
En medio de la profunda crisis económica actual, la promesa de un trabajo inmediato es un atractivo para muchos desempleados. Y de eso se aprovechan las bautizadas como sectas comerciales.
«Se trata de empresas piratas que no hacen contratos a la gente. Los empleados reciben un adoctrinamiento manipulado sobre la forma de vender. Les reclutan para ofrecer ciertos productos. Cuántos más vendan y más tiempo inviertan en ello, más ganan. Es echarle tiempo a costa de la familia, la salud y el bolsillo, porque ellos también invierten». Así resume Juantxo Domínguez, presidente de RedUne. «Estos grupos ejercen una actitud coercitiva sobre las personas», añade.
«Te venden que te harás rico rápidamente y además te enriquecerás a nivel personal», explica José Fernández, psicólogo clínico de AIS, institución dedicada a investigar socioadicciones. Una de las prácticas más habituales de estas sectas empresariales son reuniones de viernes a domingo.
«Se caracterizan por la manipulación y la dependencia que generan. Estas empresas quieren cubrir todos los ámbitos personales. Les instruyen sobre cómo deben relacionarse hasta qué leer y qué ver. Les llenan los espacios de ocio, por ejemplo, con estas convenciones», explica Fernández. Estos métodos generan vínculos entre los empleados y debilitan los anteriores.
El psicólogo clínico añade que para captar a posibles empleados, estos negocios fraudulentos es frecuente que aporten «testimonios de historias que les han cambiado la vida tras unirse a ellos», cuenta el psicólogo clínico.
Fuente:lasprovincias.es
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