lunes, 9 de febrero de 2015

Los expertos alertan de un aumento «preocupante» de la adicción al cibersexo

Cerca de 400.000 valencianos consumen pornografía a través de internet o participan en chats eróticos durante más de 15 horas a la semana

"La ciberadicción sexual es la variante de la adicción al sexo más emergente, más prevalente y más preocupante. Y sólo conocemos la punta del iceberg". Así de tajante se muestra Joan Mir Pizà, especialista del Grupo de Sexología de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), ante un fenómeno que afecta en la actualidad a un 8% de la población (en la Comunitat, a cerca de 400.000 personas) y que va "claramente en aumento", según confirma también la especialista en la materia Alicia López de Fez, psicóloga y sexóloga. Mir, además, añade que la impresión de los expertos "es de un ascenso progresivo, quizás imparable, por su accesibilidad, anonimato y asequibilidad; y por la ausencia de todo juicio moral social".

Este abuso de pornografía digital afecta, en el 80 por ciento de los casos, a hombres de clase media-alta, y con una edad comprendida entre los 25 y los 50 años. Curiosamente, la mitad de ellos cuenta con una relación sentimental estable. Sin embargo, aunque los varones son mayoría en el consumo de pornografía a través de la red, la participación en chats eróticos cuentan con una participación similar de ambos sexos, precisa el integrante de Semergen.

Mir explica que este fenómeno se reproduce "más fácilmente en un cerebro adictivo, en una personalidad buscadora de sensaciones potentes". En su opinión, puede tener relación con otros trastornos, como la adicción a las drogas o el alcoholismo, o con otras adicciones conducturales, como el juego on-line o el sexo de riesgo con personas desconocidas. "Progresivamente se produce un aislamiento social, con regresión de las conductas sociales saludables y un aumento del número de horas de conexión al cibersexo", añade este experto. Sin embargo, es la adicción "más negada, por su rechazo social y por las connotaciones tan íntimas que conlleva".

El consumo de contenidos sexuales a través de internet se convierte en adicción, según Mir, "a partir de la pérdida de control, cuando origina consecuencias negativas en la vida laboral, con la pareja, y cuando se abandonan a los amigos y se dejan de realizar actividades lúdicas". A potenciales adictos, este especialista les recomendaría que acudan a la mayor brevedad posible a la consulta de un sexólogo o terapeuta y, a ser posible, "antes de ser descubierto por su pareja o familia, por el grave impacto y las consecuencias que puede causar".

Este miembro de Semergen resume que los adictos al cibersexo "no se gratifican con el sexo, sólo alivian momentáneamente tensiones". Sin embargo, las consecuencias que esta adicción provoca "pueden llegar a ser devastadoras, tanto a nivel laboral, por el riesgo de despido, como a nivel social, con la pérdida de relación con los amigos". En este punto, Mir añade que "puede tener consecuencias incluso jurídicas, por infecciones de transmisión sexual en las relaciones". Además, origina también trastornos mentales como "ansiedad, depresión, fobia social, etc. El 17%, incluso, tienen ideas suicidas".

De 15 a 20 horas semanales

Por su parte, Alicia López de Fez, fundadora del Centro de Psicología López de Fez en Valencia, apunta que un adicto al cibersexo dedica entre 15 y 20 horas semanales a consumir contenido sexual a través de internet, pero recalca que "detectar la adicción al cibersexo no es fácil ya que, por norma general, quien sufre la adicción niega el problema y miente si alguien intenta descubrirla". No obstante, apunta esta especialista, "existen algunas señales que pueden indicar que estamos ante una conducta adictiva, o abusiva, relacionada con el sexo por internet, como las alteraciones del estado de ánimo, que se produzcan situaciones de aislamiento social o familiar o el abandono de actividades de ocio".

Normalmente, las personas más proclives a sufrir adicción al cibersexo suelen presentar un déficit en las habilidades sociales, baja autoestima, estados emocionales negativos, como ansiedad, soledad, aburrimiento o depresión; problemas o disfunciones sexuales que no se han solucionado y que conducen a que el cibersexo sea la única manera de tener una relación sexual satisfactoria, o baja tolerancia a la frustración, describe López de Fez.

Esta psicóloga y sexóloga, responsable de uno de los centros valencianos más relevantes en el tratamiento de estas patologías, señala que el cibersexo, o la búsqueda de la estimulación o excitación sexual por medio de la conexión on-line, cuenta con dos vertientes principales; bien manteniendo un contacto a distancia con otra persona que, generalmente, es desconocida y que se lleva a cabo a través de chats, redes sociales, cámaras webs; o también cuando se utiliza material de tipo sexual como fotos, vídeos o animaciones. Por lo tanto, en su opinión, "las nuevas tecnologías son el vehículo a través del cual se produce esta adicción.

No sólo es que incrementen la adicción, es que forman parte de la naturaleza del problema. A mayor facilidad de acceso a dispositivos móviles con acceso a internet y contenido pornográfico, mayor posibilidades de que se incremente la adicción". Por último, esta especialista apunta a problemas de pareja y disfunciones sexuales, sobre todo relacionadas con la eyaculación precoz, como las principales consecuencias de la adicción al cibersexo.

Fuente:lasprovincias.es

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