciones de la crisis socioeconómica sobre la salud mental en Asturias. Durante una hora larga Bobes repasó algunas de las principales dolencias que presentan los pacientes que acuden en este momento a las consultas de salud mental. También habló el catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo sobre el aumento de las consultas psicológicas por ansiedad y depresión derivadas de la situación de desempleo o las dificultades de los pacientes para afrontar el pago de hipotecas.

«Todos los estudios coinciden en que las crisis a los enfermos mentales graves no les afectan mucho, pero sí ha aumentado la población que antes no acudía a las consultas por problemas de salud mental comunes», indicó Bobes. Esos pacientes centran su demanda en el sistema de atención primaria y es sobre los médicos de familia donde más pesa la atención a los problemas de salud mental derivados de la crisis. «La depresión es hoy en Europa la enfermedad más debilitante», subrayó el catedrático de Psiquiatría antes de anunciar que este tipo de trastornos aumentará «el doble» en un futuro. Las demencias crecerán 2,2 veces más, y la enfermedad de Parkinson, 1,5 veces más.

Los problemas para conciliar el sueño están presentes en más de la mitad de los desempleados y un 85% de los pacientes que sufren de insomnio lo achaca a temas laborales. Pero también existe un número importante de pacientes que acuden a consulta por problemas de estómago, enfermedades de la piel o cuadros de ansiedad, ya que las afecciones psicológicas afectan también físicamente.

A pesar de estos datos, el catedrático advirtió de que no se puede afirmar que la crisis sea causa directa de estas enfermedades, aunque sí representa ciertas implicaciones. Aunque son patologías que en principio no suelen durar mucho, es necesario tratarlas, pues podrían si no llegar a ser algo crónico, subrayó. Las implicaciones económicas de estas patologías también fueron motivo de análisis durante la charla. «Un tercio de los pensionados por incapacidad permanente procede del campo de la salud mental», aseveró Bobes. Y es la depresión la que acarrea una mayor carga al sistema. «Más que los infartos, las demencias y el cáncer de pulmón», agregó.

Aunque el porcentaje de bajas laborales en Asturias descendió en los últimos ocho años, la media se sitúa en este momento en 54 días, por encima de los 41 de la media nacional. Se trata, en la mayoría de los casos, de trastornos que provocan angustia, desesperación, dolor moral y un bajo rendimiento laboral en quienes los padecen, relató Julio Bobes ante la negativa perspectiva de que estas patologías «se incrementarán todavía más hasta 2030».

Un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que es muy importante tener en cuenta que la relación entre crisis económica y salud mental es bidireccional. El catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo añade que esta situación está comenzando a saturar el sistema sanitario con los recursos actuales. «Cada vez vemos más personas con trastornos de ansiedad», reconoció Bobes ante la triste realidad de que «el campo de las patologías del cerebro está infracuidado», pues no se cumple el objetivo del 10% de gasto sanitario previsto según la estrategia de salud mental de la Unión Europea.

Los trastornos del sueño representan también un problema importante. De hecho, entre un 8 y un 12% de la población sufre insomnio crónico, algo que puede causar desde alteraciones hormonales hasta enfermedades cardiovasculares e inmunológicas. Unas cifras que según Julio Bobes se traducen en «mucho sufrimiento porque hay personas y familias enteras detrás».

En su repaso sobre la relación de la salud mental y la crisis socioeconómica en Asturias, el catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo no se olvidó del aumento de los casos de suicidio. Asturias es la segunda comunidad autónoma con mayor tasa de conductas suicidas, un 10,4%, tras Galicia, que se encuentra sólo una décima por delante.

«Son problemas que requieren persistir en el esfuerzo que se había hecho hasta ahora», remarcó Bobes en su reivindicación sobre la necesidad de continuar dedicando recursos a la atención de los problemas de salud mental. En este sentido señaló que Gijón es un referente en la atención a este tipo de patologías «por haberse organizado bien» y subrayó, a modo de conclusión, que no existe salud si no hay salud mental. «No todas las enfermedades son iguales, algunas resultan muy discapacitantes», advirtió.

Fuente:ine.es

El trastorno bipolar puede llevar a la esquizofrenia

Descubren un patrón genético común entre las principales enfermedades psiquiátricas. 

Investigadores han demostrado por primera vez evidencia de un patrón genético común entre el trastorno bipolar, la depresión y la esquizofrenia, por lo que es frecuente que pacientes con una de las dolencias desarrollen con los años las otras.

El estudio, que ha sido publicado en Nature Genetics, ha encontrado menor correlación entre estas enfermedades y el autismo y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

La raíz de las enfermedades psiquiátricas como el trastorno de bipolaridad, la depresión, esquizofrenia, el autismo y el TDAH no es completamente conocida. Durante más de 125 años, los médicos han realizado diagnósticos basándose en una sumatoria de síntomas observados en los pacientes. Sin embargo, ahora han podido concluir que estos cinco desórdenes psiquiátricos tienen un vínculo genético y esto permitirá avanzar en el conocimiento de los fundamentos moleculares de estas enfermedades.

Este estudio internacional, liderado por el consorcio «Cross-Disorder Group of the Psychiatric Genomis», es el mayor estudio sobre el aspecto genético de las enfermedades psiquiátricas realizado hasta la fecha. Los hallazgos permitarán desarrollar nuevas opciones terapéuticas para tratar estas enfermedades.

En declaraciones a Europa Press, el coordinador del grupo español y representante del Laboratorio de Psiquiatría Genética del VHIR y del Servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d'Hebron, Josep Antoni Ramos-Quiroga, ha destacado que en un horizonte de diez años se podrá llevar a cabo una terapia más personalizada de estas dolencias, igual que actualmente sucede con el cáncer.

Ramos-Quiroga, ha explicado que «por primera vez se cuantifica la carga genética» de estas dolencias, que es muy alta. Por su parte, el autor principal del estudio y profesor de psquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad Commonwealth de Virgina, Kenneth S. Kendler, ha asegurado que «estos resultados nos dan la más clara imagen disponible hasta la fecha del grado de similitud genética entre estas enfermedades. Esperamos que esto nos ayude a desarrollar un diagnóstico más científico además de entender el nivel de base biológica que comparten estos desórdenes».

Prevención de enfermedades 

En pacientes con una patología psiquiátrica «se podrá evaluar el riesgo de sufrir una depresión y ofrecer un tratamiento psicológico preventivo» para evitar este trastorno, aseguró el coordinador español Quiroga.

«Los resultados son contundentes, pero no concluyentes», destaca el experto del VHIR, quien señala que el TDAH y el autismo son las patologías que presentan menos heredabilidad compartida y, al mismo tiempo, son las dos patologías de las que se ha recopilado una muestra menor. Esta investigación permite alcanzar nuevas dianas terapéuticas, para en un futuro trabajar en tratamientos farmacológicos más eficientes y personalizados.

Un puzzle 

El estudio ha analizado las variaciones del nucleótido SNP, y ahora los investigadores trabajan en el análisis de más variaciones genéticas para encajar el «gran puzzle» de la carga genética en las dolencias psiquiátricas, en que la herencia genómica juega un papel muy destacado, a menudo por encima de factores ambientales y circunstanciales.

La investigación además se ha basado en otro publicado este año en The Lancet, en el que se concluyó que polimorfismo de un solo nucleótico (SNPs) está asociado con enfermedades psiquiátricas que pueden producirse duante la niñez o adultez.

Fuente:abc.es

"El juego online creó otro perfil de ludópata"

Susana Jiménez Murcia es española, psicóloga, especialista internacional en ludopatía y encargada de la Unidad de Juego del Departamento de Psiquiatría del Hospital de Bellvitge, de Barcelona.

Henrique Lopes es portugués, investigador de ludopatía y director del Centro de Investigación sobre ludopatía, en Lisboa. Ambos brindarán hoy, a partir de la hora 9: 30 en el piso 25 del Hotel Sheraton, una exposición sobre el juego patológico y prevención. Los expertos hablaron con El País sobre la forma de regular la actividad y la preocupación de la irrupción del juego online. "A raíz del juego por internet cambió el perfil, ahora son muchos los jóvenes afectados".

 -¿Cómo es el perfil de una persona ludópata? 

 Susana Jiménez: Ha habido un cambio llamativo en España y en otros lugares del mundo. Porque hasta ahora, los pacientes que recurrían a las unidades asistenciales de ludopatía en España eran, básicamente, consumidores de máquinas tragamonedas, con estudios primarios, y con una edad de 35 a 40 años. Pero ahora estamos viendo un cambio brusco de tendencia, con la entrada del juego online. En España, hace un poco más de un año se legalizó el juego online y se ha autorizado a una serie de operadores, lo que llevó a un incremento importante de este tipo de juego. Y eso trajo consigo un perfil muy distinto de jugador.

 -¿Y cómo es ese nuevo perfil de ludópata? 

 Susana Jiménez: Son jóvenes, con estudios universitarios, con más recursos y que hacen una evolución mucho más corta en su desarrollo del trastorno. Habitualmente un jugador, desde que empieza hasta que desarrolla el trastorno, suele pasar unos 5 o 6 años. Y en el caso del paciente con el juego online en dos años ya presenta todos los síntomas y con deudas que triplican las que tienen, en promedio, los pacientes de máquinas tragamonedas. Henrique Lopes: El paciente tradicional era un hombre con tradición de bebidas, de la noche, de la barra. Ahora aparecen muchísimos jóvenes estudiantes. Porque una cosa es ir al casino a jugar y otra cosa es jugar en tu cuarto, en tu casa.

 -¿Esto puede representar un daño mucho más grave? 

 Susana Jiménez: Es un daño distinto, no sé si más grave. Porque graves también son las máquinas tragamonedas, que afectan a la mayoría de la población y, sobre todo, a sectores de población con un nivel cultural y adquisitivo más bajo y vulnerable. De todos modos, es cierto que entre los jóvenes el juego online puede representar un riesgo importante. Henrique Lopes: El tema es que un hombre maduro tiene otras defensas, sin embargo un jovencito no tiene la plenitud mental para saber lo que vale el dinero. Primero empiezan jugando sin dinero de por medio... jugando a puntos, a vidas. Después, piensan que porque logran avanzar diferentes niveles en el juego pueden apostar y hacer dinero y empiezan a jugar al poker. Además, todo esto es incentivado: hay estudios para viciar a los jóvenes en esto, jugando con las luces y colores del computador.

 -¿Cómo se logra prevenir esta nueva modalidad? 

 Henrique Lopes: Las compañías de juego por internet no se autolimitan o regulan, como sucede con los casinos. Los propietarios de casino en Estados Unidos crearon códigos de prevención, donde se limitan ellos mismos su actividad, proporcionando momentos de placer, pero poniendo trabas a los excesos del juego. El fenómeno online, al ser completamente nuevo genera muchísimas dificultades para abordarlo, porque es un fenómeno que no está suficientemente estudiado. No tenemos buenos instrumentos ni capacidad de intervención allí. Susana Jiménez: En España se han tomado medidas como autorizar a determinados operadores, dándoles determinadas licencias. Entonces sale un logo en estos juegos, en estas páginas, que dice que se trata de un operador que tiene la aprobación del gobierno, y por tanto está regulada.

 -¿Y esta medida qué efecto concreto ha tenido en ese joven con trastorno? 

Susana Jiménez: El tema es que todavía es muy reciente la medida. Se legalizó el año pasado el juego online, por lo que la comisión está empezando a hacer las primeras acciones en esa dirección. Creo que todavía no tienen datos, pero como mínimo avisan que estás páginas son las autorizadas. Y luego existe la posibilidad del jugador de autoprohibirse en los juegos online, en estas páginas autorizadas. Henrique Lopes: Pero se trata de que tanto los políticos como los operadores sean inteligentes para no destruir lo que hoy les reporta ingresos.

 -¿En qué aspectos se debe ver esa inteligencia en los operadores y el Estado?

Henrique Lopes: Es la inteligencia necesaria para no querer ganar todo el dinero ahora y sí hacerlo a lo largo del tiempo. Porque si se quiere ganar todo ahora se mata al jugador, lo destruye. Si los operadores tienen la inteligencia suficiente ellos mismos establecen controles y regulaciones para que ese jugador juegue de a poco, dosificando sus impulsos, y así tiene siempre recursos económicos, sin causar daños a sus clientes.

 -¿Todos podemos llegar a ser potenciales ludópatas si accedemos a las distintas herramientas de juego?

Susana Jiménez: Bueno, siempre intervienen una serie de factores de riesgo, que son tanto individuales, biológicos, como ambientales y sociales. Por ejemplo, un aspecto social es que el juego sea tan accesible, como sucede con internet hoy en día. La accesibilidad nos hace mucho más vulnerables a desarrollar el trastorno. Si bien pueden no tener otros problemas asociados, pero son jóvenes y están frente a una actividad, potencialmente, muy adictiva. Y todavía no tienen los mecanismos de regulación necesarios.

 -En España, ¿cómo están afectando en cifras las distintas modalidades de ludopatía?

Susana Jiménez: En 2011 se estaban barajando cifras de gasto en juego de más de US$ 26.000 millones, con la crisis que tenemos desde 2008 en toda Europa. Y el gasto en juego online aumentó en 2011 un 30%. Es decir, que es un fenómeno que nos está preocupando mucho. Es algo a lo que hay que estar atento para cuando llegue a Uruguay. Lo peor está por venir.

 -¿Qué porcentaje de los pacientes ludópatas que piden ayuda logran salir de su problema y evitar la cronicidad de la adicción? 

Susana Jiménez: A pesar de que es un trastorno gravísimo los tratamientos se resuelven con éxito, contrariamente a lo que se puede pensar... que es una enfermedad crónica y que el jugador es una persona que no va a resolver nunca el problema. Existen muchos estudios basados en evidencias empíricas que demuestran que si el paciente tiene conciencia de su enfermedad, y está motivado para resolver su problema, el 75% supera la patología y el tratamiento resulta eficaz. Es cierto que son trastornos que pueden presentarse por episodios y, por tanto, puede haber recaídas.

Proyecto de ley sobre máquinas es "nefasto" 

El presidente del programa de Prevención y Tratamiento del Juego Patológico de Uruguay, Óscar Cool, calificó de "nefasto" el proyecto de ley que pretende legalizar las máquinas tragamonedas. "No solamente legaliza las máquinas tragamonedas, sino que además mandata mezclarlas con alcohol, ya que pueden instalarse en bares", dijo a El País el psiquiatra responsable del programa que funciona en el Hospital de Clínicas.

En la experiencia española, donde las máquinas tragamonedas fueron legalizadas en todos los bares, la experta Susana Jiménez describió que muchas personas entraron en contacto con ese juego, que representa un gran potencial adictivo, aumentando el número de ludópatas.

"Parece un juego totalmente inocente. De hecho, muchos te dicen que empezaron jugando tirando el cambio del café, y después ya iba con amigos a la salida del trabajo, porque cada tanto me daba algún premio. Y hasta han reconocido que les ha servido para desconectarse de todos su problemas", afirmó Jiménez. En Uruguay la proporción de personas adictas al juego es de 52% hombres y 48% mujeres.

Fuente:elpais.com.uy

La ludopatía atrapa a 500.000 españoles y amenaza al triple

Los expertos alertan de que el juego sin control, un trastorno psicológico equiparado a los causados por adicciones a sustancias, crece con las nuevas tecnologías. Pero el éxito de los tratamientos es superior al 70%, mayor cuanto más motivado está el paciente. 

El ludópata es un enfermo, no «un vicioso» ni «un jugador de mierda». Lo dice Pilar desde su experiencia como esposa de un afectado por la ludopatía o juego patológico, trastorno psicológico de la impulsividad que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Americana de Psiquiatría califican de adicción sin tóxico y equiparan a las causadas por sustancias como la cocaína o la heroína. Coincidiendo con sendos megaproyectos de casinos en Barcelona y Madrid, esta enfermedad, que arruina la salud, la familia y la hacienda, ya alcanza a más de medio millón de españoles y amenaza a otro millón y medio, sobre todo con la expansión del juego por internet. Así lo consideran expertos como Jerónimo Saiz, jefe de psiquiatría del hospital madrileño Ramón y Cajal y padre de la primera unidad dedicada a tratar este trastorno en España, creada en 1979.

Los ludópatas «pierden el control. Juegan porque lo necesitan y desatienden necesidades básicas de trabajo, estudios, familia y amigos» hasta volverse «esclavos de esa conducta», dicen los responsables de estos servicios, que no logran eliminar la lista de espera, como lamenta Susana Jiménez-Murcia, jefa de psiquiatría y salud mental del Institut d'Investigació Biomèdica de Bellvitge (Idibell) y coordinadora de la unidad de juego del hospital barcelonés.

Las asociaciones de jugadores de azar en rehabilitación cuentan que la repercusiones directas suelen ser tremendas. La relación con la pareja y los hijos se debilita conforme «se miente sobre el uso del dinero». Decrece el nivel de concentración laboral al estarse «pendiente de volver a jugar y recuperar lo perdido». Como «no hay economía que lo resista», llegan las deudas, la tentación de taparlas con operaciones fraudulentas y los problemas con la justicia.

DEPRESIÓN Y MÁS ADICCIONES

En este descenso al infierno del juego, el psicólogo clínico Enrique Grande apunta que brotan «otros problemas psicopatológicos asociados», como depresión -«los afectados se dan cuenta del rechazo social y de la ruina a la que llevan a sus familias y a sí mismos»-, alcoholismo, drogadicción y, en los casos más graves, el «riesgo de suicidio como escape de una situación que no se puede soportar».

Jiménez-Murcia cuenta que en hasta el 85% de los casos que llegan a su unidad el motivo sigue siendo las máquinas en las que los afectados «persisten perra a perra». Estos suelen tener entre 30 y 45 años, y apenas un 12% son mujeres. «Empezamos a tener pacientes con estudios universitarios, trabajo y un nivel adquisitivo alto», advierte. Otros especialistas corroboran que el perfil del ludópata que pide ayuda está cambiando. «Cada vez son más jóvenes y más preparados. Muchos han empezado a jugar en internet, en el calor de sus hogares, con la sencillez de gastar dinero haciendo un simple clic», aseguran fuentes del Hospital Clínico de Alicante.

Datos del Hospital de Bellvitge apuntan que casi el 5% de los atendidos por juego patológico ya presentan una adicción gestada on line. Su responsable asegura que también se están atendiendo casos muy graves de «ludópatas bursátiles». Aunque su perfil de personalidad y emocional es similar, estos suelen ser universitarios, sobre todo economistas, y con ingresos altos. El problema radica, según Jiménez- Murcia, en que al tratarse de una actividad bien vista socialmente, suele retrasarse el diagnóstico. «La ludopatía en general tarda mucho en aparecer, en pasar de ser un hábito a un problema que hunde a la persona. De momento, solo estamos viendo la punta del iceberg de lo que puede traer internet», pronostica Saiz.

Pero por suerte, la otra cara de esta dura realidad es que, según los psiquiatras, hay solución. Las diez unidades hospitalarias de Catalunya cifran la tasa de éxito de quienes acuden a sus terapias en más del 70%. «El resto abandona o tiene recaídas a lo largo del proceso», dice Jiménez-Murcia. Una cifra de abandono superior, por ejemplo, a la de las terapias antitabaco y que se podrían mejorar, según Sáiz, si los ludópatas se trataran antes. El gran reto, apunta, es tratar a los que ahora no acuden por el típico «mecanismo de negación del problema» que impide afrontarlo hasta que surgen las implicaciones familiares, laborales y judiciales.

TERAPIAS LARGAS PERO EFICACES

Precisamente aceptar el problema y estar motivado es clave, apuntan médicos y psicólogos, para que las terapias sean eficaces. El programa de tratamiento de Bellvitge tiene dos fases. La primera es intensa, de 16 sesiones, una por semana durante 4 meses. Si se supera, es decir, si el paciente recupera el autocontrol y no juega, pasa a otra de seguimiento durante dos años. En total, «desde que se entra en la consulta hasta el alta definitiva son dos años y medio», explican.

La mayoría mejora de forma espontánea. El tratamiento fundamental es psicológico o cognitivo conductual, salvo en pacientes con trastornos asociados que requieren usar fármacos. «Cuesta pero compensa. Cuando jugaba me sentía un desgraciado. Ahora me he encontrado a mí mismo como persona y vuelvo a disfrutar de la vida», dice Miguel, un exludópata tratado por el Ramón y Cajal de Madrid.

Fuente:elperiodico.com