miércoles, 23 de abril de 2014

Las apuestas en internet disparan las adicciones entre los jóvenes valencianos

Los casos de personas que piden ayuda por su dependencia al póquer online y a las competiciones deportivas crece un 20% 

La proliferación de máquinas de apuestas y de juegos online se empieza a percibir de un modo negativo en los centros de tratamiento de adicciones de la Comunitat. El número de personas que pide ayuda es cada vez mayor y «puede haber crecido en los últimos meses, como lo han hecho las opciones que existen de jugar tanto en los bares como por Internet».

Consuelo Tomás es psicóloga y responsable del Instituto Valenciano de Ludopatía. «Los datos que tenemos no contemplan todo 2013, pero apuntan a que en los últimos cinco años la demanda de pacientes que vienen por problemas con las apuestas deportivas o el póquer ha aumentado un 20 por ciento, lo que es una barbaridad», desvela para advertir de que ello «no significa que este sea el dato concreto. Estamos hablando de las personas que se tratan, pero las que tienen problemas pueden ser muchas más».

Pese a todo, los expertos también quieren dejar claro que jugar no se traduce imprescindiblemente adicción. Así, el sociólogo y presidente de la Fundación Patim, Francisco López Segarra, explica que igual «que no todos los que beben son alcohólicos, no todos los que juegan van a ser ludópatas». En ese sentido, la investigadora de la UJI, Juana Bretón, añade que la «ludopatía llega cuando existe dependencia y abuso», puesto que se basa «en la pérdida del control de los impulsos» y mientras esto no se produce, «el juego puede ser saludable».

Los jóvenes se han convertido en estos momentos en la principal preocupación de los especialistas en la materia, ya que la cifra de los que llegan a los distintos centros «está aumentado considerablemente en los últimos años. Incluso la de menores», apunta López.

El perfil de los que acuden al Instituto Valenciano es claro: «Todos los que vienen son varones y menores de 35 años», indica su responsable. En la mayoría de los casos cuentan con un sueldo estable, aunque como señala el presidente de Patim, «se vuelven económicamente dependientes. Normalmente el problema lo descubren las familias porque se han pulido todo el dinero del hogar».

MAS adrenalina

En las apuestas, la ludopatía se incrementa porque, como advierte Consuelo Tomás, «el problema es doble. Por un lado, la accesibilidad que se tiene es muy grande porque en cualquier bar puedes encontrar una máquina. Por otro, hay que tener en cuenta que la sociedad se ha transformado, han aparecido las nuevas tecnologías y podemos jugar en cualquier lugar y a cualquier hora».

A todo ello hay que añadir que cuando «se ha apostado se ven los partidos con un nivel de adrenalina mayor, que luego te pide el cuerpo». Además, existen muchas más combinaciones posibles a la hora de poder ganar dinero. «Antes con las quinielas, ponías 1, X o 2 y esperabas». Ahora, se puede elegir quien gana, pero también qué equipo marcará primero, quién marcará los goles o cuál será el resultado en la primera parte de un partido. «Al haber más fracciones a las que apostar, la gente se pica mucho más».

«La persona tiene la creencia errónea de que va a ganar y esto también genera la ludopatía», destaca Tomás. «Al principio se empieza probando. Si gana quiere más, mientras que si pierde necesita recuperarlo. Además, aquí se hace de noche y no se disputa ningún torneo, pero a lo mejor en la otra parte del mundo se está jugando el Open de Australia y la gente puede estar conectada todas las horas que quiera», insiste.

En cuanto al póquer y similares, también existen patrones básicos que empeoran la situación. «La gente cree que es más inteligente que el resto, pero no tiene en cuenta el papel que tiene el azar en todo esto, que es lo importante aquí».

A la hora de analizar y tratar una ludopatía, la representante del Instituto Valenciano explica que influyen tres factores diferentes. «Por un lado, encontramos los personales. La persona en cuestión se aburre o tiene problemas y decide jugar como modo de distracción o vía de escape». En cuanto a los familiares, encontramos el hecho de que será «más fácil que el niño acabe jugando si ve ese tipo de comportamiento en sus mayores». Y por último, existen las cuestiones socioambientales. «Que tiene que ver con que exista mayor accesibilidad».

Nuevo Cliente

Por su parte, López Segarra completa el análisis asegurando que todo lo online está creando «un nuevo tipo de pacientes» en los centros. «Sólo hay que fijarse, que es a lo que nos dedicamos los sociólogos, para darse cuenta de que los casinos y los bingos siguen ahí y sus clientes todavía acuden, pero se ha generado un nuevo público que ha cambiado la modalidad de los juego. En este caso, hacia el póquer o las apuestas deportivas».

Fuente:lasprovincias.es

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