En una encuesta, el 82% de los consultados admitió recibir mails en su smartphone o llamadas de trabajo fuera de hora y el 79% afirmó realizar tareas laborales en su tiempo personal.
Las nuevas tecnologías y las exigencias del día a día tienen una gran influencia en cómo las personas encaran el trabajo, despertando en ellas diversos niveles de ansiedad.
Es que no sólo los procesadores se tornaron más veloces, los programas son cada vez más inteligentes y la cantidad de datos crece exponencialmente –como publicó la revista Veja-, sino que, además, contamos con todo tipo de dispositivos móviles para llevar el trabajo donde sea que vayamos.
La licenciada Gabriela Martínez Castro (MN 18.627), especialista en trastornos de ansiedad, explicó que "un workaholic es una persona que ya de por sí tiene la predisposición a padecer ansiedad. En estos casos, esta ansiedad se vuelca a la adicción al trabajo. Implica que tiene una jornada laboral con una carga horaria muy extensa, y se trata de personas a las que les cuesta mucho poder cortar con todas las obligaciones".
Es de destacar que el 82% de los argentinos consultados en una encuesta sobre hábitos y preferencias laborales realizada por Grupo RHUO admitió recibir mails o llamadas de trabajo fuera de hora, mientras que el 79% afirmó realizar tareas laborales en su tiempo personal.
En la investigación, realizada durante noviembre y diciembre de 2012 a 280 encuestados, un 35% indicó que habitualmente trabaja en su tiempo personal, en tanto que el 44% lo hace sólo excepcionalmente.
Quienes ocupan puestos gerenciales y directivos son quienes más trabajan fuera de hora (60% en forma habitual, 38% excepcionalmente y 2% nunca).
Ahora, con el advenimiento de los smartphones esto se potencia porque la jornada laboral es muchísimo más extensa y excede el tiempo en que uno está en la oficina. "Alguien que está manejando, llegando a su casas, en algún medio de transporte, o donde sea bien puede continuar respondiendo mails, llamados o mensajes de texto relacionados con el trabajo, con lo cual no terminan de 'desenchufarse' nunca", consideró la directora del Centro de Estudios Especializado en Trastornos de Ansiedad (Ceeta), para quien "lamentablemente esto aumenta más la ansiedad, generando un círculo vicioso, de forma que continúa más enganchado y menos desconectado del trabajo".
Así es que, para la especialista, el smartphone, en lugar de ayudar a que la persona pueda trabajar de forma más cómoda, "en este tipo de personalidades ansiosas y adictas al trabajo, lo que genera es justamente más adicción al trabajo, más ansiedad, más cansancio, más síntomas y por supuesto, en la mayoría de los casos, una predisposición a padecer uno de los trastornos más comunes, que es el Trastorno por Ansiedad Generalizado (TAG)".
Tras asegurar que "se trata de un trastorno por ansiedad caracterizado por una preocupación excesiva que tiene la persona acerca de diferentes temas de la vida cotidiana, como el trabajo o situaciones familiares", Martínez Castro remarcó que "este tipo de personas no logran controlar su preocupación, y en la mayoría de los casos presenta sintomatologías físicas, como por ejemplo taquicardia, sudoración, contractura, problemas gastrointestinales, temblores, muchas veces puede llegar a padecer ataques de pánico, insomnio, irritabilidad, problemas de carácter, depresión, hiperactividad, falta de sentido por el placer. A esto se suma la sensación de estar perdiendo el tiempo si no están trabajando o produciendo, porque básicamente toda la autoestima está colocada al servicio de la producción laboral, y por supuesto es un aditamento competitivo, con lo cual se generan el TAG".
El tratamiento específico para este tipo de trastornos es la terapia cognitiva conductual, una terapia de tipo breve en el tiempo y bien focalizada en el problema. "No es una terapia convencional porque tanto terapeuta como paciente son muy activos; hay tareas específicas para hacer en todas las sesiones y se trabaja de una manera bastante novedosa", especificó la especialista.
"La idea es dar de alta lo antes posible a la persona para que pueda restablecer su vida normal, con un ritmo de vida adecuado que le permita disfrutar, tener una agenda medianamente equitativa entre los horarios de descanso, placer, familiares, sociales, económicos y laborales", finalizó.
La cuna de los grandes volúmenes de datos
Un informe de la revista brasileña Veja publicó que "la monumental abundancia de datos, su variedad y la velocidad con la que se transfieren en el universo digital está revolucionando la civilización".
"La inmensidad de información está compuesta, en una pequeña parte, de datos limpios, correctos, chequeados. Son los datos estructurados. Pero la gran novedad de los grandes volúmenes de datos, el elemento verdaderamente nuevo y transformador, son los datos no estructurados: los datos sucios, incompletos, caóticos", asegura el informe.
Consultado por la publicación brasileña, Peter Norvig, director de búsquedas de Google, sentenció: "Con los grandes volúmenes de datos se gasta mucho más tiempo recolectando datos que llegando a resultados. Más del 90% de la información almacenada siempre parece indispensable. Lo que cuenta es que la verdadera diferencia está en lo que se considera basura".
Así las cosas, volumen, variedad y velocidad forman parte de lo que se conoce como "grandes volúmenes de datos", o "big data", lo que nuclea un conjunto de informaciones tan grande que traspasa la capacidad de almacenamiento y procesamiento de cualquier herramienta tecnológica.
A tal punto la información forma parte de nuestra vida cotidiana, que para algunos investigadores, la "big data" es tan revolucionaria en la vida humana como el descubrimiento del fuego o el comienzo de la agricultura. El punto estará, como siempre en cómo nos relacionemos con ese volumen de datos y qué preponderancia le damos en nuestras vidas.
Fuente:territoriodigital.com
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