lunes, 17 de junio de 2013

Desafío ante el juego de azar en red

El creciente desarrollo del mercado de los juegos de azar en internet ha modificado no solo la forma de jugar sino también el problema de las ludopatías tal y como se conocían hasta ahora. Sin perder de vista que el uso compulsivo y sin límite de las máquinas tragaperras continúa siendo la principal adicción y causa de problemas de salud mental, investigaciones de expertos alertan ya del aumento de las personas enganchadas al ciberjuego.

La nueva ley del juego --que el pasado 1 de junio cumplió un año-- establece un marco más seguro y regulado para el sector y sus clientes, a la vez que intenta cerrar el paso a los menores, pero no logra frenar la subida de los transtornos adictivos al juego digital. Desde la Asociación Cordobesa de Jugadores en Rehabilitación (Acojer) se calcula que antes de la crisis esta modalidad de ludopatía apenas era del cinco por ciento, y ahora supone ya el 40 por ciento de las personas que están en tratamiento en esa asociación. El juego on line , dicen en Acojer está en auge y "no hay quien lo pare". Este repunte no hace sino poner a los especialistas ante el desafío de examinar detenidamente las variables de la ludopatía creadas por la irrupción de internet.

De hecho, los expertos en salud mental anuncian que en los próximos años emergerán más casos de varones en los que el problema tarda entre seis y siete años en aflorar. Al pasar de ser juegos presenciales a ser virtuales, en soledad y con la ayuda de los últimos soportes tecnológicos, también se ha transformado el perfil de la persona adicta (más joven y con estudios universitarios) por lo que el enfoque para superar la dependencia necesitará reajustes.

Las motivaciones y los impulsos tampoco son los mismos en todas las franjas de edades, una característica ya típica de los ludópatas. Pero la novedad del fenómeno tiene aún atrapados a los expertos que consideran que la adicción a los juegos de azar está separada de otras vinculadas a internet.

DESIGUALDAD EN LAS POLÍTICAS DE PREVENCIÓN

Pero la realidad sí destapa una desigualdad en las políticas de prevención, en las campañas e incluso en el misma atención médica y asistencial cuando se trata de alcohol y de fármacos o cuando se habla de ciberludopatía. La protección de los menores y de los adultos más vulnerables debe ser una prioridad en la información, así como en la tarea preventiva ya desde la escuela. La educación en el uso responsable de todo aquello que nos ofrece la red, ilimitado, así como el ejercicio sobre su coste material --escondido tras el uso fácil de las tarjetas de crédito-- son claves para impedir que se cruce la frontera. Una responsabilidad que debe ejercerse en la publicidad de los operadores on line y en el mensaje social ante el dinero fácil.

Fuente:diariocordoba.com

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