lunes, 30 de agosto de 2010

La población adicta a las compras crecerá del 16,77% actual al 18,04% en 2013

Los adictos a las compras, actualmente un 16,77 por ciento de la población, aumentarán en un periodo de tres años hasta el 18,04 por ciento en un escenario de recuperación económica rápida, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia, la Universitat de València y la del País Vasco.

La investigación muestra que en 2010 el 44,03% de la población es comprador racional (aquellos que tienen un alto autocontrol sobre la compra y una baja tendencia al gasto no planificado o emocional) y el 39,20% es sobrecomprador (personas con hábitos de compra impulsiva y alta tendencia a la compra emocional), han informado fuentes de la universidad.

El restante 16,77% de la población es adicta a las compras, es decir que tiene dificultades para controlar el comportamiento impulsivo de compra.

Los investigadores han desarrollado un modelo matemático de ecuaciones a partir de datos teóricos como tasas y tiempo de recuperación y el Índice de Confianza del Consumidor y diferentes hipótesis, ajustándolo a datos extraídos de dos encuestas realizadas en Vizcaya en 2001 y 2010.

Para el año 2011, el nivel de compradores adictos aumentaría levemente al 16,88% en cualquiera de los escenarios económicos contemplados, que incluyen la recuperación en forma de V (rápida), de U (progresiva), de W (mejora para volver a caer al cabo de unos meses) y de L (fecha de recuperación incierta y largo estancamiento).

En 2012 se produce, según el estudio, una ligera diferencia entre los escenarios con un 17,22% de adictos a las compras en los casos de recuperación rápida, un 17,11% en el caso de mejora progresiva, un 17,05% en la recuperación en forma de W y un 17,04% en un periodo de estancamiento.

Para 2013, el modelo predice un nuevo aumento de adictos a las compras, con un 18,04% de la población en el caso de recuperación rápida, del 17,61% en el caso de que sea progresiva, del 17,42% si la recuperación no tiene fecha cierta y del 17,21% si la situación mejora y vuelve a caer.

En conclusión, la tasa de prevalencia de la adicción a las compras se está incrementando, según la investigadora del Instituto Universitario de Matemática Multidisciplinar de la Universidad Politécnica de Valencia Paloma Merello.

Según explica, en épocas de bonanza económica, donde mayor porcentaje de individuos considera expectativas positivas, se acelera el ritmo de crecimiento de la población adicta a las compras.

Junto a Merello, en el estudio han participado Irene García, investigadora de la Universidad del País Vasco, Francisco José Santonja, de la Universitat de València, y el director del Instituto de Matemática Multidisciplinar de la Universidad Politécnica de Valencia, Lucas Jodar.

El trabajo se presentará en septiembre en las jornadas "Mathematical Models of Addictive Behaviour, Medicine & Engineering" organizadas por ese instituto.

Fuente:AgenciaEFE

jueves, 26 de agosto de 2010

El 10% de los ciudadanos está ‘enganchado’ a los juegos de azar

La crisis económica ha incrementado esta ludopatía en Castellón.

Uno de cada diez castellonenses sufre adicción al juego de forma patológica y, de ellos, más del 70% está enganchado a las máquinas tragaperras, según un estudio realizado por Patim, organización provincial dedicada a la prevención y el tratamiento de diversas adicciones y una de las pocas que se ocupa específicamente de la ludopatía.

Desde la entidad explican que parece que no existe el problema, ante los pocos casos atendidos, lo que conlleva una situación de silencio clínico, pues no hay muchos pacientes, pero sí enfermos que no acuden a tratamiento, pues reciben cientos de peticiones de información a lo largo del año. En este sentido, los expertos aseguran que la ludopatía debe salir del armario, pues los enfermos no suelen salir de entornos difíciles, pero los crean. Es una problemática que provoca que muchos adictos abandonen a sus hijos, descuiden a la pareja y priven de recursos económicos a la familia.

Y a pesar de la crisis, el juego, que no tiene mayor riesgo que una pérdida económica si se practica de forma controlada, va en aumento. Según los datos de la Comisión Técnica del Juego de la Comunitat, los castellonenses, invierten casi 190 millones al año en bingos, apuestas del Estado y sorteos de la Once, con un gasto medio anual por habitante que supera los 1.066 euros.

Fuente:Elperiodicomediterraneo.com

sábado, 21 de agosto de 2010

El número de adictos al juego que piden ayuda se duplica en un año

Las dificultades económicas están entre las principales causas del incremento.

Un total de 865 personas acudieron el año pasado a los centros de tratamiento ambulatorio de la Junta de Andalucía en busca de ayuda para superar la adicción patológica al juego. Una cifra que se gana el calificativo de alarmante cuando se la compara con el registro del año anterior, que apenas superó los 300. La Consejería de Igualdad y Bienestar Social resalta en su último informe este salto "más que significativo" en el número de solicitantes de ayuda. A las cifras de la Administración hay que sumar las propias de las asociaciones de rehabilitación que el año pasado atendieron un total de 1.700 pacientes mientras que en los seis primeros meses de 2010, el número ya supera los 1.800.

Este colosal incremento en el número de solicitantes de apoyo frente a la adicción no se puede vincular a ningún hecho o situación concreta, aunque al cruzar los datos particulares destacan algunas coincidencias. El presidente de la Federación Andaluza de Jugadores Rehabilitados (Fajer), Luis Suárez, no duda al afirmar que "la crisis económica es uno de los factores desencadenantes". "Viene mucha gente joven, parejas sobre todo, que se ha quedado sin trabajo. Echan mano a los juegos de azar como vía de escape. La situación, a veces, es casi desesperada y necesitan dinero rápido", describe Suárez.

"Es importante no relacionar el juego con la marginalidad. Siguen tratamiento hombres y mujeres de todos los niveles económicos", subraya Noemí Agudo, trabajadora social especialista en drogodependencia y adicciones.ne.

Según los expertos, el cóctel que propicia la ludopatía combina causas de origen personal (estrés, negación de la realidad, superación de la timidez, problemas de comunicación), de origen familiar (padres jugadores, hábitos de vida imposibles de afrontar económicamente) y social (publicidad del juego, la cantidad de sitios donde se puede jugar y el fomento más o menos encubierto).

El número de afectados por ludopatía en España oscila entre 900.000 y un millón de personas. De estas, en torno a 130.000 son de Andalucía. La mayoría de los afectados busca ayuda directamente en las asociaciones provinciales o consulta a su médico de cabecera, que, salvo casos excepcionales, suele derivarlos allí también.

Desde el Servicio Andaluz de Salud se aclara que, a no ser que se observe una patología mental grave, se suele aconsejar una visita a una asociación de rehabilitación, donde se cuenta con psicólogos, trabajadores sociales y especialistas en el tema.

Suárez hace hincapié en que, cada vez, los jugadores son más jóvenes -el 60% entre los 28 y los 35, mientras que hace cuatro años, la media estaba entre los 40 y 45- y "tienen mucho menos dinero que antes".

En el informe realizado por el Observatorio Andaluz sobre Drogas y Adicciones, se describen las características del jugador. Por sexos, los hombres juegan muchísimo más (808 varones por cada 57 mujeres). Las mujeres juegan más al bingo (37% frente al 8%) y los hombres a las tragaperras (82,9% frente a 33,3%). La media semanal de tiempo dedicado al juego es de 5,3 horas y el gasto medio es de en 292,6 euros por semana. El juego suele estar acompañado de otros hábitos poco saludables. Así, casi todos los ludópatas consumen alcohol, que suelen combinar con tabaco, mientras juegan.

En esto días, el riesgo es mayor. "En verano siempre se da un repunte debido al ocio en común", advierte el presidente de Fajer, ya que "el jugador pasa más tiempo con las parejas, con la familia, hay discusiones y más estrés".

Fuente:Elpaís.com

Más sobre la esquizofrenia

Escribo esto tras haber leído el artículo La esquizofrenia y las metáforas peligrosas que Antonio Cuevas publicó en este periódico el 6 de este mes. Hay algo que me gustaría decir: las enfermedades mentales no pueden de ninguna manera ser estigmatizadas y tampoco banalizadas. Ninguna persona aquejada de una enfermedad de este tipo puede ser malditizada ni utilizada como paradigma (es el caso del esquizofrénico) de la agresividad, de la maldad o de los peores instintos. Un esquizofrénico es un ser humano, con una enfermedad, la esquizofrenia, pero ante todo un ser humano, no mejor, pero tampoco peor que otros a los que no se les pone nombre. Yo soy esquizofrénica pero también capaz de redactar este artículo y de muchas otras cosas. No lo digo con orgullo (sería una necedad sentirse orgullosa de padecer una dolencia que hiere hasta los cimientos de la existencia), pero tampoco lo digo con vergüenza.

De la misma forma que a algunos les falta insulina porque su páncreas no la produce y son diabéticos, a mí (aún no está claro el origen de la enfermedad) me faltan quizás ciertas proteínas en el cerebro y soy esquizofrénica. He pasado por fases casi catatónicas, por otras paranoides y finalmente me queda una esquizofrenia residual. Puedo asegurarles que, aunque mi condición y mi sufrimiento hayan supuesto durante mucho tiempo el llanto amargo de todos los que me querían y me quieren, en ningún momento, nunca, jamás, se han sentido amenazados o atemorizados por mí. No soy agresiva, nunca lo he sido y, en cualquier caso, la agresividad que puede provocar un mundo interior sin luces, sin orden, sin lógica, sin conexión entre cuerpo y mente, ha revertido sólo sobre mí en forma de angustia o de terror por no entender, por no saber ni siquiera cuál es la realidad o mi realidad.

Estoy muy bien medicada, hago psicoterapia y cuento y he contado siempre con el gran amor, apoyo y comprensión de los míos. Desde aquí les doy las gracias, a ellos y a mi psiquiatra, que me recetó, entre otros, el medicamento que me hace vivir, Risperdal Consta. Así que, como apunta el señor Cuevas, basta ya de estigmatización y de no "separar las cosas y ver con claridad". El esquizofrénico sólo es potencialmente peligroso para otros o para él mismo si no está medicado y está dejado a su merced bien por la familia, bien por las instituciones o por ambas a la vez. Yo, esquizofrénica, con una vida hecha de mis rutinas, de mis pequeñas ilusiones, de mis aficiones, como la lectura, de mis momentos bajos o muy bajos y de mis alegrías, puedo ser también el paradigma de la esquizofrenia, porque les aseguro que hay muchos, muchos como yo.

Decía más arriba que las enfermedades mentales tampoco deben ser banalizadas y aquí podría entroncar de lleno con el artículo de Cuevas porque el lenguaje común banaliza y utiliza determinados términos como sinónimos inadecuados, incorrectos y faltos de precisión y sensibilidad. Más de una vez he oído o leído "vivir esta esquizofrenia que supone pasar del escenario a la vida normal" en boca de algún actor o actriz. Pero ¿saben ellos lo que es la esquizofrenia? No banalicemos, no utilicemos el lenguaje con tanta ligereza porque los enfermos (en su mayoría inteligentes aunque suene raro) nos dolemos con ello. Pero no voy a poner ejemplos sólo referidos a mi enfermedad. Existen otras, como el Trastorno Bipolar o el TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo). Hace poco leía una entrevista a un conocido personaje a quien el periodista preguntaba sobre su bipolaridad a la hora de concebir la vida. No. La bipolaridad es una enfermedad (tratable pero muy dolorosa), no es una postura ante la vida ni ante nada. En cuanto al TOC (enfermedad padecida por muchos y desconocida por la mayaoría) ya hubo una película que hizo mucho reír mostrando las "manías" o anormalidades de un personaje de ficción encarnado por Jack Nicholson. Pues miren, según los últimos informes de la OMS, el TOC está entre las cinco primeras enfermedades mentales más discapacitantes e inhabilitadoras para la vida normal.

Para terminar, me repito, con su permiso, el de todos ustedes: no estigmaticemos y tampoco banalicemos. Nadie está libre de ser señalado por el dedo insidioso de la enfermedad por la que hace no tanto algunos morían en la hoguera. A pesar suyo. Sin la comprensión de nadie.

Fuente:Información.es

viernes, 20 de agosto de 2010

En busca del antidepresivo perfecto

Investigadores de la Universidad de Yale explican por qué la ketamina, un anestésico animal, consigue un efecto contra la depresión más rápido que los demás fármacos. El estudio apunta a una posible relación entre depresión y estrés.

"Muchas veces los pacientes vienen a la consulta a los cuatro días de que les hayamos prescrito antidepresivos. Afirman que no les funciona y que, además, notan los efectos secundarios, como sequedad de boca o molestias digestivas. No es raro que dejen el tratamiento". El coordinador de Salud Mental del Área 3 de Madrid y jefe del Servicio de Psiquiatría del hospital universitario Príncipe de Asturias, Alberto Fernández Liria, resume en esta frase uno de los mayores problemas existentes en la terapia farmacológica de la depresión: la dificultad de que los pacientes sean constantes en el consumo de los fármacos prescritos hasta que estos hagan efecto, lo que se conoce como adherencia al tratamiento.

Un artículo publicado hoy en Science podía dar la clave para diseñar nuevos antidepresivos que hagan efecto nada más empezar a administrarse, algo que ya se ha conseguido en una ocasión, pero que aún no se ha implantado en la práctica clínica. El fármaco en cuestión es la ketamina, un viejo anestésico animal que se utiliza además, como droga recreativa. El trabajo de Science, realizado por investigadores de la Universidad de Yale (EEUU) explica el mecanismo de acción por el que la ketamina funciona tan rápido y deja entrever, además, que podría imitarse en el diseño de nuevos medicamentos.

En 2006, un estudio del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) de EEUU publicado en la revista Archives of General Psychiatry provocó cierto optimismo entre la comunidad médica, al demostrarse que la ketamina, en dosis mucho menores que las utilizadas en su versión anestésico, lograba en pacientes con depresión bipolar resistente al tratamiento un "robusto efecto antidepresivo" en sólo 40 minutos.

Hace apenas dos semanas, el milagro volvió a repetirse, como se pudo leer en las páginas de la misma revista. En esta ocasión, los participantes en el estudio no tenían depresión, sino trastorno bipolar, un desorden psiquiátrico en el que se alternan periodos depresivos con eufóricos. La mayoría de los pacientes que recibieron el fármaco en su nuevo uso inyectado y en una dosis, vieron cómo los síntomas de su depresión desaparecían en poco más de media hora y el alivio duraba al menos una semana.

Latencia tradicional
En los antidepresivos que se utilizan en la práctica clínica, la realidad es muy diferente. Como recuerda Fernández Liria, "tanto los antidepresivos clásicos como los modernos tardan al menos dos semanas en comenzar a hacer efecto". Además, cuando comienza la acción terapéutica, el alivio de los síntomas depresivos no es, ni mucho menos, inmediato. "Se considera que un antidepresivo no ha sido eficaz cuando el paciente lleva tomándolo dos meses y no ha empezado a hacer efecto, lo que no quiere decir que haya conseguido la remisión de los síntomas, sino que esta ha comenzado", comenta el especialista del hospital madrileño.

Por esta razón, Fernández Liria recuerda que el antidepresivo con efecto inmediato se lleva buscando desde hace mucho tiempo. "Siempre que sale un antidepresivo nuevo, se dice que el tiempo de latencia es menor pero, a la hora de la verdad, no se ha conseguido con ninguno", comenta. El psiquiatra reconoce que no conocen las causas de esta ralentización en la acción de los fármacos, porque "hay muchas cosas por saber, sobre todo qué provoca la depresión".

Y al igual que no se conoce por qué los antidepresivos tardan tanto en hacer efecto, tampoco se sabía hasta ahora qué había detrás de la extrañamente rápida acción de la ketamina, como resaltan en la introducción de su estudio los investigadores dirigidos por Nanxin Li: "La rápida respuesta antidepresiva tras la administración de ketamina sugiere una posible nueva aproximación a los tratamientos de los trastornos del estado de ánimo en comparación con las semanas o meses que se requieren para la medicación convencional".

Lo que Li y sus colaboradores observaron, en un experimento en roedores de laboratorio, es que la ketamina activa la vía celular denominada mTOR. Curiosamente, esta misma vía se considera una diana terapéutica para el cáncer y frente al envejecimiento, puesto que un fármaco que la inhibe un tipo de inmunosupresor llamado rapiminicina consiguió el año pasado prolongar la vida en ratones, en un estudio en Science.

Y es que el trabajo publicado hoy sugiere una posible asociación entre la depresión y el estrés, un factor que también se relaciona con el envejecimiento prematuro.

De hecho, los investigadores observaron en el cerebro de las ratas que la ketamina causaba un efecto opuesto al estrés, ya que aumenta las proteínas señalizadoras y hace que se incrementen las funciones de nuevas sinapsis el proceso de unión entre neuronas que constituye el lenguaje básico del sistema nervioso en la corteza prefrontal del cerebro de las ratas. Estudios anteriores ya habían demostrado que el estrés provoca el efecto contrario.

Según explican los investigadores, este aumento de las sinapsis resultó en una elevación del neurotransmisor 5HT, una diana habitual de los antidepresivos tradicionales. Descubrir nuevas vías de activación de la mTOR abriría el camino para el desarrollo de nuevos antidepresivos de acción tan rápida como la ketamina.

Trastornos resistentes
A día de hoy, la ketamina no se utiliza en la práctica clínica, ya que su indicación como antidepresivo está todavía siendo estudiada. Aunque los resultados del equipo que más activamente investiga su uso (el del especialista del NIMH Carlos Zarate) son positivos, el fármaco sólo se ha ensayado en pacientes con trastornos resistentes a la acción de los antidepresivos tradicionales. Además, los efectos secundarios de la ketamina como anestésico incluyen algunos con implicaciones psiquiátricas, como la presencia de alucinaciones.

Un editorial que acompaña al estudio de Science pide cierta cautela al interpretar el trabajo de Li, ya que, advierten sus autores del University College Cork (Irlanda), no se conocen los efectos de la vía mTOR en el cerebro humano deprimido. "Hay que tener cuidado al comparar resultados de ratones con humanos", concluyen los autores.

Fuente:Público.es

jueves, 19 de agosto de 2010

Drogas alucinógenas para tratar la depresión

Las drogas alucinógenas como el LSD o la ketamina podrían combinarse con psicoterapia para tratar a las personas que padecen depresión, trastornos compulsivos o dolor crónico, según el doctor Franz Vollenweider, del Hospital de Psiquiatría de la Universidad de Zúrich (Suiza).

Según explica en un artículo sobre el tema, publicado en la revista 'Nature Neuroscience', la investigación sobre los efectos de las drogas psicodélicas, usadas en el pasado en psiquiatría, se limitó en las últimas décadas debido a las connotaciones negativas de esas sustancias, pero los expertos consideran que ahora se justifica hacer más estudios sobre su potencial clínico.

Los científicos indicaron que estudios cerebrales recientes mostraron que los alucinógenos como la dietilamida del ácido lisérgico (LSD), la ketamina y la psilocibina actúan sobre el cerebro de maneras que podrían ayudar a reducir los síntomas de varios problemas psiquiátricos.

Estas drogas podrían usarse como catalizador, según los expertos, que ayudaría a los pacientes a alterar su percepción de los problemas o de los niveles de dolor, para luego trabajar con terapistas conductuales o psicoterapeutas con el fin de combatir esos problemas de otra forma.

Las drogas "psicodélicas pueden brindar a los pacientes una nueva perspectiva -particularmente cuando surgen cosas como recuerdos reprimidos- y luego se puede trabajar con esa experiencia", señala Vollenweider.

Los especialistas explican que según el tipo de persona que consume la droga, la dosis y la situación, estas sustancias pueden tener un amplio rango de efectos que van desde sentimientos de éxtasis de un lado del espectro, hasta ansiedad que genera sensación de pérdida de control y pánico, del otro.

COMBINADA CON TERAPIA

Vollenweider y su colega Michael Kometer señalaron que la evidencia de estudios previos sugiere que este tipo de drogas ayudaría a aliviar los problemas de salud mental al actuar sobre los circuitos cerebrales y sistemas neurotransmisores que se alteran en las personas con ansiedad y depresión.

Pero si los médicos fuesen a usarlas en el futuro para tratar a pacientes psiquiátricos, sería muy importante mantener las dosis de esas drogas en un nivel bajo y asegurarse que se administren por un período de tiempo relativamente corto, en combinación con sesiones de terapia, añadieron los expertos.

"La idea es que se trataría de algo muy limitado, quizá varias sesiones durante unos meses, no algo a largo plazo como sucede con otros tipos de medicación", indicó Vollenweider.

Las enfermedades mentales como la depresión están en aumento en todo el mundo y Vollenweider y Kometer señalaron que muchos pacientes con problemas psiquiátricos no responden bien a las medicinas habitualmente recetadas, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.

"Estas son enfermedades graves, debilitantes, que acortan la vida y, dado que los tratamientos actualmente disponibles tienen altas tasas de fracaso, las drogas psicodélicas ofrecerían estrategias terapéuticas alternativas que podrían mejorar el bienestar de los pacientes y la carga económica asociada sobre los pacientes y la sociedad", concluyeron.

Fuente:Levante-emv.com

lunes, 9 de agosto de 2010

La esquizofrenia y las metáforas peligrosas

La esquizofrenia afecta directamente al 1% de la población, pero, indirectamente, afecta a muchas personas más: familia, pareja, vecinos, terapeutas, cuidadores...

La esquizofrenia, además, es una enfermedad malditizada en la que confluyen mitos asociados a la peligrosidad intrínseca que se le supone a priori. Dicha peligrosidad, para más añadidura, se proclama multiplicada por los medios de comunicación, en un discurso emocional cargado de tópicos e inexactitudes (contra los que nada valen los datos aportados por la Ciencia) que saltan al Lenguaje en forma de Metáforas. Susan Sontag en "La enfermedad como metáfora" alertaba sobre estas metáforas-pistola cargadas con la munición discriminatoria del mito y listas a disparar no contra la enfermedad (esquizofrenia), sino contra el enfermo (esquizofrénico).
En el caso concreto de Sontag el generador de metáforas era el cáncer que ella misma padeció en los setenta del pasado siglo. La muerte debido al cáncer, entonces, se ocultaba en las necrológicas bajo el subterfugio de "una larga y dolorosa enfermedad" o fórmulas por el estilo. Sontag comentaba entonces el plus de angustia que le producían expresiones que aún son utilizadas fuera del contexto estrictamente médico. Un ejemplo oído hace nada: "La política impositiva del gobierno es el cáncer de nuestra economia".
En el caso concreto de la esquizofrenia los ejemplos resultan aún más abundantes y van en la misma línea. El tema se agrava cuando la esquizofrenia salta a las páginas de sucesos con su carga de morbo añadido disparadora de miedos y causante de discriminaciones varias.
Centremos el tema y basta de hablar de oídas: la esquizofrenia se trata con una batería de fármacos que, en la mayoría de los casos, permite llevar una existencia sin trastornos graves de conducta ni riesgos para nadie. El gran problema (como en muchas otras enfermedades) radica en las dificultades que acompañan a la adhesión estricta al tratamiento y a la no interrupción del mismo. Dicha adhesión requiere un gran esfuerzo por parte del enfermo y precisa también de la ayuda de terceros, la comprensión de su entorno, el apoyo de las instituciones. Pongamos un ejemplo real: XX, diagnosticado de esquizofrenia residual, necesita diariamente, en tres tomas, la siguiente medicación: Rivotril 2, Zeldox 80, Zyprexa 10, Akineton r, Topamax 200, Haloperidol gotas, Tranxilium 10, Etumina, Rysperdal y Rohipnol. En total, unas veinte pastillas, gotas, inyecciones... No todos los casos requieren tamaño cóctel. En la mayoría se reduce sustancialmente la medicación y los afectados han internalizado la rutina de las tomas con naturalidad y no son peligrosos para nadie empezando por ellos mismos.
El trágico suceso de la reciente muerte de una mujer en la Comunidad Valenciana, presuntamente asesinada por su pareja, un esquizofrénico que había abandonado el tratamiento, ha traído este verano el tema de la esquizofrenia vinculado a la violencia de género. Peor compañía imposible para intentar separar las cosas y ver con claridad eludiendo las metáforas peligrosas que generalizan y simplifican al mismo tiempo.

Fuente: Informacion.es

viernes, 6 de agosto de 2010

Los adolescentes adictos a Internet, más propensos a la depresión

Aquellos que pasan entre cinco y diez horas diarias frente al ordenador, muestran irritabilidad cuando no están conectados, y pierden el interés por la interacción social tienen un 50% más de probabilidades de desarrollar una depresión que aquellos que utilizan Internet con "moderación", según los resultados de un estudio realizado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad Sun Yat-Sen en Guangzhou (China).

La investigación, publicada en la revista 'Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine', contó con la participación de 1.041 adolescentes de entre 13 y 18 años de la ciudad de Guangzhou, ubicada en el sur de China, que no tenían depresión al inicio de la investigación.

Nueve meses después, se diagnosticó trastorno depresivo en 84 de ellos, resultando tener 1,5 veces más riesgo de sufrir depresión los "adictos" a Internet, en comparación con los usuarios moderados, indica el estudio.

La depresión podría ser resultado de una combinación de falta de sueño por estar tantas horas frente al monitor y del estrés provocado por los juegos de competición 'on line', explica Lawrence Lam, psicólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Notre Dame de Sidney (Australia), y co-autor del estudio junto a Zi-wen Peng, de la Universidad Sun Yat-Sen.


"La gente que pasa tanto tiempo en Internet pierde horas de sueño y es un hecho demostrado que cuanto menos se duerme, más alto es el riesgo de desarrollar depresión", indica Lam. Además, subraya, estas personas se presentan como pacientes "realmente problemáticos que muestran las señales y síntomas propias de los comportamientos adictivos".

"No pueden alejar sus mentes de Internet, se sienten agitados si no vuelven a conectarse tras un corto período de tiempo y para revisar páginas compulsivamente o jugar 'on line'", comenta este experto. Estudios previos han señalado a la depresión como un posible factor causal para desarrollar adicción a Internet, mientras que otras investigaciones han establecido un vínculo entre ambos sin señalar claramente cuál era la causa y cuál el resultado.

En este sentido, los resultados del estudio realizado entre adolescentes chinos "sugieren que la gente joven que inicialmente está libre de problemas de salud mental podría desarrollar depresión como consecuencia de un uso patológico de Internet", explica el psicólogo australiano.

Fuente: COPE.es