Las máquinas tragaperras avisarán a los clientes del tiempo que llevan jugando. Cuando el aparato reciba monedas sin cesar durante 30 minutos, aparecerá un recordatorio en pantalla. A la hora y media, el mensaje será más contundente: "El juego deja de ser una diversión cuando se convierte en adicción". La medida entra en vigor hoy. Pero habrá que esperar semanas para verla en marcha, porque afecta solo a las máquinas nuevas, y no a todas, como se había planeado inicialmente.
El Departamento de Interior, que ha impulsado la iniciativa dentro de su Programa de juego responsable, ha rectificado a última hora. La idea inicial era que las 40.000 máquinas recreativas y de azar que existen en Cataluña incorporasen un software para emitir los mensajes contra la ludopatía. Tras una reunión con los representantes del sector, se vio que la medida era inviable.
"Hemos tenido que cambiar y aplicar el sentido común: instalar el dispositivo en las máquinas viejas era complejo técnicamente y caro para el sector", explicó la directora general de Juego y Espectáculos, Mercè Claramunt.
Una medida "inútil"
La medida afecta, pues, a las máquinas -cada vez más sofisticadas y con más opciones de juego- que se homologuen desde hoy, según el último decreto aprobado el 4 de mayo. Una máquina tragaperras tiene una vida media de cinco años, pero en un año se renueva el 30% del parque.
Las terminales de Binjoc, una modalidad de videolotería que gestiona la Generalitat, se apagan automáticamente a los 90 minutos de juego. Se juega en bingos y casinos, y cada cliente dispone de un código, por lo que es fácil identificar si alguien juega más de lo recomendable. Pero las tragaperras, que están en miles de bares, funcionan con monedas, por lo que es imposible desconectar al jugador, que pese a los mensajes podrá seguir echando tantas monedas como quiera.
La patronal del sector aplaude la rectificación de Interior, ya que aplicar los cambios tecnológicos a las máquinas antiguas "habría sido un esfuerzo económico enorme". La idea de las alertas, sin embargo, no les convence en absoluto. "Es una medida innecesaria. No le vemos la razón ni la utilidad. Queda bien de cara a la galería, pero al que tiene un problema real de ludopatía no le sirve de nada. Además, un jugador no está tanto tiempo en una máquina", apostillaron las mismas fuentes.
Fuente: ELPAIS.com
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