En el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), las personas suelen sufrir mucho, ya que sienten que no tienen el dominio de su mente. Las obsesiones se caracterizan por ser imágenes, impulsos o pensamientos que vuelven a la mente una y otra vez, sin poderse librar de ello; son intrusos y producen mucha ansiedad y malestar.
Los contenidos de esas ideas, imágenes o impulsos no tienen por qué estar relacionados con la vida cotidiana del sujeto. Se le imponen hasta tal punto que la persona trata de librarse de ellos por todos los medios, incluso tratando de sustituirlos por gestos, acciones...sí reconoce que son elaboraciones de su propia mente, que no son reales y sufre y se angustia al no tener poder sobre ellos.
En los estudiantes estos procesos les causan un gran drama, ya que necesitan su mente libre para concentrarse y estudiar, y no pueden dirigirla, se sienten desbordados. En las compulsiones lo que ocurre es que el sujeto realiza conductas repetitivas, tocar ciertos objetos, comprobaciones, gestos, lavarse las manos, una serie de rituales para librarse de la angustia de los pensamientos repetitivos.
Las acciones también pueden ser mentales, decir frases, rezar, repetir unas claves. Y todo ello lo suele organizar bajo un esquema de normas rígidas que diseña. Como ejemplo, las compulsiones de alguna persona, como tocar esquinas de las mesas varias veces antes de estudiar. Otra persona subía los últimos escalones y bajarlos tres veces; otra, cada vez que pasaba por alguna iglesia tenía que entrar y dejar dinero, de lo contrario se sentía fatal. Y por ello tenía que marcarse con antelación el recorrido por calles que no tuvieran iglesias... O estar cinco minutos botando con pelotas de tenis antes de estudiar... En general, las compulsiones aunque las utilizan para neutralizar o reducir malestar mental, por algún asunto temido, no guardan ninguna lógica, no tienen nada que ver y algunas veces son muy exageradas.
Tanto las obsesiones como las compulsiones se imponen al sujeto, que acaba siendo esclavo de ellas. Sabe que son cuestiones que le monta su mente y que no puede resolver, sufre porque le interfieren tanto en su vida diaria, que pierde tiempo, y le pueden traer problemas, familiares, sociales, trabajo, etc?En muchas ocasiones piensan que se pueden estar volviendo locos, al reconocer que no tiene sentido todo ese montaje en su vida. Las compulsiones que más predominan son los rituales de limpieza (51%), a veces encadenados y larguísimos, limpiando todo y con mucho cuidado por la posible contaminación. Los de repetición (40%), en los cuales a veces tienen que cumplir una secuencia repetitiva compleja, y esto les complica la vida por el tiempo que les lleva, o volver a empezar si creen que no está perfecta. Los rituales de comprobación (38%), vuelven a casa a ver si cerraron bien la puerta, o al coche, o si apagaron la luz. A veces saben que sí cerraron, dudan y vuelven de nuevo para quedar más tranquilos. Rituales de acumulación (2%), aquí tienden a acumular y coleccionar multitud de objetos, unos más servibles o más valiosos que otros, son coleccionistas, y deshacerse de algunos de ellos les cuesta muchísimo, indecisos, sufren bastante. Los rituales de orden (9%), se alteran al ver algo fuera del sitio habitual, y pueden dedicar mucho tiempo a colocar todo. Otro tipo de obsesión es la lentitud para llevar a cabo algunas tareas del día a día, comer, hábitos de higiene, a cámara lenta. Este tipo de vidas con la enfermedad del trastorno obsesivo-compulsivo, hoy en día tienen solución acudiendo a terapia psicológica, y cuanto antes mejor. A la larga puede desestabilizar sus vidas de forma considerable llegando a tener problemas serios. Incluso a veces tener que dejar estudios y carrera por la imposibilidad para concentrarse. Y otras veces se deprimen al observar el escaso rendimiento, con tantos rituales y fórmulas que tienen que hacer para cada actividad diaria.
Fuente:farodevigo.es
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