El creciente desarrollo del mercado de los juegos de azar en internet ha modificado no solo la forma de jugar, sino también el problema de las ludopatías. Sin perder de vista que el uso compulsivo y sin límite de las máquinas tragaperras continúa siendo la principal adicción, las investigaciones alertan del aumento de las personas enganchadas al ciberjuego.
Esto no hace sino poner a los especialistas ante el desafío de examinar las variables de la ludopatía creadas por la irrupción de internet. De hecho, los expertos en salud mental anuncian que en los próximos años emergerán más casos de varones. Al pasar de ser juegos presenciales a ser virtuales, en soledad y con la ayuda de los últimos soportes tecnológicos, también se ha transformado el perfil del adicto (más joven y con estudios), por lo que el enfoque para superar la dependencia necesitará reajustes. Las motivaciones y los impulsos tampoco son los mismos, pero la novedad del fenómeno tiene aún atrapados a los expertos, que consideran que esta adicción está separada de otras vinculadas a internet.
La protección debe ser una prioridad en la información, así como en la prevención ya desde la escuela. Responsabilidad que debe ejercerse en la publicidad de las empresas on line y en el mensaje social ante el dinero fácil.
Fuente:elperiodicomediterraneo.com
lunes, 29 de abril de 2013
Cómo prevenir la 'adicción' tecnológica en los niños
Las tabletas y 'smartphones' se utilizan cada vez a edades más tempranas.
Los expertos aconsejan a los padres dosificar el empleo y dar ejemplo.
'Hay una relación saludable y otra realmente tóxica con la tecnología'.
La 'desintoxicación' pasa por promover las actividades al aire libre.
Cuando el hospital de Capio Nightingale abrió en el 2010 sus Servicios de Adicción a la Tecnología, los pacientes más jóvenes tenían como poco doce años. Los niños llegan sin embargo a la consulta a edades cada vez más tempranas, y esta semana ha trascendido el caso de una niña de cuatro años con una "adicción extrema" al iPad que tuvo que pasar por tratamiento psiquiátrico para poder superarla.
"Los niños nacen hoy en día en un entorno tecnológico y mucho padres tienden a usar los ordenadores, los iPads y los smartphones como si fueran niñeras", declara a elmundo.es el doctor Richard Graham, el psiquiatra del hospital londinense que ha dado esta semana la voz de alarma por los casos de adicción en la tierna infancia. "Si al niño se le deja largas horas imantado a una pantalla, y si ve a sus padres haciendo lo mismo, estamos creando las condiciones para una relación enfermiza con la tecnología".
Graham invita a los padres y a los niños a mirar la tecnología con los mismos ojos que la comida..."Igual que hay alimentos saludables y comida 'basura', hay una relación saludable y otra realmente tóxica con la tecnología. Esa base se empieza a crear desde edades tempranas, al igual que ocurre con la obesidad. Por eso conviene tener muy en cuenta los síntomas, y empezar a tratarlos lo antes posible, antes de que nuestros hijos se conviertan en 'screenagers' (adolescentes de la pantalla)
Síntomas de adicción y soluciones
Tiene su hijo dificultades para dormir? ¿Reacciona con rabietas cuando llega el momento de apretar el botón de 'off'? ¿Pasa por frecuentes estados de ansiedad y agresividad cuando no tiene sus 'dosis' diaria de tecnología?
"Estos son algunos de los síntomas más claros de que un niño puede estar enganchado", declara Graham, que ha adaptado los programas de 'desintoxicación tecnológica' de los adultos a los más pequeños. "Estamos en cualquier caso ante un mundo cambiante que nos obliga a adaptarnos constantemente. Y cada niño es único".
La 'desintoxicación' pasa en cualquier caso por un estímulo de actividades fuera de la pantalla, desde actividades sociales que requieran el cara a cara a la práctica de deportes y actividades al aire libre..."La tecnología está aquí para quedarse, pero hay que contrarrestarla precisamente con actividad física y con el contacto con la naturaleza. Estos son hábitos que tienen que aprender los niños lo antes posible".
"La mayor responsabilidad es de las familias, pero las escuelas juegan también un papel fundamental a la hora de enseñar a los niños una relación sana y equilibrada con la tecnología", sostiene el doctor Graham. "Y esa relación hay que empezar a construirla desde la mutua confianza...Si a los niños se les prohíbe taxativamente la tecnología, sentirán la atracción de lo prohibido y tenderán a usarla a escondidas, de las misma manera que un adicto a las drogas o al alcohol".
Graham no es partidario de declarar los dormitorios de los niños como 'zona libre de tecnología', pero sí cree en la conveniencia de fijar límites horarios, mantener la puerta abierta para controlar su uso "y velar sobre todo para que los niños no usen las pantallas una hora antes de dormir, para que no interfiera en el sueño".
Límites también para los padres
La Asociación Americana de Psiquiatras recomienda que no se exponga a los niños a más de dos horas de tiempo de pantalla diaria (incluyendo la televisión), aunque Graham no es partidario de decretar una edad mínima de exposición a las pantallas ni de imponer un límite rígido...
"Todo depende de cada niño. Los hay que saben hacer un uso positivo y creativo de la pantalla desde edad muy temprana. Otros son más pasivos y no van más allá de los juegos de entretenimiento. Pero digamos que por encima de las tres o cuatro horas, teniendo en cuenta todas las pantallas, ya estamos por lo general en el límite de una "dieta sana".
Graham critica también la presión cultural y comercial, y el advenimiento de la 'iNanny', con tecnologías diseñadas para enganchar a los niños a edades cada vez más tempranas. Aun así, el psiquiatra experto en adicciones pide encarecidamente a los padres que no caigan en el fatalismo tecnológico y, sobre todo, que prediquen con el ejemplo... "Es muy fácil criticar a los niños y desesperarse con ellos sin reparar en lo que estamos haciendo nosotros, todo el día pendientes del smartphone y de los emails. Hay que mostrar a los niños, desde edades muy tempranos, todo lo que la vida puede ofrecer más allá de la tecnología".
Fuente:elmundo.es
Los expertos aconsejan a los padres dosificar el empleo y dar ejemplo.
'Hay una relación saludable y otra realmente tóxica con la tecnología'.
La 'desintoxicación' pasa por promover las actividades al aire libre.
Cuando el hospital de Capio Nightingale abrió en el 2010 sus Servicios de Adicción a la Tecnología, los pacientes más jóvenes tenían como poco doce años. Los niños llegan sin embargo a la consulta a edades cada vez más tempranas, y esta semana ha trascendido el caso de una niña de cuatro años con una "adicción extrema" al iPad que tuvo que pasar por tratamiento psiquiátrico para poder superarla.
"Los niños nacen hoy en día en un entorno tecnológico y mucho padres tienden a usar los ordenadores, los iPads y los smartphones como si fueran niñeras", declara a elmundo.es el doctor Richard Graham, el psiquiatra del hospital londinense que ha dado esta semana la voz de alarma por los casos de adicción en la tierna infancia. "Si al niño se le deja largas horas imantado a una pantalla, y si ve a sus padres haciendo lo mismo, estamos creando las condiciones para una relación enfermiza con la tecnología".
Graham invita a los padres y a los niños a mirar la tecnología con los mismos ojos que la comida..."Igual que hay alimentos saludables y comida 'basura', hay una relación saludable y otra realmente tóxica con la tecnología. Esa base se empieza a crear desde edades tempranas, al igual que ocurre con la obesidad. Por eso conviene tener muy en cuenta los síntomas, y empezar a tratarlos lo antes posible, antes de que nuestros hijos se conviertan en 'screenagers' (adolescentes de la pantalla)
Síntomas de adicción y soluciones
Tiene su hijo dificultades para dormir? ¿Reacciona con rabietas cuando llega el momento de apretar el botón de 'off'? ¿Pasa por frecuentes estados de ansiedad y agresividad cuando no tiene sus 'dosis' diaria de tecnología?
"Estos son algunos de los síntomas más claros de que un niño puede estar enganchado", declara Graham, que ha adaptado los programas de 'desintoxicación tecnológica' de los adultos a los más pequeños. "Estamos en cualquier caso ante un mundo cambiante que nos obliga a adaptarnos constantemente. Y cada niño es único".
La 'desintoxicación' pasa en cualquier caso por un estímulo de actividades fuera de la pantalla, desde actividades sociales que requieran el cara a cara a la práctica de deportes y actividades al aire libre..."La tecnología está aquí para quedarse, pero hay que contrarrestarla precisamente con actividad física y con el contacto con la naturaleza. Estos son hábitos que tienen que aprender los niños lo antes posible".
"La mayor responsabilidad es de las familias, pero las escuelas juegan también un papel fundamental a la hora de enseñar a los niños una relación sana y equilibrada con la tecnología", sostiene el doctor Graham. "Y esa relación hay que empezar a construirla desde la mutua confianza...Si a los niños se les prohíbe taxativamente la tecnología, sentirán la atracción de lo prohibido y tenderán a usarla a escondidas, de las misma manera que un adicto a las drogas o al alcohol".
Graham no es partidario de declarar los dormitorios de los niños como 'zona libre de tecnología', pero sí cree en la conveniencia de fijar límites horarios, mantener la puerta abierta para controlar su uso "y velar sobre todo para que los niños no usen las pantallas una hora antes de dormir, para que no interfiera en el sueño".
Límites también para los padres
La Asociación Americana de Psiquiatras recomienda que no se exponga a los niños a más de dos horas de tiempo de pantalla diaria (incluyendo la televisión), aunque Graham no es partidario de decretar una edad mínima de exposición a las pantallas ni de imponer un límite rígido...
"Todo depende de cada niño. Los hay que saben hacer un uso positivo y creativo de la pantalla desde edad muy temprana. Otros son más pasivos y no van más allá de los juegos de entretenimiento. Pero digamos que por encima de las tres o cuatro horas, teniendo en cuenta todas las pantallas, ya estamos por lo general en el límite de una "dieta sana".
Graham critica también la presión cultural y comercial, y el advenimiento de la 'iNanny', con tecnologías diseñadas para enganchar a los niños a edades cada vez más tempranas. Aun así, el psiquiatra experto en adicciones pide encarecidamente a los padres que no caigan en el fatalismo tecnológico y, sobre todo, que prediquen con el ejemplo... "Es muy fácil criticar a los niños y desesperarse con ellos sin reparar en lo que estamos haciendo nosotros, todo el día pendientes del smartphone y de los emails. Hay que mostrar a los niños, desde edades muy tempranos, todo lo que la vida puede ofrecer más allá de la tecnología".
Fuente:elmundo.es
Patim destaca el aumento de la asistencia a personas por adicciones a apuestas y juegos por internet en 2012
El presidente de Patim, Francisco López, ha destacado este jueves el aumento que ha experimentado en la ONG la asistencia a personas con adicciones a apuestas y juegos por internet en 2012, especialmente en la segunda mitad del año, "posiblemente porque esta fórmula les permite mantener más su privacidad", según se ha apuntado desde la entidad.
Así mismo, ha señalado que en todos los programas que desarrolla la entidad se ha reducido un 20 por ciento el número de población atendida, cifra que alcanza el 90 por ciento respecto a la integración laboral debido a la no convocatoria por parte de la administración autonómica de programas de empleo para personas con riesgo de exclusión.
López ha proporcionado estos datos durante la presentación de la Memoria de Patim correspondiente a 2012, acto en el que ha resaltado que la ONG presentó el pasado año 34 proyectos, de los que se aprobó el 80 por ciento, aunque las cuantías de los mismos se redujeron un 52 por ciento debido.
Por otra parte, la lamentado la deuda que siguen manteniendo con la entidad las administraciones públicas, cifrada en 143.000 euros, de los que alrededor de 120.000 corresponden de la Generalitat valenciana. A pesar de todo, según ha explicado López, la ONG ha seguido adelante "aplicando medidas como la reducción de gastos o la rentabilización del talento".
Respecto a los datos de la Memoria, un total de 440 personas participaron en el programa de prevención de Patim, mientras que la ONG atendió 240 casos en el Servicio de Asesoramiento Jurídico en Intervención (SAJI). En es último apartado, se intervino dentro del centro penitenciario y en el exterior en 96 casos, 30 relacionados con violencia y 66 con educación para las masculinidades.
Así mismo, Patim atendió 395 casos de adicciones tóxicas y no tóxicas, 55 menos que en 2011. En este apartado, destaca la atención a personas adictas al cannabis, que han pasado del 5,6 por ciento en 2011 al 36 por ciento en 2012, mientras que los tratamientos para adictos a la cocaína se han reducido de un 28,9 por ciento en 2011 al 16 por ciento el pasado año.
Además, el 11 por ciento de las personas atendidas eran consumidoras de cocaína y alcohol, el 4 por ciento de heroína y cocaína, el 3 por ciento de heroína, el 7 por ciento de alcohol y el 21 por ciento se sometieron a tratamiento por adicciones no tóxicas -ludopatía-.
El perfil general de las personas que fueron atendidas en la entidad es de hombre, soltero, menor de 31 años, de nacionalidad española, desempleado, que ha completado los estudios primarios o equivalentes al graduado escolar y que es consumidor de cocaína por vía inhalada.
En el caso de las personas tratadas por adicciones no tóxicas, la edad se eleva a 41 años, está casado, con estudios secundarios completos, está empleado y acude a tratamiento para abordar una adicción relacionada con las máquinas tragaperras en bares.
Francisco López ha apuntado al respecto que "no hay un descenso de adicciones, sino que vuelve el binomio consumo de drogas y conflictividad, tanto en adicciones tóxicas como no tóxicas".
Por otro lado, Patim integró laboralmente a 36 personas, un 90 por ciento menos que el año anterior, mientras que consiguió en 2012 la acreditación de Agencia de Colocación que trabaja con recursos propios de la entidad.
Fuente:20minutos.es
Así mismo, ha señalado que en todos los programas que desarrolla la entidad se ha reducido un 20 por ciento el número de población atendida, cifra que alcanza el 90 por ciento respecto a la integración laboral debido a la no convocatoria por parte de la administración autonómica de programas de empleo para personas con riesgo de exclusión.
López ha proporcionado estos datos durante la presentación de la Memoria de Patim correspondiente a 2012, acto en el que ha resaltado que la ONG presentó el pasado año 34 proyectos, de los que se aprobó el 80 por ciento, aunque las cuantías de los mismos se redujeron un 52 por ciento debido.
Por otra parte, la lamentado la deuda que siguen manteniendo con la entidad las administraciones públicas, cifrada en 143.000 euros, de los que alrededor de 120.000 corresponden de la Generalitat valenciana. A pesar de todo, según ha explicado López, la ONG ha seguido adelante "aplicando medidas como la reducción de gastos o la rentabilización del talento".
Respecto a los datos de la Memoria, un total de 440 personas participaron en el programa de prevención de Patim, mientras que la ONG atendió 240 casos en el Servicio de Asesoramiento Jurídico en Intervención (SAJI). En es último apartado, se intervino dentro del centro penitenciario y en el exterior en 96 casos, 30 relacionados con violencia y 66 con educación para las masculinidades.
Así mismo, Patim atendió 395 casos de adicciones tóxicas y no tóxicas, 55 menos que en 2011. En este apartado, destaca la atención a personas adictas al cannabis, que han pasado del 5,6 por ciento en 2011 al 36 por ciento en 2012, mientras que los tratamientos para adictos a la cocaína se han reducido de un 28,9 por ciento en 2011 al 16 por ciento el pasado año.
Además, el 11 por ciento de las personas atendidas eran consumidoras de cocaína y alcohol, el 4 por ciento de heroína y cocaína, el 3 por ciento de heroína, el 7 por ciento de alcohol y el 21 por ciento se sometieron a tratamiento por adicciones no tóxicas -ludopatía-.
El perfil general de las personas que fueron atendidas en la entidad es de hombre, soltero, menor de 31 años, de nacionalidad española, desempleado, que ha completado los estudios primarios o equivalentes al graduado escolar y que es consumidor de cocaína por vía inhalada.
En el caso de las personas tratadas por adicciones no tóxicas, la edad se eleva a 41 años, está casado, con estudios secundarios completos, está empleado y acude a tratamiento para abordar una adicción relacionada con las máquinas tragaperras en bares.
Francisco López ha apuntado al respecto que "no hay un descenso de adicciones, sino que vuelve el binomio consumo de drogas y conflictividad, tanto en adicciones tóxicas como no tóxicas".
Por otro lado, Patim integró laboralmente a 36 personas, un 90 por ciento menos que el año anterior, mientras que consiguió en 2012 la acreditación de Agencia de Colocación que trabaja con recursos propios de la entidad.
Fuente:20minutos.es
"El juego 'on line' legal dispara las adicciones", en la portada de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA
Los pacientes atendidos por este trastorno en el Hospital de Bellvitge, que afecta sobre todo a jóvenes con estudios, crecen el 13% en un año.
La portada de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA destaca en su primera página el fuerte aumento del trastorno adictivo en el entorno del juego 'on line', arrojando el dato de que los pacientes atendidos por ese problema en el Hospital de Bellvitge han crecido el 13% en un solo año. Y es que, a punto de cumplirse dos años de la aprobación de la nueva ley del juego y uno de su entrada en vigor, las apuestas deportivas y el póquer suponen el 78% de las sumas jugadas en España.
Fuente:elperiodico.com
La portada de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA destaca en su primera página el fuerte aumento del trastorno adictivo en el entorno del juego 'on line', arrojando el dato de que los pacientes atendidos por ese problema en el Hospital de Bellvitge han crecido el 13% en un solo año. Y es que, a punto de cumplirse dos años de la aprobación de la nueva ley del juego y uno de su entrada en vigor, las apuestas deportivas y el póquer suponen el 78% de las sumas jugadas en España.
Fuente:elperiodico.com
jueves, 25 de abril de 2013
Los niños españoles dedican más horas a la tele y al ordenador que a jugar los fines de semana
El 27,8 por ciento de los menores de 2 y 17 años tienen sobrepeso.
El último Estudio sobre Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad (Aladino) arroja datos preocupantes relacionados con la relación entre el sedentarismo y la prevalencia de sobrepeso y obesidad en los niños de 6 a 9 años, quienes pasan una media de seis horas de los fines de semana a ver la televisión, jugar con videojuegos o utilizar el ordenador, frente a las escasas cuatro horas que dedican a jugar. Así lo ha desvelado la vocal asesora de la Estrategia NAOS de la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición, dependiente del Ministerio de Sanidad, Teresa Robledo, durante la presentación de los nuevos materiales educativos y guías pertenecientes al programa «Vivir en Salud» de la Fundación Mapfre.
Asimismo, ha recordado que la última Encuesta Nacional de Salud revela que el exceso de peso afecta al 54 por ciento de los adultos, y al 27,8 por ciento de los menores de 2 y 17 años, situándose el porcentaje de personas sedentarias en el 42 por ciento.
Los materiales incluyen un conjunto de cuentos, cómics y canciones de carácter gratuito dirigidos a niños, de entre 5 y 13 años, que aportan conocimientos y consejos prácticos, en español e inglés, sobre los hábitos alimentarios más saludables en cada momento de la vida. También ofrece a los educadores guías de actividades y otros recursos educativos para aprender a incorporar hábitos sanos como realizar cinco comidas y beber de 8 a 10 vasos de agua al día, realizar actividad física de manera regular, al menos una hora diaria, y corregir malos hábitos relacionados con el sueño, la manera en que se carga con la mochila y la limpieza de manos y dientes.
También facilita a las familias la guía «Vivir en salud, claves para estar bien», que incluye, entre otras recomendaciones, que animen a sus hijos a practicar ejercicio físico, conozcan el menú escolar, no abusen de la comida rápida y tengan presente que el desayuno debe suponer entre el 20 y el 25% de las calorías ingeridas a lo largo del día.
«La familia desempeña un papel fundamental en la adopción de hábitos saludables, ya que son nuestros padres los que nos van transmitiendo desde la infancia cómo alimentarnos y cuidar de la salud», ha subrayado Antonio Guzmán, director general del Instituto de Prevención, Salud y Medio Ambiente de Fundación Mapfre.
Fuente:abc.es
El último Estudio sobre Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad (Aladino) arroja datos preocupantes relacionados con la relación entre el sedentarismo y la prevalencia de sobrepeso y obesidad en los niños de 6 a 9 años, quienes pasan una media de seis horas de los fines de semana a ver la televisión, jugar con videojuegos o utilizar el ordenador, frente a las escasas cuatro horas que dedican a jugar. Así lo ha desvelado la vocal asesora de la Estrategia NAOS de la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición, dependiente del Ministerio de Sanidad, Teresa Robledo, durante la presentación de los nuevos materiales educativos y guías pertenecientes al programa «Vivir en Salud» de la Fundación Mapfre.
Asimismo, ha recordado que la última Encuesta Nacional de Salud revela que el exceso de peso afecta al 54 por ciento de los adultos, y al 27,8 por ciento de los menores de 2 y 17 años, situándose el porcentaje de personas sedentarias en el 42 por ciento.
Los materiales incluyen un conjunto de cuentos, cómics y canciones de carácter gratuito dirigidos a niños, de entre 5 y 13 años, que aportan conocimientos y consejos prácticos, en español e inglés, sobre los hábitos alimentarios más saludables en cada momento de la vida. También ofrece a los educadores guías de actividades y otros recursos educativos para aprender a incorporar hábitos sanos como realizar cinco comidas y beber de 8 a 10 vasos de agua al día, realizar actividad física de manera regular, al menos una hora diaria, y corregir malos hábitos relacionados con el sueño, la manera en que se carga con la mochila y la limpieza de manos y dientes.
También facilita a las familias la guía «Vivir en salud, claves para estar bien», que incluye, entre otras recomendaciones, que animen a sus hijos a practicar ejercicio físico, conozcan el menú escolar, no abusen de la comida rápida y tengan presente que el desayuno debe suponer entre el 20 y el 25% de las calorías ingeridas a lo largo del día.
«La familia desempeña un papel fundamental en la adopción de hábitos saludables, ya que son nuestros padres los que nos van transmitiendo desde la infancia cómo alimentarnos y cuidar de la salud», ha subrayado Antonio Guzmán, director general del Instituto de Prevención, Salud y Medio Ambiente de Fundación Mapfre.
Fuente:abc.es
lunes, 22 de abril de 2013
Soy adicto al ordenador
Dejan de salir con los amigos, se niegan a cenar... Ya hay adolescentes en tratamiento por su adicción a internet.
Ya es habitual que los chicos se queden todo el fin de semana conectados a la Red sin salir de casa.
A sus 17 años, Juan (un nombre ficticio en esta historia) llevaba seis meses encerrado en su habitación. Dejó de acudir a clase en la universidad, de relacionarse con sus amigos, y apenas hablaba con su madre. No salía de casa, salvo alguna vez por la noche para comprar accesorios de informática. Su padre había fallecido cuando él tenía doce años. Había sufrido además acoso escolar. Experiencias demasiado dolorosas y traumáticas para seguir adelante. Así que decidió cortar por lo sano y aislarse del mundo. Desde el universo de su habitación, en internet y con los videojuegos las cosas se veían de diferente forma. «No llegó al extremo de los hikikomori japoneses, que comen, orinan y defecan en su cuarto», cuenta Javier García Campayo, el psiquiatra del hospital Miguel Servet de Zaragoza que le trató. Su madre reaccionó antes y acudió a este especialista: Campayo diagnosticó que Juan era un hikikomori. Con tratamiento, salió de su autoencierro. A estas alturas, Juan ya no quiere recordar ese episodio de su vida.
Desde entonces —fue en 2008 cuando se diagnosticó en nuestro país este primer caso de un hikikomori—, el doctor Campayo ha visto en su consulta más chavales con problemas similares. «En España, los hikikomori ya no son rarezas, son chicos que aparecen con cierta frecuencia en las consultas de psiquiatras y psicólogos», afirma.
En Japón, sin embargo, se trata de una epidemia: cerca de un millón de adolescentes y jóvenes padecen este síndrome. Se aíslan durante años en un mundo paralelo en su habitación, no mantienen relación con persona alguna, no se bañan o duchan durante meses, no se cortan el pelo, no realizan actividades físicas... La familia del hikikomori «sabe que sigue respirando porque devuelve vacía la bandeja de comida que le dejan en la puerta y porque oyen el crujir de la madera en el piso cuando decide dar una vuelta por su pequeño cuarto», describe el doctor Jesús J. de la Gandara, jefe del servicio del Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos, en el primer trabajo documentado que se publicó en nuestro país sobre los hikikomori. En los peores casos, ni siquiera abandonan su habitáculo para acudir al baño. La familia recoge los restos en bolsas que van acumulando.
Muchos se refugian en un universo alimentado por internet: videojuegos, redes sociales, consolas... «Son una mezcla de aislamiento social y adicción a las nuevas tecnologías», resume Campayo.
«Mi vida es el ordenador» confesaba un chaval de 16 años al psicólogo Sergi Banus, director de psicodiagnosis.es. «Estuvo seis meses encerrado en casa —relata Banús—, no iba al instituto y hasta ese momento había sido un estudiante con un buen rendimiento. Tenía a sus padres acorralados porque les amenazaba si le cortaban internet. Es difícil sacar a estos chicos porque te desprecian y no quieren salir de su aislamiento. Era un chico capaz de chatear y relacionarse con sus amigos por internet, pero incapaz de ver a los amigos cara a cara si le visitaban en casa».
Después de un disgusto
¿Es internet el motivo del aislamiento de los hikikomori o hay otras causas que conducen a los chavales a refugiarse en el mundo virtual? «Siempre hay un detonante —afirma el psiquiatra Campayo—: un disgusto, la novia que le deja, los amigos que le presionan o le hacen el vacío... Son chicos más tímidos, con baja autoestima y dificultad para relacionarse. Pueden tener o no altas capacidades. Asociado a ello está el desarrollo de las nuevas tecnologías que facilita la adicción y el aislamiento».
No hace falta ser un hikikomori, un caso extremo, para aislarse del mundo y engancharse a la Red. En España, un reciente estudio del Centro de Seguridad en Internet Protégeles (financiado por la Unión Europea) advertía de que más de 350.000 (21,3%) chicos españoles de entre 14 y 17 años están desarrollando alguna conducta adictiva a internet: dejar de ver a los amigos o no mostrar interés por actividades que antes les encantaban, no querer hablar con el resto de la familia, o estar más irascible que de costumbre, o negarse a cenar todas las noches, o dormir mal o descuidar su higiene... «Está empezando a surgir una versión del hikikomori que tiene su raíz en la adicción a internet», asegura el psicólogo Sergi Banús.
El estudio reveló que los españoles son los adolescentes europeos que tienen mayor riesgo de obsesionarse con la Red y sufrir sus consecuencias: desde depresión y estados de ansiedad hasta incapacidad para mantener relaciones con sus iguales, o incluso pueden desarrollar conductas agresivas. Llegadas estas situaciones el menor ya es adicto a internet, y les ocurre a 1,5% chavales de nuestro país.
El riesgo de la adicción pesa sobre muchos. De hecho, el estudio ha venido a demostrar que los adolescentes son los que más usan de forma abusiva las redes sociales; en concreto, casi el 40% se conectan a ellas a diario y durante más de dos horas, una práctica que les pone en serio peligro.
Efectos demoledores
A pesar de este preocupante panorama, el presidente de Protégeles, Guillermo Cánovas, aconseja conservar la calma. «La mayoría de los chicos —asegura— superan por sí mismos esta primera etapa» en la que se sienten fascinados por internet. «Es cuando muestran señales preocupantes de adicción pero aún no son adictos», afirma. Los que terminan siéndolo necesitan ayuda profesional, aparte de la de la familia.
Lo difícil es determinar cuándo un adolescente o joven ha cruzado la línea roja y es adicto a la Red, porque «ya es habitual —como afirma Juanma Romero, fundador de Adicciones Digitales— que los chavales estén un día o un fin de semana encerrados en casa, enganchados a los videojuegos y que solo duerman un par de horas».
Nuevos hábitos que empiezan a tener efectos demoledores en los chicos: «Se vuelven uraños, les cambia el carácter, no se quieren relacionar con los demás, solo lo hacen online, les cuesta mucho trabajo esa relación de tú a tú, pero con el teclado lo hacen perfecto. Eso tendrá consecuencias en su futuro, en su capacidad para empatizar, para relacionarse en un entorno laboral, con sus compañeros y sus jefes...», asegura Romero.
Cambio de hábitos
Para Sergi Banús existe una señal inequívoca ante la que preocuparse: «Cuando el niño cambia los hábitos diarios: si pierde interés por series de televisión que le gustaban, o actividades que antes eran gratificantes o por los amigos, o cambia hábitos de sueño o de alimentación, o tiene cambios de comportamiento, no quieren salir los fines de semana»...
Se pueden prevenir estas situaciones, coinciden los expertos. Los padres deben dar a conocer a los hijos una serie de límites y normas que cumplir desde el primer momento en que se conectan a la Red. «Y respetarlos a rajatabla —aconseja Juanma Romero—. Hay que establecer un horario durante el día para usar el ordenador, nunca por la noche, y supervisar cuando lo necesiten para hacer deberes. Tampoco hay que dejarles ir con el móvil a la cama». Al igual, Guillermo Cánovas cree que los padres deben mantener dos principios elementales a la hora de que los chicos usen esta herramienta: regular el tiempo que están en internet y promover, además, otras alternativas de ocio (relaciones con amigos, deportes, salidas...).
Fuente:abc.es
Ya es habitual que los chicos se queden todo el fin de semana conectados a la Red sin salir de casa.
A sus 17 años, Juan (un nombre ficticio en esta historia) llevaba seis meses encerrado en su habitación. Dejó de acudir a clase en la universidad, de relacionarse con sus amigos, y apenas hablaba con su madre. No salía de casa, salvo alguna vez por la noche para comprar accesorios de informática. Su padre había fallecido cuando él tenía doce años. Había sufrido además acoso escolar. Experiencias demasiado dolorosas y traumáticas para seguir adelante. Así que decidió cortar por lo sano y aislarse del mundo. Desde el universo de su habitación, en internet y con los videojuegos las cosas se veían de diferente forma. «No llegó al extremo de los hikikomori japoneses, que comen, orinan y defecan en su cuarto», cuenta Javier García Campayo, el psiquiatra del hospital Miguel Servet de Zaragoza que le trató. Su madre reaccionó antes y acudió a este especialista: Campayo diagnosticó que Juan era un hikikomori. Con tratamiento, salió de su autoencierro. A estas alturas, Juan ya no quiere recordar ese episodio de su vida.
Desde entonces —fue en 2008 cuando se diagnosticó en nuestro país este primer caso de un hikikomori—, el doctor Campayo ha visto en su consulta más chavales con problemas similares. «En España, los hikikomori ya no son rarezas, son chicos que aparecen con cierta frecuencia en las consultas de psiquiatras y psicólogos», afirma.
En Japón, sin embargo, se trata de una epidemia: cerca de un millón de adolescentes y jóvenes padecen este síndrome. Se aíslan durante años en un mundo paralelo en su habitación, no mantienen relación con persona alguna, no se bañan o duchan durante meses, no se cortan el pelo, no realizan actividades físicas... La familia del hikikomori «sabe que sigue respirando porque devuelve vacía la bandeja de comida que le dejan en la puerta y porque oyen el crujir de la madera en el piso cuando decide dar una vuelta por su pequeño cuarto», describe el doctor Jesús J. de la Gandara, jefe del servicio del Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos, en el primer trabajo documentado que se publicó en nuestro país sobre los hikikomori. En los peores casos, ni siquiera abandonan su habitáculo para acudir al baño. La familia recoge los restos en bolsas que van acumulando.
Muchos se refugian en un universo alimentado por internet: videojuegos, redes sociales, consolas... «Son una mezcla de aislamiento social y adicción a las nuevas tecnologías», resume Campayo.
«Mi vida es el ordenador» confesaba un chaval de 16 años al psicólogo Sergi Banus, director de psicodiagnosis.es. «Estuvo seis meses encerrado en casa —relata Banús—, no iba al instituto y hasta ese momento había sido un estudiante con un buen rendimiento. Tenía a sus padres acorralados porque les amenazaba si le cortaban internet. Es difícil sacar a estos chicos porque te desprecian y no quieren salir de su aislamiento. Era un chico capaz de chatear y relacionarse con sus amigos por internet, pero incapaz de ver a los amigos cara a cara si le visitaban en casa».
Después de un disgusto
¿Es internet el motivo del aislamiento de los hikikomori o hay otras causas que conducen a los chavales a refugiarse en el mundo virtual? «Siempre hay un detonante —afirma el psiquiatra Campayo—: un disgusto, la novia que le deja, los amigos que le presionan o le hacen el vacío... Son chicos más tímidos, con baja autoestima y dificultad para relacionarse. Pueden tener o no altas capacidades. Asociado a ello está el desarrollo de las nuevas tecnologías que facilita la adicción y el aislamiento».
No hace falta ser un hikikomori, un caso extremo, para aislarse del mundo y engancharse a la Red. En España, un reciente estudio del Centro de Seguridad en Internet Protégeles (financiado por la Unión Europea) advertía de que más de 350.000 (21,3%) chicos españoles de entre 14 y 17 años están desarrollando alguna conducta adictiva a internet: dejar de ver a los amigos o no mostrar interés por actividades que antes les encantaban, no querer hablar con el resto de la familia, o estar más irascible que de costumbre, o negarse a cenar todas las noches, o dormir mal o descuidar su higiene... «Está empezando a surgir una versión del hikikomori que tiene su raíz en la adicción a internet», asegura el psicólogo Sergi Banús.
El estudio reveló que los españoles son los adolescentes europeos que tienen mayor riesgo de obsesionarse con la Red y sufrir sus consecuencias: desde depresión y estados de ansiedad hasta incapacidad para mantener relaciones con sus iguales, o incluso pueden desarrollar conductas agresivas. Llegadas estas situaciones el menor ya es adicto a internet, y les ocurre a 1,5% chavales de nuestro país.
El riesgo de la adicción pesa sobre muchos. De hecho, el estudio ha venido a demostrar que los adolescentes son los que más usan de forma abusiva las redes sociales; en concreto, casi el 40% se conectan a ellas a diario y durante más de dos horas, una práctica que les pone en serio peligro.
Efectos demoledores
A pesar de este preocupante panorama, el presidente de Protégeles, Guillermo Cánovas, aconseja conservar la calma. «La mayoría de los chicos —asegura— superan por sí mismos esta primera etapa» en la que se sienten fascinados por internet. «Es cuando muestran señales preocupantes de adicción pero aún no son adictos», afirma. Los que terminan siéndolo necesitan ayuda profesional, aparte de la de la familia.
Lo difícil es determinar cuándo un adolescente o joven ha cruzado la línea roja y es adicto a la Red, porque «ya es habitual —como afirma Juanma Romero, fundador de Adicciones Digitales— que los chavales estén un día o un fin de semana encerrados en casa, enganchados a los videojuegos y que solo duerman un par de horas».
Nuevos hábitos que empiezan a tener efectos demoledores en los chicos: «Se vuelven uraños, les cambia el carácter, no se quieren relacionar con los demás, solo lo hacen online, les cuesta mucho trabajo esa relación de tú a tú, pero con el teclado lo hacen perfecto. Eso tendrá consecuencias en su futuro, en su capacidad para empatizar, para relacionarse en un entorno laboral, con sus compañeros y sus jefes...», asegura Romero.
Cambio de hábitos
Para Sergi Banús existe una señal inequívoca ante la que preocuparse: «Cuando el niño cambia los hábitos diarios: si pierde interés por series de televisión que le gustaban, o actividades que antes eran gratificantes o por los amigos, o cambia hábitos de sueño o de alimentación, o tiene cambios de comportamiento, no quieren salir los fines de semana»...
Se pueden prevenir estas situaciones, coinciden los expertos. Los padres deben dar a conocer a los hijos una serie de límites y normas que cumplir desde el primer momento en que se conectan a la Red. «Y respetarlos a rajatabla —aconseja Juanma Romero—. Hay que establecer un horario durante el día para usar el ordenador, nunca por la noche, y supervisar cuando lo necesiten para hacer deberes. Tampoco hay que dejarles ir con el móvil a la cama». Al igual, Guillermo Cánovas cree que los padres deben mantener dos principios elementales a la hora de que los chicos usen esta herramienta: regular el tiempo que están en internet y promover, además, otras alternativas de ocio (relaciones con amigos, deportes, salidas...).
Fuente:abc.es
WHATSAPPEAS O TRABAJAS?
Hace ya mucho, mucho tiempo que se utilizaba para ligar la pregunta “¿estudias o trabajas?”, con la que se iniciaba una conversación que pretendía acabar más allá. Hoy ha caído en desuso, e incluso probablemente provoque la hilaridad de los más jóvenes. Y no sólo porque entre los jóvenes lo de tener trabajo se vea como una rareza sin igual, sino también porque han quedado muy lejos los modos simples y directos de relación entre las personas.
Hoy todos, jóvenes y quienes no lo somos tanto, vivimos pegados a un teléfono móvil, que, además, de lo que menos se usa es de teléfono. Y es que es constante la lluvia de mensajes que por todos los medios llegan al dichoso aparatito. Así, sea cual sea el sitio donde uno se encuentre, es inevitable oír el sonido del mensaje pendiente y las miradas directas o de reojo del dueño del dispositivo móvil. Nada se salva, ni teatro, ni clases, ni siquiera una conversación importante o interesante. De pronto, percibes como tu interlocutor comienza a echar miradas furtivas al móvil y, cuando menos te lo esperas, lo coge subrepticiamente y lo mira, excusándose con un “era urgente” si osas poner un gesto de reproche.
Y si de adolescentes se trata, la cosa se exacerba. No es inusual ver a varios muchachos reunidos que, en lugar de mirarse a la cara, miran al aparatito, con un movimiento frenético de sus pulgares que acabará provocando una tendinitis hoy, y una mutación genética en el futuro. De hecho, es fácil adivinar la edad de alguien por el modo de manejar el teclado: las jóvenes generaciones lo hacen con los pulgares y a toda velocidad, los más mayores, con el índice, y conforme es mayor la edad, aumenta la lentitud a la hora de teclear, al tiempo que la presbicia lleva a alejar el teléfono cada vez más, hasta el infinito y más allá.
Pero todos, o casi todos, caemos en ello. Por más que hasta hace no mucho juráramos y perjuráramos que no lo haríamos, por más que hubiéramos alardeado de no querer separarnos jamás de nuestro anterior móvil. Igual que hicimos tiempo atrás, cuando adquirimos un teléfono móvil pese a haber afirmado hasta la saciedad que nosotros no cometeríamos el error de vivir pendientes de un teléfono.
Y es que el animalito crea adicción. Casi sin darnos cuenta, nos vemos incluidos en varios grupos de WhatsApp, que suenan sin parar cada vez que uno de los usuarios se aburre y se dedica a contarnos los pormenores de su vida diaria: está nublado, el niño no ha dormido, mi jefe está pesado, me he puesto un vestido muy mono, estoy en la peluquería, me duele la cabeza… Y, por supuesto, con fotos, faltaría más, y aderezado de un montón de emoticonos que reducen aún más el nivel de la comunicación.
¿Un desastre? Pues depende de cómo se vea. Como todo, tiene su parte buena y mala, y, como todo, bien usado puede ser estupendo y, mal usado, una catástrofe. Pero tiene la ventaja de que te mantiene en contacto con personas con las que si no no lo estarías, que te comunicas de forma rápida y efectiva, y que es un instrumento apto para organizar cualquier cosa y, sobre todo, que permite hablar con varias personas a la vez. Pero es difícil no traspasar el límite, y usarlo el lugares donde no debiéramos o en momento totalmente inadecuados.
Lo bien cierto es que, a este paso, llegará el día en que, igual que a los niños en el colegio, a los mayores nos confisquen el móvil a la hora de entrar al trabajo –si es que tenemos la suerte de tenerlo-. Y que alguien nos pregunte :¿whatssappeas, o trabajas? Y no les digo más… tengo más de veinte mensajes pendientes en mi móvil.
Fuente:informavalencia.com
Hoy todos, jóvenes y quienes no lo somos tanto, vivimos pegados a un teléfono móvil, que, además, de lo que menos se usa es de teléfono. Y es que es constante la lluvia de mensajes que por todos los medios llegan al dichoso aparatito. Así, sea cual sea el sitio donde uno se encuentre, es inevitable oír el sonido del mensaje pendiente y las miradas directas o de reojo del dueño del dispositivo móvil. Nada se salva, ni teatro, ni clases, ni siquiera una conversación importante o interesante. De pronto, percibes como tu interlocutor comienza a echar miradas furtivas al móvil y, cuando menos te lo esperas, lo coge subrepticiamente y lo mira, excusándose con un “era urgente” si osas poner un gesto de reproche.
Y si de adolescentes se trata, la cosa se exacerba. No es inusual ver a varios muchachos reunidos que, en lugar de mirarse a la cara, miran al aparatito, con un movimiento frenético de sus pulgares que acabará provocando una tendinitis hoy, y una mutación genética en el futuro. De hecho, es fácil adivinar la edad de alguien por el modo de manejar el teclado: las jóvenes generaciones lo hacen con los pulgares y a toda velocidad, los más mayores, con el índice, y conforme es mayor la edad, aumenta la lentitud a la hora de teclear, al tiempo que la presbicia lleva a alejar el teléfono cada vez más, hasta el infinito y más allá.
Pero todos, o casi todos, caemos en ello. Por más que hasta hace no mucho juráramos y perjuráramos que no lo haríamos, por más que hubiéramos alardeado de no querer separarnos jamás de nuestro anterior móvil. Igual que hicimos tiempo atrás, cuando adquirimos un teléfono móvil pese a haber afirmado hasta la saciedad que nosotros no cometeríamos el error de vivir pendientes de un teléfono.
Y es que el animalito crea adicción. Casi sin darnos cuenta, nos vemos incluidos en varios grupos de WhatsApp, que suenan sin parar cada vez que uno de los usuarios se aburre y se dedica a contarnos los pormenores de su vida diaria: está nublado, el niño no ha dormido, mi jefe está pesado, me he puesto un vestido muy mono, estoy en la peluquería, me duele la cabeza… Y, por supuesto, con fotos, faltaría más, y aderezado de un montón de emoticonos que reducen aún más el nivel de la comunicación.
¿Un desastre? Pues depende de cómo se vea. Como todo, tiene su parte buena y mala, y, como todo, bien usado puede ser estupendo y, mal usado, una catástrofe. Pero tiene la ventaja de que te mantiene en contacto con personas con las que si no no lo estarías, que te comunicas de forma rápida y efectiva, y que es un instrumento apto para organizar cualquier cosa y, sobre todo, que permite hablar con varias personas a la vez. Pero es difícil no traspasar el límite, y usarlo el lugares donde no debiéramos o en momento totalmente inadecuados.
Lo bien cierto es que, a este paso, llegará el día en que, igual que a los niños en el colegio, a los mayores nos confisquen el móvil a la hora de entrar al trabajo –si es que tenemos la suerte de tenerlo-. Y que alguien nos pregunte :¿whatssappeas, o trabajas? Y no les digo más… tengo más de veinte mensajes pendientes en mi móvil.
Fuente:informavalencia.com
Las adicciones tecnológicas y los dispositivos móviles protagonizan la Semana de seguridad
Las actividades, que se han desarrollado entre el 15 y el 18 de Abril, han contado con expertos en seguridad jurídica, redes sociales y privacidad, y con profesionales dedicados a la implantación de soluciones para proteger los sistemas informáticos de las empresas o para evitar fraudes al hacer uso de los servicios y herramientas que están disponibles en Internet.
Pero el debate más importante suscitado en la séptima edición de la Semana de Seguridad Informática se ha centrado en las adicciones a las que estamos expuestos al hacer uso de la Tecnología y en los dispositivos móviles como teléfonos inteligentes (smartphones) y tabletas (tablets) que se han convertido en compañeros inseparables de muchas personas y que les mantienen conectados a Internet en todo momento.
En el coloquio sobre adicciones y dispositivos móviles participó Alicia García, Directora del departamento de Psicología Clínica de PROTEGELES, que enumeró los aspectos que debemos tener en cuenta para detectar conductas adictivas y comentó que “en la mayoría de los casos se trata de un uso excesivo de un ordenador, una tableta, un móvil o una videoconsola y es suficiente con modificar conductas de uso limitando los tiempos de utilización de estos dispositivos para evitar adicciones” y que “si realmente existe un caso claramente identificado, lo mejor es acudir a un profesional que va a saber diagnosticar y tratar adecuadamente el problema”.
La Semana de Seguridad se ha valorado de forma muy positiva en palabras del Presidente de Fundación Dédalo, Joaquim Torrents, y ha apuntado que “lo más importante es que las más de 800 personas que han participado tienen la información, los recursos y las herramientas necesarias para navegar o usar sus dispositivos de un modo más seguro” e indicó que “en esta edición hemos tratado temáticas de actualidad como las aplicaciones en la nube y los dispositivos móviles pero nos debemos seguir adaptando a las nuevas necesidades y usos, por lo que esta iniciativa debe tener continuidad”.
Fuente:valenciabusiness.es
Pero el debate más importante suscitado en la séptima edición de la Semana de Seguridad Informática se ha centrado en las adicciones a las que estamos expuestos al hacer uso de la Tecnología y en los dispositivos móviles como teléfonos inteligentes (smartphones) y tabletas (tablets) que se han convertido en compañeros inseparables de muchas personas y que les mantienen conectados a Internet en todo momento.
En el coloquio sobre adicciones y dispositivos móviles participó Alicia García, Directora del departamento de Psicología Clínica de PROTEGELES, que enumeró los aspectos que debemos tener en cuenta para detectar conductas adictivas y comentó que “en la mayoría de los casos se trata de un uso excesivo de un ordenador, una tableta, un móvil o una videoconsola y es suficiente con modificar conductas de uso limitando los tiempos de utilización de estos dispositivos para evitar adicciones” y que “si realmente existe un caso claramente identificado, lo mejor es acudir a un profesional que va a saber diagnosticar y tratar adecuadamente el problema”.
La Semana de Seguridad se ha valorado de forma muy positiva en palabras del Presidente de Fundación Dédalo, Joaquim Torrents, y ha apuntado que “lo más importante es que las más de 800 personas que han participado tienen la información, los recursos y las herramientas necesarias para navegar o usar sus dispositivos de un modo más seguro” e indicó que “en esta edición hemos tratado temáticas de actualidad como las aplicaciones en la nube y los dispositivos móviles pero nos debemos seguir adaptando a las nuevas necesidades y usos, por lo que esta iniciativa debe tener continuidad”.
Fuente:valenciabusiness.es
Miles de adolescentes sufren “vigorexia” y se obligan a trastocar su musculatura
Un estudio llevado adelante por la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), y publicado por la revista especializada “Pediatrics”, afirma que un fenómeno siquiátrico relativamente novedoso, afecta a cada vez más adolescentes en Norteamérica y se expande por el mundo: la “vigorexia” obliga a los jóvenes a multiplicar sus esfuerzos para adquirir musculatura, a expensas de modelos sociales y con perjuicios cada vez peores para su salud.
La encuesta entre los estudiante universitarios –que los técnicos consideraron extrapolable a otras regiones y países- asegura que la meta de los jóvenes varones al hacer ejercicio deja atrás cada vez más la recreación, el deporte en sí mismo, o la salud: un 90% está convencido que lo importante es desarrollar musculatura. Y cuanto más, mejor.
La insatisfacción de los jóvenes con sus propios cuerpos, es cada vez más creciente, impulsados por la publicidad insaciable que les promete cuerpos cautivadores para las mujeres, en tanto esfuercen su labor en los gimnasios –o simplemente comprando adminículos que los harán verdaderos Atlas- además de consumir todo tipo de estimulantes de supuesto beneficio para la musculatura.
Cada vez menos se dan cuenta de lo que es “exagerar”
El informe revela que muchos adolescentes, están convencidos de que hacen un bien a su salud, con estar horas en el gimnasio simplemente alongando sus músculos para lograr que crezcan, y que la mayoría no se da cuenta de la diferencia entre “ejercitar” y “exagerar”.El documento añade que “la adicción que adquieren poco a poco se introduce en su vida social y cambian hasta su relacionamiento”, remarcando que la enfermedad está subdiagnosticada en todos los niveles que lograron estudiarla.
La vigorexia, es considerada “un subtipo de la dismorfofobia”, una patología que hace que el individuo no acepte lo que le muestra el espejo con cierta conformidad: lo hace patológicamente de manera negativa y no coherente con la realidad.
La vigorexia se da además en grupos de edad que están experimentando cambios físicos y sicológicos naturales sumamente fuertes, “son adolescentes que sienten necesidad constante de aceptación, también en su apariencia. En una segunda etapa el adolescente acepta la hipótesis de que el cuerpo puede ser moldeado en un intento de controlar su propia vida, ya que no puede controlar su entorno”, explican los siquiatras responsables del informe.
Fuente:lr21.com.uy
La encuesta entre los estudiante universitarios –que los técnicos consideraron extrapolable a otras regiones y países- asegura que la meta de los jóvenes varones al hacer ejercicio deja atrás cada vez más la recreación, el deporte en sí mismo, o la salud: un 90% está convencido que lo importante es desarrollar musculatura. Y cuanto más, mejor.
La insatisfacción de los jóvenes con sus propios cuerpos, es cada vez más creciente, impulsados por la publicidad insaciable que les promete cuerpos cautivadores para las mujeres, en tanto esfuercen su labor en los gimnasios –o simplemente comprando adminículos que los harán verdaderos Atlas- además de consumir todo tipo de estimulantes de supuesto beneficio para la musculatura.
Cada vez menos se dan cuenta de lo que es “exagerar”
El informe revela que muchos adolescentes, están convencidos de que hacen un bien a su salud, con estar horas en el gimnasio simplemente alongando sus músculos para lograr que crezcan, y que la mayoría no se da cuenta de la diferencia entre “ejercitar” y “exagerar”.El documento añade que “la adicción que adquieren poco a poco se introduce en su vida social y cambian hasta su relacionamiento”, remarcando que la enfermedad está subdiagnosticada en todos los niveles que lograron estudiarla.
La vigorexia, es considerada “un subtipo de la dismorfofobia”, una patología que hace que el individuo no acepte lo que le muestra el espejo con cierta conformidad: lo hace patológicamente de manera negativa y no coherente con la realidad.
La vigorexia se da además en grupos de edad que están experimentando cambios físicos y sicológicos naturales sumamente fuertes, “son adolescentes que sienten necesidad constante de aceptación, también en su apariencia. En una segunda etapa el adolescente acepta la hipótesis de que el cuerpo puede ser moldeado en un intento de controlar su propia vida, ya que no puede controlar su entorno”, explican los siquiatras responsables del informe.
Fuente:lr21.com.uy
martes, 9 de abril de 2013
El juego por Internet incrementa los casos de jóvenes con ludopatía
El auge de los juegos por Internet a través de las redes sociales y de los teléfonos móviles inteligentes ha incrementado significativamente el número de jóvenes que acuden a las consultas de los médicos especializados en el juego patológico.
Según Jiménez, "ahora llegan a la consulta pacientes más jóvenes, con estudios universitarios y con niveles socioeconómicos más elevados" como consecuencia de la popularización del juego por internet, que ha cambiado el perfil del paciente con problemas de adicción.
El Idibell ha realizado un estudio, publicado en la revista 'Journal of Gambling Studies', con más de 2.300 pacientes de entre 17 y 86 años que muestra que algunos rasgos de personalidad asociados a la edad son factores de riesgo para caer en una adicción al juego.
De esta forma, los pacientes más jóvenes, de entre 17 y 35 años, tienen más tendencia a la impulsividad y a buscar nuevas sensaciones que actúan como factores precipitantes de la adicción al juego,; mientras que para las personas de edad avanzada, de entre 55 y 86 años, el juego es una vía para "modular estados emocionales negativos, huir de sentimientos de soledad, insatisfacción o malestar físico".
Una de las conclusiones del estudio es que el juego patológico es un trastorno transitorio y episódico en la vida del paciente ya que hay determinados momentos de la vida en los que se puede controlar mejor esta conducta; y también revela que las mujeres se inician más tardíamente en el juego, hacia los 35-40 años, mientras que los hombres empiezan a jugar más jóvenes.
Fuente:europapress.es
lunes, 8 de abril de 2013
El diagnóstico del trastorno bipolar I se reduce de 7 a 5 años en una década
El 72 por ciento de los pacientes españoles ha visto reducidas sus expectativas de éxito en la vida.
El tiempo para conseguir un diagnóstico adecuado del trastorno bipolar tipo I se ha reducido de siete a cinco años en una década, sin embargo, según profesionales y pacientes, esos cinco años de sufrimiento “son inaguantables”. Señalan que es necesario mejorar esas cifras a través de la formación sobre todo a personal de Atención Primaria, donde la mayoría de las veces estos pacientes acuden en sus episodios depresivos y salen de la consulta con una receta de antidepresivo que podría acentuar la fase maniaca del trastorno bipolar.
En este sentido, el estudio internacional Impact que ha sido presentado hoy en Madrid gracias a la colaboración Lundbeck, ha revelado que una notable proporción de pacientes, el 47 por ciento en España y el 64 por ciento en el total de los países encuestados, presenta síntomas de depresión durante los episodios de manía. Hasta ahora, estas fases mixtas no se definían correctamente en la clasificación de trastorno bipolar, una situación que aclarará mucho mejor la próxima actualización del manual DSM-5 de la Asociación Americana de Psiquiatría, según ha comentado Eduard Vieta, director del programa de Trastornos Bipolares del Hospital Clínic de Barcelona.
Para conseguir un diagnóstico correcto de esta enfermedad se requieren todavía más de dos años en el 42 por ciento de los casos, y en España, en un 29 por ciento, según la encuesta.
Consecuencias sociales
Pero además, el estudio ha analizado el aspecto social del paciente bipolar, que a veces “los psiquiatras ven como algo ajeno, ya que están centrados más en el aspecto clínico y neurobiológico de la enfermedad”, según Vieta. Como novedad, la encuesta aborda el día a día del paciente y la repercusión social del trastorno bipolar, ha comentado Susana Gómez Lus, del departamento médico de Lundbeck.
Luis Gutiérrez, del Clínico San Cecilio de Granada. La enfermedad tiene un impacto negativo en la salud física, el 79 por ciento de todos los encuestados así lo han señalado, sobre todo por el “sedentarismo, tabaquismo u obesidad que se produce en las fases depresivas, o por déficits cognitivos que les llevan a olvidar los medicamentos”, ha subrayado Luis Gutiérrez, psiquiatra del Hospital Clínico Universitario San Cecilio de Granada. Pero también tiene un impacto en las relaciones y la vida laboral del paciente.
En cuanto a los españoles, la mitad de los consultados afirma haber perdido su puesto de trabajo como consecuencia de la enfermedad y el 23 por ciento confiesa que se ha separado o divorciado de su pareja. Por otra parte, casi la mitad de los encuestados afirma haber sufrido discriminación por su condición. Por todo esto, el 72 por ciento los españoles afirman que se han visto reducidas sus expectativas de éxito en la vida. Esto demuestra que el estigma social de la enfermedad aún continúa y es difícil de resolver a corto plazo, según Guadalupe Morales, directora de la Fundación Mundo Bipolar.
Morales certifica que los datos sobre discriminación son reales y que están presentes a nivel jurídico y legal, donde muchas veces se asocia enfermedad mental con peligrosidad.
Fuente:redaccionmedica.com
El tiempo para conseguir un diagnóstico adecuado del trastorno bipolar tipo I se ha reducido de siete a cinco años en una década, sin embargo, según profesionales y pacientes, esos cinco años de sufrimiento “son inaguantables”. Señalan que es necesario mejorar esas cifras a través de la formación sobre todo a personal de Atención Primaria, donde la mayoría de las veces estos pacientes acuden en sus episodios depresivos y salen de la consulta con una receta de antidepresivo que podría acentuar la fase maniaca del trastorno bipolar.
En este sentido, el estudio internacional Impact que ha sido presentado hoy en Madrid gracias a la colaboración Lundbeck, ha revelado que una notable proporción de pacientes, el 47 por ciento en España y el 64 por ciento en el total de los países encuestados, presenta síntomas de depresión durante los episodios de manía. Hasta ahora, estas fases mixtas no se definían correctamente en la clasificación de trastorno bipolar, una situación que aclarará mucho mejor la próxima actualización del manual DSM-5 de la Asociación Americana de Psiquiatría, según ha comentado Eduard Vieta, director del programa de Trastornos Bipolares del Hospital Clínic de Barcelona.
Para conseguir un diagnóstico correcto de esta enfermedad se requieren todavía más de dos años en el 42 por ciento de los casos, y en España, en un 29 por ciento, según la encuesta.
Consecuencias sociales
Pero además, el estudio ha analizado el aspecto social del paciente bipolar, que a veces “los psiquiatras ven como algo ajeno, ya que están centrados más en el aspecto clínico y neurobiológico de la enfermedad”, según Vieta. Como novedad, la encuesta aborda el día a día del paciente y la repercusión social del trastorno bipolar, ha comentado Susana Gómez Lus, del departamento médico de Lundbeck.
Luis Gutiérrez, del Clínico San Cecilio de Granada. La enfermedad tiene un impacto negativo en la salud física, el 79 por ciento de todos los encuestados así lo han señalado, sobre todo por el “sedentarismo, tabaquismo u obesidad que se produce en las fases depresivas, o por déficits cognitivos que les llevan a olvidar los medicamentos”, ha subrayado Luis Gutiérrez, psiquiatra del Hospital Clínico Universitario San Cecilio de Granada. Pero también tiene un impacto en las relaciones y la vida laboral del paciente.
En cuanto a los españoles, la mitad de los consultados afirma haber perdido su puesto de trabajo como consecuencia de la enfermedad y el 23 por ciento confiesa que se ha separado o divorciado de su pareja. Por otra parte, casi la mitad de los encuestados afirma haber sufrido discriminación por su condición. Por todo esto, el 72 por ciento los españoles afirman que se han visto reducidas sus expectativas de éxito en la vida. Esto demuestra que el estigma social de la enfermedad aún continúa y es difícil de resolver a corto plazo, según Guadalupe Morales, directora de la Fundación Mundo Bipolar.
Morales certifica que los datos sobre discriminación son reales y que están presentes a nivel jurídico y legal, donde muchas veces se asocia enfermedad mental con peligrosidad.
Fuente:redaccionmedica.com
La tiranía de la imagen
El psiquiatra Jesús J. de la Gándara explora en un nuevo libro el lado oscuro para la salud del culto a la imagen.
Nunca ha habido tantos espejos y tan sinceros como en la sociedad postmoderna, donde continuamente nos vemos expuestos y reflejados, y es por esta razón por la que el culto al cuerpo y la importancia de la imagen hace aflorar miedos e inseguridades.
El psiquiatra Jesús J. de la Gándara ha publicado 'El Síndrome del Espejo: Cómo reconciliarse con la propia imagen', donde, en forma de ensayo, hace un recorrido por la historia de los espejos y el sufrimiento que el reflejo nos causa.
De la Gándara es Jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos, debido a su trabajo está en contacto con personas que sufren por culpa de sus espejos y por esta razón, ha decidido tratar en su obra sobre el trastorno dismórfico corporal.
"El síndrome del espejo es un concepto periodístico o literario, pero no es la denominación científica de un problema psiquiátrico", ha explicado De la Gándara en declaraciones a EFE. Ahora vivimos en una sociedad con múltiples espejos "virtuales, como las pantallas de cine y televisión y espejos reales".
Esta exposición, "nunca ha habido tantos espejos, ni tan sinceros como ahora", ha dado lugar a la "búsqueda de una perfección inalcanzable" y a trastornos dismorfofóbicos.
Las personas que padecen esta enfermedad, también denominada Síndrome de Tersites, están obsesionadas con sus "pequeños defectos físicos" e incluso en ocasiones se ven imperfectos aunque no lo sean. "La belleza y la fealdad existen", pero el doctor afirma que esto "no debe ser algo negativo".
Los espejos y las frustraciones que nuestro reflejo nos provoca, siempre han estado presentes a lo largo de la historia. En la primera parte del libro, De la Gándara trae a la mente las tradiciones populares que hablan de los espejos, como el caso de la madrastra de Blancanieves o la historia de Narciso que, al enamorarse de su propio reflejo, murió ahogado en un río.
Y también trata de casos más reales como el de una joven que se niega a salir de casa porque tiene la piel muy blanca o de otros menos anónimos como el caso de Michel Jackson y su obsesión por la cirugía estética o las lujosas excentricidades de Paris Hilton.
De la Gándara piensa que "está bien que los medios y las publicaciones de moda hablen de belleza" porque "la belleza nos proporciona placer", aunque considera que muchas personas que padecen "vigorexia, lujorexia o tanorexia", no acuden a consulta porque "no reconocen su enfermedad" ya que no se difunde en los medios de comunicación.
Aunque 'El Síndrome del Espejo' es un libro de "divulgación", en el último capítulo, se dan algunas pautas para luchar contra la tiranía de los espejos: "Debemos mirarnos en ellos, pero tenemos que hacerlo con benevolencia para aprender a potenciar las actitudes y aptitudes positivas que todos poseemos", afirma su autor.
Fuente:levante-emv.com
Nunca ha habido tantos espejos y tan sinceros como en la sociedad postmoderna, donde continuamente nos vemos expuestos y reflejados, y es por esta razón por la que el culto al cuerpo y la importancia de la imagen hace aflorar miedos e inseguridades.
El psiquiatra Jesús J. de la Gándara ha publicado 'El Síndrome del Espejo: Cómo reconciliarse con la propia imagen', donde, en forma de ensayo, hace un recorrido por la historia de los espejos y el sufrimiento que el reflejo nos causa.
De la Gándara es Jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos, debido a su trabajo está en contacto con personas que sufren por culpa de sus espejos y por esta razón, ha decidido tratar en su obra sobre el trastorno dismórfico corporal.
"El síndrome del espejo es un concepto periodístico o literario, pero no es la denominación científica de un problema psiquiátrico", ha explicado De la Gándara en declaraciones a EFE. Ahora vivimos en una sociedad con múltiples espejos "virtuales, como las pantallas de cine y televisión y espejos reales".
Esta exposición, "nunca ha habido tantos espejos, ni tan sinceros como ahora", ha dado lugar a la "búsqueda de una perfección inalcanzable" y a trastornos dismorfofóbicos.
Las personas que padecen esta enfermedad, también denominada Síndrome de Tersites, están obsesionadas con sus "pequeños defectos físicos" e incluso en ocasiones se ven imperfectos aunque no lo sean. "La belleza y la fealdad existen", pero el doctor afirma que esto "no debe ser algo negativo".
Los espejos y las frustraciones que nuestro reflejo nos provoca, siempre han estado presentes a lo largo de la historia. En la primera parte del libro, De la Gándara trae a la mente las tradiciones populares que hablan de los espejos, como el caso de la madrastra de Blancanieves o la historia de Narciso que, al enamorarse de su propio reflejo, murió ahogado en un río.
Y también trata de casos más reales como el de una joven que se niega a salir de casa porque tiene la piel muy blanca o de otros menos anónimos como el caso de Michel Jackson y su obsesión por la cirugía estética o las lujosas excentricidades de Paris Hilton.
De la Gándara piensa que "está bien que los medios y las publicaciones de moda hablen de belleza" porque "la belleza nos proporciona placer", aunque considera que muchas personas que padecen "vigorexia, lujorexia o tanorexia", no acuden a consulta porque "no reconocen su enfermedad" ya que no se difunde en los medios de comunicación.
Aunque 'El Síndrome del Espejo' es un libro de "divulgación", en el último capítulo, se dan algunas pautas para luchar contra la tiranía de los espejos: "Debemos mirarnos en ellos, pero tenemos que hacerlo con benevolencia para aprender a potenciar las actitudes y aptitudes positivas que todos poseemos", afirma su autor.
Fuente:levante-emv.com
Curan la adicción a la cocaína con un rayo láser
Un tratamiento de optogenética que ha resultado exitoso en ratas comenzará a ser probado pronto en humanos.
Mediante la estimulación de una parte del cerebro con luz láser, investigadores de los National Institutes of Health (NIH) y del Ernest Gallo Clinic and Research Center de la Universidad de San Francisco (UCSF), en Estados Unidos, han demostrado que se puede eliminar el comportamiento adictivo de ratas o, por el contrario, hacer que ratas no adictas se vuelvan buscadoras compulsivas de cocaína.
"Cuando hicimos incidir una luz láser en el área prelímbica de la corteza prefrontal del cerebro, la búsqueda compulsiva de cocaína desapareció", afirma Antonello Bonci, director científico del programa de investigación NIDA (National Institute on Drug Abuse) de NIH.
El logro ha aparecido detallado en Nature y demuestra el papel fundamental de la corteza prefrontal en la adicción compulsiva a la cocaína, informa la UCSF en un comunicado sugiere la posibilidad de un nuevo tratamiento que podría ser probado en humanos pronto, según Billy Chen, investigador del NIDA y autor principal del estudio, informa Tendencias 21.
Esta nueva terapia para humanos no se basaría en el uso de láseres, pero sí en una estimulación electromagnética similar, realizada desde el exterior del cuero cabelludo. Para ello podría usarse una técnica denominada estimulación magnética transcraneana (EMT). Los ensayos clínicos en esta dirección ya están siendo diseñados, añade Chen.
Merma neuronal y adicción
El consumo de cocaína es un problema importante de salud pública en Estados Unidos actualmente, y supone una pesada carga para la sociedad en términos de pérdida de productividad laboral, pérdida de ganancias; aumento de la delincuencia y de los encarcelamientos; y en términos de gasto en investigaciones, tratamientos y prevención.
Pero el coste humano es aún mayor, ya que se calcula que hoy día hay 1,4 millones de estadounidenses adictos a esta droga. Con frecuencia, su consumo ocasiona visitas a emergencias - 482.188 solo en 2008 - y se considera una de las principales causas de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares en personas menores de 35 años.
Una de las características de la adicción a la cocaína es su consumo compulsivo o la pérdida de la capacidad de abstenerse de tomarla incluso cuando está en riesgo la propia vida.
Lo que hace que este nuevo trabajo tan prometedor, afirma Bonci, es que Chen y sus colaboradores han investigado con un modelo animal que reproduce este tipo de adicción compulsiva a la cocaína. Estos animales, al igual que los adictos humanos, son más propensos a tomar malas decisiones y a consumir cocaína, incluso cuando saben que resultarán dañados por tomarla.
Los estudios electrofisiológicos realizados con estas ratas demostraron que estas presentaban una actividad extremadamente baja en la corteza prefrontal, que es una región del cerebro fundamental para el control de impulsos, la toma de decisiones y la flexibilidad del comportamiento.
Estudios similares llevados a cabo con cerebros de seres humanos han mostrado el mismo patrón de actividad baja en esta región, en individuos adictos compulsivos a la cocaína.
Encender y apagar neuronas
Para probar si la alteración de la actividad en esta región del cerebro podía afectar a la adicción, Chen y sus colaboradores emplearon una técnica llamada optogenética, que permite 'encender' o 'apagar' la actividad neuronal con láser.
En primer lugar, los científicos tomaron unas proteínas sensibles a la luz llamadas rodopsinas (que se encuentran en los bastones de la retina) y las insertaron en las neuronas de la corteza prefrontal de los cerebros de las ratas, mediante ingeniería genética.
Luego, usando el láser, activaron esta región del cerebro de las ratas. De este modo, lo que consiguieron es que las rodopsinas 'encendieran' o 'apagaran' las células nerviosas de la corteza prefrontal de los animales. Los resultados fueron los siguientes: el encendido de las neuronas acabó con la conducta compulsiva de los animales, mientras que el apagado hizo que los individuos no adictos se volvieran adictos a la cocaína.
Según Bonci, lo interesante de estos resultados es que existe una manera de inducir una activación similar del área prelímbica en personas, usando la EMT. Esta tecnología permite aplicar un campo electromagnético externo al cerebro y se ha utilizado ya como tratamiento para los síntomas de la depresión.
Bonci y sus colaboradores planean ahora realizar ensayos clínicos en los que se estimulará la corteza prefrontal de personas adictas a la cocaína, para ver si es posible restaurar la actividad de esta parte del cerebro y ayudar así a que estos individuos dejen de consumir esta droga.
Fuente:larazon.es
Vila-real alerta del incremento de adictos a internet y el sexo
El centro Lluís Alcanyís tratará a los enganchados a la red, que son cada vez más.
El Centro de Día Lluís Alcanyís de Vila-real tratará las adicciones a las nuevas tecnologías y al sexo, unas patologías que están en auge y que incluso están generando “gran alarma social”.
Así lo anunciaron el técnico de este servicio Santiago Agost y la concejala de Servicios Sociales, Mònica Àlvaro, quienes ofrecieron datos sobre su actividad durante el 2012. Tras constatar que muchas personas se han acercado a esta prestación para preguntar sobre este tipo adicciones, desde el centro han decidido tratarlas. Agost explicó que “muchos padres se han interesado por este tema, ya que han detectado que sus hijos pasan demasiado tiempo con el móvil y el ordenador”.
Para hacer una primera toma de contacto, la Concejalía ha organizado una charla informativa sobre los peligros que conlleva estar constantemente en la red, lo que puede enganchar a los usuarios como si fuera una droga.
La crisis social y económica también se esconde detrás de este fenómeno, ya que “la gente se está cerrando más y la socialización se está perdiendo”.
En cuanto al resto de estupefacientes, los técnicos han detectado un incremento del consumo de la heroína en detrimento de la cocaína, aunque el alcohol sigue siendo la sustancia que más adictos arrastra. La situación económica también influye en este fenómeno porque “es más barato conseguir la heroína que la cocaína”, señaló la concejala.
SIN AYUDAS
En cuanto a la pervivencia del centro, Àlvaro explicó que las perspectivas para recibir subvenciones por parte de la Generalitat valenciana no son nada halagüeñas. “El año pasado la ayuda se redujo y para este todavía no sabemos nada de sus aportaciones”, señaló. En todo caso, si no llegase cantidad económica alguna “el Ayuntamiento asumiría el servicio, porque consideramos que es algo imprescindible”.
Durante el año pasado, se atendieron a 352 personas y se abrieron 141 expedientes nuevos. Además, las bajas por alta terapéutica suponen el doble que los abandonos, por lo que “refleja el éxito de los tratamientos y terapias que se están aplicando en nuestra prestación”, indicó Agost. H
Fuente:elperiodicomediterraneo.com
El Centro de Día Lluís Alcanyís de Vila-real tratará las adicciones a las nuevas tecnologías y al sexo, unas patologías que están en auge y que incluso están generando “gran alarma social”.
Así lo anunciaron el técnico de este servicio Santiago Agost y la concejala de Servicios Sociales, Mònica Àlvaro, quienes ofrecieron datos sobre su actividad durante el 2012. Tras constatar que muchas personas se han acercado a esta prestación para preguntar sobre este tipo adicciones, desde el centro han decidido tratarlas. Agost explicó que “muchos padres se han interesado por este tema, ya que han detectado que sus hijos pasan demasiado tiempo con el móvil y el ordenador”.
Para hacer una primera toma de contacto, la Concejalía ha organizado una charla informativa sobre los peligros que conlleva estar constantemente en la red, lo que puede enganchar a los usuarios como si fuera una droga.
La crisis social y económica también se esconde detrás de este fenómeno, ya que “la gente se está cerrando más y la socialización se está perdiendo”.
En cuanto al resto de estupefacientes, los técnicos han detectado un incremento del consumo de la heroína en detrimento de la cocaína, aunque el alcohol sigue siendo la sustancia que más adictos arrastra. La situación económica también influye en este fenómeno porque “es más barato conseguir la heroína que la cocaína”, señaló la concejala.
SIN AYUDAS
En cuanto a la pervivencia del centro, Àlvaro explicó que las perspectivas para recibir subvenciones por parte de la Generalitat valenciana no son nada halagüeñas. “El año pasado la ayuda se redujo y para este todavía no sabemos nada de sus aportaciones”, señaló. En todo caso, si no llegase cantidad económica alguna “el Ayuntamiento asumiría el servicio, porque consideramos que es algo imprescindible”.
Durante el año pasado, se atendieron a 352 personas y se abrieron 141 expedientes nuevos. Además, las bajas por alta terapéutica suponen el doble que los abandonos, por lo que “refleja el éxito de los tratamientos y terapias que se están aplicando en nuestra prestación”, indicó Agost. H
Fuente:elperiodicomediterraneo.com
jueves, 4 de abril de 2013
¿Es adicto a Internet?
Más de la mitad de los españoles se consideran muy adictos o bastante adictos a internet hasta el punto de llegar a perder la noción del tiempo. Esta es una de las conclusiones del primer estudio realizado por la nueva Organización de Ayuda a los Adictos a Internet (OAAI), iniciativa promovida por el nuevo Opel Mokka.
Los españoles pasan conectados una media de cinco horas y media al día, hasta el punto de reconocer que más de un 30% de los encuestados aseguran tener más relación con sus amigos a través de la red que en persona. En total, según el estudio de la OAAI, un 55,50% de los españoles se considera adicto a internet, siendo los jóvenes los que en mayor medida reconocen su adicción. Además, ocho de cada diez encuestados que se consideran adictos, les gusta estar enganchados y solo un 0,58% tiene intención de desengancharse pronto.
Murcia es la comunidad que más adictos a Internet declarados tiene en toda España (65%) mientras que en la cara opuesta se encuentran los vascos, con un 49,09% de adictos confesos.
En cuanto a sexos, los hombres utilizan el móvil y la tableta en mayor medida que las mujeres para conectarse a la red y dedican más tiempo que las mujeres a navegar por Internet, leer noticias y descargar música. Son ellos los que en mayor proporción que las mujeres afirman haber visto alteradas sus tareas cotidianas por conectarse a la red, tanto a nivel profesional, como personal. Por su parte, las mujeres dedican más tiempo que los hombres a mirar el correo electrónico, a las redes sociales y a visitar blogs o páginas de venta online.
Las relaciones personales se pueden ver muy afectadas por culpa de una adicción a la red. Cuatro de cada diez españoles aseguran que mantienen relaciones de amistad con gente que solo conoce a través de Internet y un 16,91% consideran que están más desconectados de su vida real desde que lo utilizan. De hecho, según la encuesta, el 16,59% de los españoles asegura que se le ha olvidado comer y el 51,13% ha olvidado la tarea que estaba realizando. Mucho más grave puede ser la incapacidad de soltar el móvil mientras se está condiciendo hasta estar a punto de sufrir un accidente, problema que reconocen haber vivido un 10,03% y, lo que es peor, un 6,96% lo ha sufrido mientras conducía.
¿Puede desconectarse?
Un 55,50% de los encuestados asegura no haber estado más de una semana consecutiva sin conectarse a internet y un 35,11% reconoce que nos ería capaz de estar una semana sin acceder a la red.
En el supuesto de olvidar el móvil en casa, a un 43,12% le resulta incómodo y un 12,86% se agobia tanto que es capaz de regresar a por él. Para compensar, un 44% asegura que se siente mucho más liberado, y prefiere no acordarse del móvil.
Pero en realidad, más de la mitad de los españoles aseguran que cuando no están conectados a Internet, piensan en lo que harán cuando puedan conectarse.
Para evitar esta conducta, el estudio se ha centrado en las actividades con las que resulta más fácil evadirse de Internet. Sobre todo las mujeres prefieren estar con amigos (36,41%), mientras que los hombres optan por hacer deporte (25,65%). Ver la televisión (16,99%) o conducir (20,95%) son otras de las acciones preferidas por los españoles para no pensar en Internet.
En conclusión, podemos considerarnos una sociedad con cierta dependencia de la red. Más de 7 de cada 10 españoles considera que sin Internet su vida sería mucho más aburrida.
Fuente:expansion.com
Los españoles pasan conectados una media de cinco horas y media al día, hasta el punto de reconocer que más de un 30% de los encuestados aseguran tener más relación con sus amigos a través de la red que en persona. En total, según el estudio de la OAAI, un 55,50% de los españoles se considera adicto a internet, siendo los jóvenes los que en mayor medida reconocen su adicción. Además, ocho de cada diez encuestados que se consideran adictos, les gusta estar enganchados y solo un 0,58% tiene intención de desengancharse pronto.
Murcia es la comunidad que más adictos a Internet declarados tiene en toda España (65%) mientras que en la cara opuesta se encuentran los vascos, con un 49,09% de adictos confesos.
En cuanto a sexos, los hombres utilizan el móvil y la tableta en mayor medida que las mujeres para conectarse a la red y dedican más tiempo que las mujeres a navegar por Internet, leer noticias y descargar música. Son ellos los que en mayor proporción que las mujeres afirman haber visto alteradas sus tareas cotidianas por conectarse a la red, tanto a nivel profesional, como personal. Por su parte, las mujeres dedican más tiempo que los hombres a mirar el correo electrónico, a las redes sociales y a visitar blogs o páginas de venta online.
Las relaciones personales se pueden ver muy afectadas por culpa de una adicción a la red. Cuatro de cada diez españoles aseguran que mantienen relaciones de amistad con gente que solo conoce a través de Internet y un 16,91% consideran que están más desconectados de su vida real desde que lo utilizan. De hecho, según la encuesta, el 16,59% de los españoles asegura que se le ha olvidado comer y el 51,13% ha olvidado la tarea que estaba realizando. Mucho más grave puede ser la incapacidad de soltar el móvil mientras se está condiciendo hasta estar a punto de sufrir un accidente, problema que reconocen haber vivido un 10,03% y, lo que es peor, un 6,96% lo ha sufrido mientras conducía.
¿Puede desconectarse?
Un 55,50% de los encuestados asegura no haber estado más de una semana consecutiva sin conectarse a internet y un 35,11% reconoce que nos ería capaz de estar una semana sin acceder a la red.
En el supuesto de olvidar el móvil en casa, a un 43,12% le resulta incómodo y un 12,86% se agobia tanto que es capaz de regresar a por él. Para compensar, un 44% asegura que se siente mucho más liberado, y prefiere no acordarse del móvil.
Pero en realidad, más de la mitad de los españoles aseguran que cuando no están conectados a Internet, piensan en lo que harán cuando puedan conectarse.
Para evitar esta conducta, el estudio se ha centrado en las actividades con las que resulta más fácil evadirse de Internet. Sobre todo las mujeres prefieren estar con amigos (36,41%), mientras que los hombres optan por hacer deporte (25,65%). Ver la televisión (16,99%) o conducir (20,95%) son otras de las acciones preferidas por los españoles para no pensar en Internet.
En conclusión, podemos considerarnos una sociedad con cierta dependencia de la red. Más de 7 de cada 10 españoles considera que sin Internet su vida sería mucho más aburrida.
Fuente:expansion.com
Un adicto a los videojuegos vive hace seis años en un cibercafé
El hombre se niega a hablar con piscólogos.
En China, un adicto a los videojuegos vive hace seis años en un cibercafé.
Li Meng, vivió los últimos seis años de los 30 que tiene en un Internet café de su ciudad natal, Changchun, capital de la provincia Jilin, y pasó todo este tiempo jugando a videojuegos en línea.
De acuerdo a lo que informa el diario chino Beijing Times, al joven lo descubrieron especialistas de una universidad vecina. Pero no lograron ayudarlo: el hombre se negó a visitar un psicólogo. Además, los científicos denunciaron el caso ante los medios de comunicación.
El dueño del negocio y los demás clientes aseguran que Meng abandona el local solo de vez en cuando para comprar comida rápida y ducharse. Incluso duerme allí, con la cabeza sobre la mesa. No sale del cibercafé, ni siquiera para celebrar grandes ocasiones como el año nuevo.
Todos coinciden en que siempre está muy quieto, totalmente sumergido en el juego, y las personas que frecuentan el lugar están tan acostumbrados a él que ni se dan cuenta de su presencia.
El corresponsal del diario Beijing Times quien fue hasta el lugar y habló con el joven, contó que durante toda la conversación Meng mantuvo la vista pegada a la computadora y no se mostró muy dispuesto a hablar. Solo comentó que jugar en línea le reporta mensualmente unos 2.000 yuanes (unos 320 dólares) y que el alquiler del ordenador le supone un gasto de 500 yuanes (unos 80 dólares).
Desde 2008, la legislación china califica la adicción a Internet y a los juegos en línea como un trastorno mental. Las autoridades intentan remediar la epidemia imponiendo restricciones a los que quieren abrir nuevos cibercafés.
Fuente:elintransigente.com
En China, un adicto a los videojuegos vive hace seis años en un cibercafé.
Li Meng, vivió los últimos seis años de los 30 que tiene en un Internet café de su ciudad natal, Changchun, capital de la provincia Jilin, y pasó todo este tiempo jugando a videojuegos en línea.
De acuerdo a lo que informa el diario chino Beijing Times, al joven lo descubrieron especialistas de una universidad vecina. Pero no lograron ayudarlo: el hombre se negó a visitar un psicólogo. Además, los científicos denunciaron el caso ante los medios de comunicación.
El dueño del negocio y los demás clientes aseguran que Meng abandona el local solo de vez en cuando para comprar comida rápida y ducharse. Incluso duerme allí, con la cabeza sobre la mesa. No sale del cibercafé, ni siquiera para celebrar grandes ocasiones como el año nuevo.
Todos coinciden en que siempre está muy quieto, totalmente sumergido en el juego, y las personas que frecuentan el lugar están tan acostumbrados a él que ni se dan cuenta de su presencia.
El corresponsal del diario Beijing Times quien fue hasta el lugar y habló con el joven, contó que durante toda la conversación Meng mantuvo la vista pegada a la computadora y no se mostró muy dispuesto a hablar. Solo comentó que jugar en línea le reporta mensualmente unos 2.000 yuanes (unos 320 dólares) y que el alquiler del ordenador le supone un gasto de 500 yuanes (unos 80 dólares).
Desde 2008, la legislación china califica la adicción a Internet y a los juegos en línea como un trastorno mental. Las autoridades intentan remediar la epidemia imponiendo restricciones a los que quieren abrir nuevos cibercafés.
Fuente:elintransigente.com
miércoles, 3 de abril de 2013
Más síndrome de vibración fantasma
La adicción al móvil crece entre los adolescentes.
Una adolescente se llegó a gastar 2.000 euros al mes enviando mensajes SMS. Fue uno de los primeros casos de adicción al móvil que trató la psicóloga María Amores Fernández. De esos hace siete años. Ahora, atiende a un chaval colgado al whatsapp, la aplicación del móvil, pasando a mejor vida la anterior mensajería. Los cambios en las llamadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son vertiginosos y los trastornos de conducta asociados a ellas también. Son cada vez más los jóvenes hasta 24 años que presentan este tipo de trastorno y que acuden a la sede valenciana de Proyecto Hombre en busca de ayuda, según relata esta terapeuta que se ha especializado en este segmento de población. Y son los menos los que se deciden a dar ese paso.
En realidad, son los padres los que lo hacen, alarmados por los cambios de conducta de sus hijos, por el repentino bajón en el rendimiento escolar, por las horas que ganan a la noche para seguir conectados a un juego on line, a un chat o a las redes sociales, por detectar una mayor irascibilidad, por un creciente aislamiento... Hasta un 21% de los adolescentes españoles están en riesgo de ser adictos a Internet, según una encuesta reciente en siete países realizada por la asociación Protégeles y financiada por la Comisión Europea.
Es una pauta de comportamiento extensible a otros nichos de población que pueden sufrir, por ejemplo, el denominado síndrome de la vibración fantasma, es decir, experimentar la sensación de que el móvil está vibrando y sonando, aunque no se genere una adicción.
Los adolescentes son más propicios a abusar del móvil y a crear una dependencia, porque para ellos “tiene una relevancia mucho mayor”, señalan los profesores de Psicología Básica de la Universitat de València Mariano Chóliz y Verónica Villanueva, en su estudio Evaluación de la adicción al móvil en la adolescencia. “Sus características físicas, así como los procesos psicológicos que involucra, explican tanto la fascinación que les produce como el abuso que induce, o la dependencia que puede llegar a provocarles”, añaden.
Al margen de la discusión entre los especialistas de si se debe considerar a una persona adicta a Internet por utilizar la red para dar rienda suelta a su ludopatía o su dependencia al sexo, por ejemplo, lo cierto es que la síntesis de funciones que ofrece la telefonía inteligente facilita hablar del móvil como objeto de dependencia.
María Amores trata pacientes que cumplen todos los síntomas de dependencia, tolerancia y síndrome de abstinencia, con la ansiedad, nerviosismo y deterioro social que comporta. “Lo primero que nos planteamos en el tratamiento es el control del estímulo”, explica la psicóloga, reduciendo y eliminando el uso de la aplicación del móvil, en un primer momento.
“El objetivo, a diferencia del cannabis —“cuya adicción se ha incrementado mucho en los últimos años”, apostilla la terapeuta— no es que no vuelva a consumir, sino que se controle, que alcance el autocontrol personal”, comenta. Hay que trabajar con la posible falta de autoestima o de habilidades sociales y es fundamental estimular la comunicación con su entorno más próximo. Muchos adolescentes se refugian en las redes sociales, donde es más fácil establecer relaciones y manifestar opiniones que dando la cara. La terapeuta mantiene sesiones con el paciente y también con sus padres.
El tratamiento suele durar entre seis o nueve meses, dependiendo del caso, y por el momento la reincidencia es escasa, mucho menor que en otras dependencias. “Entrar bien a los chavales es muy importante”, comenta María Amores. Sus compañeros de trabajo la consideran una contrastada experta en unas adicciones tan cambiantes y nuevas como las tecnologías de las que se valen.
Los trabajadores de Proyecto Hombre atienden todo tipo de dependencias, siendo el alcoholismo la más contante en el tiempo. Hace un mes se encerraron en las dependencias que tiene la Fundación Arzobispo Miguel Roca en Valencia, participada mayoritariamente por Cáritas, para protestar por el impago de 1,2 millones por parte de la Generalitat. Junto a otros profesionales de otros centros de tratamiento de drogodependencias y cuidado de enfermos de Sida, se han manifestado exigiendo el pago de las deudas y advirtiendo del riesgo de cierre.
Fuente:elpais.com
Una adolescente se llegó a gastar 2.000 euros al mes enviando mensajes SMS. Fue uno de los primeros casos de adicción al móvil que trató la psicóloga María Amores Fernández. De esos hace siete años. Ahora, atiende a un chaval colgado al whatsapp, la aplicación del móvil, pasando a mejor vida la anterior mensajería. Los cambios en las llamadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son vertiginosos y los trastornos de conducta asociados a ellas también. Son cada vez más los jóvenes hasta 24 años que presentan este tipo de trastorno y que acuden a la sede valenciana de Proyecto Hombre en busca de ayuda, según relata esta terapeuta que se ha especializado en este segmento de población. Y son los menos los que se deciden a dar ese paso.
En realidad, son los padres los que lo hacen, alarmados por los cambios de conducta de sus hijos, por el repentino bajón en el rendimiento escolar, por las horas que ganan a la noche para seguir conectados a un juego on line, a un chat o a las redes sociales, por detectar una mayor irascibilidad, por un creciente aislamiento... Hasta un 21% de los adolescentes españoles están en riesgo de ser adictos a Internet, según una encuesta reciente en siete países realizada por la asociación Protégeles y financiada por la Comisión Europea.
Es una pauta de comportamiento extensible a otros nichos de población que pueden sufrir, por ejemplo, el denominado síndrome de la vibración fantasma, es decir, experimentar la sensación de que el móvil está vibrando y sonando, aunque no se genere una adicción.
Los adolescentes son más propicios a abusar del móvil y a crear una dependencia, porque para ellos “tiene una relevancia mucho mayor”, señalan los profesores de Psicología Básica de la Universitat de València Mariano Chóliz y Verónica Villanueva, en su estudio Evaluación de la adicción al móvil en la adolescencia. “Sus características físicas, así como los procesos psicológicos que involucra, explican tanto la fascinación que les produce como el abuso que induce, o la dependencia que puede llegar a provocarles”, añaden.
Al margen de la discusión entre los especialistas de si se debe considerar a una persona adicta a Internet por utilizar la red para dar rienda suelta a su ludopatía o su dependencia al sexo, por ejemplo, lo cierto es que la síntesis de funciones que ofrece la telefonía inteligente facilita hablar del móvil como objeto de dependencia.
María Amores trata pacientes que cumplen todos los síntomas de dependencia, tolerancia y síndrome de abstinencia, con la ansiedad, nerviosismo y deterioro social que comporta. “Lo primero que nos planteamos en el tratamiento es el control del estímulo”, explica la psicóloga, reduciendo y eliminando el uso de la aplicación del móvil, en un primer momento.
“El objetivo, a diferencia del cannabis —“cuya adicción se ha incrementado mucho en los últimos años”, apostilla la terapeuta— no es que no vuelva a consumir, sino que se controle, que alcance el autocontrol personal”, comenta. Hay que trabajar con la posible falta de autoestima o de habilidades sociales y es fundamental estimular la comunicación con su entorno más próximo. Muchos adolescentes se refugian en las redes sociales, donde es más fácil establecer relaciones y manifestar opiniones que dando la cara. La terapeuta mantiene sesiones con el paciente y también con sus padres.
El tratamiento suele durar entre seis o nueve meses, dependiendo del caso, y por el momento la reincidencia es escasa, mucho menor que en otras dependencias. “Entrar bien a los chavales es muy importante”, comenta María Amores. Sus compañeros de trabajo la consideran una contrastada experta en unas adicciones tan cambiantes y nuevas como las tecnologías de las que se valen.
Los trabajadores de Proyecto Hombre atienden todo tipo de dependencias, siendo el alcoholismo la más contante en el tiempo. Hace un mes se encerraron en las dependencias que tiene la Fundación Arzobispo Miguel Roca en Valencia, participada mayoritariamente por Cáritas, para protestar por el impago de 1,2 millones por parte de la Generalitat. Junto a otros profesionales de otros centros de tratamiento de drogodependencias y cuidado de enfermos de Sida, se han manifestado exigiendo el pago de las deudas y advirtiendo del riesgo de cierre.
Fuente:elpais.com
martes, 2 de abril de 2013
Personas con trastorno mental usan sustancias adictivas para automedicarse
El consumo de sustancias adictivas puede considerarse una forma de automedicación para determinados trastornos psíquicos y aunque a corto plazo reducen el nivel de los síntomas ansiosos, depresivos o psicóticos, la probabilidad de desarrollar un proceso de dependencia aumenta.
Según ha informado la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) en un comunicado, siete de cada diez pacientes que consultan por un trastorno derivado del consumo de sustancias presentan otra afección psicopatológica.
Los síntomas de un trastorno psíquico pueden convertirse en factores de riesgo para el desarrollo de una dependencia de sustancias, según el profesor Miguel Casas, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall de Hebrón de Barcelona y vicepresidente de la SEPD.
La elección de la droga consumida no constituye habitualmente un proceso al azar, sino que siguiendo las hipótesis de la automedicación, se basa en sus efectos específicos sobre determinados trastornos psíquicos, señala este psiquiatra en un comunicado.
El doctor Casas asegura que "no todos los individuos que prueban las drogas se convierten en adictos".
Algunas teorías parecen indicar que además de los factores relacionados con el efecto intrínseco de las drogas y la influencia del medio socio-familiar, existe un gran número de factores personales que mediatizan el efecto adictivo de estas sustancias.
Entre ellos figuran la presencia de una personalidad predispuesta o "viciosa", la pérdida de valores morales a nivel familiar y social, el deseo voluntario de la juventud de alterar sus funciones psíquicas básicas por curiosidad o finalidad hedonista y la búsqueda de gratificaciones inmediatas sin reparar en los riesgos psíquicos u orgánicos que ello comporta.
Si bien todos estos argumentos son explicaciones plausibles para el consumo exploratorio de "drogas" durante la adolescencia, no aclaran el porqué solamente algunos de ellos entran en un proceso de dependencia, señala el doctor Casas.
Progresivamente se van aceptando teorías que proponen la existencia de "factores de vulnerabilidad" en el ámbito del Sistema Nervioso Central, que determinarían el inicio y mantenimiento del proceso adictivo en los individuos que entran en contacto con estas sustancias y desarrollan una dependencia.
Éstos se contrapondrían a los denominados "factores de protección", que posee la mayoría de la población y que permiten que, consumiendo las mismas sustancias, no se entre en proceso adictivo.
"Es decir, las adicciones no son un vicio, sino una enfermedad biológica que se padece", añade Casas.
Fuente:elconfidencial.com
Según ha informado la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) en un comunicado, siete de cada diez pacientes que consultan por un trastorno derivado del consumo de sustancias presentan otra afección psicopatológica.
Los síntomas de un trastorno psíquico pueden convertirse en factores de riesgo para el desarrollo de una dependencia de sustancias, según el profesor Miguel Casas, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall de Hebrón de Barcelona y vicepresidente de la SEPD.
La elección de la droga consumida no constituye habitualmente un proceso al azar, sino que siguiendo las hipótesis de la automedicación, se basa en sus efectos específicos sobre determinados trastornos psíquicos, señala este psiquiatra en un comunicado.
El doctor Casas asegura que "no todos los individuos que prueban las drogas se convierten en adictos".
Algunas teorías parecen indicar que además de los factores relacionados con el efecto intrínseco de las drogas y la influencia del medio socio-familiar, existe un gran número de factores personales que mediatizan el efecto adictivo de estas sustancias.
Entre ellos figuran la presencia de una personalidad predispuesta o "viciosa", la pérdida de valores morales a nivel familiar y social, el deseo voluntario de la juventud de alterar sus funciones psíquicas básicas por curiosidad o finalidad hedonista y la búsqueda de gratificaciones inmediatas sin reparar en los riesgos psíquicos u orgánicos que ello comporta.
Si bien todos estos argumentos son explicaciones plausibles para el consumo exploratorio de "drogas" durante la adolescencia, no aclaran el porqué solamente algunos de ellos entran en un proceso de dependencia, señala el doctor Casas.
Progresivamente se van aceptando teorías que proponen la existencia de "factores de vulnerabilidad" en el ámbito del Sistema Nervioso Central, que determinarían el inicio y mantenimiento del proceso adictivo en los individuos que entran en contacto con estas sustancias y desarrollan una dependencia.
Éstos se contrapondrían a los denominados "factores de protección", que posee la mayoría de la población y que permiten que, consumiendo las mismas sustancias, no se entre en proceso adictivo.
"Es decir, las adicciones no son un vicio, sino una enfermedad biológica que se padece", añade Casas.
Fuente:elconfidencial.com
Más de la mitad de los españoles se considera adicto a Internet, según una encuesta
El pasado mes de marzo de 2013 se presentó en Madrid el primer Estudio Opel Mokka sobre los niveles de adicción a Internet de los españoles. Este estudio ha sido desarrollado por el Instituto Sondea, y es una iniciativa dirigida a superar la adicción a la red y utilizarla de una forma más responsable.
Hoy en día se tienen muchas facilidades para acceder a la red, gracias a los dispositivos móviles inteligentes y a las redes sociales. Según los datos revelados por este estudio, el uso que se hace de estos dispositivos es abusivo y llega a tener consecuencias negativas en la vida de los usuarios.
La muestra encuestada fue seleccionada por cuotas, gracias a datos ofrecidos por el INE, en función del sexo, edad y comunidad autónoma, con el fin de que fuera representativa de la población española adulta actual, de 18 a 55 años.
Los resultados revelan que más de la mitad de los españoles se consideran adictos a Internet, de los cuales el 43,61% piensa que es bastante adicto y el 11,89% reconoce que es muy adicto. Sin embargo, sólo 2 de cada 10 encuestados que consideran tener una adicción, reconoce que no les gusta estar enganchados y que les cuesta dejarlo.
En el estudio también se recoge que los españoles pasan una media de cinco horas y media al día en la red, siendo los más jóvenes y las personas con estudios básicos quienes se conectan más horas que el resto. En cuanto al tipo de actividad, las personas de mayor edad le dedican más tiempo a trabajar, buscar información, o leer noticias; mientras que los más jóvenes, por su parte, emplean su tiempo de navegación en ver videos y películas, y conectarse a redes sociales.
Si tenemos en cuenta las consecuencias que tienen estos hábitos, el 51% olvida la tarea que estaba haciendo por estar conectado a la red y el 16,6% afirma que incluso llega a no acordarse de comer. El 10% asegura que ha estado a punto de tener un accidente de tráfico por estar conectado mientras estaba al volante; es más, el 7% de las personas ha tenido un accidentepor ese motivo. La productividad en el trabajo o en los estudios también disminuye, según uno de cada tres españoles.
Respecto a las consecuencias que tiene el uso de Internet en las relaciones sociales, los datos revelan que 3 de cada 10 españoles aseguran tener más relación con sus amigos a través de Internet que en persona y más del 16% de los españoles consideran que están más desconectados de la vida real desde que utilizan Internet. Sin embargo, a más del 70% les molesta que las personas que están con ellos en una cena o reunión estén mirando continuamente el móvil, principalmente a las mujeres.
Otros datos que evidencian la adicción de los españoles a Internet es que el 75% reconoce que en alguna ocasión ha perdido la noción del tiempo por estar conectado a la red, además un 56% señala que se conecta durante las vacaciones para ver correos electrónicos del trabajo y el 20% de los españoles encuestados consideran que están más desconectados de su vida real desde que emplean Internet.
Según las diferencias de género, cabe destacar que los hombres reconocen una mayor adicción que las mujeres. Ellas dedican más tiempo a mirar el correo electrónico, conectarse a redes sociales, visitar o escribir en blogs y a compras online. Sin embargo, los hombres navegan más por Internet, leen noticias y se descargan música.
Además, existen otros indicadores de la excesiva dependencia de los españoles a la red. Un tercio de los españoles (35,11%) reconoce que no podría desconectarse de internet durante una semana entera y más de la mitad de los encuestados asegura que piensa en lo que hará cuando se conecte a Internet mientras no está conectado o no puede conectarse.
Todos estos datos deberían ser suficientes para alertar para la puesta en marcha de programas que fomenten el uso responsable de las nuevas tecnologías, principalmente entre los más jóvenes.
Fuente:infocop.es
Hoy en día se tienen muchas facilidades para acceder a la red, gracias a los dispositivos móviles inteligentes y a las redes sociales. Según los datos revelados por este estudio, el uso que se hace de estos dispositivos es abusivo y llega a tener consecuencias negativas en la vida de los usuarios.
La muestra encuestada fue seleccionada por cuotas, gracias a datos ofrecidos por el INE, en función del sexo, edad y comunidad autónoma, con el fin de que fuera representativa de la población española adulta actual, de 18 a 55 años.
Los resultados revelan que más de la mitad de los españoles se consideran adictos a Internet, de los cuales el 43,61% piensa que es bastante adicto y el 11,89% reconoce que es muy adicto. Sin embargo, sólo 2 de cada 10 encuestados que consideran tener una adicción, reconoce que no les gusta estar enganchados y que les cuesta dejarlo.
En el estudio también se recoge que los españoles pasan una media de cinco horas y media al día en la red, siendo los más jóvenes y las personas con estudios básicos quienes se conectan más horas que el resto. En cuanto al tipo de actividad, las personas de mayor edad le dedican más tiempo a trabajar, buscar información, o leer noticias; mientras que los más jóvenes, por su parte, emplean su tiempo de navegación en ver videos y películas, y conectarse a redes sociales.
Si tenemos en cuenta las consecuencias que tienen estos hábitos, el 51% olvida la tarea que estaba haciendo por estar conectado a la red y el 16,6% afirma que incluso llega a no acordarse de comer. El 10% asegura que ha estado a punto de tener un accidente de tráfico por estar conectado mientras estaba al volante; es más, el 7% de las personas ha tenido un accidentepor ese motivo. La productividad en el trabajo o en los estudios también disminuye, según uno de cada tres españoles.
Respecto a las consecuencias que tiene el uso de Internet en las relaciones sociales, los datos revelan que 3 de cada 10 españoles aseguran tener más relación con sus amigos a través de Internet que en persona y más del 16% de los españoles consideran que están más desconectados de la vida real desde que utilizan Internet. Sin embargo, a más del 70% les molesta que las personas que están con ellos en una cena o reunión estén mirando continuamente el móvil, principalmente a las mujeres.
Otros datos que evidencian la adicción de los españoles a Internet es que el 75% reconoce que en alguna ocasión ha perdido la noción del tiempo por estar conectado a la red, además un 56% señala que se conecta durante las vacaciones para ver correos electrónicos del trabajo y el 20% de los españoles encuestados consideran que están más desconectados de su vida real desde que emplean Internet.
Según las diferencias de género, cabe destacar que los hombres reconocen una mayor adicción que las mujeres. Ellas dedican más tiempo a mirar el correo electrónico, conectarse a redes sociales, visitar o escribir en blogs y a compras online. Sin embargo, los hombres navegan más por Internet, leen noticias y se descargan música.
Además, existen otros indicadores de la excesiva dependencia de los españoles a la red. Un tercio de los españoles (35,11%) reconoce que no podría desconectarse de internet durante una semana entera y más de la mitad de los encuestados asegura que piensa en lo que hará cuando se conecte a Internet mientras no está conectado o no puede conectarse.
Todos estos datos deberían ser suficientes para alertar para la puesta en marcha de programas que fomenten el uso responsable de las nuevas tecnologías, principalmente entre los más jóvenes.
Fuente:infocop.es
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