lunes, 26 de julio de 2010

No sin mi iPad

No hay crisis que valga: cuando queremos la última innovación tecnológica nos lanzamos a por ella cueste lo que cueste. A veces puede ser un problema psicológico.

Comprar la experiencia

¿Somos unos derrochadores tecnológicos o de verdad nos lo podemos permitir? Para Pablo Balaguer de la Riva, psicólogo del Colegio Oficial de Las Palmas, «compras la experiencia que te venden». Según Balaguer, esta experiencia es el deseo de «ir a la moda», aunque ello implique comprar inconscientemente y sin necesidad. Ese anhelo de estar a la última siempre puede derivar en algo muy peligroso: la compra compulsiva. Según Balaguer, «a la larga se produciría un efecto contraproducente: arruinarse por llegar a la exclusividad», por diferenciarse del resto con la última innovación hecha carcasa y cables.
Balaguer apunta otro problema que tiene este consumo de tecnología y que es la capacidad de adicción. El querer conseguir la satisfaccción antes citada puede derivar en un uso excesivo del producto, un enganchamiento perpetuo y otras adicciones como (cita Balaguer) la sexual o a determinados temas o páginas web. Y si la situación no fuera lo suficientemente grave, el círculo de amigos y familiares alrededor de la persona afectada puede verse seriamente dañado. Así, en algunos casos ya no es sólo una cuestión de dinero que las compras pasen a mayores.
Más allá de las siempre preocupantes adicciones, lo que sí está claro es que éste es un momento o para ahorrar o para gastar en algo que nos permita ahorrar en el futuro, como los electrodomésticos de alta eficiencia. Quienes no puedan, tendrán que esperar tiempos mejores en los que, quién sabe, igual habrán bajado los precios.

Fuente: ABC.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario