Los hijos de las mujeres con trastorno por estrés postraumático (TEPT) serían vulnerables a los traumas, según sugieren los resultados de un estudio realizado en Estados Unidos. Los autores aclararon que una limitación del estudio es el tamaño de la muestra.
Los autores observaron que los hijos de las mujeres con TEPT que vivían en las ciudades padecían más experiencias traumáticas (enfrentamientos armados, violencia doméstica, mordeduras de perros o accidentes automovilísticos) antes de los 5 años que los hijos de mujeres con depresión o sin trastornos mentales.
Las mujeres con TEPT y depresión eran más propensas a decir que agredían física o psicológicamente a sus hijos que las que tenían uno de esos dos trastornos.
"El mensaje es que cuando los padres sufren, también lo hacen sus hijos", dijo el doctor Howard Dubowitz, profesor de pediatría de la Facultad de Medicina de la University of Maryland, en Baltimore. "Los que ayudamos a cuidar a los niños no podemos ignorar los problemas con los que están luchando las madres y los padres", agregó.
Los chicos expuestos a experiencias traumáticas tienen alto riesgo de padecer distintas enfermedades cuando crecen, como la obesidad, la adicción al alcohol y las drogas, las cardiopatías, el suicidio y los trastornos mentales.
"Todos nos concentramos en la depresión, aunque el TEPT y la depresión van juntas", dijo el autor principal del estudio, Claude Chemtob, director del Programa de Investigación de los Traumas Familiares del Centro Médico Langone de New York University.
Con su equipo, reunió a 97 mujeres con hijos de entre 3 y 5 años de las clínicas de atención primaria pediátrica de la Escuela de Medicina de Mount Sinai en la Ciudad de Nueva York.
La mayoría de las mujeres era de etnias minoritarias y tenían título secundario. Respondieron cuestionarios para detectar los síntomas de depresión y TEPT. También informaron si sus hijos habían presenciado situaciones violentas.
La mayoría de las mujeres no tenía depresión clínica ni TEPT, según publica el equipo en JAMA Pediatrics. Once de las 97 mujeres tenían depresión que se podía diagnosticar, seis tenían TEPT y 10 padecían ambos trastornos.
Chemtob dijo que la población estudiada tenía niveles más altos de depresión y TEPT que la población general.
MÁS ESTRÉS CON LA CRIANZA
El equipo halló que las mujeres con TEPT y depresión padecían más estrés con la crianza. "Para ellas, la crianza es más difícil y con menos recompensas", precisó Chemtob.
En el 2012, la Academia Estadounidense de Pediatría instó a los pediatras a reducir "el estrés tóxico" para los niños que puede aparecer cuando los padres o los cuidadores carecen de una buena salud mental.
En el estudio, los hijos de las mujeres con TEPT habían presenciado unos cinco hechos traumáticos, mientras que los hijos de las mujeres con depresión únicamente o ningún trastorno del ánimo habían presenciado uno solo.
Un tercer grupo de niños, cuyas madres tenían TEPT y depresión, habían experimentado cuatro hechos traumáticos.
"Los efectos de los trastornos mentales maternos pueden ser especialmente negativos en los primeros años de vida, desde el embarazo hasta los 5 años", dijo Michelle Bosquet, del Hospital de Niños de Boston, en Massachusetts, que no participó del estudio.
Bosquet recordó que varios estudios previos se habían concentrado sólo en la depresión. Por ese motivo, poco se conoce sobre cómo el TEPT puede influir en la crianza.
Fuente:europapress.es
martes, 24 de septiembre de 2013
miércoles, 11 de septiembre de 2013
La adicción a los videojuegos destruye la unidad familiar
Una indagación efectuada entre dos mil adolescentes de la comunidad virtual Habbo Hotel coloca a las consolas y videojuegos entre las solicitudes preferidas por los chavales. Solo un cuatro por ciento de los muchachos piden libros.
Para la totalidad de los padres el tiempo de ocio empleado con las videoconsolas no debería superar una hora diaria. Estos datos corresponden a una investigación efectuada entre cuatro mil progenitores de Reino Unido, Francia, Alemania e Italia. Los padres no se involucran en los juegos, seis de cada diez críos juegan en solitario.
Por otra parte, los videojuegos son empleados por los muchachos como una disyuntiva al aislamiento. El chiquillo alivia sus bravuras con la máquina hasta el extremo de llegar a incomunicarse y le hace extraviar la noción del tiempo, aumentando actitudes violentas.
En ocasiones los videojuegos violentos o fanáticos son colgados en la red y repartidos, gratuitamente, por organizaciones fascistas, racistas o delictivas para atraer adictos entre la juventud. Los chiquillos convienen que distribuyan sus actividades y dedicar parte de su tiempo a otras tareas como el deporte, el teatro o la lectura.
El catedrático del MIT, Joseph Wizenbaum, registró como “bohemios de Internet a los jóvenes brillantes de aspecto desaliñado, con ojos hundidos y vidriosos, sentados al teclado del ordenador, con los brazos tensos y esperando accionar los dedos y que trabajan hasta treinta horas seguidas y su menú se resume a café, bebidas refrescantes y bocadillos. Duermen en catres junto a las hojas impresas. Su ropa arrugada, su cara sin lavar ni afeitar y los cabellos despeinados”.
Los videojuegos se identifican con una sociedad hipertecnificada. Estados Unidos, Canadá, China y Corea del Sur ya cuentan con fantásticas “clínicas de desintoxicación”. Los primeros presagios de adicción aparecen cuando deciden no alimentarse. Le sigue la ingesta de drogas para sostenerse despejados.
Por último, en la Universidad de Ámsterdam se ha evaluado que el 80% de los adolescentes de 18 años juegan, frecuentemente, a algún videojuego.
Fuente:diariosigloXXI.com
Para la totalidad de los padres el tiempo de ocio empleado con las videoconsolas no debería superar una hora diaria. Estos datos corresponden a una investigación efectuada entre cuatro mil progenitores de Reino Unido, Francia, Alemania e Italia. Los padres no se involucran en los juegos, seis de cada diez críos juegan en solitario.
Por otra parte, los videojuegos son empleados por los muchachos como una disyuntiva al aislamiento. El chiquillo alivia sus bravuras con la máquina hasta el extremo de llegar a incomunicarse y le hace extraviar la noción del tiempo, aumentando actitudes violentas.
En ocasiones los videojuegos violentos o fanáticos son colgados en la red y repartidos, gratuitamente, por organizaciones fascistas, racistas o delictivas para atraer adictos entre la juventud. Los chiquillos convienen que distribuyan sus actividades y dedicar parte de su tiempo a otras tareas como el deporte, el teatro o la lectura.
El catedrático del MIT, Joseph Wizenbaum, registró como “bohemios de Internet a los jóvenes brillantes de aspecto desaliñado, con ojos hundidos y vidriosos, sentados al teclado del ordenador, con los brazos tensos y esperando accionar los dedos y que trabajan hasta treinta horas seguidas y su menú se resume a café, bebidas refrescantes y bocadillos. Duermen en catres junto a las hojas impresas. Su ropa arrugada, su cara sin lavar ni afeitar y los cabellos despeinados”.
Los videojuegos se identifican con una sociedad hipertecnificada. Estados Unidos, Canadá, China y Corea del Sur ya cuentan con fantásticas “clínicas de desintoxicación”. Los primeros presagios de adicción aparecen cuando deciden no alimentarse. Le sigue la ingesta de drogas para sostenerse despejados.
Por último, en la Universidad de Ámsterdam se ha evaluado que el 80% de los adolescentes de 18 años juegan, frecuentemente, a algún videojuego.
Fuente:diariosigloXXI.com
Primer hospital público en tratar la adicción a Internet en EE UU
La primera vez que el psicólogo Ivan Goldberg mencionó el término "adicción a Internet" fue en 1995 y sus compañeros de profesión no le dieron la mayor importancia en un momento en el que la Red daba sus primeros pasos a nivel global y se acercaba poco a poco al ciudadano de a pie. Dieciocho años después, y sin ser definido oficialmente como trastorno por parte de la comunidad de psiquiátrica de Estados Unidos (APA, por sus siglas en inglés) -en el nuevo manual DSM 5 publicado en mayo se define como una patología a revisar-, este lunes abre sus puertas el primer centro que trata a ciberadictos asentado en un hospital público del país -en Bradford, Pensilvania-.
"El mayor problema que tienen estos enfermos es el tiempo que pasan usando Internet. Existe una gran diferencia entre aquellos que a pesar de depender de la tecnología son capaces de encontrar un equilibrio con su vida y aquellos que son incapaces", explicó en un comunicado, Kimberly Young, psicóloga que lleva tratando a personas con esta adicción desde 1994 y fundadora del programa. Los pacientes que padecen la enfermedad, normalmente, mienten acerca de cuántas horas pasan en la Red y cómo este hecho interfiere en sus vidas.
La adicción a Internet se define como la incapacidad extrema para dejar de usar la Red; una conducta que afecta a la vida del individuo en todos los aspectos: social, familiar y personal. El perfil del adicto a Internet es un “hombre, joven y muy inteligente". "Normalmente, son tímidos y padecen baja autoestima. La mayoría están obsesionados con los juegos en línea más que estar enganchados a las redes sociales o a la pornografía", añadió la doctora.
Las consecuencias en la salud de este tipo de adicción son: la obesidad, la trombosis venosa (coágulo de sangre que se forma en una vena profunda del cuerpo) y el síndrome del túnel carpiano (afección en la cual hay presión sobre el nervio mediano, el nervio de la muñeca que proporciona sensibilidad y movimiento a partes de la mano).
Durante el programa, que es voluntario, el paciente estará ingresado durante 10 días. La primera fase consiste en una evaluación exhaustiva de los síntomas y la prohibición total de usar móviles inteligentes, tabletas y ordenadores. La primera etapa dura unas 72 horas. Tras estos tres días, los adictos se enfrentarán a sesiones de terapia conductual y educacional con la que se persigue modificar el comportamiento mediante técnicas específicas de control de impulsos.
El objetivo del programa es conseguir que los pacientes usen Internet de forma responsable. “Erradicar su uso no sería algo realista ni acorde con los tiempos actuales". China y Corea del Sur son líderes en este tipo de tratamiento, según informa REUTERS.
Al no estar incluida la adicción a Internet en el nuevo DSM 5, los seguros sanitarios estadounidenses no cubren el tratamiento. Aquellos que quieran acceder al programa tendrán que pagar unos 14.000 dólares de su bolsillo. Existen otros centros privados que tratan esta adicción en el país, en Estados como Illinois, Washington y Connecticut. Pero este, es el primero que se va a impartir en un hospital público y en el que los pacientes estarán ingresados "para acelerar su curación", concluyó Young, en el mismo texto.
Fuente:elpais.com
"El mayor problema que tienen estos enfermos es el tiempo que pasan usando Internet. Existe una gran diferencia entre aquellos que a pesar de depender de la tecnología son capaces de encontrar un equilibrio con su vida y aquellos que son incapaces", explicó en un comunicado, Kimberly Young, psicóloga que lleva tratando a personas con esta adicción desde 1994 y fundadora del programa. Los pacientes que padecen la enfermedad, normalmente, mienten acerca de cuántas horas pasan en la Red y cómo este hecho interfiere en sus vidas.
La adicción a Internet se define como la incapacidad extrema para dejar de usar la Red; una conducta que afecta a la vida del individuo en todos los aspectos: social, familiar y personal. El perfil del adicto a Internet es un “hombre, joven y muy inteligente". "Normalmente, son tímidos y padecen baja autoestima. La mayoría están obsesionados con los juegos en línea más que estar enganchados a las redes sociales o a la pornografía", añadió la doctora.
Las consecuencias en la salud de este tipo de adicción son: la obesidad, la trombosis venosa (coágulo de sangre que se forma en una vena profunda del cuerpo) y el síndrome del túnel carpiano (afección en la cual hay presión sobre el nervio mediano, el nervio de la muñeca que proporciona sensibilidad y movimiento a partes de la mano).
Durante el programa, que es voluntario, el paciente estará ingresado durante 10 días. La primera fase consiste en una evaluación exhaustiva de los síntomas y la prohibición total de usar móviles inteligentes, tabletas y ordenadores. La primera etapa dura unas 72 horas. Tras estos tres días, los adictos se enfrentarán a sesiones de terapia conductual y educacional con la que se persigue modificar el comportamiento mediante técnicas específicas de control de impulsos.
El objetivo del programa es conseguir que los pacientes usen Internet de forma responsable. “Erradicar su uso no sería algo realista ni acorde con los tiempos actuales". China y Corea del Sur son líderes en este tipo de tratamiento, según informa REUTERS.
Al no estar incluida la adicción a Internet en el nuevo DSM 5, los seguros sanitarios estadounidenses no cubren el tratamiento. Aquellos que quieran acceder al programa tendrán que pagar unos 14.000 dólares de su bolsillo. Existen otros centros privados que tratan esta adicción en el país, en Estados como Illinois, Washington y Connecticut. Pero este, es el primero que se va a impartir en un hospital público y en el que los pacientes estarán ingresados "para acelerar su curación", concluyó Young, en el mismo texto.
Fuente:elpais.com
viernes, 6 de septiembre de 2013
Asocian el estrés postraumático con un mayor riesgo de maltrato infantil
El trastorno de estrés postraumático materno parece estar asociado con un riesgo mayor de maltrato infantil más importante del que se asocia con la depresión materna, según un estudio publicado en JAMA Pediatrics.
Se sabe que la psicopatología de un cuidador es un importante factor de riesgo para el maltrato infantil y han sido muchos los estudios que han relacionado la depresión materna con una mayor predisposición al uso del castigo corporal y del abuso físico en los niños. Pero hasta hace poco, la investigación sobre la depresión materna y el riesgo de maltrato ha ignorado la alta tasa de comorbilidad entre la depresión y el trastorno de estrés postraumático. Según la Encuesta Nacional de Comorbilidad de EEUU, casi un 24,7 por ciento de las mujeres deprimidas sufren trastorno por estrés postraumático y el 48,4% de las mujeres con estrés postraumático padecen depresión.
El equipo de Claude M. Chemtob, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York (EEUU), ha examinado ahora la asociación entre la depresión materna, trastorno por estrés postraumático y entre éste y la depresión con el riesgo de maltrato infantil y estrés de los padres y con el número de eventos traumáticos al que están expuestos los niños en edad preescolar. En total, el trabajo incluyó a 97 madres de niños de 3 a 5 años de edad, la mitad varones.
Agresión
Los resultados mostraron que los hijos de madres con trastorno por estrés postraumático o con estrés postraumático y depresión sufrieron más eventos traumáticos que los de madres que solamente tenían depresión o ninguna de esta dos patologías. Cuando los síntomas de la gravedad del estrés postraumático eran altas había un mayor riesgo de agresión psicológica y de eventos traumáticos para los hijos.
«Aquellas madres en las coexistían el estrés postraumático y la depresión reportaron los niveles más altos de abusos físicos y psicológicos y de estrés en general». Para Chemtob, dada la elevada comorbilidad que existe entre el estrés postraumático y la depresión, los datos «apuntan la importancia de evaluar los síntomas de estrés postraumático al existir una relación entre la depresión y el aumento de riesgo de maltrato infantil».
Fuente:abc.es
Se sabe que la psicopatología de un cuidador es un importante factor de riesgo para el maltrato infantil y han sido muchos los estudios que han relacionado la depresión materna con una mayor predisposición al uso del castigo corporal y del abuso físico en los niños. Pero hasta hace poco, la investigación sobre la depresión materna y el riesgo de maltrato ha ignorado la alta tasa de comorbilidad entre la depresión y el trastorno de estrés postraumático. Según la Encuesta Nacional de Comorbilidad de EEUU, casi un 24,7 por ciento de las mujeres deprimidas sufren trastorno por estrés postraumático y el 48,4% de las mujeres con estrés postraumático padecen depresión.
El equipo de Claude M. Chemtob, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York (EEUU), ha examinado ahora la asociación entre la depresión materna, trastorno por estrés postraumático y entre éste y la depresión con el riesgo de maltrato infantil y estrés de los padres y con el número de eventos traumáticos al que están expuestos los niños en edad preescolar. En total, el trabajo incluyó a 97 madres de niños de 3 a 5 años de edad, la mitad varones.
Agresión
Los resultados mostraron que los hijos de madres con trastorno por estrés postraumático o con estrés postraumático y depresión sufrieron más eventos traumáticos que los de madres que solamente tenían depresión o ninguna de esta dos patologías. Cuando los síntomas de la gravedad del estrés postraumático eran altas había un mayor riesgo de agresión psicológica y de eventos traumáticos para los hijos.
«Aquellas madres en las coexistían el estrés postraumático y la depresión reportaron los niveles más altos de abusos físicos y psicológicos y de estrés en general». Para Chemtob, dada la elevada comorbilidad que existe entre el estrés postraumático y la depresión, los datos «apuntan la importancia de evaluar los síntomas de estrés postraumático al existir una relación entre la depresión y el aumento de riesgo de maltrato infantil».
Fuente:abc.es
El «interruptor» que desencadena la depresión
Un nuevo estudio ha identificado en ratones el papel clave de una proteína en los procesos biológicos que se dan en una zona del cerebro asociados a la depresión. El hallazgo podría ayudar a desarrollar nuevos fármacos en el futuro.
La depresión afecta a unos 350 millones de personas en el mundo. Sin embargo, el conocimiento que se tiene sobre el puzzle de mecanismos biológicos que la provocan es muy precario. Los fármacos que se utilizan para tratarla actúan, un poco a ciegas, sobre una serie de interruptores del cerebro que regulan el funcionamiento de los neurotransmisores (como la serotonina o la noradrenalina), sustancias responsables de nuestro estado de ánimo. Pero las piezas que se tienen del rompecabezas son pocas, y este tipo de fármacos sólo funcionan en dos terceras partes de los pacientes.
Un nuevo estudio, publicado en la revista Science, revela el hallazgo de un nuevo interruptor molecular que activa los síntomas de la depresión en ratones. Se trata de una proteína, cuya presencia en una zona concreta del cerebro pone en marcha una serie de procesos bioquímicos que desencadenan los síntomas depresivos.
En esta zona del cerebro, llamada habénula lateral, los científicos ya habían identificado una actividad neuronal especialmente alta en pacientes deprimidos, aunque no se sabía qué proceso molecular la desencadenaba. A partir de una serie de observaciones, los investigadores de la Academia de Ciencias de Shangai han descubierto que el desencadenante es la proteína CaMKII, que está presente en esta zona en una cantidad dos veces mayor en pacientes deprimidos que en pacientes sanos.
Menor interés por estímulos placenteros
Mediante una serie de experimentos, los investigadores forzaron la producción de esta proteína en el cerebro de los ratones, obteniendo como resultado la intensificación del rendimiento neuronal de esta área cerebral causando los síntomas de la depresión. Los animales en los que se promovió la producción de esta proteína dejaban de mostrar interés por el azúcar que los investigadores ponían a su alcance, y ponían menos empeño en defenderse ante un castigo, dos tipos de comportamiento vinculados con la depresión profunda.
De la misma manera, al bloquear la expresión de la proteína, los síntomas depresivos se invirtieron. "Este estudio ha localizado una nueva diana potencial sobre la que actuar para tratar la depresión", explica Cecilio Álamo, catedrático de farmacología de la Universidad de Alcalá de Henares.
Aunque el traslado de los resultados obtenidos en modelos animales a la clínica no es nada sencillo y seguramente tarde años, se trata de "un primer paso para orientar la búsqueda de un nuevo fármaco que actúe sobre la regulación de la producción de esta proteína y que amplíe el marco de actuación de los antidepresivos", añade Álamo. Las pruebas en modelos animales como los ratones constituyen un test básico por el que han pasado todos los fármacos antidepresivos que se utilizan en la actualidad.
Una pieza más del puzzle incompleto
"Este estudio aporta una pieza más al complejo puzzle que es la depresión, del que conocemos aproximadamente un 30%", según Álamo, quien explica que siempre hay pacientes con los que el tratamiento no funciona, "porque en cada uno el fármaco está actuando sobre piezas distintas". Cuantas más piezas se hallen, mayor posibilidad habrá de desarrollar fármacos que funcionen en un mayor número de pacientes, acertando en los interruptores moleculares apropiados. Aunque sigue quedando un 70% que se desconoce de esta enfermedad y que dificulta establecer claramente sus causas y los límites que la separan de otras enfermedades.
Tanto es así, que hay estudios que demuestran que cinco de las grandes enfermedades mentales (autismo, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastorno bipolar, trastorno depresivo grave y esquizofrenia) comparten una serie de variaciones genéticas, lo que podría indicar que se trata de diferentes manifestaciones de un mismo proceso. Estas alteraciones comunes se dan en dos genes que regulan los niveles de calcio de las células del cerebro. De hecho, la proteína CaMKII, también vinculada al calcio, está involucrada en procesos de señalización celular y es mediadora de los mecanismos de aprendizaje y memoria, y su mala regulación está relacionada también con la enfermedad de Alzheimer.
Fuente:larazon.es
La depresión afecta a unos 350 millones de personas en el mundo. Sin embargo, el conocimiento que se tiene sobre el puzzle de mecanismos biológicos que la provocan es muy precario. Los fármacos que se utilizan para tratarla actúan, un poco a ciegas, sobre una serie de interruptores del cerebro que regulan el funcionamiento de los neurotransmisores (como la serotonina o la noradrenalina), sustancias responsables de nuestro estado de ánimo. Pero las piezas que se tienen del rompecabezas son pocas, y este tipo de fármacos sólo funcionan en dos terceras partes de los pacientes.
Un nuevo estudio, publicado en la revista Science, revela el hallazgo de un nuevo interruptor molecular que activa los síntomas de la depresión en ratones. Se trata de una proteína, cuya presencia en una zona concreta del cerebro pone en marcha una serie de procesos bioquímicos que desencadenan los síntomas depresivos.
En esta zona del cerebro, llamada habénula lateral, los científicos ya habían identificado una actividad neuronal especialmente alta en pacientes deprimidos, aunque no se sabía qué proceso molecular la desencadenaba. A partir de una serie de observaciones, los investigadores de la Academia de Ciencias de Shangai han descubierto que el desencadenante es la proteína CaMKII, que está presente en esta zona en una cantidad dos veces mayor en pacientes deprimidos que en pacientes sanos.
Menor interés por estímulos placenteros
Mediante una serie de experimentos, los investigadores forzaron la producción de esta proteína en el cerebro de los ratones, obteniendo como resultado la intensificación del rendimiento neuronal de esta área cerebral causando los síntomas de la depresión. Los animales en los que se promovió la producción de esta proteína dejaban de mostrar interés por el azúcar que los investigadores ponían a su alcance, y ponían menos empeño en defenderse ante un castigo, dos tipos de comportamiento vinculados con la depresión profunda.
De la misma manera, al bloquear la expresión de la proteína, los síntomas depresivos se invirtieron. "Este estudio ha localizado una nueva diana potencial sobre la que actuar para tratar la depresión", explica Cecilio Álamo, catedrático de farmacología de la Universidad de Alcalá de Henares.
Aunque el traslado de los resultados obtenidos en modelos animales a la clínica no es nada sencillo y seguramente tarde años, se trata de "un primer paso para orientar la búsqueda de un nuevo fármaco que actúe sobre la regulación de la producción de esta proteína y que amplíe el marco de actuación de los antidepresivos", añade Álamo. Las pruebas en modelos animales como los ratones constituyen un test básico por el que han pasado todos los fármacos antidepresivos que se utilizan en la actualidad.
Una pieza más del puzzle incompleto
"Este estudio aporta una pieza más al complejo puzzle que es la depresión, del que conocemos aproximadamente un 30%", según Álamo, quien explica que siempre hay pacientes con los que el tratamiento no funciona, "porque en cada uno el fármaco está actuando sobre piezas distintas". Cuantas más piezas se hallen, mayor posibilidad habrá de desarrollar fármacos que funcionen en un mayor número de pacientes, acertando en los interruptores moleculares apropiados. Aunque sigue quedando un 70% que se desconoce de esta enfermedad y que dificulta establecer claramente sus causas y los límites que la separan de otras enfermedades.
Tanto es así, que hay estudios que demuestran que cinco de las grandes enfermedades mentales (autismo, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastorno bipolar, trastorno depresivo grave y esquizofrenia) comparten una serie de variaciones genéticas, lo que podría indicar que se trata de diferentes manifestaciones de un mismo proceso. Estas alteraciones comunes se dan en dos genes que regulan los niveles de calcio de las células del cerebro. De hecho, la proteína CaMKII, también vinculada al calcio, está involucrada en procesos de señalización celular y es mediadora de los mecanismos de aprendizaje y memoria, y su mala regulación está relacionada también con la enfermedad de Alzheimer.
Fuente:larazon.es
Bobes: «La depresión es hoy una de las enfermedades más debilitantes de Europa»
El catedrático de Psiquiatría advierte de que un tercio de los pensionados por incapacidad permanente procede del campo de la salud mental.
La crisis nos enferma. El catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo Julio Bobes abordó ayer en el transcurso de las conferencias del 15.ª aniversario de la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI) las implicaciones de la crisis socioeconómica sobre la salud mental en Asturias. Durante una hora larga Bobes repasó algunas de las principales dolencias que presentan los pacientes que acuden en este momento a las consultas de salud mental. También habló el catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo sobre el aumento de las consultas psicológicas por ansiedad y depresión derivadas de la situación de desempleo o las dificultades de los pacientes para afrontar el pago de hipotecas.
«Todos los estudios coinciden en que las crisis a los enfermos mentales graves no les afectan mucho, pero sí ha aumentado la población que antes no acudía a las consultas por problemas de salud mental comunes», indicó Bobes. Esos pacientes centran su demanda en el sistema de atención primaria y es sobre los médicos de familia donde más pesa la atención a los problemas de salud mental derivados de la crisis. «La depresión es hoy en Europa la enfermedad más debilitante», subrayó el catedrático de Psiquiatría antes de anunciar que este tipo de trastornos aumentará «el doble» en un futuro. Las demencias crecerán 2,2 veces más, y la enfermedad de Parkinson, 1,5 veces más.
Los problemas para conciliar el sueño están presentes en más de la mitad de los desempleados y un 85% de los pacientes que sufren de insomnio lo achaca a temas laborales. Pero también existe un número importante de pacientes que acuden a consulta por problemas de estómago, enfermedades de la piel o cuadros de ansiedad, ya que las afecciones psicológicas afectan también físicamente.
A pesar de estos datos, el catedrático advirtió de que no se puede afirmar que la crisis sea causa directa de estas enfermedades, aunque sí representa ciertas implicaciones. Aunque son patologías que en principio no suelen durar mucho, es necesario tratarlas, pues podrían si no llegar a ser algo crónico, subrayó. Las implicaciones económicas de estas patologías también fueron motivo de análisis durante la charla. «Un tercio de los pensionados por incapacidad permanente procede del campo de la salud mental», aseveró Bobes. Y es la depresión la que acarrea una mayor carga al sistema. «Más que los infartos, las demencias y el cáncer de pulmón», agregó.
Aunque el porcentaje de bajas laborales en Asturias descendió en los últimos ocho años, la media se sitúa en este momento en 54 días, por encima de los 41 de la media nacional. Se trata, en la mayoría de los casos, de trastornos que provocan angustia, desesperación, dolor moral y un bajo rendimiento laboral en quienes los padecen, relató Julio Bobes ante la negativa perspectiva de que estas patologías «se incrementarán todavía más hasta 2030».
Un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que es muy importante tener en cuenta que la relación entre crisis económica y salud mental es bidireccional. El catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo añade que esta situación está comenzando a saturar el sistema sanitario con los recursos actuales. «Cada vez vemos más personas con trastornos de ansiedad», reconoció Bobes ante la triste realidad de que «el campo de las patologías del cerebro está infracuidado», pues no se cumple el objetivo del 10% de gasto sanitario previsto según la estrategia de salud mental de la Unión Europea.
Los trastornos del sueño representan también un problema importante. De hecho, entre un 8 y un 12% de la población sufre insomnio crónico, algo que puede causar desde alteraciones hormonales hasta enfermedades cardiovasculares e inmunológicas. Unas cifras que según Julio Bobes se traducen en «mucho sufrimiento porque hay personas y familias enteras detrás».
En su repaso sobre la relación de la salud mental y la crisis socioeconómica en Asturias, el catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo no se olvidó del aumento de los casos de suicidio. Asturias es la segunda comunidad autónoma con mayor tasa de conductas suicidas, un 10,4%, tras Galicia, que se encuentra sólo una décima por delante.
«Son problemas que requieren persistir en el esfuerzo que se había hecho hasta ahora», remarcó Bobes en su reivindicación sobre la necesidad de continuar dedicando recursos a la atención de los problemas de salud mental. En este sentido señaló que Gijón es un referente en la atención a este tipo de patologías «por haberse organizado bien» y subrayó, a modo de conclusión, que no existe salud si no hay salud mental. «No todas las enfermedades son iguales, algunas resultan muy discapacitantes», advirtió.
Fuente:ine.es
La crisis nos enferma. El catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo Julio Bobes abordó ayer en el transcurso de las conferencias del 15.ª aniversario de la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI) las implicaciones de la crisis socioeconómica sobre la salud mental en Asturias. Durante una hora larga Bobes repasó algunas de las principales dolencias que presentan los pacientes que acuden en este momento a las consultas de salud mental. También habló el catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo sobre el aumento de las consultas psicológicas por ansiedad y depresión derivadas de la situación de desempleo o las dificultades de los pacientes para afrontar el pago de hipotecas.
«Todos los estudios coinciden en que las crisis a los enfermos mentales graves no les afectan mucho, pero sí ha aumentado la población que antes no acudía a las consultas por problemas de salud mental comunes», indicó Bobes. Esos pacientes centran su demanda en el sistema de atención primaria y es sobre los médicos de familia donde más pesa la atención a los problemas de salud mental derivados de la crisis. «La depresión es hoy en Europa la enfermedad más debilitante», subrayó el catedrático de Psiquiatría antes de anunciar que este tipo de trastornos aumentará «el doble» en un futuro. Las demencias crecerán 2,2 veces más, y la enfermedad de Parkinson, 1,5 veces más.
Los problemas para conciliar el sueño están presentes en más de la mitad de los desempleados y un 85% de los pacientes que sufren de insomnio lo achaca a temas laborales. Pero también existe un número importante de pacientes que acuden a consulta por problemas de estómago, enfermedades de la piel o cuadros de ansiedad, ya que las afecciones psicológicas afectan también físicamente.
A pesar de estos datos, el catedrático advirtió de que no se puede afirmar que la crisis sea causa directa de estas enfermedades, aunque sí representa ciertas implicaciones. Aunque son patologías que en principio no suelen durar mucho, es necesario tratarlas, pues podrían si no llegar a ser algo crónico, subrayó. Las implicaciones económicas de estas patologías también fueron motivo de análisis durante la charla. «Un tercio de los pensionados por incapacidad permanente procede del campo de la salud mental», aseveró Bobes. Y es la depresión la que acarrea una mayor carga al sistema. «Más que los infartos, las demencias y el cáncer de pulmón», agregó.
Aunque el porcentaje de bajas laborales en Asturias descendió en los últimos ocho años, la media se sitúa en este momento en 54 días, por encima de los 41 de la media nacional. Se trata, en la mayoría de los casos, de trastornos que provocan angustia, desesperación, dolor moral y un bajo rendimiento laboral en quienes los padecen, relató Julio Bobes ante la negativa perspectiva de que estas patologías «se incrementarán todavía más hasta 2030».
Un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que es muy importante tener en cuenta que la relación entre crisis económica y salud mental es bidireccional. El catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo añade que esta situación está comenzando a saturar el sistema sanitario con los recursos actuales. «Cada vez vemos más personas con trastornos de ansiedad», reconoció Bobes ante la triste realidad de que «el campo de las patologías del cerebro está infracuidado», pues no se cumple el objetivo del 10% de gasto sanitario previsto según la estrategia de salud mental de la Unión Europea.
Los trastornos del sueño representan también un problema importante. De hecho, entre un 8 y un 12% de la población sufre insomnio crónico, algo que puede causar desde alteraciones hormonales hasta enfermedades cardiovasculares e inmunológicas. Unas cifras que según Julio Bobes se traducen en «mucho sufrimiento porque hay personas y familias enteras detrás».
En su repaso sobre la relación de la salud mental y la crisis socioeconómica en Asturias, el catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo no se olvidó del aumento de los casos de suicidio. Asturias es la segunda comunidad autónoma con mayor tasa de conductas suicidas, un 10,4%, tras Galicia, que se encuentra sólo una décima por delante.
«Son problemas que requieren persistir en el esfuerzo que se había hecho hasta ahora», remarcó Bobes en su reivindicación sobre la necesidad de continuar dedicando recursos a la atención de los problemas de salud mental. En este sentido señaló que Gijón es un referente en la atención a este tipo de patologías «por haberse organizado bien» y subrayó, a modo de conclusión, que no existe salud si no hay salud mental. «No todas las enfermedades son iguales, algunas resultan muy discapacitantes», advirtió.
Fuente:ine.es
El trastorno bipolar puede llevar a la esquizofrenia
Descubren un patrón genético común entre las principales enfermedades psiquiátricas.
Investigadores han demostrado por primera vez evidencia de un patrón genético común entre el trastorno bipolar, la depresión y la esquizofrenia, por lo que es frecuente que pacientes con una de las dolencias desarrollen con los años las otras.
El estudio, que ha sido publicado en Nature Genetics, ha encontrado menor correlación entre estas enfermedades y el autismo y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
La raíz de las enfermedades psiquiátricas como el trastorno de bipolaridad, la depresión, esquizofrenia, el autismo y el TDAH no es completamente conocida. Durante más de 125 años, los médicos han realizado diagnósticos basándose en una sumatoria de síntomas observados en los pacientes. Sin embargo, ahora han podido concluir que estos cinco desórdenes psiquiátricos tienen un vínculo genético y esto permitirá avanzar en el conocimiento de los fundamentos moleculares de estas enfermedades.
Este estudio internacional, liderado por el consorcio «Cross-Disorder Group of the Psychiatric Genomis», es el mayor estudio sobre el aspecto genético de las enfermedades psiquiátricas realizado hasta la fecha. Los hallazgos permitarán desarrollar nuevas opciones terapéuticas para tratar estas enfermedades.
En declaraciones a Europa Press, el coordinador del grupo español y representante del Laboratorio de Psiquiatría Genética del VHIR y del Servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d'Hebron, Josep Antoni Ramos-Quiroga, ha destacado que en un horizonte de diez años se podrá llevar a cabo una terapia más personalizada de estas dolencias, igual que actualmente sucede con el cáncer.
Ramos-Quiroga, ha explicado que «por primera vez se cuantifica la carga genética» de estas dolencias, que es muy alta. Por su parte, el autor principal del estudio y profesor de psquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad Commonwealth de Virgina, Kenneth S. Kendler, ha asegurado que «estos resultados nos dan la más clara imagen disponible hasta la fecha del grado de similitud genética entre estas enfermedades. Esperamos que esto nos ayude a desarrollar un diagnóstico más científico además de entender el nivel de base biológica que comparten estos desórdenes».
Prevención de enfermedades
En pacientes con una patología psiquiátrica «se podrá evaluar el riesgo de sufrir una depresión y ofrecer un tratamiento psicológico preventivo» para evitar este trastorno, aseguró el coordinador español Quiroga.
«Los resultados son contundentes, pero no concluyentes», destaca el experto del VHIR, quien señala que el TDAH y el autismo son las patologías que presentan menos heredabilidad compartida y, al mismo tiempo, son las dos patologías de las que se ha recopilado una muestra menor. Esta investigación permite alcanzar nuevas dianas terapéuticas, para en un futuro trabajar en tratamientos farmacológicos más eficientes y personalizados.
Un puzzle
El estudio ha analizado las variaciones del nucleótido SNP, y ahora los investigadores trabajan en el análisis de más variaciones genéticas para encajar el «gran puzzle» de la carga genética en las dolencias psiquiátricas, en que la herencia genómica juega un papel muy destacado, a menudo por encima de factores ambientales y circunstanciales.
La investigación además se ha basado en otro publicado este año en The Lancet, en el que se concluyó que polimorfismo de un solo nucleótico (SNPs) está asociado con enfermedades psiquiátricas que pueden producirse duante la niñez o adultez.
Fuente:abc.es
Investigadores han demostrado por primera vez evidencia de un patrón genético común entre el trastorno bipolar, la depresión y la esquizofrenia, por lo que es frecuente que pacientes con una de las dolencias desarrollen con los años las otras.
El estudio, que ha sido publicado en Nature Genetics, ha encontrado menor correlación entre estas enfermedades y el autismo y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
La raíz de las enfermedades psiquiátricas como el trastorno de bipolaridad, la depresión, esquizofrenia, el autismo y el TDAH no es completamente conocida. Durante más de 125 años, los médicos han realizado diagnósticos basándose en una sumatoria de síntomas observados en los pacientes. Sin embargo, ahora han podido concluir que estos cinco desórdenes psiquiátricos tienen un vínculo genético y esto permitirá avanzar en el conocimiento de los fundamentos moleculares de estas enfermedades.
Este estudio internacional, liderado por el consorcio «Cross-Disorder Group of the Psychiatric Genomis», es el mayor estudio sobre el aspecto genético de las enfermedades psiquiátricas realizado hasta la fecha. Los hallazgos permitarán desarrollar nuevas opciones terapéuticas para tratar estas enfermedades.
En declaraciones a Europa Press, el coordinador del grupo español y representante del Laboratorio de Psiquiatría Genética del VHIR y del Servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d'Hebron, Josep Antoni Ramos-Quiroga, ha destacado que en un horizonte de diez años se podrá llevar a cabo una terapia más personalizada de estas dolencias, igual que actualmente sucede con el cáncer.
Ramos-Quiroga, ha explicado que «por primera vez se cuantifica la carga genética» de estas dolencias, que es muy alta. Por su parte, el autor principal del estudio y profesor de psquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad Commonwealth de Virgina, Kenneth S. Kendler, ha asegurado que «estos resultados nos dan la más clara imagen disponible hasta la fecha del grado de similitud genética entre estas enfermedades. Esperamos que esto nos ayude a desarrollar un diagnóstico más científico además de entender el nivel de base biológica que comparten estos desórdenes».
Prevención de enfermedades
En pacientes con una patología psiquiátrica «se podrá evaluar el riesgo de sufrir una depresión y ofrecer un tratamiento psicológico preventivo» para evitar este trastorno, aseguró el coordinador español Quiroga.
«Los resultados son contundentes, pero no concluyentes», destaca el experto del VHIR, quien señala que el TDAH y el autismo son las patologías que presentan menos heredabilidad compartida y, al mismo tiempo, son las dos patologías de las que se ha recopilado una muestra menor. Esta investigación permite alcanzar nuevas dianas terapéuticas, para en un futuro trabajar en tratamientos farmacológicos más eficientes y personalizados.
Un puzzle
El estudio ha analizado las variaciones del nucleótido SNP, y ahora los investigadores trabajan en el análisis de más variaciones genéticas para encajar el «gran puzzle» de la carga genética en las dolencias psiquiátricas, en que la herencia genómica juega un papel muy destacado, a menudo por encima de factores ambientales y circunstanciales.
La investigación además se ha basado en otro publicado este año en The Lancet, en el que se concluyó que polimorfismo de un solo nucleótico (SNPs) está asociado con enfermedades psiquiátricas que pueden producirse duante la niñez o adultez.
Fuente:abc.es
"El juego online creó otro perfil de ludópata"
Susana Jiménez Murcia es española, psicóloga, especialista internacional en ludopatía y encargada de la Unidad de Juego del Departamento de Psiquiatría del Hospital de Bellvitge, de Barcelona.
Henrique Lopes es portugués, investigador de ludopatía y director del Centro de Investigación sobre ludopatía, en Lisboa. Ambos brindarán hoy, a partir de la hora 9: 30 en el piso 25 del Hotel Sheraton, una exposición sobre el juego patológico y prevención. Los expertos hablaron con El País sobre la forma de regular la actividad y la preocupación de la irrupción del juego online. "A raíz del juego por internet cambió el perfil, ahora son muchos los jóvenes afectados".
-¿Cómo es el perfil de una persona ludópata?
Susana Jiménez: Ha habido un cambio llamativo en España y en otros lugares del mundo. Porque hasta ahora, los pacientes que recurrían a las unidades asistenciales de ludopatía en España eran, básicamente, consumidores de máquinas tragamonedas, con estudios primarios, y con una edad de 35 a 40 años. Pero ahora estamos viendo un cambio brusco de tendencia, con la entrada del juego online. En España, hace un poco más de un año se legalizó el juego online y se ha autorizado a una serie de operadores, lo que llevó a un incremento importante de este tipo de juego. Y eso trajo consigo un perfil muy distinto de jugador.
-¿Y cómo es ese nuevo perfil de ludópata?
Susana Jiménez: Son jóvenes, con estudios universitarios, con más recursos y que hacen una evolución mucho más corta en su desarrollo del trastorno. Habitualmente un jugador, desde que empieza hasta que desarrolla el trastorno, suele pasar unos 5 o 6 años. Y en el caso del paciente con el juego online en dos años ya presenta todos los síntomas y con deudas que triplican las que tienen, en promedio, los pacientes de máquinas tragamonedas. Henrique Lopes: El paciente tradicional era un hombre con tradición de bebidas, de la noche, de la barra. Ahora aparecen muchísimos jóvenes estudiantes. Porque una cosa es ir al casino a jugar y otra cosa es jugar en tu cuarto, en tu casa.
-¿Esto puede representar un daño mucho más grave?
Susana Jiménez: Es un daño distinto, no sé si más grave. Porque graves también son las máquinas tragamonedas, que afectan a la mayoría de la población y, sobre todo, a sectores de población con un nivel cultural y adquisitivo más bajo y vulnerable. De todos modos, es cierto que entre los jóvenes el juego online puede representar un riesgo importante. Henrique Lopes: El tema es que un hombre maduro tiene otras defensas, sin embargo un jovencito no tiene la plenitud mental para saber lo que vale el dinero. Primero empiezan jugando sin dinero de por medio... jugando a puntos, a vidas. Después, piensan que porque logran avanzar diferentes niveles en el juego pueden apostar y hacer dinero y empiezan a jugar al poker. Además, todo esto es incentivado: hay estudios para viciar a los jóvenes en esto, jugando con las luces y colores del computador.
-¿Cómo se logra prevenir esta nueva modalidad?
Henrique Lopes: Las compañías de juego por internet no se autolimitan o regulan, como sucede con los casinos. Los propietarios de casino en Estados Unidos crearon códigos de prevención, donde se limitan ellos mismos su actividad, proporcionando momentos de placer, pero poniendo trabas a los excesos del juego. El fenómeno online, al ser completamente nuevo genera muchísimas dificultades para abordarlo, porque es un fenómeno que no está suficientemente estudiado. No tenemos buenos instrumentos ni capacidad de intervención allí. Susana Jiménez: En España se han tomado medidas como autorizar a determinados operadores, dándoles determinadas licencias. Entonces sale un logo en estos juegos, en estas páginas, que dice que se trata de un operador que tiene la aprobación del gobierno, y por tanto está regulada.
-¿Y esta medida qué efecto concreto ha tenido en ese joven con trastorno?
Susana Jiménez: El tema es que todavía es muy reciente la medida. Se legalizó el año pasado el juego online, por lo que la comisión está empezando a hacer las primeras acciones en esa dirección. Creo que todavía no tienen datos, pero como mínimo avisan que estás páginas son las autorizadas. Y luego existe la posibilidad del jugador de autoprohibirse en los juegos online, en estas páginas autorizadas. Henrique Lopes: Pero se trata de que tanto los políticos como los operadores sean inteligentes para no destruir lo que hoy les reporta ingresos.
-¿En qué aspectos se debe ver esa inteligencia en los operadores y el Estado?
Henrique Lopes: Es la inteligencia necesaria para no querer ganar todo el dinero ahora y sí hacerlo a lo largo del tiempo. Porque si se quiere ganar todo ahora se mata al jugador, lo destruye. Si los operadores tienen la inteligencia suficiente ellos mismos establecen controles y regulaciones para que ese jugador juegue de a poco, dosificando sus impulsos, y así tiene siempre recursos económicos, sin causar daños a sus clientes.
-¿Todos podemos llegar a ser potenciales ludópatas si accedemos a las distintas herramientas de juego?
Susana Jiménez: Bueno, siempre intervienen una serie de factores de riesgo, que son tanto individuales, biológicos, como ambientales y sociales. Por ejemplo, un aspecto social es que el juego sea tan accesible, como sucede con internet hoy en día. La accesibilidad nos hace mucho más vulnerables a desarrollar el trastorno. Si bien pueden no tener otros problemas asociados, pero son jóvenes y están frente a una actividad, potencialmente, muy adictiva. Y todavía no tienen los mecanismos de regulación necesarios.
-En España, ¿cómo están afectando en cifras las distintas modalidades de ludopatía?
Susana Jiménez: En 2011 se estaban barajando cifras de gasto en juego de más de US$ 26.000 millones, con la crisis que tenemos desde 2008 en toda Europa. Y el gasto en juego online aumentó en 2011 un 30%. Es decir, que es un fenómeno que nos está preocupando mucho. Es algo a lo que hay que estar atento para cuando llegue a Uruguay. Lo peor está por venir.
-¿Qué porcentaje de los pacientes ludópatas que piden ayuda logran salir de su problema y evitar la cronicidad de la adicción?
Susana Jiménez: A pesar de que es un trastorno gravísimo los tratamientos se resuelven con éxito, contrariamente a lo que se puede pensar... que es una enfermedad crónica y que el jugador es una persona que no va a resolver nunca el problema. Existen muchos estudios basados en evidencias empíricas que demuestran que si el paciente tiene conciencia de su enfermedad, y está motivado para resolver su problema, el 75% supera la patología y el tratamiento resulta eficaz. Es cierto que son trastornos que pueden presentarse por episodios y, por tanto, puede haber recaídas.
Proyecto de ley sobre máquinas es "nefasto"
El presidente del programa de Prevención y Tratamiento del Juego Patológico de Uruguay, Óscar Cool, calificó de "nefasto" el proyecto de ley que pretende legalizar las máquinas tragamonedas. "No solamente legaliza las máquinas tragamonedas, sino que además mandata mezclarlas con alcohol, ya que pueden instalarse en bares", dijo a El País el psiquiatra responsable del programa que funciona en el Hospital de Clínicas.
En la experiencia española, donde las máquinas tragamonedas fueron legalizadas en todos los bares, la experta Susana Jiménez describió que muchas personas entraron en contacto con ese juego, que representa un gran potencial adictivo, aumentando el número de ludópatas.
"Parece un juego totalmente inocente. De hecho, muchos te dicen que empezaron jugando tirando el cambio del café, y después ya iba con amigos a la salida del trabajo, porque cada tanto me daba algún premio. Y hasta han reconocido que les ha servido para desconectarse de todos su problemas", afirmó Jiménez. En Uruguay la proporción de personas adictas al juego es de 52% hombres y 48% mujeres.
Fuente:elpais.com.uy
Henrique Lopes es portugués, investigador de ludopatía y director del Centro de Investigación sobre ludopatía, en Lisboa. Ambos brindarán hoy, a partir de la hora 9: 30 en el piso 25 del Hotel Sheraton, una exposición sobre el juego patológico y prevención. Los expertos hablaron con El País sobre la forma de regular la actividad y la preocupación de la irrupción del juego online. "A raíz del juego por internet cambió el perfil, ahora son muchos los jóvenes afectados".
-¿Cómo es el perfil de una persona ludópata?
Susana Jiménez: Ha habido un cambio llamativo en España y en otros lugares del mundo. Porque hasta ahora, los pacientes que recurrían a las unidades asistenciales de ludopatía en España eran, básicamente, consumidores de máquinas tragamonedas, con estudios primarios, y con una edad de 35 a 40 años. Pero ahora estamos viendo un cambio brusco de tendencia, con la entrada del juego online. En España, hace un poco más de un año se legalizó el juego online y se ha autorizado a una serie de operadores, lo que llevó a un incremento importante de este tipo de juego. Y eso trajo consigo un perfil muy distinto de jugador.
-¿Y cómo es ese nuevo perfil de ludópata?
Susana Jiménez: Son jóvenes, con estudios universitarios, con más recursos y que hacen una evolución mucho más corta en su desarrollo del trastorno. Habitualmente un jugador, desde que empieza hasta que desarrolla el trastorno, suele pasar unos 5 o 6 años. Y en el caso del paciente con el juego online en dos años ya presenta todos los síntomas y con deudas que triplican las que tienen, en promedio, los pacientes de máquinas tragamonedas. Henrique Lopes: El paciente tradicional era un hombre con tradición de bebidas, de la noche, de la barra. Ahora aparecen muchísimos jóvenes estudiantes. Porque una cosa es ir al casino a jugar y otra cosa es jugar en tu cuarto, en tu casa.
-¿Esto puede representar un daño mucho más grave?
Susana Jiménez: Es un daño distinto, no sé si más grave. Porque graves también son las máquinas tragamonedas, que afectan a la mayoría de la población y, sobre todo, a sectores de población con un nivel cultural y adquisitivo más bajo y vulnerable. De todos modos, es cierto que entre los jóvenes el juego online puede representar un riesgo importante. Henrique Lopes: El tema es que un hombre maduro tiene otras defensas, sin embargo un jovencito no tiene la plenitud mental para saber lo que vale el dinero. Primero empiezan jugando sin dinero de por medio... jugando a puntos, a vidas. Después, piensan que porque logran avanzar diferentes niveles en el juego pueden apostar y hacer dinero y empiezan a jugar al poker. Además, todo esto es incentivado: hay estudios para viciar a los jóvenes en esto, jugando con las luces y colores del computador.
-¿Cómo se logra prevenir esta nueva modalidad?
Henrique Lopes: Las compañías de juego por internet no se autolimitan o regulan, como sucede con los casinos. Los propietarios de casino en Estados Unidos crearon códigos de prevención, donde se limitan ellos mismos su actividad, proporcionando momentos de placer, pero poniendo trabas a los excesos del juego. El fenómeno online, al ser completamente nuevo genera muchísimas dificultades para abordarlo, porque es un fenómeno que no está suficientemente estudiado. No tenemos buenos instrumentos ni capacidad de intervención allí. Susana Jiménez: En España se han tomado medidas como autorizar a determinados operadores, dándoles determinadas licencias. Entonces sale un logo en estos juegos, en estas páginas, que dice que se trata de un operador que tiene la aprobación del gobierno, y por tanto está regulada.
-¿Y esta medida qué efecto concreto ha tenido en ese joven con trastorno?
Susana Jiménez: El tema es que todavía es muy reciente la medida. Se legalizó el año pasado el juego online, por lo que la comisión está empezando a hacer las primeras acciones en esa dirección. Creo que todavía no tienen datos, pero como mínimo avisan que estás páginas son las autorizadas. Y luego existe la posibilidad del jugador de autoprohibirse en los juegos online, en estas páginas autorizadas. Henrique Lopes: Pero se trata de que tanto los políticos como los operadores sean inteligentes para no destruir lo que hoy les reporta ingresos.
-¿En qué aspectos se debe ver esa inteligencia en los operadores y el Estado?
Henrique Lopes: Es la inteligencia necesaria para no querer ganar todo el dinero ahora y sí hacerlo a lo largo del tiempo. Porque si se quiere ganar todo ahora se mata al jugador, lo destruye. Si los operadores tienen la inteligencia suficiente ellos mismos establecen controles y regulaciones para que ese jugador juegue de a poco, dosificando sus impulsos, y así tiene siempre recursos económicos, sin causar daños a sus clientes.
-¿Todos podemos llegar a ser potenciales ludópatas si accedemos a las distintas herramientas de juego?
Susana Jiménez: Bueno, siempre intervienen una serie de factores de riesgo, que son tanto individuales, biológicos, como ambientales y sociales. Por ejemplo, un aspecto social es que el juego sea tan accesible, como sucede con internet hoy en día. La accesibilidad nos hace mucho más vulnerables a desarrollar el trastorno. Si bien pueden no tener otros problemas asociados, pero son jóvenes y están frente a una actividad, potencialmente, muy adictiva. Y todavía no tienen los mecanismos de regulación necesarios.
-En España, ¿cómo están afectando en cifras las distintas modalidades de ludopatía?
Susana Jiménez: En 2011 se estaban barajando cifras de gasto en juego de más de US$ 26.000 millones, con la crisis que tenemos desde 2008 en toda Europa. Y el gasto en juego online aumentó en 2011 un 30%. Es decir, que es un fenómeno que nos está preocupando mucho. Es algo a lo que hay que estar atento para cuando llegue a Uruguay. Lo peor está por venir.
-¿Qué porcentaje de los pacientes ludópatas que piden ayuda logran salir de su problema y evitar la cronicidad de la adicción?
Susana Jiménez: A pesar de que es un trastorno gravísimo los tratamientos se resuelven con éxito, contrariamente a lo que se puede pensar... que es una enfermedad crónica y que el jugador es una persona que no va a resolver nunca el problema. Existen muchos estudios basados en evidencias empíricas que demuestran que si el paciente tiene conciencia de su enfermedad, y está motivado para resolver su problema, el 75% supera la patología y el tratamiento resulta eficaz. Es cierto que son trastornos que pueden presentarse por episodios y, por tanto, puede haber recaídas.
Proyecto de ley sobre máquinas es "nefasto"
El presidente del programa de Prevención y Tratamiento del Juego Patológico de Uruguay, Óscar Cool, calificó de "nefasto" el proyecto de ley que pretende legalizar las máquinas tragamonedas. "No solamente legaliza las máquinas tragamonedas, sino que además mandata mezclarlas con alcohol, ya que pueden instalarse en bares", dijo a El País el psiquiatra responsable del programa que funciona en el Hospital de Clínicas.
En la experiencia española, donde las máquinas tragamonedas fueron legalizadas en todos los bares, la experta Susana Jiménez describió que muchas personas entraron en contacto con ese juego, que representa un gran potencial adictivo, aumentando el número de ludópatas.
"Parece un juego totalmente inocente. De hecho, muchos te dicen que empezaron jugando tirando el cambio del café, y después ya iba con amigos a la salida del trabajo, porque cada tanto me daba algún premio. Y hasta han reconocido que les ha servido para desconectarse de todos su problemas", afirmó Jiménez. En Uruguay la proporción de personas adictas al juego es de 52% hombres y 48% mujeres.
Fuente:elpais.com.uy
La ludopatía atrapa a 500.000 españoles y amenaza al triple
Los expertos alertan de que el juego sin control, un trastorno psicológico equiparado a los causados por adicciones a sustancias, crece con las nuevas tecnologías. Pero el éxito de los tratamientos es superior al 70%, mayor cuanto más motivado está el paciente.
El ludópata es un enfermo, no «un vicioso» ni «un jugador de mierda». Lo dice Pilar desde su experiencia como esposa de un afectado por la ludopatía o juego patológico, trastorno psicológico de la impulsividad que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Americana de Psiquiatría califican de adicción sin tóxico y equiparan a las causadas por sustancias como la cocaína o la heroína. Coincidiendo con sendos megaproyectos de casinos en Barcelona y Madrid, esta enfermedad, que arruina la salud, la familia y la hacienda, ya alcanza a más de medio millón de españoles y amenaza a otro millón y medio, sobre todo con la expansión del juego por internet. Así lo consideran expertos como Jerónimo Saiz, jefe de psiquiatría del hospital madrileño Ramón y Cajal y padre de la primera unidad dedicada a tratar este trastorno en España, creada en 1979.
Los ludópatas «pierden el control. Juegan porque lo necesitan y desatienden necesidades básicas de trabajo, estudios, familia y amigos» hasta volverse «esclavos de esa conducta», dicen los responsables de estos servicios, que no logran eliminar la lista de espera, como lamenta Susana Jiménez-Murcia, jefa de psiquiatría y salud mental del Institut d'Investigació Biomèdica de Bellvitge (Idibell) y coordinadora de la unidad de juego del hospital barcelonés.
Las asociaciones de jugadores de azar en rehabilitación cuentan que la repercusiones directas suelen ser tremendas. La relación con la pareja y los hijos se debilita conforme «se miente sobre el uso del dinero». Decrece el nivel de concentración laboral al estarse «pendiente de volver a jugar y recuperar lo perdido». Como «no hay economía que lo resista», llegan las deudas, la tentación de taparlas con operaciones fraudulentas y los problemas con la justicia.
DEPRESIÓN Y MÁS ADICCIONES
En este descenso al infierno del juego, el psicólogo clínico Enrique Grande apunta que brotan «otros problemas psicopatológicos asociados», como depresión -«los afectados se dan cuenta del rechazo social y de la ruina a la que llevan a sus familias y a sí mismos»-, alcoholismo, drogadicción y, en los casos más graves, el «riesgo de suicidio como escape de una situación que no se puede soportar».
Jiménez-Murcia cuenta que en hasta el 85% de los casos que llegan a su unidad el motivo sigue siendo las máquinas en las que los afectados «persisten perra a perra». Estos suelen tener entre 30 y 45 años, y apenas un 12% son mujeres. «Empezamos a tener pacientes con estudios universitarios, trabajo y un nivel adquisitivo alto», advierte. Otros especialistas corroboran que el perfil del ludópata que pide ayuda está cambiando. «Cada vez son más jóvenes y más preparados. Muchos han empezado a jugar en internet, en el calor de sus hogares, con la sencillez de gastar dinero haciendo un simple clic», aseguran fuentes del Hospital Clínico de Alicante.
Datos del Hospital de Bellvitge apuntan que casi el 5% de los atendidos por juego patológico ya presentan una adicción gestada on line. Su responsable asegura que también se están atendiendo casos muy graves de «ludópatas bursátiles». Aunque su perfil de personalidad y emocional es similar, estos suelen ser universitarios, sobre todo economistas, y con ingresos altos. El problema radica, según Jiménez- Murcia, en que al tratarse de una actividad bien vista socialmente, suele retrasarse el diagnóstico. «La ludopatía en general tarda mucho en aparecer, en pasar de ser un hábito a un problema que hunde a la persona. De momento, solo estamos viendo la punta del iceberg de lo que puede traer internet», pronostica Saiz.
Pero por suerte, la otra cara de esta dura realidad es que, según los psiquiatras, hay solución. Las diez unidades hospitalarias de Catalunya cifran la tasa de éxito de quienes acuden a sus terapias en más del 70%. «El resto abandona o tiene recaídas a lo largo del proceso», dice Jiménez-Murcia. Una cifra de abandono superior, por ejemplo, a la de las terapias antitabaco y que se podrían mejorar, según Sáiz, si los ludópatas se trataran antes. El gran reto, apunta, es tratar a los que ahora no acuden por el típico «mecanismo de negación del problema» que impide afrontarlo hasta que surgen las implicaciones familiares, laborales y judiciales.
TERAPIAS LARGAS PERO EFICACES
Precisamente aceptar el problema y estar motivado es clave, apuntan médicos y psicólogos, para que las terapias sean eficaces. El programa de tratamiento de Bellvitge tiene dos fases. La primera es intensa, de 16 sesiones, una por semana durante 4 meses. Si se supera, es decir, si el paciente recupera el autocontrol y no juega, pasa a otra de seguimiento durante dos años. En total, «desde que se entra en la consulta hasta el alta definitiva son dos años y medio», explican.
La mayoría mejora de forma espontánea. El tratamiento fundamental es psicológico o cognitivo conductual, salvo en pacientes con trastornos asociados que requieren usar fármacos. «Cuesta pero compensa. Cuando jugaba me sentía un desgraciado. Ahora me he encontrado a mí mismo como persona y vuelvo a disfrutar de la vida», dice Miguel, un exludópata tratado por el Ramón y Cajal de Madrid.
Fuente:elperiodico.com
El ludópata es un enfermo, no «un vicioso» ni «un jugador de mierda». Lo dice Pilar desde su experiencia como esposa de un afectado por la ludopatía o juego patológico, trastorno psicológico de la impulsividad que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Americana de Psiquiatría califican de adicción sin tóxico y equiparan a las causadas por sustancias como la cocaína o la heroína. Coincidiendo con sendos megaproyectos de casinos en Barcelona y Madrid, esta enfermedad, que arruina la salud, la familia y la hacienda, ya alcanza a más de medio millón de españoles y amenaza a otro millón y medio, sobre todo con la expansión del juego por internet. Así lo consideran expertos como Jerónimo Saiz, jefe de psiquiatría del hospital madrileño Ramón y Cajal y padre de la primera unidad dedicada a tratar este trastorno en España, creada en 1979.
Los ludópatas «pierden el control. Juegan porque lo necesitan y desatienden necesidades básicas de trabajo, estudios, familia y amigos» hasta volverse «esclavos de esa conducta», dicen los responsables de estos servicios, que no logran eliminar la lista de espera, como lamenta Susana Jiménez-Murcia, jefa de psiquiatría y salud mental del Institut d'Investigació Biomèdica de Bellvitge (Idibell) y coordinadora de la unidad de juego del hospital barcelonés.
Las asociaciones de jugadores de azar en rehabilitación cuentan que la repercusiones directas suelen ser tremendas. La relación con la pareja y los hijos se debilita conforme «se miente sobre el uso del dinero». Decrece el nivel de concentración laboral al estarse «pendiente de volver a jugar y recuperar lo perdido». Como «no hay economía que lo resista», llegan las deudas, la tentación de taparlas con operaciones fraudulentas y los problemas con la justicia.
DEPRESIÓN Y MÁS ADICCIONES
En este descenso al infierno del juego, el psicólogo clínico Enrique Grande apunta que brotan «otros problemas psicopatológicos asociados», como depresión -«los afectados se dan cuenta del rechazo social y de la ruina a la que llevan a sus familias y a sí mismos»-, alcoholismo, drogadicción y, en los casos más graves, el «riesgo de suicidio como escape de una situación que no se puede soportar».
Jiménez-Murcia cuenta que en hasta el 85% de los casos que llegan a su unidad el motivo sigue siendo las máquinas en las que los afectados «persisten perra a perra». Estos suelen tener entre 30 y 45 años, y apenas un 12% son mujeres. «Empezamos a tener pacientes con estudios universitarios, trabajo y un nivel adquisitivo alto», advierte. Otros especialistas corroboran que el perfil del ludópata que pide ayuda está cambiando. «Cada vez son más jóvenes y más preparados. Muchos han empezado a jugar en internet, en el calor de sus hogares, con la sencillez de gastar dinero haciendo un simple clic», aseguran fuentes del Hospital Clínico de Alicante.
Datos del Hospital de Bellvitge apuntan que casi el 5% de los atendidos por juego patológico ya presentan una adicción gestada on line. Su responsable asegura que también se están atendiendo casos muy graves de «ludópatas bursátiles». Aunque su perfil de personalidad y emocional es similar, estos suelen ser universitarios, sobre todo economistas, y con ingresos altos. El problema radica, según Jiménez- Murcia, en que al tratarse de una actividad bien vista socialmente, suele retrasarse el diagnóstico. «La ludopatía en general tarda mucho en aparecer, en pasar de ser un hábito a un problema que hunde a la persona. De momento, solo estamos viendo la punta del iceberg de lo que puede traer internet», pronostica Saiz.
Pero por suerte, la otra cara de esta dura realidad es que, según los psiquiatras, hay solución. Las diez unidades hospitalarias de Catalunya cifran la tasa de éxito de quienes acuden a sus terapias en más del 70%. «El resto abandona o tiene recaídas a lo largo del proceso», dice Jiménez-Murcia. Una cifra de abandono superior, por ejemplo, a la de las terapias antitabaco y que se podrían mejorar, según Sáiz, si los ludópatas se trataran antes. El gran reto, apunta, es tratar a los que ahora no acuden por el típico «mecanismo de negación del problema» que impide afrontarlo hasta que surgen las implicaciones familiares, laborales y judiciales.
TERAPIAS LARGAS PERO EFICACES
Precisamente aceptar el problema y estar motivado es clave, apuntan médicos y psicólogos, para que las terapias sean eficaces. El programa de tratamiento de Bellvitge tiene dos fases. La primera es intensa, de 16 sesiones, una por semana durante 4 meses. Si se supera, es decir, si el paciente recupera el autocontrol y no juega, pasa a otra de seguimiento durante dos años. En total, «desde que se entra en la consulta hasta el alta definitiva son dos años y medio», explican.
La mayoría mejora de forma espontánea. El tratamiento fundamental es psicológico o cognitivo conductual, salvo en pacientes con trastornos asociados que requieren usar fármacos. «Cuesta pero compensa. Cuando jugaba me sentía un desgraciado. Ahora me he encontrado a mí mismo como persona y vuelvo a disfrutar de la vida», dice Miguel, un exludópata tratado por el Ramón y Cajal de Madrid.
Fuente:elperiodico.com
miércoles, 4 de septiembre de 2013
Identifican la zona del cerebro responsable de las alteraciones motoras en la esquizofrenia
Científicos de la Fundación para la Investigación y Docencia María Angustias Giménez (Fidmag) de las Hermanas Hospitalarias han hallado una zona del cerebro responsable de las alteraciones motoras en la esquizofrenia, ha informado el centro en un comunicado.
El hallazgo se centra en la discinesia tardía, un síndrome en el que aparecen movimientos involuntarios y que padecen uno de cada cuatro esquizofrénicos, de forma irreversible y que puede llegar a ser incapacitante.
El trabajo, que publica la revista 'British Journal of Psychiatry', señala que la discinesia se asocia con un cambio estructural en el cerebro de las personas que lo sufren, y se trata del primer estudio realizado con técnicas avanzadas de neuroimagen.
Los responsables del hallazgo apuntan a que estos resultados se deberían tener en cuenta a la hora de desarrollos nuevos fármacos antipsicóticos, ya que éstos desmontan la idea de que la discinesia tardía es solo un reflejo de los efectos neuroquímicos de dichos fármacos, sino que es fruto de un cambio en la morfología del cerebro.
En la investigación han participado 81 personas con esquizofrenia en distintos dispositivos asistenciales de las Hermanas Hospitalarias, a los que midieron el volumen de la sustancia gris para comprobar cambios en las diferentes zonas del cerebro.
De esto modo, los científicos observaron modificaciones en la morfología de los ganglios basales --núcleos en la profundidad del cerebro que tienen un papel importante en el control de los movimientos-- en las personas con discinesia tardía.
Los pacientes con este síndrome "presentan reducción en el volumen de la sustancia gris", ha asegurado la Fidmag, que ha avanzado que ahora se centrará en determinar si esta dolencia también presenta alteraciones a nivel funcional o cognitivo.
Fuente:europapress.es
El hallazgo se centra en la discinesia tardía, un síndrome en el que aparecen movimientos involuntarios y que padecen uno de cada cuatro esquizofrénicos, de forma irreversible y que puede llegar a ser incapacitante.
El trabajo, que publica la revista 'British Journal of Psychiatry', señala que la discinesia se asocia con un cambio estructural en el cerebro de las personas que lo sufren, y se trata del primer estudio realizado con técnicas avanzadas de neuroimagen.
Los responsables del hallazgo apuntan a que estos resultados se deberían tener en cuenta a la hora de desarrollos nuevos fármacos antipsicóticos, ya que éstos desmontan la idea de que la discinesia tardía es solo un reflejo de los efectos neuroquímicos de dichos fármacos, sino que es fruto de un cambio en la morfología del cerebro.
En la investigación han participado 81 personas con esquizofrenia en distintos dispositivos asistenciales de las Hermanas Hospitalarias, a los que midieron el volumen de la sustancia gris para comprobar cambios en las diferentes zonas del cerebro.
De esto modo, los científicos observaron modificaciones en la morfología de los ganglios basales --núcleos en la profundidad del cerebro que tienen un papel importante en el control de los movimientos-- en las personas con discinesia tardía.
Los pacientes con este síndrome "presentan reducción en el volumen de la sustancia gris", ha asegurado la Fidmag, que ha avanzado que ahora se centrará en determinar si esta dolencia también presenta alteraciones a nivel funcional o cognitivo.
Fuente:europapress.es
Desde la Asociación Española de Psiquiatría Privada (Asepp) se dan pautas sobre la correcta utilización de los ansiolíticos
Emplear ansiolíticos en el tratamiento de la ansiedad es un error que comenten "con cierta frecuencia" los médicos de Atención Primaria, según asegura el vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (Asepp), el doctor José Antonio López Rodríguez.
A su juicio, este medicamento "no debe administrarse de forma continuada", ya que su indicación es para las crisis de angustia, colocándolo "debajo de la lengua". Por ello, descarta el consumo reiterado de bromazepam, además de que sostiene que "el ideal es el loracepam".
En este sentido, López Rodríguez asegura que, como ocurre con todos los trastornos psiquiátricos, el de ansiedad requiere un tratamiento en tres vertientes, siendo éstas "la farmacológica, la psicológica y la del cambio de estilo de vida".
En referencia a las dos primeras, señala que se basan en "inhibidores de la recaptación de la serotonina y, en muchas ocasiones, psicoterapia para saber qué está pasando". Por su parte, la tercera vía es modificar hábitos, y es que "la mayor parte de los trastornos se dan por estrés".
Por ello, el miembro de la Asepp recomienda "no ir corriendo todo el día, aprender relajación, practicar deportes o 'hobbies' y tener una buena higiene del sueño". De cualquier forma, sostiene que lo primero es identificarlo, ya que cuando se produce "uno cree que se está muriendo".
Se caracteriza por "sensación de ahogo, taquicardia, sudoración fría, pensamiento de huida y de escape, estado de mal cuerpo o malestar gastrointestinal", llegando, incluso, a debutar con fiebre provocada por una bajada de las defensas.
En cuanto al origen, López Rodríguez indica que el ataque de ansiedad "siempre es la gota que colma el vaso de algo que viene produciéndose", por lo que, normalmente, "no es una tormenta de verano". De esta manera, el paciente es alguien que se encuentra en una situación de tensión de la que, "generalmente, no se da cuenta", señala.
La primera alerta es la denominada crisis de angustia, aunque puede haber otras como la jaqueca; sea como fuere, el ataque siempre es "muy intenso" y el trastorno "no aparece y desaparece", aunque "se diagnostica poco y se trata mucho peor todavía", lamenta.
Una de las causas de ello es que este problema se pueda "enmascarar", y es que muchas veces la enfermedad se somatiza "en problemas digestivos, de piel o hipertensión", asegura. Por este motivo, confirma que desde la Asepp se intenta formar a los profesionales, los cuales deben derivar al paciente al especialista "cuando tengan dudas".
Por último, López Rodríguez subraya el hecho de que la ansiedad es "fundamental" para la supervivencia, por lo que "en sí no es mala, es una cosa positiva". El problema es cuando se convierte en un trastorno "porque aparece por un problema que no es real, por estar dentro de la cabeza o por una reacción excesiva ante una situación", concluye.
Fuente: psiquiatria.com
A su juicio, este medicamento "no debe administrarse de forma continuada", ya que su indicación es para las crisis de angustia, colocándolo "debajo de la lengua". Por ello, descarta el consumo reiterado de bromazepam, además de que sostiene que "el ideal es el loracepam".
En este sentido, López Rodríguez asegura que, como ocurre con todos los trastornos psiquiátricos, el de ansiedad requiere un tratamiento en tres vertientes, siendo éstas "la farmacológica, la psicológica y la del cambio de estilo de vida".
En referencia a las dos primeras, señala que se basan en "inhibidores de la recaptación de la serotonina y, en muchas ocasiones, psicoterapia para saber qué está pasando". Por su parte, la tercera vía es modificar hábitos, y es que "la mayor parte de los trastornos se dan por estrés".
Por ello, el miembro de la Asepp recomienda "no ir corriendo todo el día, aprender relajación, practicar deportes o 'hobbies' y tener una buena higiene del sueño". De cualquier forma, sostiene que lo primero es identificarlo, ya que cuando se produce "uno cree que se está muriendo".
Se caracteriza por "sensación de ahogo, taquicardia, sudoración fría, pensamiento de huida y de escape, estado de mal cuerpo o malestar gastrointestinal", llegando, incluso, a debutar con fiebre provocada por una bajada de las defensas.
En cuanto al origen, López Rodríguez indica que el ataque de ansiedad "siempre es la gota que colma el vaso de algo que viene produciéndose", por lo que, normalmente, "no es una tormenta de verano". De esta manera, el paciente es alguien que se encuentra en una situación de tensión de la que, "generalmente, no se da cuenta", señala.
La primera alerta es la denominada crisis de angustia, aunque puede haber otras como la jaqueca; sea como fuere, el ataque siempre es "muy intenso" y el trastorno "no aparece y desaparece", aunque "se diagnostica poco y se trata mucho peor todavía", lamenta.
Una de las causas de ello es que este problema se pueda "enmascarar", y es que muchas veces la enfermedad se somatiza "en problemas digestivos, de piel o hipertensión", asegura. Por este motivo, confirma que desde la Asepp se intenta formar a los profesionales, los cuales deben derivar al paciente al especialista "cuando tengan dudas".
Por último, López Rodríguez subraya el hecho de que la ansiedad es "fundamental" para la supervivencia, por lo que "en sí no es mala, es una cosa positiva". El problema es cuando se convierte en un trastorno "porque aparece por un problema que no es real, por estar dentro de la cabeza o por una reacción excesiva ante una situación", concluye.
Fuente: psiquiatria.com
Investigadores de la Universidad de Deusto desarrollan un programa pionero para el tratamiento de la psicosis y la esquizofrenia
Los trastornos mentales graves suponen un altísimo nivel de discapacidad para la población. Entre ellas, psicosis, la esquizofrenia que afectan al 1% de la población y no tienen cura. Los pacientes son en su mayoría jóvenes que ven truncada su vida académica y profesional debido a las graves secuelas que esta enfermedad conlleva.
En la actualidad el tratamiento empleado es básicamente farmacológico. Aunque necesarios, los fármacos no han demostrado ser eficaces en el alivio de todos los síntomas o molestias secundarias a la enfermedad. Es el caso de la inactividad, la falta de motivación o disfrute; y los denominados déficits cognitivos, que consisten en problemas de concentración, memoria y capacidad de planificación entre otros. Todos ellos, guardan una estrecha relación con los problemas de inserción social y laboral presentes en este colectivo. En el intento de buscar nuevas formas de abordaje de estos síntomas, surgió la implementación de la rehabilitación neuropsicológica o rehabilitación cognitiva.
Un equipo de Investigadores de la Universidad de Deusto, liderado por los Doctores Natalia Ojeda y Javier Peña, ha desarrollado un programa de rehabilitación neuropsicológica para psicosis y esquizofrenia pionero en España, denominado REHACOP. Este programa, es fruto del trabajo de varios especialistas en neuropsicología con más de 18 años de experiencia en el área.
Fuente:psiquiatria.com
En la actualidad el tratamiento empleado es básicamente farmacológico. Aunque necesarios, los fármacos no han demostrado ser eficaces en el alivio de todos los síntomas o molestias secundarias a la enfermedad. Es el caso de la inactividad, la falta de motivación o disfrute; y los denominados déficits cognitivos, que consisten en problemas de concentración, memoria y capacidad de planificación entre otros. Todos ellos, guardan una estrecha relación con los problemas de inserción social y laboral presentes en este colectivo. En el intento de buscar nuevas formas de abordaje de estos síntomas, surgió la implementación de la rehabilitación neuropsicológica o rehabilitación cognitiva.
Un equipo de Investigadores de la Universidad de Deusto, liderado por los Doctores Natalia Ojeda y Javier Peña, ha desarrollado un programa de rehabilitación neuropsicológica para psicosis y esquizofrenia pionero en España, denominado REHACOP. Este programa, es fruto del trabajo de varios especialistas en neuropsicología con más de 18 años de experiencia en el área.
Fuente:psiquiatria.com
Un nuevo estudio desecha que la depresión sea de género femenino
Hasta ahora se pensaba que las mujeres son más dadas a sufrir episodios de depresión que los hombres, llegando incluso a doblar la población de riesgo, sin embargo un nuevo estudio desecha esta teoría y muestra que el porcentaje de hombres deprimidos es similar al de las mujeres.
El estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Michigan en Dearborn (EEUU) demuestra que la proporción de hombres que experimentan síntomas de depresión puede ser similar a la proporción de mujeres con depresión cuando los médicos analizan los síntomas no comunes.
Así, descubrieron que un tercio de los hombres y las mujeres cumplieron con criterios de diagnóstico de depresión teniendo en cuenta no solo los síntomas tradicionales, sino también los menos estandarizados como son la agresión y los problemas de sueño.
Para la investigación, que ha sido publicada en 'JAMA Psychiatry', utilizaron datos de una encuesta nacional representativa de 3.310 mujeres y 2.382 hombres que se utiliza para medir la prevalencia de las enfermedades mentales; además utilizaron una escala que fue diseñada para evaluar los síntomas de depresión comunes entre los hombres.
Utilizando la escala más completa de síntomas descubrieron que alrededor del 33 por ciento de las mujeres cumplían los criterios para la depresión, en comparación con alrededor del 31 por ciento de los hombres.
"En este momento estamos en un lugar interesante, ya que los médicos y algunas investigaciones dicen que realmente tenemos que prestar atención a síntomas alternativos depresión", ha señalado Lisa Martin, autor principal. En su opinión, se debe "prestar atención a un par de síntomas no comunes en aquellos hombres que no cumplen realmente el umbral", ha añadido Martin.
La investigadora ha advertido, sin embargo, que su estudio tenía limitaciones, entre ellas que las encuestas no incluyen preguntas sobre el exceso de trabajo, exceso de ejercicio, cambios en la conducta sexual y otros marcadores para la depresión en los hombres.
No obstante, considera que la investigación sugiere que los médicos deben cambiar su forma de evaluar a los pacientes para ayudar a identificar a los que sufren o corren el riesgo de depresión. En su opinión, es negativo que un gran número de hombres no sean considerados depresivos por la falta de una evaluación completa ya que no pueden pedir ayuda.
Asimismo, ha señalado que es importante hacer ver que la depresión no es una enfermedad femenina y empezar a darle publicidad para que los hombres sean capaces de detectarla enfermedad y acercarse a los grupos de apoyo.
Fuente:psiquiatria.com
El estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Michigan en Dearborn (EEUU) demuestra que la proporción de hombres que experimentan síntomas de depresión puede ser similar a la proporción de mujeres con depresión cuando los médicos analizan los síntomas no comunes.
Así, descubrieron que un tercio de los hombres y las mujeres cumplieron con criterios de diagnóstico de depresión teniendo en cuenta no solo los síntomas tradicionales, sino también los menos estandarizados como son la agresión y los problemas de sueño.
Para la investigación, que ha sido publicada en 'JAMA Psychiatry', utilizaron datos de una encuesta nacional representativa de 3.310 mujeres y 2.382 hombres que se utiliza para medir la prevalencia de las enfermedades mentales; además utilizaron una escala que fue diseñada para evaluar los síntomas de depresión comunes entre los hombres.
Utilizando la escala más completa de síntomas descubrieron que alrededor del 33 por ciento de las mujeres cumplían los criterios para la depresión, en comparación con alrededor del 31 por ciento de los hombres.
"En este momento estamos en un lugar interesante, ya que los médicos y algunas investigaciones dicen que realmente tenemos que prestar atención a síntomas alternativos depresión", ha señalado Lisa Martin, autor principal. En su opinión, se debe "prestar atención a un par de síntomas no comunes en aquellos hombres que no cumplen realmente el umbral", ha añadido Martin.
La investigadora ha advertido, sin embargo, que su estudio tenía limitaciones, entre ellas que las encuestas no incluyen preguntas sobre el exceso de trabajo, exceso de ejercicio, cambios en la conducta sexual y otros marcadores para la depresión en los hombres.
No obstante, considera que la investigación sugiere que los médicos deben cambiar su forma de evaluar a los pacientes para ayudar a identificar a los que sufren o corren el riesgo de depresión. En su opinión, es negativo que un gran número de hombres no sean considerados depresivos por la falta de una evaluación completa ya que no pueden pedir ayuda.
Asimismo, ha señalado que es importante hacer ver que la depresión no es una enfermedad femenina y empezar a darle publicidad para que los hombres sean capaces de detectarla enfermedad y acercarse a los grupos de apoyo.
Fuente:psiquiatria.com
Los adictos al juego sufren anomalías que afectan a la toma de decisiones
Investigadores de la Universidad de Granada han determinado que las personas adictas al juego presentan anomalías en su funcionamiento cerebral que afectan a su capacidad de tomar decisiones.
A esa conclusión han llegado tras la elaboración de un trabajo en el que han analizado las similitudes y diferencias psicológicas y de funcionamiento cerebral que existen entre las personas adictas a la cocaína y las que lo son a los juegos de azar, según informa la Universidad de Granada.
En dos artículos publicados recientemente en la revista 'Frontiers in Neuroscience', los científicos han corroborado que la cocaína tiene efectos perjudiciales acumulativos sobre el funcionamiento de áreas del cerebro (cíngulo anterior y parte de la corteza prefrontal) necesarias para el correcto control de impulsos.
Esto se ha comprobado mediante tareas de laboratorio y técnicas de identificación de anomalías de funcionamiento cerebral a través de la electroencefalografía.
Estos efectos negativos sobre el correcto control de impulsos no están presentes en los jugadores, puesto que su adicción no implica el uso de sustancias tóxicas.
Sin embargo, la investigación ha revelado que las personas adictas al juego sí que manifiestan otras anomalías en su funcionamiento cerebral, localizadas también en áreas de la corteza prefrontal.
Estas anomalías están relacionadas con la gravedad del trastorno y afectan a su capacidad de tomar decisiones.
Según los autores principales del trabajo, José César Perales y Ana Torres, del departamento de Psicología Experimental de Granada, "esas malas decisiones afectan al reconocimiento y valoración de las pérdidas que tienen esas personas, aún cuando dichas pérdidas no se refieren a asuntos monetarios".
Además, en los voluntarios que participaron en la investigación se observó también que la tendencia a tomar malas decisiones se incrementa significativamente cuando experimentan emociones negativas como ansiedad o tristeza.
A tenor de los datos, los investigadores consideran necesario tener en cuenta que las alteraciones provocadas por el consumo crónico de la cocaína pueden convertirse a su vez en un obstáculo para el tratamiento, por lo que deben tenerse en cuenta a la hora de establecer un pronóstico.
Además, los investigadores han identificado algunos aspectos claves que debe incorporar el tratamiento dirigido a la rehabilitación del juego patológico, especialmente en los casos más graves: tratar directamente los problemas emocionales que disparan la necesidad de jugar, y realizar un entrenamiento específico que permita al individuo aprender a valorar de forma adecuada las pérdidas y sus consecuencias.
Fuente:elmundo.es
A esa conclusión han llegado tras la elaboración de un trabajo en el que han analizado las similitudes y diferencias psicológicas y de funcionamiento cerebral que existen entre las personas adictas a la cocaína y las que lo son a los juegos de azar, según informa la Universidad de Granada.
En dos artículos publicados recientemente en la revista 'Frontiers in Neuroscience', los científicos han corroborado que la cocaína tiene efectos perjudiciales acumulativos sobre el funcionamiento de áreas del cerebro (cíngulo anterior y parte de la corteza prefrontal) necesarias para el correcto control de impulsos.
Esto se ha comprobado mediante tareas de laboratorio y técnicas de identificación de anomalías de funcionamiento cerebral a través de la electroencefalografía.
Estos efectos negativos sobre el correcto control de impulsos no están presentes en los jugadores, puesto que su adicción no implica el uso de sustancias tóxicas.
Sin embargo, la investigación ha revelado que las personas adictas al juego sí que manifiestan otras anomalías en su funcionamiento cerebral, localizadas también en áreas de la corteza prefrontal.
Estas anomalías están relacionadas con la gravedad del trastorno y afectan a su capacidad de tomar decisiones.
Según los autores principales del trabajo, José César Perales y Ana Torres, del departamento de Psicología Experimental de Granada, "esas malas decisiones afectan al reconocimiento y valoración de las pérdidas que tienen esas personas, aún cuando dichas pérdidas no se refieren a asuntos monetarios".
Además, en los voluntarios que participaron en la investigación se observó también que la tendencia a tomar malas decisiones se incrementa significativamente cuando experimentan emociones negativas como ansiedad o tristeza.
A tenor de los datos, los investigadores consideran necesario tener en cuenta que las alteraciones provocadas por el consumo crónico de la cocaína pueden convertirse a su vez en un obstáculo para el tratamiento, por lo que deben tenerse en cuenta a la hora de establecer un pronóstico.
Además, los investigadores han identificado algunos aspectos claves que debe incorporar el tratamiento dirigido a la rehabilitación del juego patológico, especialmente en los casos más graves: tratar directamente los problemas emocionales que disparan la necesidad de jugar, y realizar un entrenamiento específico que permita al individuo aprender a valorar de forma adecuada las pérdidas y sus consecuencias.
Fuente:elmundo.es
martes, 3 de septiembre de 2013
Adicción al sexo, un riesgo latente en una sociedad del deseo
-Es fácil volverse adicto al sexo, porque es placer y reduce la ansiedad.
-Esto puede ser reflejo de una educación sexual enfocada hacia lo negativo.
-La psicoterapia consiste en tratar al adicto de manera individual para detener las conductas, controlar los impulsos y cambiar los hábitos.
-Así aprende a disfrutar de su sexualidad sin caer en conductas compulsivas.
La dependencia del sexo es un hecho cada vez más frecuente en nuestra sociedad. No es una moda, sino el reflejo de la facilidad con la que se tiene acceso a gran diversidad de contenido erótico, porque esta sociedad fabrica y vende deseos. Así acaba llegando la adicción al sexo.
El psicólogo Roberto Sanz, miembro del Colegio de Psicólogos de Madrid, recuerda que una adicción "es la pérdida de control o la incapacidad que tiene una persona para frenarse de hacer algo. A la larga, ese algo le trae consecuencias negativas". Hablando de sexo, el especialista asegura que es muy fácil volverse adicto, pues representa placer y genera una reducción importante de la ansiedad, la cual puede ser reflejo de una educación sexual enfocada hacia lo negativo.
"Mucha gente crece con una inadecuada educación sexual y cuando se inicia en el sexo, mezcla su ansiedad con el tabú", explica. A eso se le suma que la publicidad y los medios de comunicación utilizan la sensualidad como gancho para atraer audiencia y que, gracias al Internet, se tiene acceso inmediato a la pornografía: "La sociedad en la que vivimos fabrica muchos deseos con la publicidad o los medios de comunicación. La gente se ve rodeada de estímulos".
Por otra parte, la necesidad de afecto también es motivo para que las personas busquen confort en el sexo, como señala el psicoterapeuta, Fernando Botana, director del centro contra las adicciones Sinadic: "El sexo es un contacto que, por sus signos placenteros, se puede confundir con lo afectivo. La persona encuentra eso que no encuentra en la vida ordinaria".
La adicción sexual se da principalmente en hombres y puede ir desde realizar llamadas a líneas eróticas constantemente en un día, hasta a buscar una prostituta cada media hora, situaciones que afectan la vida cotidiana del adicto gradualmente. En principio, la persona lo consigue mezclar con su rutina, sin embargo, mientras más se adentra al vicio, más difícil le será realizar un balance.
"Ver porno o masturbarse son actividades que en principio, se pueden hacer en 15 o 20 minutos. La persona sigue con su vida absolutamente normal, hasta que empieza a desaparecer cada vez más seguido para hacer sus cosas y entonces su vida se ve afectada", comenta el psicólogo, Roberto Sanz.
No hay que llegar al extremo para pedir ayuda
En el libro S = EX² del escritor Pere Estupinyà, se narra el caso de Joe, un adicto que llegó a buscar ayuda luego de gastar todo su dinero en prostitutas y con una lesión en la muñeca de tanto masturbarse. "No es extraño encontrar hombres que se masturban más de diez veces al día. Joe nunca está satisfecho. Termina con una prostituta y a la media hora está buscando sexo de nuevo", detalla el autor de la obra que aborda, entre otros temas, los factores que desencadenan esta dependencia.
Estupinyà consultó al psiquiatra Richard Krueger y a la terapeuta Meg Kaplan, expertos en hipersexualidad de la Universidad de Columbia, quienes aseguran que cualquier deseo no satisfecho puede convertirse en obsesión hasta llegar a ese punto. En el caso del libro, Joe acudió a terapia cuando sintió que tocó fondo, pero el fondo no es el mismo para todos.
Según explica el psicoterapeuta Fernando Botana, llegar al punto de pedir ayuda varía en cada caso, pues depende de la carga moral que tenga, así como de cuán dañada se haya visto su rutina. "Muchos llegan cuando ya les impide vivir, cuando han perdido el trabajo por estar más pendientes de sus costumbres sexuales o cuando la pareja se ha dado cuenta de ellas y los han dejado o han amenazado con dejarlos", señala el experto.
La psicoterapia consiste en tratar al adicto de manera individual para detener las conductas, controlar los impulsos y cambiar los hábitos. A diferencia de otras adicciones, en ésta no se le puede alejar por completo al enfermo, pues tiene que aprender a disfrutar de su sexualidad de manera sana y sin sucumbir a sus conductas compulsivas.
"Tienen que mantener un nivel de prácticas sexuales y de deseo. Eso se logra con nueva educación sexual aparte del control de impulsos. No sólo es que la persona tenga una vida sexual, sino que tenga una vida sexual lo suficientemente satisfactoria para que no tenga que volver a sus conductas", subraya el psicólogo, Roberto Sanz. Eso se consigue sólo con tiempo pues según los expertos, el adicto debe acudir a terapia incluso años después de detectado el problema.
Fuente:20minutos.es
-Esto puede ser reflejo de una educación sexual enfocada hacia lo negativo.
-La psicoterapia consiste en tratar al adicto de manera individual para detener las conductas, controlar los impulsos y cambiar los hábitos.
-Así aprende a disfrutar de su sexualidad sin caer en conductas compulsivas.
La dependencia del sexo es un hecho cada vez más frecuente en nuestra sociedad. No es una moda, sino el reflejo de la facilidad con la que se tiene acceso a gran diversidad de contenido erótico, porque esta sociedad fabrica y vende deseos. Así acaba llegando la adicción al sexo.
El psicólogo Roberto Sanz, miembro del Colegio de Psicólogos de Madrid, recuerda que una adicción "es la pérdida de control o la incapacidad que tiene una persona para frenarse de hacer algo. A la larga, ese algo le trae consecuencias negativas". Hablando de sexo, el especialista asegura que es muy fácil volverse adicto, pues representa placer y genera una reducción importante de la ansiedad, la cual puede ser reflejo de una educación sexual enfocada hacia lo negativo.
"Mucha gente crece con una inadecuada educación sexual y cuando se inicia en el sexo, mezcla su ansiedad con el tabú", explica. A eso se le suma que la publicidad y los medios de comunicación utilizan la sensualidad como gancho para atraer audiencia y que, gracias al Internet, se tiene acceso inmediato a la pornografía: "La sociedad en la que vivimos fabrica muchos deseos con la publicidad o los medios de comunicación. La gente se ve rodeada de estímulos".
Por otra parte, la necesidad de afecto también es motivo para que las personas busquen confort en el sexo, como señala el psicoterapeuta, Fernando Botana, director del centro contra las adicciones Sinadic: "El sexo es un contacto que, por sus signos placenteros, se puede confundir con lo afectivo. La persona encuentra eso que no encuentra en la vida ordinaria".
La adicción sexual se da principalmente en hombres y puede ir desde realizar llamadas a líneas eróticas constantemente en un día, hasta a buscar una prostituta cada media hora, situaciones que afectan la vida cotidiana del adicto gradualmente. En principio, la persona lo consigue mezclar con su rutina, sin embargo, mientras más se adentra al vicio, más difícil le será realizar un balance.
"Ver porno o masturbarse son actividades que en principio, se pueden hacer en 15 o 20 minutos. La persona sigue con su vida absolutamente normal, hasta que empieza a desaparecer cada vez más seguido para hacer sus cosas y entonces su vida se ve afectada", comenta el psicólogo, Roberto Sanz.
No hay que llegar al extremo para pedir ayuda
En el libro S = EX² del escritor Pere Estupinyà, se narra el caso de Joe, un adicto que llegó a buscar ayuda luego de gastar todo su dinero en prostitutas y con una lesión en la muñeca de tanto masturbarse. "No es extraño encontrar hombres que se masturban más de diez veces al día. Joe nunca está satisfecho. Termina con una prostituta y a la media hora está buscando sexo de nuevo", detalla el autor de la obra que aborda, entre otros temas, los factores que desencadenan esta dependencia.
Estupinyà consultó al psiquiatra Richard Krueger y a la terapeuta Meg Kaplan, expertos en hipersexualidad de la Universidad de Columbia, quienes aseguran que cualquier deseo no satisfecho puede convertirse en obsesión hasta llegar a ese punto. En el caso del libro, Joe acudió a terapia cuando sintió que tocó fondo, pero el fondo no es el mismo para todos.
Según explica el psicoterapeuta Fernando Botana, llegar al punto de pedir ayuda varía en cada caso, pues depende de la carga moral que tenga, así como de cuán dañada se haya visto su rutina. "Muchos llegan cuando ya les impide vivir, cuando han perdido el trabajo por estar más pendientes de sus costumbres sexuales o cuando la pareja se ha dado cuenta de ellas y los han dejado o han amenazado con dejarlos", señala el experto.
La psicoterapia consiste en tratar al adicto de manera individual para detener las conductas, controlar los impulsos y cambiar los hábitos. A diferencia de otras adicciones, en ésta no se le puede alejar por completo al enfermo, pues tiene que aprender a disfrutar de su sexualidad de manera sana y sin sucumbir a sus conductas compulsivas.
"Tienen que mantener un nivel de prácticas sexuales y de deseo. Eso se logra con nueva educación sexual aparte del control de impulsos. No sólo es que la persona tenga una vida sexual, sino que tenga una vida sexual lo suficientemente satisfactoria para que no tenga que volver a sus conductas", subraya el psicólogo, Roberto Sanz. Eso se consigue sólo con tiempo pues según los expertos, el adicto debe acudir a terapia incluso años después de detectado el problema.
Fuente:20minutos.es
Candy Crush, el juego “adicción”, suma niveles y nuevos jugadores
Ya alcanzó 50 millones de descargas en Android y 40 millones de fans en Facebook.
Fenómeno. Millones de personas intentan acomodar caramelos virtuales en celulares, tabletas y computadoras.
Candy Crush, el juego del momento, está celebrando sus 40 millones de fans en Facebook, red social que lo lanzó al estrellato. Para eso no hubo mejor forma de celebración, además del clásico agradecimiento a sus adeptos, que agregar nuevos niveles para satisfacer la demanda de los jugadores más avanzados.
Y no sólo su camino de caramelos es el que crece, también es su popularidad: en los últimos treinta días se descargó el juego en más de 50 millones de dispositivos que utilizan al sistema operativo Android. El número sorprende, sobre todo porque no cuenta a los nuevos usuarios de iOS (iPhone/iPad) ni de Facebook.
La expansión del dulce mapa de Candy Crush avanza. En los últimos dos meses su promedio de crecimiento fue de un nivel de juego más cada dos días. Aunque siempre se van sumando de a un episodio. En total, el juego y a tiene 455 niveles.
Estos episodios son historias que indican que el jugador deberá destrozar caramelos y superar obstáculos para ayudar a un personaje a sortear un problema, desde reparar un barco dañado hasta detener la erupción de un volcán que amenaza a una aldea hecha de azúcar. Cada uno de ellos suma 15 niveles nuevos y va adquiriendo cada vez mayor dificultad.
Entre los obstáculos que encontrará el que desee jugar estarán las barras de chocolate que irán creciendo, si es que no se rompe alguna de ellas, hasta copar toda la pantalla. O las bombas que harán perder la preciada “vida”, si no se las rompe antes de que acaben los movimientos que indica en su contador. Todo esto además de la misión, que puede variar entre alcanzar un puntaje en determinado tiempo o romper toda la “gelatina” que aparece en el nivel.
Una de las razones que llevó al éxito del Candy Crush es su lado social. La interacción con otros jugadores, tal como explicó la médica psiquiatra y vicepresidente del área de Juego Patológico y Adicciones Comportamentales de la Asociación de Psiquiatras Argentinos, Verónica Mora: “En la interconexión no sólo competís con otros sino que, además, dependés de ellos”. Es que si no se cuenta con la ayuda de los “amigos” de Facebook, no se puede pasar al próximo episodio, a menos que se compre el “ticket” con dinero real.
Esa interacción también fue la que consiguió viralizar el juego, ya que los usuarios que necesitan de ayuda riegan invitaciones por todos sus contactos y hasta les piden que ingresen a jugar sólo para ayudarlos. Es por eso, también, que no sólo la fama del Candy Crush es positiva, sino que es muy común escuchar por ahí la frase “¡ya estoy harto de recibir invitaciones para el Candy!”. Buena o mala, es fama al fin, y gracias a ello es hoy el juego adicción más famoso.
Fuente:clarin.com
Fenómeno. Millones de personas intentan acomodar caramelos virtuales en celulares, tabletas y computadoras.
Candy Crush, el juego del momento, está celebrando sus 40 millones de fans en Facebook, red social que lo lanzó al estrellato. Para eso no hubo mejor forma de celebración, además del clásico agradecimiento a sus adeptos, que agregar nuevos niveles para satisfacer la demanda de los jugadores más avanzados.
Y no sólo su camino de caramelos es el que crece, también es su popularidad: en los últimos treinta días se descargó el juego en más de 50 millones de dispositivos que utilizan al sistema operativo Android. El número sorprende, sobre todo porque no cuenta a los nuevos usuarios de iOS (iPhone/iPad) ni de Facebook.
La expansión del dulce mapa de Candy Crush avanza. En los últimos dos meses su promedio de crecimiento fue de un nivel de juego más cada dos días. Aunque siempre se van sumando de a un episodio. En total, el juego y a tiene 455 niveles.
Estos episodios son historias que indican que el jugador deberá destrozar caramelos y superar obstáculos para ayudar a un personaje a sortear un problema, desde reparar un barco dañado hasta detener la erupción de un volcán que amenaza a una aldea hecha de azúcar. Cada uno de ellos suma 15 niveles nuevos y va adquiriendo cada vez mayor dificultad.
Entre los obstáculos que encontrará el que desee jugar estarán las barras de chocolate que irán creciendo, si es que no se rompe alguna de ellas, hasta copar toda la pantalla. O las bombas que harán perder la preciada “vida”, si no se las rompe antes de que acaben los movimientos que indica en su contador. Todo esto además de la misión, que puede variar entre alcanzar un puntaje en determinado tiempo o romper toda la “gelatina” que aparece en el nivel.
Una de las razones que llevó al éxito del Candy Crush es su lado social. La interacción con otros jugadores, tal como explicó la médica psiquiatra y vicepresidente del área de Juego Patológico y Adicciones Comportamentales de la Asociación de Psiquiatras Argentinos, Verónica Mora: “En la interconexión no sólo competís con otros sino que, además, dependés de ellos”. Es que si no se cuenta con la ayuda de los “amigos” de Facebook, no se puede pasar al próximo episodio, a menos que se compre el “ticket” con dinero real.
Esa interacción también fue la que consiguió viralizar el juego, ya que los usuarios que necesitan de ayuda riegan invitaciones por todos sus contactos y hasta les piden que ingresen a jugar sólo para ayudarlos. Es por eso, también, que no sólo la fama del Candy Crush es positiva, sino que es muy común escuchar por ahí la frase “¡ya estoy harto de recibir invitaciones para el Candy!”. Buena o mala, es fama al fin, y gracias a ello es hoy el juego adicción más famoso.
Fuente:clarin.com
Comprar puede ser una adicción
Más que un impulso. Hay prácticas que promueven el consumismo, pero cuando ya no se adquieren cosas hacen por placer, ni necesidad, puede haber una patología.
Esas mismas compras que tanto placer causan en algún momento pueden convertirse en un verdadero problema si la persona atravie sa situaciones personales que no puede resolver y canaliza sus emociones a través del consumo. La sociedad promociona el consumo, pero existe una línea entre las necesidades, los gustos y placeres y las adicciones.
Tanto en relación con los comportamientos como con las sustancias, existen distintas etapas del consumo: uso, abuso y adicción. “Quienes atraviesan por la adicción son un porcentaje menor que quienes abusan –de las compras, en este caso–”, explica Jorge Cáceres, presidente del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba. “Se suele decir que existen personas que consumen compulsivamente, ya que hacen compras que no resultan necesarias, pero el modelo imperante nos impone a todos a comprar y consumir, y existe toda una parafernalia de publicidades que nos impulsa a eso. El abuso podría involucrar a quienes realizan compras excediendo los ingresos o las posibilidades de pago que poseen”, añade. Y completa: “El paso a una adicción tiene que cumplir con requisitos específicos, síndrome de abstinencia, que las mismas ya no se realizan por placer o imposiciones sociales, llámese moda o reafirmaciones de identidad, y características que deben definirse caso por caso”.
La sensación de gratificación o compensación por hacer compras cuando se atraviesa por un mal momento anímico no está relacionada con la clase social o los ingresos. Lo que puede variar es el lugar elegido para efectuar la compra, pero la compulsión es la misma.
Generalmente, esta compulsión no es advertida en forma temprana por el entorno. Y, si no se lo asume como una enfermedad, el problema no existe. Se trata de una patología invisible, pero que –en algún punto– no difiere de otras adicciones y, por lo general, va acompañada de otros síntomas igualmente atendibles.
“Dentro de la psicología, el estudio de la conducta y el comportamiento humano aportó elementos singulares para entender las adicciones. Por ejemplo, aprendimos que todo comportamiento humano que es reforzado (vía algún tipo de recompensa) tiende a repetirse. He aquí uno de los mecanismos centrales de las conductas adictivas”, afirma Mariano Carrizo, coordinador terapéutico del centro de prevención y tratamiento de los consumos problemáticos de drogas Programa del Sol y docente de la Facultad de Psicología de la UNC. Añade que existe un campo específico de investigación de las denominadas “adicciones comportamentales” o “adicciones sin sustancias”, como los trastornos de la salud mental vinculados, por ejemplo, al uso compulsivo de las tecnologías, Internet, trabajo y, con mucha relevancia, los juegos de azar (denominado “ludopatía”). Describe que los parámetros diagnósticos que se utilizan para determinar s i este tipo de conductas tienen que ver con un problema de salud mental son equivalentes a los utilizados para valorar los trastornos asociados al consumo de drogas: que la persona pierda control sobre la conducta (lo cual puede verse en sus intentos infructuosos de cesar), que la conducta interfiera en forma significativa en su vida cotidiana o que genere deterioros significativos en distintas áreas de su vida (educación, trabajo, relaciones familiares) o que acarreen proble mas legales y/o económicos.
Los modelos sociales imponen este tipo de conducta a las mujeres, pero lo patológico no tiene género, dice Carrizo.
Es posible que una conducta patológica en relación con el consumo esté acompañada por otras adicciones. Hay quienes sostienen que suele ir de la mano, principalmente, con la depresión y la ansiedad.
Carrizo considera importante dar un marco ético y científico a la discusión y evitar así patologizar todas las conductas: no todas las personas que manifiestan conductas impulsivas vinculados con el consumo deben ser definidas como “adictos a las compras”. “Asumir, en el plano de la prevención, la investigación, o el tratamiento, que una conducta reúne las características de un trastorno adictivo implica un trabajo serio de análisis y diagnóstico situacional que requiere competencias y saberes específicos”, advierte.
Relevamiento
Según un estudio de la consultora Carrier y Asociados, el 45% de los varones argentinos usuarios de Internet hace compras on line, mientras que ese porcentaje se reduce al 35% en el caso de las mujeres. Está relacionado con lo que más se adquiere: aparatos electrónicos.
Fuente:lavoz.com
Esas mismas compras que tanto placer causan en algún momento pueden convertirse en un verdadero problema si la persona atravie sa situaciones personales que no puede resolver y canaliza sus emociones a través del consumo. La sociedad promociona el consumo, pero existe una línea entre las necesidades, los gustos y placeres y las adicciones.
Tanto en relación con los comportamientos como con las sustancias, existen distintas etapas del consumo: uso, abuso y adicción. “Quienes atraviesan por la adicción son un porcentaje menor que quienes abusan –de las compras, en este caso–”, explica Jorge Cáceres, presidente del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba. “Se suele decir que existen personas que consumen compulsivamente, ya que hacen compras que no resultan necesarias, pero el modelo imperante nos impone a todos a comprar y consumir, y existe toda una parafernalia de publicidades que nos impulsa a eso. El abuso podría involucrar a quienes realizan compras excediendo los ingresos o las posibilidades de pago que poseen”, añade. Y completa: “El paso a una adicción tiene que cumplir con requisitos específicos, síndrome de abstinencia, que las mismas ya no se realizan por placer o imposiciones sociales, llámese moda o reafirmaciones de identidad, y características que deben definirse caso por caso”.
La sensación de gratificación o compensación por hacer compras cuando se atraviesa por un mal momento anímico no está relacionada con la clase social o los ingresos. Lo que puede variar es el lugar elegido para efectuar la compra, pero la compulsión es la misma.
Generalmente, esta compulsión no es advertida en forma temprana por el entorno. Y, si no se lo asume como una enfermedad, el problema no existe. Se trata de una patología invisible, pero que –en algún punto– no difiere de otras adicciones y, por lo general, va acompañada de otros síntomas igualmente atendibles.
“Dentro de la psicología, el estudio de la conducta y el comportamiento humano aportó elementos singulares para entender las adicciones. Por ejemplo, aprendimos que todo comportamiento humano que es reforzado (vía algún tipo de recompensa) tiende a repetirse. He aquí uno de los mecanismos centrales de las conductas adictivas”, afirma Mariano Carrizo, coordinador terapéutico del centro de prevención y tratamiento de los consumos problemáticos de drogas Programa del Sol y docente de la Facultad de Psicología de la UNC. Añade que existe un campo específico de investigación de las denominadas “adicciones comportamentales” o “adicciones sin sustancias”, como los trastornos de la salud mental vinculados, por ejemplo, al uso compulsivo de las tecnologías, Internet, trabajo y, con mucha relevancia, los juegos de azar (denominado “ludopatía”). Describe que los parámetros diagnósticos que se utilizan para determinar s i este tipo de conductas tienen que ver con un problema de salud mental son equivalentes a los utilizados para valorar los trastornos asociados al consumo de drogas: que la persona pierda control sobre la conducta (lo cual puede verse en sus intentos infructuosos de cesar), que la conducta interfiera en forma significativa en su vida cotidiana o que genere deterioros significativos en distintas áreas de su vida (educación, trabajo, relaciones familiares) o que acarreen proble mas legales y/o económicos.
Los modelos sociales imponen este tipo de conducta a las mujeres, pero lo patológico no tiene género, dice Carrizo.
Es posible que una conducta patológica en relación con el consumo esté acompañada por otras adicciones. Hay quienes sostienen que suele ir de la mano, principalmente, con la depresión y la ansiedad.
Carrizo considera importante dar un marco ético y científico a la discusión y evitar así patologizar todas las conductas: no todas las personas que manifiestan conductas impulsivas vinculados con el consumo deben ser definidas como “adictos a las compras”. “Asumir, en el plano de la prevención, la investigación, o el tratamiento, que una conducta reúne las características de un trastorno adictivo implica un trabajo serio de análisis y diagnóstico situacional que requiere competencias y saberes específicos”, advierte.
Relevamiento
Según un estudio de la consultora Carrier y Asociados, el 45% de los varones argentinos usuarios de Internet hace compras on line, mientras que ese porcentaje se reduce al 35% en el caso de las mujeres. Está relacionado con lo que más se adquiere: aparatos electrónicos.
Fuente:lavoz.com
El impacto global de la enfermedad mental y las adicciones a las drogas
A menudo, la enfermedad mental y las adicciones ocupan un segundo plano en la atención médica. El abuso de sustancias y los trastornos psiquiátricos reciben menos recursos que otras dolencias. Sin embargo, los resultados de un estudio animan a pasar estos problemas a la primera plana de la sanidad.
Según sus datos, publicados en la revista 'The Lancet', su impacto a escala global es mayor de lo que se pensaba. De hecho, subraya la investigación, estos males contribuyen en mayor medida que el VIH o la tuberculosis a generar enfermedad y discapacidad en el mundo.
"Nuestros resultados muestran el creciente desafío que estas enfermedades suponen para los sistemas sanitarios tanto en las regiones desarrolladas como en las que están en vías de desarrollo", señalan los investigadores en la revista médica.
Liderados por Harvey Whiteford, de la Universidad de Queensland (Australia), este equipo de científicos analizó los datos sobre salud mental y abuso de sustancias incluidos en 'The Global Burden of Disease Study 2010 (GBD 2010)', el mayor estudio realizado para describir de forma sistemática las causas y la distribución de las principales enfermedades en el mundo. En su evaluación, observaron que las enfermedades mentales y los trastornos relacionados con el abuso de sustancias eran la quinta causa de muerte y enfermedad en todo el mundo.
Pero, cuando afinaron un poco más en su investigación, y midieron el impacto de estas dolencias en cuanto a su capacidad para generar trastornos no letales, encontraron que estos problemas estaban a la cabeza de la lista, con una contribución del 22,8%.
La discapacidad y los problemas de calidad de vida que provocan estos trastornos son más que notables, subrayan los investigadores, quienes hacen hincapié en que un gran número de muertes debidas en última instancia a la enfermedad mental -como los suicidios- podrían estar clasificándose en otras categorías, con lo que su impacto estaría infravalorándose.
Adicciones en aumento
El análisis también ha encontrado diferencias notables -y esperables, por otro lado- en cuanto a las distintas regiones del mundo. Así, por ejemplo la proporción de trastornos relacionados con la alimentación eran hasta 40 veces más alta en la zona de Australia y Asia que en el África Subsahariana.
Según los datos del trabajo, las enfermedades mentales y el abuso de sustancias han aumentado su presencia en las últimas décadas, sobre todo en los países en vías de desarrollo, lo que hace aún más preocupante el futuro.
"Nuestras conclusiones tienen implicaciones sustanciales para la agenda de salud pública, dado que el aumento en la esperanza de vida supondrá que más personas con enfermedades mentales y trastornos relacionados con el uso de sustancias vivirán durante un mayor periodo de tiempo".
Por otro lado, otro trabajo publicado en el mismo número de 'The Lancet' dibuja un detallado mapa del consumo de cuatro sustancias ilegales en el mundo: anfetaminas, cannabis, cocaína y opiáceos (como la heroína). Las enfermedades y discapacidades generadas por el consumo de estos cuatro tipo de drogas han aumentado un 50% entre 1990 y 2010.
Aunque parte de este incremento se debe al mayor número de población, aproximadamente una quinta parte de este aumento (un 22%) se estima que es debido a una mayor prevalencia de personas adictas, particularmente al consumo de opiaceos.
De las 78.000 muertes atribuidas a la adicción a las drogas ocurridas en 2010, se piensa que más de la mitad se produjeron por la dependencia a los opiáceos. Además, los datos de este análisis revelan que dos tercios de los adictos son hombres y que, con mucha diferencia, el cannabis es la droga que más se consume en el mundo (con 13 millones de usuarios).
Por su parte, opiáceos como la heroína son las sustancias que más problemas de salud provocan en todo el mundo.
Al igual que el trabajo que le acompaña en la revista médica, esta investigación también muestra importantes variaciones regionales. De este modo, la dependencia a la cocaína era muy elevada en América del Norte y Latinoamérica, mientras que su presencia en otras regiones era puramente anecdótica. En el caso de los opiáceos, las mayores tasas de consumo se detectaron en Australia, Asia y Europa Occidental.
Reino Unido, EEUU, Sudáfrica y Australia fueron los países donde más problemas de salud se relacionaron con el consumo de estupefacientes.
Fuente:elmundo.es
Según sus datos, publicados en la revista 'The Lancet', su impacto a escala global es mayor de lo que se pensaba. De hecho, subraya la investigación, estos males contribuyen en mayor medida que el VIH o la tuberculosis a generar enfermedad y discapacidad en el mundo.
"Nuestros resultados muestran el creciente desafío que estas enfermedades suponen para los sistemas sanitarios tanto en las regiones desarrolladas como en las que están en vías de desarrollo", señalan los investigadores en la revista médica.
Liderados por Harvey Whiteford, de la Universidad de Queensland (Australia), este equipo de científicos analizó los datos sobre salud mental y abuso de sustancias incluidos en 'The Global Burden of Disease Study 2010 (GBD 2010)', el mayor estudio realizado para describir de forma sistemática las causas y la distribución de las principales enfermedades en el mundo. En su evaluación, observaron que las enfermedades mentales y los trastornos relacionados con el abuso de sustancias eran la quinta causa de muerte y enfermedad en todo el mundo.
Pero, cuando afinaron un poco más en su investigación, y midieron el impacto de estas dolencias en cuanto a su capacidad para generar trastornos no letales, encontraron que estos problemas estaban a la cabeza de la lista, con una contribución del 22,8%.
La discapacidad y los problemas de calidad de vida que provocan estos trastornos son más que notables, subrayan los investigadores, quienes hacen hincapié en que un gran número de muertes debidas en última instancia a la enfermedad mental -como los suicidios- podrían estar clasificándose en otras categorías, con lo que su impacto estaría infravalorándose.
Adicciones en aumento
El análisis también ha encontrado diferencias notables -y esperables, por otro lado- en cuanto a las distintas regiones del mundo. Así, por ejemplo la proporción de trastornos relacionados con la alimentación eran hasta 40 veces más alta en la zona de Australia y Asia que en el África Subsahariana.
Según los datos del trabajo, las enfermedades mentales y el abuso de sustancias han aumentado su presencia en las últimas décadas, sobre todo en los países en vías de desarrollo, lo que hace aún más preocupante el futuro.
"Nuestras conclusiones tienen implicaciones sustanciales para la agenda de salud pública, dado que el aumento en la esperanza de vida supondrá que más personas con enfermedades mentales y trastornos relacionados con el uso de sustancias vivirán durante un mayor periodo de tiempo".
Por otro lado, otro trabajo publicado en el mismo número de 'The Lancet' dibuja un detallado mapa del consumo de cuatro sustancias ilegales en el mundo: anfetaminas, cannabis, cocaína y opiáceos (como la heroína). Las enfermedades y discapacidades generadas por el consumo de estos cuatro tipo de drogas han aumentado un 50% entre 1990 y 2010.
Aunque parte de este incremento se debe al mayor número de población, aproximadamente una quinta parte de este aumento (un 22%) se estima que es debido a una mayor prevalencia de personas adictas, particularmente al consumo de opiaceos.
De las 78.000 muertes atribuidas a la adicción a las drogas ocurridas en 2010, se piensa que más de la mitad se produjeron por la dependencia a los opiáceos. Además, los datos de este análisis revelan que dos tercios de los adictos son hombres y que, con mucha diferencia, el cannabis es la droga que más se consume en el mundo (con 13 millones de usuarios).
Por su parte, opiáceos como la heroína son las sustancias que más problemas de salud provocan en todo el mundo.
Al igual que el trabajo que le acompaña en la revista médica, esta investigación también muestra importantes variaciones regionales. De este modo, la dependencia a la cocaína era muy elevada en América del Norte y Latinoamérica, mientras que su presencia en otras regiones era puramente anecdótica. En el caso de los opiáceos, las mayores tasas de consumo se detectaron en Australia, Asia y Europa Occidental.
Reino Unido, EEUU, Sudáfrica y Australia fueron los países donde más problemas de salud se relacionaron con el consumo de estupefacientes.
Fuente:elmundo.es
Uno de cada tres españoles no puede evitar mirar el móvil cada 15 minutos
Un informe apunta a una tendencia de los usuarios a prestar más atención a sus teléfonos móviles que a las personas que les rodean.
Casi uno de cada tres españoles «no puede evitar» mirar el teléfono móvil por un lapso de tiempo mayor a 15 minutos, según un estudio publicado por la cadena de tiendas de telefonía «The Phone House» que destaca también que la mitad de los usuarios españoles admite que consulta el móvil al instante de recibir un mensaje o notificación sin importar si se encuentra acompañado o no.
El estudio, realizado por la empresa a través de su página de seguidores en la red social Facebook, señala también que el 82 por ciento consulta su el móvil a pesar de que se encontrarse acompañado y que casi uno de cada tres (32 por ciento). En este sentido, las conclusiones del informe apuntan a una tendencia de los usuarios a prestar más atención a sus teléfonos móviles que a las personas que les rodean y que, pese a lo que, a juicio de la compañía, cabría pensar, se manifiesta más pronunciadamente entre los adultos que entre los adolescentes.
Los hombres, más vulnerables
De hecho, las personas con edades comprendidas entre los 20 y los 29 años son quienes más adolecen de la necesidad de prestar atención al teléfono móvil de forma constante, seguidos de los «treintañeros», según destaca el estudio. Además, los hombres son más vulnerables a la necesidad de consultar la pantalla del 'smartphone' asiduamente (58 por ciento) aún estando en compañía de otras personas.
Las respuestas de los usuarios también indican que catalanes, andaluces y castellano-manchegos son los que menos tiempo pasan sin echar un vistazo al teléfono —«cada menos de cinco minutos»— pero son los riojanos, valencianos y castellano-manchegos, seguidos de catalanes, madrileños y canarios, a quienes menos les importa en qué situación se encuentran antes de sacar el teléfono para revisar si hay algún mensaje o notificación nueva. Por otra parte, cántabros y extremeños son quienes más admiten la necesidad de leer los mensajes y actualizaciones, en cuanto escuchan el pitido que avisa de una nueva notificación.
Fuente:abc.es
Casi uno de cada tres españoles «no puede evitar» mirar el teléfono móvil por un lapso de tiempo mayor a 15 minutos, según un estudio publicado por la cadena de tiendas de telefonía «The Phone House» que destaca también que la mitad de los usuarios españoles admite que consulta el móvil al instante de recibir un mensaje o notificación sin importar si se encuentra acompañado o no.
El estudio, realizado por la empresa a través de su página de seguidores en la red social Facebook, señala también que el 82 por ciento consulta su el móvil a pesar de que se encontrarse acompañado y que casi uno de cada tres (32 por ciento). En este sentido, las conclusiones del informe apuntan a una tendencia de los usuarios a prestar más atención a sus teléfonos móviles que a las personas que les rodean y que, pese a lo que, a juicio de la compañía, cabría pensar, se manifiesta más pronunciadamente entre los adultos que entre los adolescentes.
Los hombres, más vulnerables
De hecho, las personas con edades comprendidas entre los 20 y los 29 años son quienes más adolecen de la necesidad de prestar atención al teléfono móvil de forma constante, seguidos de los «treintañeros», según destaca el estudio. Además, los hombres son más vulnerables a la necesidad de consultar la pantalla del 'smartphone' asiduamente (58 por ciento) aún estando en compañía de otras personas.
Las respuestas de los usuarios también indican que catalanes, andaluces y castellano-manchegos son los que menos tiempo pasan sin echar un vistazo al teléfono —«cada menos de cinco minutos»— pero son los riojanos, valencianos y castellano-manchegos, seguidos de catalanes, madrileños y canarios, a quienes menos les importa en qué situación se encuentran antes de sacar el teléfono para revisar si hay algún mensaje o notificación nueva. Por otra parte, cántabros y extremeños son quienes más admiten la necesidad de leer los mensajes y actualizaciones, en cuanto escuchan el pitido que avisa de una nueva notificación.
Fuente:abc.es
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