Los tradicionales Centros de Atención a las Drogodependencias (CAD) cambiarán su denominación en breve por el de Unidades de Conductas Adictivas (UCA). El motivo: tratar las cada vez más habituales adicciones vinculadas a las nuevas tecnologías.
De la tradicional imagen de un ludópata jugando sin parar en la máquina tragaperras de un bar con una cerveza al lado a las modernas aplicaciones de móviles que permiten apostar a todo lo imaginable sin salir de casa. De los chavales atendidos por fumar porros a los jóvenes enganchados a los juegos de rol y a las redes sociales hasta niveles que interfieren en su vida y obligaciones. Las nuevas tecnologías están cambiando la sociedad de arriba a abajo, algunas veces para mal, y los servicios sanitarios públicos han de adaptarse a los tiempos y tratar estas "nuevas adicciones".
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Muy poca gente sabe que la sanidad pública también atiende las adicciones, sean del tipo que sean, que la única opción no pasa por acudir a las clínicas privadas especializadas", aclara el doctor Juan Manuel Alonso, coordinador de los cinco Centros de Atención a las Drogodependencias (CAD) dependientes del IB-Salut.
"Todos están radicados en Palma porque el Consell de Mallorca, a través del Institut Mallorquí de Afers Socials (IMAS), gestiona otros cuatro que atienden a los pacientes de la part forana. Uno de ellos está en General Riera y asume la población periférica de Ciutat y los otros están ubicados físicamente en Inca, Manacor y Magaluf", especifica Alonso desde su consulta en unas dependencias sanitarias del barrio de Santa Catalina que acogen al CAD 2 y al CAD Jove, que asume la atención de todos los menores de Mallorca con edades comprendidas entre los 14 y los 21 años.
Este facultativo revela que, hoy en día, el alcohol es la droga causante de la mayor parte de los problemas que atienden. "En los adultos, los casos más habituales de dependencias que tratamos son el consumo de alcohol asociado al de la cocaína y la ludopatía. En lo que respecta a los jóvenes, casi el ochenta por ciento de los casos están vinculados al consumo de cannabis", resume.
Sobre la nocividad de esta última sustancia, Alonso desmonta con un gráfico ejemplo la extendida creencia de que se trata de una sustancia inofensiva: "Siempre pongo el ejemplo del piano. El cerebro se está formando hasta los 21 años y consumir cannabis antes de esa edad es como pegar martillazos a las teclas del piano, lo que provocará que el instrumento ya nunca sonará bien. Hoy en día se dice que los jóvenes son maleducados o que no respetan a los mayores. Y en algunos casos esta actitud es debida a este consumo, como lo es en casos de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad)".
Con respecto a las dependencias de otras sustancias tóxicas, el doctor Alonso confirma que el consumo de heroína se está convirtiendo en "residual" excepto en el CAD 4 de Palma que atiende a la población que incluye al poblado Son Banya. El especialista muestra una máquina de dispensación de metadona en las dependencias de Santa Catalina y revela que ahora un nuevo fármaco, la buprenorfina, del grupo de los opiáceos, ha tomado el relevo de la famosa metadona para intentar atenuar la dependencia a la heroína.
"Antes, hasta el pasado mes de agosto, se dispensaba en el Psiquiátrico, en las dependencias conocidas como la ´pecera´ porque era una sala con una zona acristalada detrás de la cual estaban los trabajadores que entregaban sus dosis a los heroinómanos. Y la gente que paseaba por la zona miraba con aprensión a las personas que esperaban para recoger sus dosis. Ahora, con la dispensación en los CAD, este estigma se ha atenuado. Vienen aquí, les hacemos una analítica para comprobar que es cierto que tienen una adicción a la sustancia que nos refieren, y les damos el remedio de una manera más discreta", explica el doctor Alonso, que aprovecha para denunciar que aún queda un largo camino por recorrer hacia una correcta educación de la juventud ya que, asegura, todavía hay adolescentes que creen que no va a contraer el sida porque está tomando la píldora para prevenir embarazos.
Asimismo, el coordinador de los CAD de Palma revela que también recurren a este dispositivo asistencial pacientes que, procedentes de las unidades de dolor hospitalarias, no pueden vivir sin morfina y deben ser deshabituados con tratamiento farmacológico.
También están notando un aumento de adicciones asociadas a las nuevas tecnologías y a la red ya que, como sostiene el facultativo, "Internet es la puerta de entrada a nuevas adicciones como el sexo, las compras o el juego. Aunque el uso de internet está tan extendido y ya es tan común que solo se puede considerar como una adicción patológica cuando afecta a tu vida normal. En el caso de los más jóvenes, por ejemplo, cuando le provoca un abandono de los estudios o deja de relacionarse con sus amistades. En relación a estas conductas anormales asociadas a las nuevas tecnologías, nos están llegando más pacientes masculinos que femeninos. No digo que los hombres hagan un peor uso de internet, sino que nos llegan más pacientes de este género", sostiene.
"¿Puedo dejarlo?"
Aunque inicialmente afirma que se podría hablar de conducta adictiva cuando una persona usa las nuevas tecnologías durante más de cinco horas en su tiempo libre, matiza después que para hablar de adicción es necesario también que el usuario de estas páginas, contenidos o redes sociales no sea capaz de prescindir de ellas de la noche a la mañana.
"La pregunta que uno se tiene que hacer es: ´¿Puedo dejarlo a partir de mañana?´".
Y los síntomas ante los que cualquier progenitor ha de estar alerta son cambios de humor, insomnio, falta de apetito así como sustanciales modificaciones del menor en su relación con el resto de la familia. "Lo que aconsejamos a los padres es que, si quieren saber si su hijo tiene una dependencia, que le quiten el móvil, a ver cómo reacciona", aconseja el facultativo.
Catalina Morey es la psicóloga que atiende a los pacientes de entre 14 y 21 años en el CAD Jove de Santa Catalina. Reparte porcentualmente a sus pacientes de la siguiente manera: el 60% acuden por consumo de cannabis, el 15% por dependencias patológicas de las nuevas tecnologías y el resto, aproximadamente uno de cada cuatro, por otras sustancias estupefacientes entre las que cita la heroína "fumada", cocaína, alcohol y otras drogas sintéticas como la ketamina y el éxtasis.
Y entre las adicciones "no químicas" más frecuentes en su consulta coloca en primer lugar a los juegos de rol a través de internet. "Son muy adictivos porque se juegan en grupo, hay que superar pruebas y se obtiene el premio al mejor jugador, lo que refuerza la autoestima de los participantes. Además, al mismo tiempo que juegan al rol, acceden a Facebook o ven sus series favoritas en Youtube", enumera las actividades más comunes en la red de los adolescentes antes de reforzar la idea esbozada por el coordinador de los CAD, que solo se puede hablar de adicciones cuando el uso de internet interfiere en la vida cotidiana del joven.
"Cuando existe una adicción a una sustancia química hay que conseguir la abstinencia del paciente antes de darle el alta. Con la dependencia a las nuevas tecnologías esto no puede ser así ya que, por norma general, su uso no se considera adictivo y socialmente está bien visto", advierte esta psicóloga especializada en jóvenes.
Sobre las terapias que siguen con estos pacientes, Morey aclara que siempre les emplazan a preparar su mente para trabajar un año, para que las fechas conflictivas se repitan y sepan si están respondiendo bien al tratamiento. "En navidades y verano disponen de más tiempo libre y es cuando pueden caer de nuevo en la adicción, por eso hablamos de una terapia anual", concluye la especialista, que añade que las adicciones a Internet, como cualquier otra, requiere de tratamientos farmacológicos (ansiolíticos) y de técnicas de relajamiento. "También es muy importante planificar alternativas sociales para el paciente, ayudarle a recuperar prácticas deportivas o a descubrir aficiones que desconocían", aconseja.
Fuente:diariodemallorca.es
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