El número de ludópatas en nuestro país ya supera el millón y medio, según cifras de FEJAR, y este fenómeno cada vez es más frecuente entre los jóvenes gracias a la facilidad de acceder a juegos y apuestas online. De hecho, el juego online se ha convertido en la segunda causa de ludopatía más frecuente en España, por detrás de las máquinas 'tragaperras'.
La ludopatía es un grave problema en nuestra sociedad que, lejos de resolverse, sigue creciendo año tras año, principalmente gracias a internet. Pero no solo ha cambiado la manera de 'engancharse' al juego, sino que la edad de los ludópatas también ha descendido.
Según cifras de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados, actualmente hay un millón y medio de ludópatas en nuestro país. En los últimos años el problema se está haciendo creciente, especialmente desde que el juego online se legalizara en España a finales del año 2011.
En apenas tres años, el juego online se ha convertido en la segunda causa de ludopatía más frecuente en nuestro país, por detrás de las máquinas tragaperras, según FEJAR. Además, los más afectados han pasado a ser los jóvenes.
LOS LUDÓPATAS SON CADA VEZ MÁS JÓVENES
Estefanía Gómez, terapeuta especialista en adicciones en Aytera (Apoyo Terapéutico Aragón) señala que cada vez es necesario atender a más jóvenes enganchados al juego o las apuestas online, lo cual es "terrible".
Las casas de apuestas deportivas también han supuesto una gran atracción para los más jóvenes. "Tenemos a críos de 18 o 19 años que ya tiene problemas de juego", señala Estefanía Gómez. Además, la terapeuta denuncia que en muchos de estos centros dejan entrar a los clientes incluso teniendo las autoprohibiciones (uno de los primeros pasos en el tratamiento de la ludopatía). "Les dejan pasar solo por el mero hecho de que en la puerta les conocen porque llevan un tiempo jugando allí, y ya no les piden ni el carnet".
El auge de los juegos online y de las apuestas ha hecho que los problemas de ludopatía comiencen cada vez a edades más tempranas. Pero, ¿quiénes son los jóvenes más propensos a caer en este tipo de adicción? "Suelen ser chicos con fracaso escolar, que por ejemplo se meten en las casa de apuestas en lugar de ir al colegio. También se da en jóvenes con problemas familiares o con dificultades para relacionarse con los demás", asegura Estefanía Gómez.
La terapeuta de Aytera explica que parte de la raíz de los problemas con el juego vienen porque actualmente "damos a los niños móviles desde pequeñitos, y les enseñamos a aislarse de la sociedad y a no aprender a hacer cosas creativas". Asegura que cada vez se encuentran más adolescentes a los que "empiezan a estar solos y les cuesta relacionarse con los demás y ser participativos", por lo que es más fácil que desarrollen problemas como la ludopatía.
EL PELIGRO DE LOS JUEGOS Y LAS APUESTAS ONLINE
Aunque este tipo de adicción cada vez sea más frecuente entre los jóvenes, el 'boom' de las páginas de juego y apuestas por internet está bastante extendido. Además, Estefanía Gómez señala que "el fenómeno de las páginas online anunciadas por rostros conocidos como Belén Esteban o Rafa Nadal hacen mucho daño".
Otro de los problemas de las apuestas y los juegos online como el bingo es que puedes caer "porque es muy fácil y además no tienes que salir de casa. El factor de que solo con una tarjeta de crédito, propia o de la familia, puedas jugar y apostar está haciendo mucho daño en estos momentos".
Otro fenómeno al que apunta la terapeuta Estefanía Gómez es que "hasta de juegos que parecen inofensivos como el Candy Crush también se pueden hacer apuestas y están empezando a ser problemáticos".
LAS CAUSAS Y LOS SÍNTOMAS DE LA LUDOPATÍA
La ludopatía tiene muchos puntos en común con cualquier otro tipo de adicción. Como señala la terapeuta de Aytera, "en el fondo siempre hay una baja autoestima, problemas de soledad y un no saber afrontar bien los problemas". Pero, los síntomas de la ludopatía no hacen tanto ruido y "puede disimularse más fácilmente que otros otras adicciones como la drogodependencia".
Sin embargo, aunque los síntomas de la ludopatía no sean físicos la situación termina por explotar y casi siempre son los familiares o la pareja de la persona afectada los primeros en detectar que hay un problema.
"Suelen ser personas que empiezan jugando muy poco dinero pero acaban gastando grandes cantidades. Entonces la familia suele descubrir que tienen un descubierto en el banco, o les llega una carta de un crédito que no sabían que habían pedido", asegura Estefanía Gómez.
Las personas que se convierten en ludópatas suele ser "gente con fracasos personales y emocionales, y con baja autoestima", pero también "gente aburrida o carente de actividades sociales". En cualquier caso, cuando comienzan a tener problemas con el juego sus relaciones con los demás siempre se ven afectadas: "están más agobiados, nerviosos e irascibles", además, "entran en una rueda de mentiras que les hace sentirse cada vez peor y volverse más agresivos", aclara la terapeuta.
Hoy se celebra el Día Mundial Sin Juegos de Azar ya que, la ludopatía, al igual que otras adicciones se puede tratar y superar. Estefanía Gómez asegura que en el tratamiento son muy importantes "las reuniones con la familia y con el entorno del ludópata, para ver de dónde vienen sus problemas, ya que la ludopatía solo es la punta del iceberg". Además al ludópata se le marcan unas pautas, entra las que destaca la "autoprohibición para entrar en casinos, bingos, casas de apuestas o juegos por internet". Las terapias tanto individuales como grupales también son fundamentales, ya que, "el problema no se cura solo, igual que con cualquier otra adicción", explica Estefanía Gómez.
Fuente:que.es
jueves, 20 de noviembre de 2014
Fobia social: el miedo a la gente se cura con fármacos o terapia
El afectado sufre miedo y desarrolla ansiedad ante los desconocidos, frente al sexo opuesto, a hablar en público, a expresar el malestar y a hacer el ridículo.
Fobia social. Se define como el temor a relacionarse con los demás, incluyendo el miedo a ser evaluado por los otros, en cualquier situación social. Las hipótesis actuales apuntan a un mayor riesgo en los niños pequeños con conductas inhibitorias y a su desarrollo durante los años de la adolescencia, en los que las relaciones sociales cobran especial importancia.
Los criterios o síntomas que establece para su diagnóstico el manual de referencia de los trastornos psiquiátricos (DSM-V) son el temor a la interaccion social, sufrir ansiedad grave, evitar las situaciones sociales, sufrir deterioro en algún área importante o varias de la vida y que estos temores no se atribuyan a otro trastorno o enfermedad médica.
Según explica Vicente Caballo, investigador y catedrático de Psicología en la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada, los datos apuntan que el trastorno podría estar presente en hasta un 6% o 7% de la población. El diagnóstico de los casos es más reducido ya que, entre otros aspectos, estas personas temen el hecho mismo de acudir a consulta con un médico o psicólogo desconocido.
"Muchos de ellos acuden a consulta tras muchos años, incluso tras 12 o 14 años sufriendo el problema, cuando toda su vida está organizada alrededor de la fobia. Acuden entonces forzados por algún familiar o cuando ya no aguantan más", señala Caballo que hace especial énfasis en que el tratamiento de la patología es más fácil y eficaz de lo que en principio pudieran creer quienes la padecen.
CINCO DIMENSIONES
Se considera que en la estructura básica de la fobia social existen cinco dimensiones en las que la persona sufre miedo y desarrolla ansiedad: ante los desconocidos, frente al sexo opuesto, a hablar en público, a expresar el malestar (falta de asertividad) y a hacer el ridículo o a quedar en evidencia.
Los investigadores del equipo de Caballo llevan más de 10 años estudiando la fobia social junto a colegas de Portugal y de 18 países latinoamericanos a través de más de 150 equipos de investigación que han estudiado a más de 50.000 personas de la población general y a 700 pacientes diagnosticados de fobia social.
En cuanto a aquellas personas bajo un mayor riesgo, los estudios señalan que el trastorno puede comenzar en los primeros años de vida en aquellos niños con un temperamento de inhibición conductual que muestran comportamientos como asustarse con facilidad ante situaciones nuevas o incluso juguetes, los que lloran en mayor medida sin justificación aparente o que presentan más miedo ante los extraños
"Son niños más propensos a sufrir fobia social en la adolescencia y vida adulta y si, además, en estos primeros años de vida sus padres les sobreprotegen esto les dificulta superar estos miedos", señala Caballo.
Si a esto se une que estos niños más vulnerables puedan pasar por algún tipo de trauma social como burlas de los compañeros de clase o incluso acoso escolar, las posibilidades de tener fobia social en la vida adulta aumentan.
La adolescencia es la época de la vida más importante para el establecimiento de las relaciones sociales ya que la esfera social toma más importancia, comienzan las relaciones con el sexo opuesto y los amigos, el grupo, toma más fuerza.
El 30% de los menores comienza con la fobia antes de los 10 años y el resto en la adolescencia. "Es muy raro que sin antecedentes un adulto desarrolle fobia social a no ser que haya pasado por algún trauma social muy grave", aclara Caballo.
TERAPIA COGNITIVA-CONDUCTUAL
El tratamiento puede venir de la mano de los ansiolíticos recetados desde la psiquiatría o bien el uso de la terapia psicológica cognitivo-conductual que es la que está dando mejores resultados.
"Ambos métodos tienen ventajas, ya que los fármacos suponen una opción fácil y rápida aunque ligada a posibles efectos secundarios y a su uso crónico. La terapia cognitivo conductual supone un trabajo que hay que seguir en casa después de trabajar en la consulta aunque tiene resultados duraderos y supone no depender de los fármacos", señala Caballo.
En las sesiones de terapia cognitivo-conductual se trabaja la relajación para controlar la ansiedad, se realiza un entrenamiento en habilidades sociales para dotar de herramientas a la persona a la hora de relacionarse con los otros y se ensayan situaciones difíciles de interacción social en un ambiente seguro para el paciente que luego tendrá que poner en práctica en su día a día.
Según explica Caballo, la terapia se muestra eficaz, el pronóstico es muy favorable y en varios meses se consiguen buenos resultados y tras varias sesiones los jóvenes suelen engancharse al encontrarse mejor. Lo mismo sucede con los adultos, "lo importante es pedir ayuda e intentarlo", apunta el investigador.
Fuente:valenciaplaza.com
Fobia social. Se define como el temor a relacionarse con los demás, incluyendo el miedo a ser evaluado por los otros, en cualquier situación social. Las hipótesis actuales apuntan a un mayor riesgo en los niños pequeños con conductas inhibitorias y a su desarrollo durante los años de la adolescencia, en los que las relaciones sociales cobran especial importancia.
Los criterios o síntomas que establece para su diagnóstico el manual de referencia de los trastornos psiquiátricos (DSM-V) son el temor a la interaccion social, sufrir ansiedad grave, evitar las situaciones sociales, sufrir deterioro en algún área importante o varias de la vida y que estos temores no se atribuyan a otro trastorno o enfermedad médica.
Según explica Vicente Caballo, investigador y catedrático de Psicología en la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada, los datos apuntan que el trastorno podría estar presente en hasta un 6% o 7% de la población. El diagnóstico de los casos es más reducido ya que, entre otros aspectos, estas personas temen el hecho mismo de acudir a consulta con un médico o psicólogo desconocido.
"Muchos de ellos acuden a consulta tras muchos años, incluso tras 12 o 14 años sufriendo el problema, cuando toda su vida está organizada alrededor de la fobia. Acuden entonces forzados por algún familiar o cuando ya no aguantan más", señala Caballo que hace especial énfasis en que el tratamiento de la patología es más fácil y eficaz de lo que en principio pudieran creer quienes la padecen.
CINCO DIMENSIONES
Se considera que en la estructura básica de la fobia social existen cinco dimensiones en las que la persona sufre miedo y desarrolla ansiedad: ante los desconocidos, frente al sexo opuesto, a hablar en público, a expresar el malestar (falta de asertividad) y a hacer el ridículo o a quedar en evidencia.
Los investigadores del equipo de Caballo llevan más de 10 años estudiando la fobia social junto a colegas de Portugal y de 18 países latinoamericanos a través de más de 150 equipos de investigación que han estudiado a más de 50.000 personas de la población general y a 700 pacientes diagnosticados de fobia social.
En cuanto a aquellas personas bajo un mayor riesgo, los estudios señalan que el trastorno puede comenzar en los primeros años de vida en aquellos niños con un temperamento de inhibición conductual que muestran comportamientos como asustarse con facilidad ante situaciones nuevas o incluso juguetes, los que lloran en mayor medida sin justificación aparente o que presentan más miedo ante los extraños
"Son niños más propensos a sufrir fobia social en la adolescencia y vida adulta y si, además, en estos primeros años de vida sus padres les sobreprotegen esto les dificulta superar estos miedos", señala Caballo.
Si a esto se une que estos niños más vulnerables puedan pasar por algún tipo de trauma social como burlas de los compañeros de clase o incluso acoso escolar, las posibilidades de tener fobia social en la vida adulta aumentan.
La adolescencia es la época de la vida más importante para el establecimiento de las relaciones sociales ya que la esfera social toma más importancia, comienzan las relaciones con el sexo opuesto y los amigos, el grupo, toma más fuerza.
El 30% de los menores comienza con la fobia antes de los 10 años y el resto en la adolescencia. "Es muy raro que sin antecedentes un adulto desarrolle fobia social a no ser que haya pasado por algún trauma social muy grave", aclara Caballo.
TERAPIA COGNITIVA-CONDUCTUAL
El tratamiento puede venir de la mano de los ansiolíticos recetados desde la psiquiatría o bien el uso de la terapia psicológica cognitivo-conductual que es la que está dando mejores resultados.
"Ambos métodos tienen ventajas, ya que los fármacos suponen una opción fácil y rápida aunque ligada a posibles efectos secundarios y a su uso crónico. La terapia cognitivo conductual supone un trabajo que hay que seguir en casa después de trabajar en la consulta aunque tiene resultados duraderos y supone no depender de los fármacos", señala Caballo.
En las sesiones de terapia cognitivo-conductual se trabaja la relajación para controlar la ansiedad, se realiza un entrenamiento en habilidades sociales para dotar de herramientas a la persona a la hora de relacionarse con los otros y se ensayan situaciones difíciles de interacción social en un ambiente seguro para el paciente que luego tendrá que poner en práctica en su día a día.
Según explica Caballo, la terapia se muestra eficaz, el pronóstico es muy favorable y en varios meses se consiguen buenos resultados y tras varias sesiones los jóvenes suelen engancharse al encontrarse mejor. Lo mismo sucede con los adultos, "lo importante es pedir ayuda e intentarlo", apunta el investigador.
Fuente:valenciaplaza.com
Lavarse las manos... ¿higiene o trastorno obsesivo compulsivo?
-Esta enfermedad mental afecta a casi el 3% de la población.
-Conoce cómo puedes identificar un trastorno obsesivo compulsivo.
El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es una enfermedad mental que afecta a casi un 3% de la población mundial y es considerada uno de los 5 trastornos más incapacitantes para una persona. Provoca que, situaciones habituales como comer en la calle o emplear bandejas de plástico reutilizadas, se conviertan en fuente de estrés y sufrimiento relacionado, por ejemplo, con la higiene. Los trastornos obsesivos compulsivos en la calle suelen identificarse como manías.
Los trastornos obsesivos compulsivos en la calle suelen identificarse como manías. Hoy se celebra el día mundial del lavado de manos, y precisamente esa costumbre, si se lleva al extremo, puede convertirse en un trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
¿Cómo puedo identificarlo en mi o en otros?
Dedicas más de 1 hora al día a lavarte las manos.
Tienes heridas en las manos. Si te lavas muchas veces, provocas una alteración del pH de la piel y facilitas la aparición de heridas.
Reconoces que tus pensamientos sobre la higiene son excesivos e irracionales.
Afecta a tu rutina diaria, tu vida social y laboral.
El motivo por el que te lavas las manos no responde a una necesidad objetiva, sino a reducir tu malestar.
Las "manías" que comportan un TOC pueden producirse en otras actividades diarias como comprobar(pestillos, puertas, ventanas o electrodomésticos, acumular objetos, excesivo gusto por la simetría, necesidad de mantener todo en un orden estricto o con una limpieza extrema y otras posibilidades.
Esta patología afecta a casi un 3% de la población mundial y es considerada uno de los 5 trastornos más incapacitantes para una persona. Provoca que, situaciones habituales como comer en la calle o emplear bandejas de plástico reutilizadas, se conviertan en fuente de estrés y sufrimiento relacionado, por ejemplo, con la higiene.
La agencia americana de salud tiene claro donde está el límite: antes y después de preparar comidas, tratar con enfermos, sacar la basura, limpiar a un niño pequeño y tocar a una mascota. A partir de ahí -señalan- es necesario aplicar el sentido común.
Fuente:cuatro.com
-Conoce cómo puedes identificar un trastorno obsesivo compulsivo.
Los trastornos obsesivos compulsivos en la calle suelen identificarse como manías. Hoy se celebra el día mundial del lavado de manos, y precisamente esa costumbre, si se lleva al extremo, puede convertirse en un trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
¿Cómo puedo identificarlo en mi o en otros?
Dedicas más de 1 hora al día a lavarte las manos.
Tienes heridas en las manos. Si te lavas muchas veces, provocas una alteración del pH de la piel y facilitas la aparición de heridas.
Reconoces que tus pensamientos sobre la higiene son excesivos e irracionales.
Afecta a tu rutina diaria, tu vida social y laboral.
El motivo por el que te lavas las manos no responde a una necesidad objetiva, sino a reducir tu malestar.
Las "manías" que comportan un TOC pueden producirse en otras actividades diarias como comprobar(pestillos, puertas, ventanas o electrodomésticos, acumular objetos, excesivo gusto por la simetría, necesidad de mantener todo en un orden estricto o con una limpieza extrema y otras posibilidades.
Esta patología afecta a casi un 3% de la población mundial y es considerada uno de los 5 trastornos más incapacitantes para una persona. Provoca que, situaciones habituales como comer en la calle o emplear bandejas de plástico reutilizadas, se conviertan en fuente de estrés y sufrimiento relacionado, por ejemplo, con la higiene.
La agencia americana de salud tiene claro donde está el límite: antes y después de preparar comidas, tratar con enfermos, sacar la basura, limpiar a un niño pequeño y tocar a una mascota. A partir de ahí -señalan- es necesario aplicar el sentido común.
Fuente:cuatro.com
Más de la mitad de los pacientes con esquizofrenia no reciben la atención que necesitan
-La esquizofrenia afecta a más de 21 millones de personas en todo el mundo.
-En los países en desarrollo vive el 90% de estos pacientes no tratados.
-Afecta a 12 millones de hombres y a 9 millones de mujeres.
La esquizofrenia se caracteriza por distorsiones en el pensamiento, la percepción, las emociones, el lenguaje y la conducta. Todo ello hace que mucho afectados escuchen voces y sufran delirios. Este trastorno mental grave afecta a más de 21 millones de personas en todo el mundo, pero más de la mitad no están recibiendo la atención ni el tratamiento que necesitan.
Lo denuncia la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recuerda que se trata de una enfermedad "tratable" mediante medicamentos y apoyo psicosocial que, sin embargo, no reciben la mayoría de estos afectados. En especial en los países en desarrollo, donde viven el 90% de estos pacientes no tratados.
Más común entre los hombres (12 millones de casos, frente a los 9 millones en mujeres), la esquizofrenia se asocia con una "considerable discapacidad y pueda afectar al rendimiento educativo y ocupacional". Una situación, según insiste la OMS, que hace que "el estigma, la discriminación y la violación de los derechos humanos sea común en estas personas".
La desatención de estos pacientes está provocada por la falta de acceso a servicios de salud mental, al tiempo que estas personas también tienen menos probabilidades de recibir atención que la población general. Además, la OMS defiende la necesidad de ampliar y acelerar los esfuerzos para transferir la atención de las instituciones de salud mental a la Atención Primaria, y reconoce que el apoyo y compromiso de familiares y amigos también es "muy importante" para estos pacientes.
De hecho, muchos de los programas piloto que han puesto en marcha varios países en desarrollo (como Etiopía, Guinea-Bissau, India, Irán, Pakistán, Tanzania) han apostado por prestar atención a personas con enfermedades mentales graves a través de la Atención Primaria, mediante la formación de personal, el acceso a medicamentos esenciales, el apoyo a familias y cuidadores, entre otros aspectos.
La OMS recuerda que los afectados por la esquizofrenia suelen tener entre 2 y 2,5 más probabilidades de morir de forma prematura que la población general, al tiempo que también son más propensos a sufrir más enfermedades cardiovasculares, metabólicas o infecciosas.
Por ejemplo, la prevalencia de la diabetes en personas con esquizofrenia es 2-3 veces mayor que la población general, debido al estilo de vida y que el tratamiento antipsicótico que tienen muchos pacientes puede provocar un aumento de peso.
Un trastorno de origen no aclarado
Pero no hay una sola esquizofrenia. Del mismo modo que no existe el autismo sino el espectro autista, hay hasta ocho esquizofrenias genéticamente distintas, cada una con su propio conjunto de síntomas.
Sobre las causas de la aparición de la esquizofrenia, la OMS reconoce que por el momento las investigaciones realizadas no apuntan a un único factor, sino a una interacción entre alteraciones genéticas y una amplia gama de factores ambientales.
Entre estos factores ambientales estarían la exposición temprana a ciertas infecciones, la desnutrición durante el embarazo y la infancia o problemas durante el parto. Asimismo, también pueden afectar factores psicosociales como la inmigración, traumas psicológicos y el estrés.
Fuente:20minutos.es
-En los países en desarrollo vive el 90% de estos pacientes no tratados.
-Afecta a 12 millones de hombres y a 9 millones de mujeres.
La esquizofrenia se caracteriza por distorsiones en el pensamiento, la percepción, las emociones, el lenguaje y la conducta. Todo ello hace que mucho afectados escuchen voces y sufran delirios. Este trastorno mental grave afecta a más de 21 millones de personas en todo el mundo, pero más de la mitad no están recibiendo la atención ni el tratamiento que necesitan.
Lo denuncia la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recuerda que se trata de una enfermedad "tratable" mediante medicamentos y apoyo psicosocial que, sin embargo, no reciben la mayoría de estos afectados. En especial en los países en desarrollo, donde viven el 90% de estos pacientes no tratados.
Más común entre los hombres (12 millones de casos, frente a los 9 millones en mujeres), la esquizofrenia se asocia con una "considerable discapacidad y pueda afectar al rendimiento educativo y ocupacional". Una situación, según insiste la OMS, que hace que "el estigma, la discriminación y la violación de los derechos humanos sea común en estas personas".
La desatención de estos pacientes está provocada por la falta de acceso a servicios de salud mental, al tiempo que estas personas también tienen menos probabilidades de recibir atención que la población general. Además, la OMS defiende la necesidad de ampliar y acelerar los esfuerzos para transferir la atención de las instituciones de salud mental a la Atención Primaria, y reconoce que el apoyo y compromiso de familiares y amigos también es "muy importante" para estos pacientes.
De hecho, muchos de los programas piloto que han puesto en marcha varios países en desarrollo (como Etiopía, Guinea-Bissau, India, Irán, Pakistán, Tanzania) han apostado por prestar atención a personas con enfermedades mentales graves a través de la Atención Primaria, mediante la formación de personal, el acceso a medicamentos esenciales, el apoyo a familias y cuidadores, entre otros aspectos.
La OMS recuerda que los afectados por la esquizofrenia suelen tener entre 2 y 2,5 más probabilidades de morir de forma prematura que la población general, al tiempo que también son más propensos a sufrir más enfermedades cardiovasculares, metabólicas o infecciosas.
Por ejemplo, la prevalencia de la diabetes en personas con esquizofrenia es 2-3 veces mayor que la población general, debido al estilo de vida y que el tratamiento antipsicótico que tienen muchos pacientes puede provocar un aumento de peso.
Un trastorno de origen no aclarado
Pero no hay una sola esquizofrenia. Del mismo modo que no existe el autismo sino el espectro autista, hay hasta ocho esquizofrenias genéticamente distintas, cada una con su propio conjunto de síntomas.
Sobre las causas de la aparición de la esquizofrenia, la OMS reconoce que por el momento las investigaciones realizadas no apuntan a un único factor, sino a una interacción entre alteraciones genéticas y una amplia gama de factores ambientales.
Entre estos factores ambientales estarían la exposición temprana a ciertas infecciones, la desnutrición durante el embarazo y la infancia o problemas durante el parto. Asimismo, también pueden afectar factores psicosociales como la inmigración, traumas psicológicos y el estrés.
Fuente:20minutos.es
Esclavos del músculo
-Obsesionados con el cuerpo perfecto, llevan su cuerpo al límite con tal de conseguirlo
-El consumo de anabolizantes para supermuscularse conlleva graves problemas de salud
Mide 1,84, pesa 80 kilos y sólo tiene 18 años. Jorge Ruiz lleva apuntado al gimnasio desde los 16 y dedica a la actividad deportiva (practica, además, kickboxing) más de dos horas al día. «Si tú te ves grande y fuerte, estás contento contigo mismo y, además, impones respeto», asegura Jorge. Diego también se toma muy en serio su imagen y, por la dieta, se levanta cada mañana a las 6 para comerse un kilo de pollo a la plancha.
La idea de basar la autoestima en la musculatura se asocia a una patología conocida como vigorexia. Aún no está reconocida de forma oficial, por lo que no se diagnostica ni existen programas de ayuda. Los que la padecen tienen una serie de síntomas comunes, aunque no es necesario que los reúnan todos.
«Los vigoréxicos son mayoritariamente varones jóvenes, entre los 13 y 25 años aproximadamente, que se caracterizan por una búsqueda obsesiva del cuerpo musculado», asegura María Isabel Casado, psicóloga clínica de la Universidad Complutense de Madrid. Para ella, los síntomas más representativos son «una obsesión por el físico que les lleva a estar siempre hablando y pensando sobre el tema, la enorme cantidad de horas dedicadas al gimnasio y una alimentación obsesiva que les ayude a conseguir siempre un mejor cuerpo».
Esta patología comparte síntomas con otras, como la anorexia o la bulimia, como por ejemplo la imagen distorsionada de sí mismos. En el caso de los vigoréxicos, se ven siempre débiles, lo que les lleva a convertirse en adictos al ejercicio físico para suplir esa carencia. «Les ocurre algo parecido a lo que les pasa a las personas con anorexia, que siempre se ven gordas. En este caso, por muy musculados que estén nunca se dan por satisfechos y quieren más y más», diagnostica Casado.
«Al principio no le daba tanta importancia al físico como ahora, pero a veces me miro al espejo y pienso que soy un flaco», cuenta Jorge. Precisamente, esa idea de complejo desde la infancia proviene del prototipo de hombre musculoso que reciben los niños desde muy pequeños. El madelman y el superhéroe han sufrido una transformación a lo largo de los años que les ha ido supermusculando, marcando así el canon de belleza masculino en las sociedades modernas.
«Yo desde pequeño siempre quise tener un cuerpo musculoso como el de los superhéroes. Era un niño gordo y cuando por fin me dejaron meterme al gimnasio lo cogí con ganas», cuenta Ángel López, que aspira a convertirse en militar en el futuro. Si no lo consigue, se dedicará a la preparación deportiva y a la suplementación, áreas en las que tiene varios títulos, además de a la competición en certámenes de musculación. Eso sí, tiene claro que logrará su modelo de cuerpo ideal de forma natural, sin utilizar químicos.
Pero hay quien no lo tiene tan claro. Cristian (nombre ficticio porque el protagonista no quiere identificarse) tiene 21 años, mide 1,76 y antes de meterse al gimnasio pesaba 57 kilos. Tras cinco años, su peso actual es de 102. Esta transformación es imposible sin que medie la química. «He tomado anabolizantes de todo tipo, inyectables y orales, y la verdad que son una gran ayuda. El cuerpo al que yo aspiro no se puede conseguir de manera natural», cuenta Cristian, que además ha ganado varios concursos de culturismo pese a su corta edad.
Los esteroides anabolizantes son sustancias que reducen la grasa corporal y aumentan la masa muscular. Pero, a cambio, entrañan graves peligros para la salud de quien los consume. En España sólo es legal adquirirlos con receta médica y en casos muy excepcionales. Suelen recetarse cuando una persona ha salido de una operación tras la que no se ha movido durante mucho tiempo y tiene que ganar masa muscular rápidamente.
Aun así, lo cierto es que son muy fáciles de conseguir para quienes deseen adquirirlos. Tanto por internet (este diario lo intentó y no tardó ni cinco minutos), como en los propios gimnasios donde es común el tráfico de estas sustancias.
Ángel López, por ejemplo, cuenta cómo desde muy temprano algunos compañeros de su gimnasio le ofrecieron tomar anabolizantes a cambio de unirse a un grupo de competición de culturismo. «Vieron futuro en mí, pero yo de momento sólo quiero alcanzar los límites de mi cuerpo de forma natural», asegura el joven preparador físico.
Jorge, sin embargo, sí que se plantea el uso de sustancias anabolizantes en el futuro:«Me lo he planteado porque el físico que yo quiero no se puede conseguir naturalmente. La verdad es que no creo que sean tan malos para mí».
La química, un riesgo
Sin embargo, el presidente de la Federación Española de Medicina del Deporte (Femede), Pedro Manonelles, no está de acuerdo:«El consumo de este tipo de sustancias, especialmente en jóvenes, tiene efectos muy adversos: cáncer de varios tipos, sufrimiento del hígado, mortalidad cardiovascular, alteración del metabolismo, fallos multiorgánicos... además de que tienen efectos adictivos como las drogas de abuso y alteran la fertilidad y la libido».
Desde el departamento de urgencias del hospital madrileño de La Paz, advierten que durante el último año han recibido el doble de casos de jóvenes con fallos hepáticos por consumo de anabolizantes con otras sustancias añadidas.
«Es increíble que nos vengan jóvenes de entre 18 y 24 años con este tipo de patologías que pueden conducirles a necesitar un trasplante de hígado e incluso a la muerte», asegura Alberto Borobia, médico de la unidad toxicológica del hospital. Es más, la hipertrofia que producen no sólo se refleja en un bíceps o un pecho más grande, sino también en la expansión del corazón, que puede llevar a fallos cardiacos.
Quienes padecen vigorexia tienen dependencia de asistir al gimnasio y practicar deporte en general. «Me gusta entrenar y si no voy, me encuentro más deprimido. El dolor de entrenar me hace sentir bien», asegura Ángel.
En una línea parecida va Marina García, de 17 años recién cumplidos, que cuenta cómo es para ella no ir al gimnasio: «El día que falto me miro al espejo y me cabreo. Me noto las piernas flácidas y horribles y por eso procuro evitar mirarme en ellos porque sé que no me va a gustar». Marina dice no saber cuánto tiempo pasa al día en el gimnasio -una hora y media mínimo-, y si por ella fuera, «iría todos los días de la semana, pero siempre pasa algo y tengo que perderme uno o dos».
A pesar de que no se plantean abandonar su estilo de vida, las personas que padecen vigorexia reconocen que esto puede convertirse en un problema para ellas en el futuro. «Me he planteado que cuando llegue a mi límite natural, esto pueda llevarme a hacer una tontería y al final se convierta en un problema de verdad. Ahora mismo no, pero quizá me cambie la mentalidad y quiera ser un gorila», confiesa Ángel. De forma parecida piensa Jorge, quien se muestra preocupado: «Mi mentalidad cada vez es de querer más y más y la verdad es que no sé a dónde me va a llevar».
Traficantes de una obsesión
Los esteroides anabolizantes están prohibidos sin prescripción médica justificada. ¿Cómo acceden a ellos entonces estos jóvenes? En la mayoría de los gimnasios, el tráfico de este tipo de sustancias es común. Jorge Ruiz, por ejemplo, cuenta que para él será muy fácil hacerse con ellas cuando quiera empezar a supermuscularse porque «en el barrio o en el gimnasio siempre encuentras a alguien que o consume o te las vende». Este tráfico en los centros deportivos rara vez está regulado por sus responsables. «En los gimnasios, los propios entrenadores recomiendan la toma de estas sustancias para conseguir el cuerpo ideal», apunta María Isabel Casado, psicóloga clínica. Pero no es la única forma. En internet existen infinidad de páginas que ofrecen estos tratamientos. Esto es más peligroso aún si cabe, ya que el consumidor no sabe a ciencia cierta de dónde viene lo que está metiéndose en el cuerpo. Ángel López asegura que, si en algún momento se plantea ciclarse con anabolizantes, lo hará con productos de calidad, que uno sepa «lo que se está metiendo». La otra forma para poder adquirir esteroides anabolizantes es mediante receta médica y para esto existen profesionales que se lucran concediéndolas de manera ilegal. Los farmacéuticos lo único que pueden hacer cuando se van a cobrar estas recetas es llamar al médico que las firma para confirmar su autenticidad. De hecho, en España, ya hay un médico detenido en una de las tres grandes operaciones, la Burn en Madrid y otras dos en Alicante y Valencia. En total, se han incautado cerca de 300.000 dosis de sustancias dopantes, recetas médicas e incluso armas de fuego. Las operaciones se llevaron a cabo en tiendas de internet, gimnasios y locales, y han sido detenidas más de 20 personas.
Ellas también quieren músculo
La obsesión por la musculación suele asociarse sólo a hombres pero, aunque suele ser así, las mujeres también están empezando a sufrir esta patología que se une a las tradicionales de bulimia y anorexia. No hablamos sólo de las mujeres dedicadas a la supermusculación, sino también de la búsqueda del cuerpo fitness. Marina García y Diana Méndez tienen 17 años recién cumplidos y desde que se apuntaron al gimnasio hace un año se han volcado en él. «Al principio lo consideraba como un hobby, pero cuando te acostumbras le coges vicio. Me considero un poco obsesiva con todo esto», cuenta Marina. No sólo en el tema de los ejercicios, sino también en la dieta. «Si no voy un día, ya me siento supermal y me veo fofa. Al día siguiente vamos y hacemos el doble para compensar», dice Diana. Marina, por su parte, cuenta que su madre está preocupada por ella:«Mi madre me dice a veces que estoy demasiado gorda, pero gorda de que tengo mucho músculo en las piernas. Yo le digo que me deje, que yo sé lo que me conviene». En el tema de la dieta, ya no vale el tradicional no como nada de anteriores patologías relacionadas con la alimentación, sino que ahora está de moda el controlar hasta lo último que se ingiere. «Nuestra dieta está adaptada a mujeres pero orientada a conseguir músculo. Peso las cantidades de casi todo lo que como en una báscula para poder cumplirla estrictamente», cuenta Diana que, además, asegura que le ha afectado a su vida social: «Cuando mis amigas me invitan a ir a comer por ahí o a tomar algo, les digo que no. Se pierden días de gimnasio por comer mal».
Fuente:elmundo.es
-El consumo de anabolizantes para supermuscularse conlleva graves problemas de salud
Mide 1,84, pesa 80 kilos y sólo tiene 18 años. Jorge Ruiz lleva apuntado al gimnasio desde los 16 y dedica a la actividad deportiva (practica, además, kickboxing) más de dos horas al día. «Si tú te ves grande y fuerte, estás contento contigo mismo y, además, impones respeto», asegura Jorge. Diego también se toma muy en serio su imagen y, por la dieta, se levanta cada mañana a las 6 para comerse un kilo de pollo a la plancha.
La idea de basar la autoestima en la musculatura se asocia a una patología conocida como vigorexia. Aún no está reconocida de forma oficial, por lo que no se diagnostica ni existen programas de ayuda. Los que la padecen tienen una serie de síntomas comunes, aunque no es necesario que los reúnan todos.
«Los vigoréxicos son mayoritariamente varones jóvenes, entre los 13 y 25 años aproximadamente, que se caracterizan por una búsqueda obsesiva del cuerpo musculado», asegura María Isabel Casado, psicóloga clínica de la Universidad Complutense de Madrid. Para ella, los síntomas más representativos son «una obsesión por el físico que les lleva a estar siempre hablando y pensando sobre el tema, la enorme cantidad de horas dedicadas al gimnasio y una alimentación obsesiva que les ayude a conseguir siempre un mejor cuerpo».
Esta patología comparte síntomas con otras, como la anorexia o la bulimia, como por ejemplo la imagen distorsionada de sí mismos. En el caso de los vigoréxicos, se ven siempre débiles, lo que les lleva a convertirse en adictos al ejercicio físico para suplir esa carencia. «Les ocurre algo parecido a lo que les pasa a las personas con anorexia, que siempre se ven gordas. En este caso, por muy musculados que estén nunca se dan por satisfechos y quieren más y más», diagnostica Casado.
«Al principio no le daba tanta importancia al físico como ahora, pero a veces me miro al espejo y pienso que soy un flaco», cuenta Jorge. Precisamente, esa idea de complejo desde la infancia proviene del prototipo de hombre musculoso que reciben los niños desde muy pequeños. El madelman y el superhéroe han sufrido una transformación a lo largo de los años que les ha ido supermusculando, marcando así el canon de belleza masculino en las sociedades modernas.
«Yo desde pequeño siempre quise tener un cuerpo musculoso como el de los superhéroes. Era un niño gordo y cuando por fin me dejaron meterme al gimnasio lo cogí con ganas», cuenta Ángel López, que aspira a convertirse en militar en el futuro. Si no lo consigue, se dedicará a la preparación deportiva y a la suplementación, áreas en las que tiene varios títulos, además de a la competición en certámenes de musculación. Eso sí, tiene claro que logrará su modelo de cuerpo ideal de forma natural, sin utilizar químicos.
Pero hay quien no lo tiene tan claro. Cristian (nombre ficticio porque el protagonista no quiere identificarse) tiene 21 años, mide 1,76 y antes de meterse al gimnasio pesaba 57 kilos. Tras cinco años, su peso actual es de 102. Esta transformación es imposible sin que medie la química. «He tomado anabolizantes de todo tipo, inyectables y orales, y la verdad que son una gran ayuda. El cuerpo al que yo aspiro no se puede conseguir de manera natural», cuenta Cristian, que además ha ganado varios concursos de culturismo pese a su corta edad.
Los esteroides anabolizantes son sustancias que reducen la grasa corporal y aumentan la masa muscular. Pero, a cambio, entrañan graves peligros para la salud de quien los consume. En España sólo es legal adquirirlos con receta médica y en casos muy excepcionales. Suelen recetarse cuando una persona ha salido de una operación tras la que no se ha movido durante mucho tiempo y tiene que ganar masa muscular rápidamente.
Aun así, lo cierto es que son muy fáciles de conseguir para quienes deseen adquirirlos. Tanto por internet (este diario lo intentó y no tardó ni cinco minutos), como en los propios gimnasios donde es común el tráfico de estas sustancias.
Ángel López, por ejemplo, cuenta cómo desde muy temprano algunos compañeros de su gimnasio le ofrecieron tomar anabolizantes a cambio de unirse a un grupo de competición de culturismo. «Vieron futuro en mí, pero yo de momento sólo quiero alcanzar los límites de mi cuerpo de forma natural», asegura el joven preparador físico.
Jorge, sin embargo, sí que se plantea el uso de sustancias anabolizantes en el futuro:«Me lo he planteado porque el físico que yo quiero no se puede conseguir naturalmente. La verdad es que no creo que sean tan malos para mí».
La química, un riesgo
Sin embargo, el presidente de la Federación Española de Medicina del Deporte (Femede), Pedro Manonelles, no está de acuerdo:«El consumo de este tipo de sustancias, especialmente en jóvenes, tiene efectos muy adversos: cáncer de varios tipos, sufrimiento del hígado, mortalidad cardiovascular, alteración del metabolismo, fallos multiorgánicos... además de que tienen efectos adictivos como las drogas de abuso y alteran la fertilidad y la libido».
Desde el departamento de urgencias del hospital madrileño de La Paz, advierten que durante el último año han recibido el doble de casos de jóvenes con fallos hepáticos por consumo de anabolizantes con otras sustancias añadidas.
«Es increíble que nos vengan jóvenes de entre 18 y 24 años con este tipo de patologías que pueden conducirles a necesitar un trasplante de hígado e incluso a la muerte», asegura Alberto Borobia, médico de la unidad toxicológica del hospital. Es más, la hipertrofia que producen no sólo se refleja en un bíceps o un pecho más grande, sino también en la expansión del corazón, que puede llevar a fallos cardiacos.
Quienes padecen vigorexia tienen dependencia de asistir al gimnasio y practicar deporte en general. «Me gusta entrenar y si no voy, me encuentro más deprimido. El dolor de entrenar me hace sentir bien», asegura Ángel.
En una línea parecida va Marina García, de 17 años recién cumplidos, que cuenta cómo es para ella no ir al gimnasio: «El día que falto me miro al espejo y me cabreo. Me noto las piernas flácidas y horribles y por eso procuro evitar mirarme en ellos porque sé que no me va a gustar». Marina dice no saber cuánto tiempo pasa al día en el gimnasio -una hora y media mínimo-, y si por ella fuera, «iría todos los días de la semana, pero siempre pasa algo y tengo que perderme uno o dos».
A pesar de que no se plantean abandonar su estilo de vida, las personas que padecen vigorexia reconocen que esto puede convertirse en un problema para ellas en el futuro. «Me he planteado que cuando llegue a mi límite natural, esto pueda llevarme a hacer una tontería y al final se convierta en un problema de verdad. Ahora mismo no, pero quizá me cambie la mentalidad y quiera ser un gorila», confiesa Ángel. De forma parecida piensa Jorge, quien se muestra preocupado: «Mi mentalidad cada vez es de querer más y más y la verdad es que no sé a dónde me va a llevar».
Traficantes de una obsesión
Los esteroides anabolizantes están prohibidos sin prescripción médica justificada. ¿Cómo acceden a ellos entonces estos jóvenes? En la mayoría de los gimnasios, el tráfico de este tipo de sustancias es común. Jorge Ruiz, por ejemplo, cuenta que para él será muy fácil hacerse con ellas cuando quiera empezar a supermuscularse porque «en el barrio o en el gimnasio siempre encuentras a alguien que o consume o te las vende». Este tráfico en los centros deportivos rara vez está regulado por sus responsables. «En los gimnasios, los propios entrenadores recomiendan la toma de estas sustancias para conseguir el cuerpo ideal», apunta María Isabel Casado, psicóloga clínica. Pero no es la única forma. En internet existen infinidad de páginas que ofrecen estos tratamientos. Esto es más peligroso aún si cabe, ya que el consumidor no sabe a ciencia cierta de dónde viene lo que está metiéndose en el cuerpo. Ángel López asegura que, si en algún momento se plantea ciclarse con anabolizantes, lo hará con productos de calidad, que uno sepa «lo que se está metiendo». La otra forma para poder adquirir esteroides anabolizantes es mediante receta médica y para esto existen profesionales que se lucran concediéndolas de manera ilegal. Los farmacéuticos lo único que pueden hacer cuando se van a cobrar estas recetas es llamar al médico que las firma para confirmar su autenticidad. De hecho, en España, ya hay un médico detenido en una de las tres grandes operaciones, la Burn en Madrid y otras dos en Alicante y Valencia. En total, se han incautado cerca de 300.000 dosis de sustancias dopantes, recetas médicas e incluso armas de fuego. Las operaciones se llevaron a cabo en tiendas de internet, gimnasios y locales, y han sido detenidas más de 20 personas.
Ellas también quieren músculo
La obsesión por la musculación suele asociarse sólo a hombres pero, aunque suele ser así, las mujeres también están empezando a sufrir esta patología que se une a las tradicionales de bulimia y anorexia. No hablamos sólo de las mujeres dedicadas a la supermusculación, sino también de la búsqueda del cuerpo fitness. Marina García y Diana Méndez tienen 17 años recién cumplidos y desde que se apuntaron al gimnasio hace un año se han volcado en él. «Al principio lo consideraba como un hobby, pero cuando te acostumbras le coges vicio. Me considero un poco obsesiva con todo esto», cuenta Marina. No sólo en el tema de los ejercicios, sino también en la dieta. «Si no voy un día, ya me siento supermal y me veo fofa. Al día siguiente vamos y hacemos el doble para compensar», dice Diana. Marina, por su parte, cuenta que su madre está preocupada por ella:«Mi madre me dice a veces que estoy demasiado gorda, pero gorda de que tengo mucho músculo en las piernas. Yo le digo que me deje, que yo sé lo que me conviene». En el tema de la dieta, ya no vale el tradicional no como nada de anteriores patologías relacionadas con la alimentación, sino que ahora está de moda el controlar hasta lo último que se ingiere. «Nuestra dieta está adaptada a mujeres pero orientada a conseguir músculo. Peso las cantidades de casi todo lo que como en una báscula para poder cumplirla estrictamente», cuenta Diana que, además, asegura que le ha afectado a su vida social: «Cuando mis amigas me invitan a ir a comer por ahí o a tomar algo, les digo que no. Se pierden días de gimnasio por comer mal».
Fuente:elmundo.es
lunes, 1 de septiembre de 2014
La hipersexualidad femenina, mucho más extendida de lo que pensaba la psicología
¿En cuestión de actividad sexual qué es lo normal y qué lo patológico? ¿Cómo se establece la frontera a partir de la cual se sobrepasan dichos límites? En realidad, se trata de una cuestión personal, sobre la que no se puede generalizar, ni siquiera en lo referente a los efectos psicológicos que puede ocasionar. Sin embargo, lo que sí está claro para los psicólogos es que cuando el sexo nos maneja a nosotros, y no al revés, nos encontramos ante un problema.
La adicción al sexo es un tema tabú, mínimamente estudiado desde el ámbito de la sexología, pero con el que cada vez tienen que lidiar más los psicólogos en sus consultas. Un problema especialmente silenciado entre las mujeres, a pesar de que según un estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine afecta a tres de cada cien mujeres. Hasta ahora, los estudios establecían la prevalencia de esta conducta en dos de cada cien. A pesar de ello, sólo el 0,8% de las mujeres admiten haber tratado su pulsión sexual, frente al 1,6% de los hombres, como remarca este otro estudio.
A la hora de analizar la hipersexualidad, como suelen denominar los psicólogos a este problema, el primer problema con el que se encuentran los investigadores es la propia definición del término.
Para el sexólogo de la Universidad de California Rory Reid, uno de los pioneros en este tipo de investigaciones, la hipersexualidad se define por la falta de control sobre uno mismo. Un impulso que nos lleva a mantener un elevado número de relaciones sexuales que, posteriormente, nos hacen sentir mal. “Las personas adictas tratan de corregir sus comportamientos sexuales pero no son capaces, por lo que se sienten frustrados y fuera de control”, añade el investigador.
Una patología en auge apenas estudiada
El problema de la adicción al sexo es complejo, y además de la falta de control existen otros elementos que le dan forma. El primero de ellos tiene que ver con el recurso al sexo como una forma de respuesta al estrés, la frustración o el vacío existencial. Una suerte de huida hacia adelante que no hace más que incrementar sus consecuencias negativas sobre la salud mental así como su persistencia. Un círculo vicioso del que cada vez es más difícil escapar. Sobre todo cuando interfiere en diferentes aspectos de la vida privada, hasta el punto de acabar sacrificando cuestiones vitales importantes.
Una problemática menos episódica de lo que comúnmente se podría pensar, a pesar de la falta de estudios en torno a esta cuestión. De hecho, llama la atención que a pesar de afectar al 3% de la población femenina no está incluida en el manual de referencia de los trastornos mentales DSM-5. Una ausencia que los autores de su quinta y más reciente edición, justificaron debido a la escasez de producción científica.
Las causas de esta adicción, que se ha incrementado durante los últimos años, especialmente entre las generaciones más jóvenes, siguen siendo meras hipótesis. Entre ellas, la que más defensores atrae es la planteada por un equipo de investigadores del Kinsey Intitute. Según estos, se trata de una reacción provocada por la ruptura del equilibrio entre la excitación y la inhibición sexual.
Una necesidad creciente de excitación sexual
Una hipótesis que corroboraría el último estudio sobre esta cuestión, publicado en el Journal of Sexual Medicine, llevado a cabo entre el estudiantado de medio centenar de universidades alemanas. Según los resultados de este último, la frecuencia con la que se masturban las mujeres hipersexuales es mucho mayor que la media, por lo que se visualiza una mayor necesidad de excitación, posiblemente provocada por la generalización de la new porn culture entre las nuevas generaciones.
La postura de los expertos en relación a la dependencia o adicción al sexo depende mucho de su especialidad. Mientras que la mayor parte de los psiquiatras consideran que está fuera de su ámbito, los sexólogos se declaran especialistas en su diagnóstico y tratamiento. La definición de la OMS describe que tanto los varones como las mujeres pueden quejarse ocasionalmente de un impulso sexual excesivo como un problema en sí mismo, generalmente durante el final de la adolescencia o en el comienzo de la edad adulta. Cuando el impulso sexual excesivo es secundario a un trastorno del humor o cuando aparece en los estadios iniciales de la demencia, debe codificarse aquí.
Aunque la especialidad psiquiátrica no quiere oír hablar de adicción al sexo, la realidad es que cada vez más personas acuden a consulta por no poder controlar su conducta sexual y comienzan a surgir publicaciones científicas relacionadas con el tema, incluyendo una revista monotemática: Sexual Addiction & Compulsivity: The Journal of Treatment & Prevention.
Fuente:critica.com
La adicción al sexo es un tema tabú, mínimamente estudiado desde el ámbito de la sexología, pero con el que cada vez tienen que lidiar más los psicólogos en sus consultas. Un problema especialmente silenciado entre las mujeres, a pesar de que según un estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine afecta a tres de cada cien mujeres. Hasta ahora, los estudios establecían la prevalencia de esta conducta en dos de cada cien. A pesar de ello, sólo el 0,8% de las mujeres admiten haber tratado su pulsión sexual, frente al 1,6% de los hombres, como remarca este otro estudio.
A la hora de analizar la hipersexualidad, como suelen denominar los psicólogos a este problema, el primer problema con el que se encuentran los investigadores es la propia definición del término.
Para el sexólogo de la Universidad de California Rory Reid, uno de los pioneros en este tipo de investigaciones, la hipersexualidad se define por la falta de control sobre uno mismo. Un impulso que nos lleva a mantener un elevado número de relaciones sexuales que, posteriormente, nos hacen sentir mal. “Las personas adictas tratan de corregir sus comportamientos sexuales pero no son capaces, por lo que se sienten frustrados y fuera de control”, añade el investigador.
Una patología en auge apenas estudiada
El problema de la adicción al sexo es complejo, y además de la falta de control existen otros elementos que le dan forma. El primero de ellos tiene que ver con el recurso al sexo como una forma de respuesta al estrés, la frustración o el vacío existencial. Una suerte de huida hacia adelante que no hace más que incrementar sus consecuencias negativas sobre la salud mental así como su persistencia. Un círculo vicioso del que cada vez es más difícil escapar. Sobre todo cuando interfiere en diferentes aspectos de la vida privada, hasta el punto de acabar sacrificando cuestiones vitales importantes.
Una problemática menos episódica de lo que comúnmente se podría pensar, a pesar de la falta de estudios en torno a esta cuestión. De hecho, llama la atención que a pesar de afectar al 3% de la población femenina no está incluida en el manual de referencia de los trastornos mentales DSM-5. Una ausencia que los autores de su quinta y más reciente edición, justificaron debido a la escasez de producción científica.
Las causas de esta adicción, que se ha incrementado durante los últimos años, especialmente entre las generaciones más jóvenes, siguen siendo meras hipótesis. Entre ellas, la que más defensores atrae es la planteada por un equipo de investigadores del Kinsey Intitute. Según estos, se trata de una reacción provocada por la ruptura del equilibrio entre la excitación y la inhibición sexual.
Una necesidad creciente de excitación sexual
Una hipótesis que corroboraría el último estudio sobre esta cuestión, publicado en el Journal of Sexual Medicine, llevado a cabo entre el estudiantado de medio centenar de universidades alemanas. Según los resultados de este último, la frecuencia con la que se masturban las mujeres hipersexuales es mucho mayor que la media, por lo que se visualiza una mayor necesidad de excitación, posiblemente provocada por la generalización de la new porn culture entre las nuevas generaciones.
La postura de los expertos en relación a la dependencia o adicción al sexo depende mucho de su especialidad. Mientras que la mayor parte de los psiquiatras consideran que está fuera de su ámbito, los sexólogos se declaran especialistas en su diagnóstico y tratamiento. La definición de la OMS describe que tanto los varones como las mujeres pueden quejarse ocasionalmente de un impulso sexual excesivo como un problema en sí mismo, generalmente durante el final de la adolescencia o en el comienzo de la edad adulta. Cuando el impulso sexual excesivo es secundario a un trastorno del humor o cuando aparece en los estadios iniciales de la demencia, debe codificarse aquí.
Aunque la especialidad psiquiátrica no quiere oír hablar de adicción al sexo, la realidad es que cada vez más personas acuden a consulta por no poder controlar su conducta sexual y comienzan a surgir publicaciones científicas relacionadas con el tema, incluyendo una revista monotemática: Sexual Addiction & Compulsivity: The Journal of Treatment & Prevention.
Fuente:critica.com
Depresión y estrés, malos compañeros de las enfermedades cardiovasculares
- Distintos estudios asocian estos factores psicosociales con mayor mortalidad por insuficiencia cardiaca y mayor riesgo de hipertensión, infarto e ictus.
La depresión y el estrés combinan mal con las enfermedades cardiovasculares. Distintos estudios habían puesto cifras al incremento del riesgo de mortalidad de los pacientes que padecen estas dolencias. Dos nuevos trabajos, presentados hoy en el marco del congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), que se celebra en Barcelona hasta el 3 de septiembre, aportan nuevos datos sobre la relación entre estos factores psicosociales y las dolencias cardiovasculares. Investigadores alemanes concluyen que los pacientes que sufren insuficiencia cardiaca y además están depresivos tienen peor pronóstico y más probabilidad de morir a causa de la enfermedad cardiaca. Otro trabajo con mujeres rusas constata que el estrés multiplica el riesgo de hipertensión, infarto de miocardio e ictus.
“Hace años que se conoce que los factores psicosociales influyen en las enfermedades cardiovasculares”, explica a El País Nicolás Manito, jefe del servicio de Cardiología del hospital de Bellvitge. El estudio alemán concluye que casi un 30% de los pacientes con insuficiencia cardiaca tiene depresión. De estos, un 26,9% fallece a causa de la enfermedad cardiovascular subyacente pasado un año y medio, lo que para los investigadores confirma el mal pronóstico de la depresión en este tipo de pacientes. Solo el 13,6% de los que no la sufrían falleció en el mismo lapso de tiempo.
Manito apunta a varias explicaciones: “Los pacientes con síndromes ansiosos-depresivos presentan mayor riesgo para la insuficiencia cardiaca porque tienen más actividad hormonal, que desencadena esta enfermedad”. Además, añade, los fármacos que se administran para tratar esta enfermedad crónica, como los betabloqueantes, desencadenan la aparición de síntomas depresivos. Aún hay una tercera consideración: “Cuando a una persona joven se le diagnostica la insuficiencia cardíaca, y se ve obligada a abandonar una vida laboral, de relación social y sexual, toda la vida psicosocial de esa persona se altera. Y ello facilita el desarrollo de ansiedad y depresión. Es un mecanismo que perpetúa la propia enfermedad, y lo que lleva finalmente a un mal pronóstico”, añade.
Por eso es “clave”, asegura el también presidente de la sección de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante de la Sociedad Española de Cardiología, detectar quién sufre un cuadro depresivo e instaurar el tratamiento más adecuado. “Es tan importante como la medicación de la insuficiencia”, añade. Las unidades multidisciplinares, que cuentan con psicólogos y psiquiatras, además de personal de enfermería especializado, son básicas. “Estos estudios son como un toque de atención a los médicos para que demos a estos factores la importancia que merecen. No se han valorado suficientemente estas patologías en la enfermedad cardiovascular, y ahora se pone en evidencia que también hay que enfocar la atención al tratamiento de las complicaciones psicológicas”, señala.
Cumplir con el tratamiento prescrito es otro de los desafíos en caso de depresión. El paciente que no toma la medicación necesaria presenta una mortalidad mucho mayor, recuerda Manito. “Es precisamente una de las explicaciones de por qué los pacientes depresivos mueren más: no toman bien los fármacos, no vienen a consulta, no cambian los hábitos como se les indica. Por eso es tan necesario detectar y tratar adecuadamente esta patología”, añade el cardiólogo, que considera la insuficiencia cardiaca “otra epidemia del siglo XXI” por su elevada prevalencia, del 7% en España y la causa número uno de ingresos y reingresos en el hospital. “El 40% de los pacientes que ingresan por esta causa vuelven a hacerlo en menos de un año. Hablamos de prácticamente de uno de cada dos”, concluye.
El estudio realizado con 870 mujeres rusas revela que dos de cada diez sufren estrés familiar. Tras realizarles un seguimiento de 16 años para estudiar la incidencia de hipertensión, infarto de miocardio e ictus, los investigadores comprobaron que las que tenían estrés presentaron 1,39 veces más riesgo de hipertensión; 5,59 veces más probabilidad de infarto y 3,53 veces más riesgo de accidente cardiovascular, en comparación con las que declararon no sufrir este trastorno. El trabajo “resulta útil para comprender mejor los posibles mecanismos que vinculan estrés y enfermedad cardiovascular”, afirmó José Ramón González-Juanatey, presidente de la Sociedad Española de Cardiología.
En caso de infarto, mejor si hace calor
Hasta 4.500 estudios está previsto que se den a conocer durante los cinco días que dura el congreso de la ESC, considerado la cita más importante sobre investigación, tratamiento y prevención de la enfermedad cardiovascular. Los hay sobre todas las áreas. En reanimación cardiopulmonar, por ejemplo, un trabajo japonés presentado hoy ha demostrado que hay una relación directa entre la temperatura ambiental en el momento en que una persona sufre un paro cardiaco y su evolución neurológica posterior. Tras analizar los casos de más de 240.000 pacientes y estudiar distintos factores ambientales (temperatura, presión, humedad, horas de luz…), observaron las personas que sufren un paro cardiaco cuando hace calor tienen mejor recuperación neurológica pasados 30 días.
Los autores aseguran que no saben cómo influye el calor en la recuperación, y creen que habría que desarrollar más estudios. Dos trabajos anteriores ya apuntaban a las diferencias entre el número de muertes por infarto agudo de miocardio según la estación del año. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 40% de las 17.644 defunciones de 2012 por infarto de miocardio se produjeron en los meses de invierno (diciembre a marzo); en verano (junio a septiembre) fueron un 28%.
Fuente:elpais.com
La depresión y el estrés combinan mal con las enfermedades cardiovasculares. Distintos estudios habían puesto cifras al incremento del riesgo de mortalidad de los pacientes que padecen estas dolencias. Dos nuevos trabajos, presentados hoy en el marco del congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), que se celebra en Barcelona hasta el 3 de septiembre, aportan nuevos datos sobre la relación entre estos factores psicosociales y las dolencias cardiovasculares. Investigadores alemanes concluyen que los pacientes que sufren insuficiencia cardiaca y además están depresivos tienen peor pronóstico y más probabilidad de morir a causa de la enfermedad cardiaca. Otro trabajo con mujeres rusas constata que el estrés multiplica el riesgo de hipertensión, infarto de miocardio e ictus.
“Hace años que se conoce que los factores psicosociales influyen en las enfermedades cardiovasculares”, explica a El País Nicolás Manito, jefe del servicio de Cardiología del hospital de Bellvitge. El estudio alemán concluye que casi un 30% de los pacientes con insuficiencia cardiaca tiene depresión. De estos, un 26,9% fallece a causa de la enfermedad cardiovascular subyacente pasado un año y medio, lo que para los investigadores confirma el mal pronóstico de la depresión en este tipo de pacientes. Solo el 13,6% de los que no la sufrían falleció en el mismo lapso de tiempo.
Manito apunta a varias explicaciones: “Los pacientes con síndromes ansiosos-depresivos presentan mayor riesgo para la insuficiencia cardiaca porque tienen más actividad hormonal, que desencadena esta enfermedad”. Además, añade, los fármacos que se administran para tratar esta enfermedad crónica, como los betabloqueantes, desencadenan la aparición de síntomas depresivos. Aún hay una tercera consideración: “Cuando a una persona joven se le diagnostica la insuficiencia cardíaca, y se ve obligada a abandonar una vida laboral, de relación social y sexual, toda la vida psicosocial de esa persona se altera. Y ello facilita el desarrollo de ansiedad y depresión. Es un mecanismo que perpetúa la propia enfermedad, y lo que lleva finalmente a un mal pronóstico”, añade.
Por eso es “clave”, asegura el también presidente de la sección de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante de la Sociedad Española de Cardiología, detectar quién sufre un cuadro depresivo e instaurar el tratamiento más adecuado. “Es tan importante como la medicación de la insuficiencia”, añade. Las unidades multidisciplinares, que cuentan con psicólogos y psiquiatras, además de personal de enfermería especializado, son básicas. “Estos estudios son como un toque de atención a los médicos para que demos a estos factores la importancia que merecen. No se han valorado suficientemente estas patologías en la enfermedad cardiovascular, y ahora se pone en evidencia que también hay que enfocar la atención al tratamiento de las complicaciones psicológicas”, señala.
Cumplir con el tratamiento prescrito es otro de los desafíos en caso de depresión. El paciente que no toma la medicación necesaria presenta una mortalidad mucho mayor, recuerda Manito. “Es precisamente una de las explicaciones de por qué los pacientes depresivos mueren más: no toman bien los fármacos, no vienen a consulta, no cambian los hábitos como se les indica. Por eso es tan necesario detectar y tratar adecuadamente esta patología”, añade el cardiólogo, que considera la insuficiencia cardiaca “otra epidemia del siglo XXI” por su elevada prevalencia, del 7% en España y la causa número uno de ingresos y reingresos en el hospital. “El 40% de los pacientes que ingresan por esta causa vuelven a hacerlo en menos de un año. Hablamos de prácticamente de uno de cada dos”, concluye.
El estudio realizado con 870 mujeres rusas revela que dos de cada diez sufren estrés familiar. Tras realizarles un seguimiento de 16 años para estudiar la incidencia de hipertensión, infarto de miocardio e ictus, los investigadores comprobaron que las que tenían estrés presentaron 1,39 veces más riesgo de hipertensión; 5,59 veces más probabilidad de infarto y 3,53 veces más riesgo de accidente cardiovascular, en comparación con las que declararon no sufrir este trastorno. El trabajo “resulta útil para comprender mejor los posibles mecanismos que vinculan estrés y enfermedad cardiovascular”, afirmó José Ramón González-Juanatey, presidente de la Sociedad Española de Cardiología.
En caso de infarto, mejor si hace calor
Hasta 4.500 estudios está previsto que se den a conocer durante los cinco días que dura el congreso de la ESC, considerado la cita más importante sobre investigación, tratamiento y prevención de la enfermedad cardiovascular. Los hay sobre todas las áreas. En reanimación cardiopulmonar, por ejemplo, un trabajo japonés presentado hoy ha demostrado que hay una relación directa entre la temperatura ambiental en el momento en que una persona sufre un paro cardiaco y su evolución neurológica posterior. Tras analizar los casos de más de 240.000 pacientes y estudiar distintos factores ambientales (temperatura, presión, humedad, horas de luz…), observaron las personas que sufren un paro cardiaco cuando hace calor tienen mejor recuperación neurológica pasados 30 días.
Los autores aseguran que no saben cómo influye el calor en la recuperación, y creen que habría que desarrollar más estudios. Dos trabajos anteriores ya apuntaban a las diferencias entre el número de muertes por infarto agudo de miocardio según la estación del año. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 40% de las 17.644 defunciones de 2012 por infarto de miocardio se produjeron en los meses de invierno (diciembre a marzo); en verano (junio a septiembre) fueron un 28%.
Fuente:elpais.com
miércoles, 18 de junio de 2014
Las depresiones aumentan un 19% por culpa de la crisis, según alertan expertos en salud pública
-Las sociedades científicas españolas hallan evidencias del impacto de la crisis y de los recortes en la salud de los españoles.
-El Informe Sespas 2014 alerta de un empeoramiento de la salud mental, de la mortalidad y de la salud reproductiva.
-La subnutrición de la infancia es otro de los impactos detectados.
-Los españoles dejan de visitar al especialista y a servicios sanitarios no cubiertos, como el odontólogo.
El diagnóstico de las depresiones ha aumentado un 19%. Los trastornos de ansiedad, un 8,4%. Las crisis de angustia, un 6,4% y el abuso del alcohol un 4,6%. El informe de 2014 la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), centrado en el impacto de la crisis en la salud de los españoles, halla evidencias claras del deterioro de la salud mental como consecuencia de la crisis económica y de los recortes. La entidad, que aglutina a doce sociedades científicas españolas, también detecta el impacto de la crisis en el freno a la mejora de la mortalidad de los españoles, en la salud reproductiva y en la alimentación.
El consumo de los antidepresivos aumentó un 10% entre 2009 y 2012 El informe Sespas indica que entre 2006 y 2010 aumentaron de manera significativa los diagnósticos de trastornos del estado de ánimo en la atención primaria. El factor de riesgo más influyente fue estar en paro, pero también el hecho de tener un familiar desempleado y las dificultades para pagar la hipoteca. Además, los especialistas en salud pública constatan un incremento del consumo de los antidepresivos y tranquilizantes de un 10% entre los años 2009 y 2012.
La crisis también podría estar detrás de la reducción del ritmo de mejora de la mortalidad en el grupo de personas mayores de 60 años, señalan los especialistas. La mortalidad se ha incrementado "en particular en invierno (lo que sugiere un efecto de la pobreza energética) y en las mujeres (con menores pensiones y principales responsables de la atención a personas dependientes)", expone el Informe Sespas 2014. El estudio revela que los hombres con mayores niveles de estudio redujeron más que el resto las tasas de mortalidad, evidenciando "la materialización de la crisis económica sobre las desigualdades sociales en salud".
Las sociedades científicas españolas, claras opositoras al proyecto de ley del aborto en marcha, sugieren que la Estrategia Nacional de Salud Sexual y Reproductiva se ve amenazada. Los especialistas creen que su implantación conllevaría un aumento de la clandestinidad y de la mortalidad. Respecto a la natalidad hallan reducciones importantes en la fecundidad en las edades más jóvenes, "en las que el desempleo ha tenido un mayor impacto".
Menos visitas al especialista
Los grupos más desfavorecidos reducen la visita a los especialistas El informe constata que los grupos más desfavorecidos —desempleados, mayores, inmigrantes e infancia— han reducido las consultas a los médicos especialistas de los servicios públicos y a los servicios sanitarios no cubiertos, como la odontología. También denuncian que el repago farmacéutico corre el riesgo de convertirse en "un impuesto sobre la enfermedad" que haga a los pacientes detraerse de adquirir los medicamentos que se les prescribe. Y advierten de las consecuencias de la no atención a los inmigrantes.
En la infancia, los científicos aseguran que "la subnutrición coexiste con el aumento de la malnutrición, que hacen aumentar la prevalencia de la obesidad, sobre todo en la población más desfavorecida".
Con su informe bianual, las doce sociedades científicas españolas lanzan la petición de que se monitorice la crisis, para saber qué indicadores de salud están empeorando. Alertan contra los planes privatizadores de la sanidad, y se muestran contrarios a la reducción del gasto público lineal, de urgencia, y sin evaluación previa.
Fuente:20minutos.es
-El Informe Sespas 2014 alerta de un empeoramiento de la salud mental, de la mortalidad y de la salud reproductiva.
-La subnutrición de la infancia es otro de los impactos detectados.
-Los españoles dejan de visitar al especialista y a servicios sanitarios no cubiertos, como el odontólogo.
El diagnóstico de las depresiones ha aumentado un 19%. Los trastornos de ansiedad, un 8,4%. Las crisis de angustia, un 6,4% y el abuso del alcohol un 4,6%. El informe de 2014 la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), centrado en el impacto de la crisis en la salud de los españoles, halla evidencias claras del deterioro de la salud mental como consecuencia de la crisis económica y de los recortes. La entidad, que aglutina a doce sociedades científicas españolas, también detecta el impacto de la crisis en el freno a la mejora de la mortalidad de los españoles, en la salud reproductiva y en la alimentación.
El consumo de los antidepresivos aumentó un 10% entre 2009 y 2012 El informe Sespas indica que entre 2006 y 2010 aumentaron de manera significativa los diagnósticos de trastornos del estado de ánimo en la atención primaria. El factor de riesgo más influyente fue estar en paro, pero también el hecho de tener un familiar desempleado y las dificultades para pagar la hipoteca. Además, los especialistas en salud pública constatan un incremento del consumo de los antidepresivos y tranquilizantes de un 10% entre los años 2009 y 2012.
La crisis también podría estar detrás de la reducción del ritmo de mejora de la mortalidad en el grupo de personas mayores de 60 años, señalan los especialistas. La mortalidad se ha incrementado "en particular en invierno (lo que sugiere un efecto de la pobreza energética) y en las mujeres (con menores pensiones y principales responsables de la atención a personas dependientes)", expone el Informe Sespas 2014. El estudio revela que los hombres con mayores niveles de estudio redujeron más que el resto las tasas de mortalidad, evidenciando "la materialización de la crisis económica sobre las desigualdades sociales en salud".
Las sociedades científicas españolas, claras opositoras al proyecto de ley del aborto en marcha, sugieren que la Estrategia Nacional de Salud Sexual y Reproductiva se ve amenazada. Los especialistas creen que su implantación conllevaría un aumento de la clandestinidad y de la mortalidad. Respecto a la natalidad hallan reducciones importantes en la fecundidad en las edades más jóvenes, "en las que el desempleo ha tenido un mayor impacto".
Menos visitas al especialista
Los grupos más desfavorecidos reducen la visita a los especialistas El informe constata que los grupos más desfavorecidos —desempleados, mayores, inmigrantes e infancia— han reducido las consultas a los médicos especialistas de los servicios públicos y a los servicios sanitarios no cubiertos, como la odontología. También denuncian que el repago farmacéutico corre el riesgo de convertirse en "un impuesto sobre la enfermedad" que haga a los pacientes detraerse de adquirir los medicamentos que se les prescribe. Y advierten de las consecuencias de la no atención a los inmigrantes.
En la infancia, los científicos aseguran que "la subnutrición coexiste con el aumento de la malnutrición, que hacen aumentar la prevalencia de la obesidad, sobre todo en la población más desfavorecida".
Con su informe bianual, las doce sociedades científicas españolas lanzan la petición de que se monitorice la crisis, para saber qué indicadores de salud están empeorando. Alertan contra los planes privatizadores de la sanidad, y se muestran contrarios a la reducción del gasto público lineal, de urgencia, y sin evaluación previa.
Fuente:20minutos.es
La ludopatía se da en familias y puede estar relacionado con estrés postraumático
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Iowa (UI), en Estados Unidos, confirma que el juego patológico se da entre varios miembros de una misma familia. "Nuestro trabajo demuestra claramente que el juego patológico en la familia se produce a un ritmo mayor que el de muchos otros trastornos conductuales y psiquiátricos", afirma Donald W. Black, profesor de Psiquiatría en la Facultad de Medicina Carver de UI.
"Creo que los médicos y proveedores de atención médica deberían estar alerta si ven a una persona que sufre juego patológico, ya que es muy probable que tenga un pariente cercano con el mismo problema o similar", añade. El juego patológico, que es lo suficientemente grave para convertirse en un trastorno clínico, consiste en un importante problema de salud pública que afecta a entre el 0,5 y el 1,5 por ciento de los adultos estadounidenses en algún momento de sus vidas.
Esta investigación reclutó a 95 jugadores patológicos y 91 sujetos de control, emparejados por edad, sexo y nivel de educación, de Iowa, así como 1.075 adultos relacionados en primer grado con los participantes del estudio (padres, hermanos e hijos). Mediante entrevistas, el equipo de este estudio determinó el diagnóstico de juego patológico o no de todas las personas en el estudio.
Los autores encontraron en su trabajo, cuyos resultados se publican en la revista 'Journal of Clinical Psychiatry', que las probabilidades son aproximadamente ocho veces mayor de sufrir juego patológico entre los miembros de las familias afectadas frente a las de control.
Cuando los investigadores repitieron el análisis para centrarse en los problemas de juego, un grupo más grande de personas que el de los que padecen el estrechamente definido juego patológico, vieron que un 16 por ciento de los parientes de jugadores patológicos padecían problemas de juego frente al 3 por ciento de los familiares de los controles.
Los expertos también demostraron que los familiares de jugadores patológicos registraban las tasas más altas de depresión mayor, trastorno bipolar, trastorno de ansiedad social, trastornos por uso de sustancias, trastorno de estrés postraumático y trastorno de la personalidad antisocial. "Esto sugiere que el juego patológico puede compartir una predisposición genética subyacente con estos trastornos", afirma Black.
Estos resultados parecen confirmar investigaciones anteriores y la observación clínica sobre el trastorno antisocial de la personalidad que sugieren que podría estar biológicamente relacionado con la ludopatía. Sin embargo, Black se mostró sorprendido por la conexión entre el juego patológico y la ansiedad social y el trastorno de estrés postraumático.
El trabajo sentenció que los trastornos del estado de ánimo como la depresión mayor y el trastorno bipolar, así como el abuso de sustancias, son comunes en los jugadores patológicos, pero el análisis sugiere que esto probablemente no se debe a una predisposición subyacente biológica compartida.
Fuente:infosalus.com
"Creo que los médicos y proveedores de atención médica deberían estar alerta si ven a una persona que sufre juego patológico, ya que es muy probable que tenga un pariente cercano con el mismo problema o similar", añade. El juego patológico, que es lo suficientemente grave para convertirse en un trastorno clínico, consiste en un importante problema de salud pública que afecta a entre el 0,5 y el 1,5 por ciento de los adultos estadounidenses en algún momento de sus vidas.
Esta investigación reclutó a 95 jugadores patológicos y 91 sujetos de control, emparejados por edad, sexo y nivel de educación, de Iowa, así como 1.075 adultos relacionados en primer grado con los participantes del estudio (padres, hermanos e hijos). Mediante entrevistas, el equipo de este estudio determinó el diagnóstico de juego patológico o no de todas las personas en el estudio.
Los autores encontraron en su trabajo, cuyos resultados se publican en la revista 'Journal of Clinical Psychiatry', que las probabilidades son aproximadamente ocho veces mayor de sufrir juego patológico entre los miembros de las familias afectadas frente a las de control.
Cuando los investigadores repitieron el análisis para centrarse en los problemas de juego, un grupo más grande de personas que el de los que padecen el estrechamente definido juego patológico, vieron que un 16 por ciento de los parientes de jugadores patológicos padecían problemas de juego frente al 3 por ciento de los familiares de los controles.
Los expertos también demostraron que los familiares de jugadores patológicos registraban las tasas más altas de depresión mayor, trastorno bipolar, trastorno de ansiedad social, trastornos por uso de sustancias, trastorno de estrés postraumático y trastorno de la personalidad antisocial. "Esto sugiere que el juego patológico puede compartir una predisposición genética subyacente con estos trastornos", afirma Black.
Estos resultados parecen confirmar investigaciones anteriores y la observación clínica sobre el trastorno antisocial de la personalidad que sugieren que podría estar biológicamente relacionado con la ludopatía. Sin embargo, Black se mostró sorprendido por la conexión entre el juego patológico y la ansiedad social y el trastorno de estrés postraumático.
El trabajo sentenció que los trastornos del estado de ánimo como la depresión mayor y el trastorno bipolar, así como el abuso de sustancias, son comunes en los jugadores patológicos, pero el análisis sugiere que esto probablemente no se debe a una predisposición subyacente biológica compartida.
Fuente:infosalus.com
La esquizofrenia aumenta en 2,5 veces el riesgo de mortalidad
Las personas que padecen esquizofrenia presentan un riesgo de mortalidad 2,5 veces mayor que la población general y tienen una expectativa de vida un 20 % inferior, según ha explicado hoy el presidente de la Sociedad Catalana de Psiquiatría y Salud Mental, Jordi Blanch.
Durante su participación en una jornada en Barcelona sobre "recomendaciones para la monitorización y la promoción de la salud físicas de las personas con esquizofrenia y otros trastornos mentales graves", Blanch ha informado de que "el suicidio contribuye en buena parte al incremento de la mortalidad".
"Pero también sube la mortalidad -ha añadido- el consumo de sustancias, las enfermedades cardiovasculares, el síndrome metabólico relacionada con los tratamientos farmacológicos y otras enfermedades no suficientemente bien tratadas".
Según Blanch, "la aparición de la enfermedad mental puede también dar lugar a una serie de estilos de vida poco saludables, que elevan el riesgo de enfermedades somáticas diversas y, por lo tanto, aumentan el riesgo de muerte".
Los especialistas que han participado en la jornada, organizada por la Academia de Ciencias Médicas y de la Salud de Cataluña y de Baleares, han defendido que, de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, la protección y la promoción de la salud física de las personas con trastorno mental grave ha de ser una línea de actuación prioritaria a nivel mundial y en la Unión Europea. Fuente:elconfidencial.com
Durante su participación en una jornada en Barcelona sobre "recomendaciones para la monitorización y la promoción de la salud físicas de las personas con esquizofrenia y otros trastornos mentales graves", Blanch ha informado de que "el suicidio contribuye en buena parte al incremento de la mortalidad".
"Pero también sube la mortalidad -ha añadido- el consumo de sustancias, las enfermedades cardiovasculares, el síndrome metabólico relacionada con los tratamientos farmacológicos y otras enfermedades no suficientemente bien tratadas".
Según Blanch, "la aparición de la enfermedad mental puede también dar lugar a una serie de estilos de vida poco saludables, que elevan el riesgo de enfermedades somáticas diversas y, por lo tanto, aumentan el riesgo de muerte".
Los especialistas que han participado en la jornada, organizada por la Academia de Ciencias Médicas y de la Salud de Cataluña y de Baleares, han defendido que, de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, la protección y la promoción de la salud física de las personas con trastorno mental grave ha de ser una línea de actuación prioritaria a nivel mundial y en la Unión Europea. Fuente:elconfidencial.com
martes, 3 de junio de 2014
¿Son las adolescentes más propensas a la depresión que los chicos?
Científicos de la Universidad de Pennsylvania creen que el mayor aumento flujo sanguíneo en el cerebro de las chicas en la pubertad que en el de los chicos, lo que las hace más propensas a padecer depresión. ¿Qué hay de cierto en todo esto? ABC.es ha hablado con un especialista para que nos lo aclare.
Un estudio reciente de la Universidad de Pennsylvania ha desvelado que las adolescentes podrían ser más propensas que los chicos a sufrir depresión y ansiedad debido a un mayor flujo sanguíneo porque los estrógenos llevan más sangre a la cabeza de las chicas en comparación con los hombres, lo que podría explicar muchas de las diferencias en desórdenes mentales entre géneros, como recoge el Daily Mail.
El flujo sanguíneo es mayor en mujeres adultas que los hombres pero este estudio pretende demostrar que esa diferencia viene marcada desde la adolescencia. Las partes del cerebro que reflejan mayor diferencia de flujo sanguíneo estaban en las partes asociadas a las mayores funciones cognitivas» explica el profesor Theodore Satterthwaite, de la Universidad de Pennsylvania, que añade que el área afectada importa porque «implica emociones y regula y controla las situaciones sociales» y explica que, por lo general, «hay una mayor prevalencia de la ansiedad y depresión en las mujeres y de la esquizofrenia en los hombres».
Estudios previos mostraban que el flujo sanguíneo baja durante la pubertad pero hacia los 15 lo hace más rápidamente en hombres que mujeres y hacia al final de la adolescencia vuelve a subir en las mujeres mientras que en los hombres sigue bajando. Los resultados publicados en «Proceedings of the National Academy of Sciences» sugiere que las diferencias de género pueden producirse en la pubertad y puede tener implicaciones para entender los desórdenes psiquiátricos que pueden manifestarse posteriormente.
Francisco Estupiñá Puig, psicólogo y profesor asociado de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, asegura que no se ha demostrado que los estrógenos sean un factor determinante en la aparición de la depresión en las adolescentes, y nos lo explica con el ejemplo de un «trastorno internalizante como el mutismo selectivo, que se da en niños prepuberales y es mucho más frecuente en niñas que en niños», y se produce antes de la aparición de los estrógenos en la pubertad.
El equipo de Satterthwaite relaciona dos variables -el aumento del flujo sanguíneo hacia ciertas zonas del cerebro y los niveles superiores de estrógenos- que «realmente no sabemos si la una causa la otra o si hay una tercera variable que produce ambas cosas», considera Estupiñá en declaraciones a ABC.es, y en su opinión se debe a que «llevamos más de cuarenta años tratando de encontrar bases biológicas para la depresión y se han gastado miles de millones de dólares pero seguimos sin tener ningún marcador orgánico o biológico de la depresión». «La tendencia de los investigadores a buscar el reduccionismo biológico y explicar los problemas de las personas únicamente por una única variable y a convertir la tristeza, las angustias, las dificultades para sentirse aceptado, de desarrollarse como persona como si fuera la diabetes» considera Estupiñá y «se simplifica todo mucho más pero eso no quiere decir que en realidad las cosas sean así», aclara.
Según el experto, el dato que han encontrado «es interesante y relevante y va a tener su utilidad en la comprensión de cómo funciona el cerebro o el desarrollo del ser humano» sin embargo no que cree que permita decir que «la depresión en la adolescencia está causada por los estrógenos» explica ya y, añade, que esta «variable puede jugar un papel o no».
La depresión está influida por «muchísimas variables culturales que son diferentes para los hombres y las mujeres a lo largo de todo el ciclo vital», afirma este experto. La tasa de prevalencia en las mujeres es muy superior pero «sabemos que no es igual en todas las culturas del planeta» lo que, asegura, «da a entender que la biología no es el único factor determinante sino que el rol cultural que se atribuye a la mujer tiene mucho que ver así como el aprendizaje emocional hombres y mujeres: los chicos no lloran y en cambio las chicas son delicadas y sensibles», explica. Además, recuerda que hay que tener en cuenta que, con la pubertad, empiezan a cambiar las relaciones con el entorno, «relación que las chicas acusan mucho más que los chicos».
Satterthwaite y su equipo utilizaron escáneres para analizar el desarrollo del flujo sanguíneo del cerebro de 922 jóvenes entre 8 y 22 años pero Estupiñá cree que, para que estuviera completo el estudio, deberían haber probado si «artificialmente, mediante fármacos reducimos los niveles de estrógenos en chicas adolescentes esto se traduce en una bajada del nivel del flujo sanguíneo a determinadas zonas del cerebro y al mismo tiempo una bajada de los niveles de depresión».
Fuente:abc.es
Un estudio reciente de la Universidad de Pennsylvania ha desvelado que las adolescentes podrían ser más propensas que los chicos a sufrir depresión y ansiedad debido a un mayor flujo sanguíneo porque los estrógenos llevan más sangre a la cabeza de las chicas en comparación con los hombres, lo que podría explicar muchas de las diferencias en desórdenes mentales entre géneros, como recoge el Daily Mail.
El flujo sanguíneo es mayor en mujeres adultas que los hombres pero este estudio pretende demostrar que esa diferencia viene marcada desde la adolescencia. Las partes del cerebro que reflejan mayor diferencia de flujo sanguíneo estaban en las partes asociadas a las mayores funciones cognitivas» explica el profesor Theodore Satterthwaite, de la Universidad de Pennsylvania, que añade que el área afectada importa porque «implica emociones y regula y controla las situaciones sociales» y explica que, por lo general, «hay una mayor prevalencia de la ansiedad y depresión en las mujeres y de la esquizofrenia en los hombres».
Estudios previos mostraban que el flujo sanguíneo baja durante la pubertad pero hacia los 15 lo hace más rápidamente en hombres que mujeres y hacia al final de la adolescencia vuelve a subir en las mujeres mientras que en los hombres sigue bajando. Los resultados publicados en «Proceedings of the National Academy of Sciences» sugiere que las diferencias de género pueden producirse en la pubertad y puede tener implicaciones para entender los desórdenes psiquiátricos que pueden manifestarse posteriormente.
Francisco Estupiñá Puig, psicólogo y profesor asociado de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, asegura que no se ha demostrado que los estrógenos sean un factor determinante en la aparición de la depresión en las adolescentes, y nos lo explica con el ejemplo de un «trastorno internalizante como el mutismo selectivo, que se da en niños prepuberales y es mucho más frecuente en niñas que en niños», y se produce antes de la aparición de los estrógenos en la pubertad.
El equipo de Satterthwaite relaciona dos variables -el aumento del flujo sanguíneo hacia ciertas zonas del cerebro y los niveles superiores de estrógenos- que «realmente no sabemos si la una causa la otra o si hay una tercera variable que produce ambas cosas», considera Estupiñá en declaraciones a ABC.es, y en su opinión se debe a que «llevamos más de cuarenta años tratando de encontrar bases biológicas para la depresión y se han gastado miles de millones de dólares pero seguimos sin tener ningún marcador orgánico o biológico de la depresión». «La tendencia de los investigadores a buscar el reduccionismo biológico y explicar los problemas de las personas únicamente por una única variable y a convertir la tristeza, las angustias, las dificultades para sentirse aceptado, de desarrollarse como persona como si fuera la diabetes» considera Estupiñá y «se simplifica todo mucho más pero eso no quiere decir que en realidad las cosas sean así», aclara.
Según el experto, el dato que han encontrado «es interesante y relevante y va a tener su utilidad en la comprensión de cómo funciona el cerebro o el desarrollo del ser humano» sin embargo no que cree que permita decir que «la depresión en la adolescencia está causada por los estrógenos» explica ya y, añade, que esta «variable puede jugar un papel o no».
La depresión está influida por «muchísimas variables culturales que son diferentes para los hombres y las mujeres a lo largo de todo el ciclo vital», afirma este experto. La tasa de prevalencia en las mujeres es muy superior pero «sabemos que no es igual en todas las culturas del planeta» lo que, asegura, «da a entender que la biología no es el único factor determinante sino que el rol cultural que se atribuye a la mujer tiene mucho que ver así como el aprendizaje emocional hombres y mujeres: los chicos no lloran y en cambio las chicas son delicadas y sensibles», explica. Además, recuerda que hay que tener en cuenta que, con la pubertad, empiezan a cambiar las relaciones con el entorno, «relación que las chicas acusan mucho más que los chicos».
Satterthwaite y su equipo utilizaron escáneres para analizar el desarrollo del flujo sanguíneo del cerebro de 922 jóvenes entre 8 y 22 años pero Estupiñá cree que, para que estuviera completo el estudio, deberían haber probado si «artificialmente, mediante fármacos reducimos los niveles de estrógenos en chicas adolescentes esto se traduce en una bajada del nivel del flujo sanguíneo a determinadas zonas del cerebro y al mismo tiempo una bajada de los niveles de depresión».
Fuente:abc.es
Más de 250.000 personas tienen diagnosticado un trastorno bipolar
Los expertos en psiquiatría llaman a la «conciencia social» para tratar de frenar los suicidios.
Elche ha reunido durante los últimos días a unos 140 profesionales que han participado en el II Simposio Ilicitano de Psiquiatría organizado por el Hospital General de Elche, y en el que se han analizado numerosos aspectos de actualidad de la mano de varios expertos.
Uno de los expertos que pasaron ayer por el simposio fue el doctor Eduard Vieta Pascual que analizó el presente y futuro en el trastorno bipolar. Vieta indicó que «los trastornos bipolares son una enfermedad psiquiátrica y las personas que lo sufren tienen alteraciones del estado de ánimo relacionados con aspectos externos o internos, son personas con altibajos en el estado de ánimo». No obstante, Vieta indico que «en España cada vez hay más conciencia del diagnóstico de esta enfermedad y hay muy buena investigación».
Concretamente, en España hay unas 250.000 personas a las que se les ha diagnosticado un trastorno bipolar, aunque, según Vieta, «sin diagnosticar hay por lo menos el doble». En este sentido, Eduard Vieta aseguró que debido a que hay más conciencia social «se están diagnosticando más casos y es que antes muchos pacientes pasaban por depresivos, y todavía pasan, debido a que mucha asistencia se realiza en la Primaria y todavía hace falta un esfuerzo de formación para la detección de persona bipolar». Eduard Vieta aseguró que «si se lleva a cabo el tratamiento se puede llevar a cabo una vida normal, el problema viene cuando no se lleva, ya que en un porcentaje elevado de pacientes se consigue una estabilización, y llevan una vida más o menos normal».
Los síntomas más comunes entre las personas que padecen esta enfermedad son alteraciones de ánimo pronunciadas, cambios frecuentes de humor, hiperactividad o insomnio. No obstante, los expertos siempre recomiendan acudir a un profesional del mundo de la psiquiatría para que realice el diagnóstico adecuado. Otra tema que cosechó gran interés por parte de los asistentes fue el análisis sobre el suicidio que realizó el doctor Víctor Pérez Sola.
Este experto explicó que «el suicidio es la primera causa de muerte entre la gente joven y en los últimos años se ha detectado un ligero incremento, aunque no podemos atribuirlo a la crisis». No obstante, Pérez Sola apuntó que «una de las causas del suicidio es la vulnerabilidad. Las personas con enfermedad mental son las más vulnerables, y en ellas hay que tener en cuenta los aspectos vitales y el estrés.
Hay personas que en situaciones de bonanza no se deprimirían, y en situaciones como la que estamos pasando ahora presentan cuadros depresivos y de ansiedad». «Uno de los grandes éxitos de los últimos años ha sido ser capaces de reducir las muertes en accidente de tráfico por los radares y las multas», dijo Víctor Pérez Sola, quien añadió que «necesitamos radares para detectar casos de suicidios. Hay que hablar del suicidio, ya que nadie habla de él. La única prevención es que cuando alguien diga que está pensando en morirse no debemos que dejarlo estar, si no que hay que hablar del tema y que haya una conciencia social».
Fuente:diarioinformacion.com
Uno de los expertos que pasaron ayer por el simposio fue el doctor Eduard Vieta Pascual que analizó el presente y futuro en el trastorno bipolar. Vieta indicó que «los trastornos bipolares son una enfermedad psiquiátrica y las personas que lo sufren tienen alteraciones del estado de ánimo relacionados con aspectos externos o internos, son personas con altibajos en el estado de ánimo». No obstante, Vieta indico que «en España cada vez hay más conciencia del diagnóstico de esta enfermedad y hay muy buena investigación».
Concretamente, en España hay unas 250.000 personas a las que se les ha diagnosticado un trastorno bipolar, aunque, según Vieta, «sin diagnosticar hay por lo menos el doble». En este sentido, Eduard Vieta aseguró que debido a que hay más conciencia social «se están diagnosticando más casos y es que antes muchos pacientes pasaban por depresivos, y todavía pasan, debido a que mucha asistencia se realiza en la Primaria y todavía hace falta un esfuerzo de formación para la detección de persona bipolar». Eduard Vieta aseguró que «si se lleva a cabo el tratamiento se puede llevar a cabo una vida normal, el problema viene cuando no se lleva, ya que en un porcentaje elevado de pacientes se consigue una estabilización, y llevan una vida más o menos normal».
Los síntomas más comunes entre las personas que padecen esta enfermedad son alteraciones de ánimo pronunciadas, cambios frecuentes de humor, hiperactividad o insomnio. No obstante, los expertos siempre recomiendan acudir a un profesional del mundo de la psiquiatría para que realice el diagnóstico adecuado. Otra tema que cosechó gran interés por parte de los asistentes fue el análisis sobre el suicidio que realizó el doctor Víctor Pérez Sola.
Este experto explicó que «el suicidio es la primera causa de muerte entre la gente joven y en los últimos años se ha detectado un ligero incremento, aunque no podemos atribuirlo a la crisis». No obstante, Pérez Sola apuntó que «una de las causas del suicidio es la vulnerabilidad. Las personas con enfermedad mental son las más vulnerables, y en ellas hay que tener en cuenta los aspectos vitales y el estrés.
Hay personas que en situaciones de bonanza no se deprimirían, y en situaciones como la que estamos pasando ahora presentan cuadros depresivos y de ansiedad». «Uno de los grandes éxitos de los últimos años ha sido ser capaces de reducir las muertes en accidente de tráfico por los radares y las multas», dijo Víctor Pérez Sola, quien añadió que «necesitamos radares para detectar casos de suicidios. Hay que hablar del suicidio, ya que nadie habla de él. La única prevención es que cuando alguien diga que está pensando en morirse no debemos que dejarlo estar, si no que hay que hablar del tema y que haya una conciencia social».
Fuente:diarioinformacion.com
martes, 27 de mayo de 2014
La depresión o la ansiedad protagonizan dos de cada tres consultas de los psiquiatras privados
La mayor carga asistencial de los psiquiatras privados la protagonizan pacientes con una patología depresiva o con trastornos de ansiedad, que representan casi dos tercios de sus consultas, según ha reconocido la doctora Blanca Morera, presidenta del comité organizador del Congreso Nacional de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP) que se celebra en San Sebastián.
En la actualidad, se cifra en más de 10 millones las personas que sufren un trastorno mental como depresión, ansiedad, esquizofrenia o trastorno bipolar en España, y son la causa del 30 por ciento de los casos discapacidad, por delante de enfermedades como las cardiovasculares o las oncológicas.
El problema es que su incidencia se ha multiplicado en los últimos cuarenta años, ha aseverado el vicepresidente de ASEPP, José Antonio López-Rodríguez, que lo achaca al estilo de vida actual. "Esto no significa que seamos más débiles que generaciones anteriores sino que vivimos más deprisa, dormimos pocas horas, por lo que estamos más cansados, y sufrimos más estrés", ha aseverado.
Y al igual que en otras patologías, en los trastornos mentales también existen diferencias epidemiológicas evidentes en función del género y la edad. Así, cuatro de cada cinco pacientes diagnosticados de trastorno por consumo de sustancias son hombres, mientras que los trastornos depresivos son más frecuentes en mujeres en la franja de edad comprendida entre la pubertad y la menopausia.
Asimismo, ha añadido el presidente de esta entidad, Salvador Ros, los trastornos por angustia y las conductas fóbicas son dos veces más frecuentes en la mujer. Y en el caso del suicidio, las tentativas son más habitualess en mujeres pero se consuma con más frecuencia en el hombre, y de forma más relevante en los mayores de 65 años.
Igualmente, las mujeres jóvenes conforman el grupo poblacional en el que se presentan de forma más frecuente los trastornos de la conducta alimentaria, la anorexia nerviosa, el trastorno bulímico o el trastorno por atracón.
LA CRISIS AGRAVA ESTAS PATOLOGÍAS
Este panorama nada positivo, han explicado estos expertos, se está agravando debido a la actual coyuntura económica, que "está repercutiendo en el incremento del número de consultas de pacientes con síntomas directamente relacionados con la crisis, "si bien se trata solo de una percepción recogida en las consultas de los expertos, pues no hay aún estudio que lo demuestre", ha apuntado López Rodríguez.
"Se trata de una situación relativamente lógica, de forma que el pesimismo general, crisis de valores, crisis económica, corrupción política, sensación de desamparo institucional, etcétera, es normal que sirva de factor desencadenante de una mayor número de casos de trastornos psiquiátricos, como la ansiedad", asegura el vicepresidente de ASEPP.
En este sentido, mientras que los trastornos afectivos, la depresión y la ansiedad probablemente incrementen su frecuencia, el consumo de sustancias se mantendrá aunque puedan modificarse las sustancias que provoquen adicción.
UNO DE CADA TRES PACIENTES ACUDE A LA PSIQUIATRÍA PRIVADA
Para atender todos estos problemas, los representantes de ASEPP han destacado como la asistencia privada en Psiquiatría es de buena calidad y complementa la cobertura sanitaria universal gratuita. No en vano, hasta el 30-40 por ciento de las personas con algún trastorno mental acude a la psiquiatría privada.
Las razones más importantes para ello, según un estudio elaborado por esta asociación, son el mayor tiempo dedicado a la consulta, la posibilidad de recibir una atención más continuada en el tiempo, el contar con un horario más flexible y la rapidez.
"A nivel ambulatorio, se constituye en red complementaria a la pública, muy saturada por la patología mental grave, junto con los recortes y limitaciones a un necesario aumento de recursos", ha defendido Morera.
Fuente:eleconomista.es
En la actualidad, se cifra en más de 10 millones las personas que sufren un trastorno mental como depresión, ansiedad, esquizofrenia o trastorno bipolar en España, y son la causa del 30 por ciento de los casos discapacidad, por delante de enfermedades como las cardiovasculares o las oncológicas.
El problema es que su incidencia se ha multiplicado en los últimos cuarenta años, ha aseverado el vicepresidente de ASEPP, José Antonio López-Rodríguez, que lo achaca al estilo de vida actual. "Esto no significa que seamos más débiles que generaciones anteriores sino que vivimos más deprisa, dormimos pocas horas, por lo que estamos más cansados, y sufrimos más estrés", ha aseverado.
Y al igual que en otras patologías, en los trastornos mentales también existen diferencias epidemiológicas evidentes en función del género y la edad. Así, cuatro de cada cinco pacientes diagnosticados de trastorno por consumo de sustancias son hombres, mientras que los trastornos depresivos son más frecuentes en mujeres en la franja de edad comprendida entre la pubertad y la menopausia.
Asimismo, ha añadido el presidente de esta entidad, Salvador Ros, los trastornos por angustia y las conductas fóbicas son dos veces más frecuentes en la mujer. Y en el caso del suicidio, las tentativas son más habitualess en mujeres pero se consuma con más frecuencia en el hombre, y de forma más relevante en los mayores de 65 años.
Igualmente, las mujeres jóvenes conforman el grupo poblacional en el que se presentan de forma más frecuente los trastornos de la conducta alimentaria, la anorexia nerviosa, el trastorno bulímico o el trastorno por atracón.
LA CRISIS AGRAVA ESTAS PATOLOGÍAS
Este panorama nada positivo, han explicado estos expertos, se está agravando debido a la actual coyuntura económica, que "está repercutiendo en el incremento del número de consultas de pacientes con síntomas directamente relacionados con la crisis, "si bien se trata solo de una percepción recogida en las consultas de los expertos, pues no hay aún estudio que lo demuestre", ha apuntado López Rodríguez.
"Se trata de una situación relativamente lógica, de forma que el pesimismo general, crisis de valores, crisis económica, corrupción política, sensación de desamparo institucional, etcétera, es normal que sirva de factor desencadenante de una mayor número de casos de trastornos psiquiátricos, como la ansiedad", asegura el vicepresidente de ASEPP.
En este sentido, mientras que los trastornos afectivos, la depresión y la ansiedad probablemente incrementen su frecuencia, el consumo de sustancias se mantendrá aunque puedan modificarse las sustancias que provoquen adicción.
UNO DE CADA TRES PACIENTES ACUDE A LA PSIQUIATRÍA PRIVADA
Para atender todos estos problemas, los representantes de ASEPP han destacado como la asistencia privada en Psiquiatría es de buena calidad y complementa la cobertura sanitaria universal gratuita. No en vano, hasta el 30-40 por ciento de las personas con algún trastorno mental acude a la psiquiatría privada.
Las razones más importantes para ello, según un estudio elaborado por esta asociación, son el mayor tiempo dedicado a la consulta, la posibilidad de recibir una atención más continuada en el tiempo, el contar con un horario más flexible y la rapidez.
"A nivel ambulatorio, se constituye en red complementaria a la pública, muy saturada por la patología mental grave, junto con los recortes y limitaciones a un necesario aumento de recursos", ha defendido Morera.
Fuente:eleconomista.es
martes, 20 de mayo de 2014
Enganchados a las redes
En los últimos años con la aparición de las redes sociales y los nuevos dispositivos móviles, así como la popularización de Internet- que este sábado celebra su Día Mundial-, la forma de comunicarse ha cambiado, creando nuevas necesidades que, en muchos casos, rozan ya la adicción.
Cada vez más aparecen personas sufre FOMO, tiene whatsappitis, se ve afectado por Nomofobia, phubbing o vibranxiety, o son están enganchados a las redes sociales. Según psicóloga Amaya Terrón, la nuevas aplicaciones y tecnologías que se usan a través de la red hacen que, siempre que no se les dé un buen uso, aparezcan estas nuevas enfermedades que todo apunta ya son fenómenos de este siglo.
Si para los adultos estar enganchado a Internet es peligroso, esto adquiere mayor relevancia cuando hablamos de menores. "Una sobreestimulación del menor a Internet puede suponer una sobrecarga al sistema nervioso central que se puede manifestar en forma de intranquilidad, nerviosismo e irritabilidad, un uso excesivo puede acarrear consecuencias en su esfera social", advierte.
A la larga, esta situación puede terminar provocando en el niño un aislamiento con sus coetáneos, así como un retraso en el desarrollo de sus habilidades sociales, "además se pueden crear malos hábitos a la hora de dormir", alerta. Para evitarlo, recomienda a los padres estar atentos, controlar a lo que juegan nuestros pequeños, así como jugar con ellos y controlar el contenido y calidad del uso de Internet.
LAS NUEVAS ADICCIONES
En los últimos meses los médicos han empezado a dar la voz de alarma, advirtiendo de la aparición de nuevas adicciones u obsesiones que no siempre afecta a personas con rasgos introvertidos. Asimismo, los diferentes 'enganches' con las nuevas tecnologías no siempre afectan exclusivamente al ámbito psicológico, las hay que también pueden provocar daños físicos.
Además, con el uso indebido de las apps se corre el riesgo de aislarse socialmente, "no es extraño caminar por la calle y darnos cuenta de cómo las personas se olvidan de lo que ocurre a su alrededor mientras están concentrados en sus teléfonos móviles. Choques con personas, atropellos, faltas de atención y tropiezos son algunas de las consecuencias más comunes", apunta Terrón.
1. FOMO o la obsesión por perderse algo
Una de los nuevos trastornos del que últimamente más están alertando los psicólogos es el FOMO (Fear of Missing Out) o la obsesión por perderse algo de lo que está sucediendo en la red. La personas que lo sufren siente miedo o temor a estar desconectado de su vida virtual, lo que le lleva a tener ansiedad y la idea recurrente de estar perdiéndose algo.
Entre los síntomas de alarma: sentirse desplazado o con ansiedad en caso de olvidarse el smartphone en casa; comprobar Facebook cada cierto tiempo; no pasar más de cinco minutos desde que se encuentra un aviso de actividad y se revisa; no poder salir de vacaciones sin asegurarse de que va a haber wifi en el lugar de destino; o pensar que no recibir "me gustas" es un síntoma de que algo no va bien con las amistades.
Asimismo, debe preocupar tener una vida social virtual más rica que en persona; pasar más horas navegando por redes sociales, buscando reforzadores y viendo los eventos externos que hablando con familiares y amigos; o mirar las alertas nada más levantarse y lo último antes de acostarse.
Para evitar esta adicción, la psicóloga , recomienda "desconectar Internet durante la noche, durante las comidas, desayunos, cenas y más si estamos acompañados, debemos intentar pasar más tiempo conectados realmente que virtualmente".
2. La 'whatsappitis' o ser adictos al Whatsapp
Otra de las nuevas adicciones tiene que ver con el Whatsapp, los médicos ya alertan de casos de personas con dolor en las falanges y muñecas (tendinitis) por un uso abusivo de esta app; dolencia que ya se ha bautizado con el nombre de 'whatsapitis'. Para evitarlo, los médicos aconsejan un uso responsable, una escritura más relajada y corregir la postura mientras escribimos.
"Sufrir ansiedad por olvidar el móvil en casa y no estar 'conectado', pasar varias horas conectado a whatsapp, evitar el contacto personal, referir siempre a whatsapp sea cual sea el contenido de la conversación y escuchar las alertas de whatsapp sin que se haya recibido ningún mensaje son claros signos de lo que recientemente se acuña con el término whatsapitis", explica la psicóloga.
3. Nomofobia o ansiedad por la ausencia de movil
En este caso, el trastorno se refiere al cuadro clínico que se produce cuando una persona siente ansiedad o angustia ante la ausencia de teléfono móvil, es decir, al olvido, pérdida o sustracción de este. De la misma forma se produce nomofobia cuando nos sentimos excluidos del grupo en el caso de no estar conectados mediante nuestros dispositivos.
4. Phubbing o utilización enfermiza del smartphone
Cada vez es más común ver a personas sentadas en la misma mesa a comer y sólo hacer caso al móvil, aquí se podría decir que sufren Phubbing. Esta adicción se refiere a aquellas situaciones sociales donde el protagonista no son ni las reuniones ni la compañía humana, sino la utilización cuasi enfermiza de comunicarse mediante smartphones.
"Todos hemos sido conscientes de reuniones sociales donde cada miembro estaba atento a su móvil y no a los participantes de la cena o comida. En cierto modo podemos interpretar esta práctica como una falta de consideración con la persona o personas que tenemos en frente", destaca.
5. Vibranxiaety o vibración fantasma
"¿Alguna vez has ido corriendo a ver tu smartphone cuando has oído una alerta y resulta que no había nada? ¿Alguna vez has creído que el móvil vibraba, comprobando después que no lo hacía?", pregunta la experta para referirse a la obsesión o dependencia por el sonido o vibración del móvil. Estos son los efectos colaterales de una obsesión que nos conectan inmediatamente con la sensación de llamada.
6. Enganchados a las redes sociales
El uso de las redes sociales también puede traer consigo consecuencias nefastas si no se les da el uso adecuado, incluso pueden crear adicciones importantes. "Las redes sociales son una gran adición ya para muchas personas", asegura Terrón, quien destaca que el principal problema es el aislamiento social.
"Cuando utilizamos redes sociales de manera saludable no tendrían por qué crear aislamiento social si no lo hay previamente, de hecho, bien utilizadas fomentan el acercamiento a tus amigos e incluso creación de nuevos. Cuando el uso de las redes suple la faceta y el contacto social se pone de manifiesto un problema previo. En estos casos las redes sociales funcionan a modo sustitutivo, dejando en evidencia el problema subyacente", añade.
"Las personas que constantemente comentan estados ajenos o propios, ponen frases o citas suelen tener una alta motivación por aparecer, por ser atendidas por tener un impacto en los demás, buscan la atención principalmente. Suele ser uno de los síntomas de estar enganchado/a a las redes sociales", explica.
Cinco reglas para un buen uso
¿Cómo podemos saber si estamos enganchados? Según la psicóloga, "en el momento que sentimos ansiedad o cierto grado de nerviosismo cuando no tenemos o prevemos que no vamos a tener acceso a ellas podemos decir que estamos enganchados". Para evitarlo, da cinco de las premisas fundamentales para utilizar correctamente las redes sociales y hacer un uso responsable y positivo de las mismas:
- Mantener el contacto con amigos y recuperar a viejos amigos.
- No utilizar los medios como fuente de venganza y de provocación de daños.
- No difundir habladurías malintencionadas ni imágenes de otras personas sin consentimiento.
- No apoyar sentencias ni jactarse de venganzas por estos medios. No basar tus opiniones y juicios a través de ellas.
- Respeto y diversión serían el resumen de las cinco.
Fuente:infosalus.com
Cada vez más aparecen personas sufre FOMO, tiene whatsappitis, se ve afectado por Nomofobia, phubbing o vibranxiety, o son están enganchados a las redes sociales. Según psicóloga Amaya Terrón, la nuevas aplicaciones y tecnologías que se usan a través de la red hacen que, siempre que no se les dé un buen uso, aparezcan estas nuevas enfermedades que todo apunta ya son fenómenos de este siglo.
Si para los adultos estar enganchado a Internet es peligroso, esto adquiere mayor relevancia cuando hablamos de menores. "Una sobreestimulación del menor a Internet puede suponer una sobrecarga al sistema nervioso central que se puede manifestar en forma de intranquilidad, nerviosismo e irritabilidad, un uso excesivo puede acarrear consecuencias en su esfera social", advierte.
A la larga, esta situación puede terminar provocando en el niño un aislamiento con sus coetáneos, así como un retraso en el desarrollo de sus habilidades sociales, "además se pueden crear malos hábitos a la hora de dormir", alerta. Para evitarlo, recomienda a los padres estar atentos, controlar a lo que juegan nuestros pequeños, así como jugar con ellos y controlar el contenido y calidad del uso de Internet.
LAS NUEVAS ADICCIONES
En los últimos meses los médicos han empezado a dar la voz de alarma, advirtiendo de la aparición de nuevas adicciones u obsesiones que no siempre afecta a personas con rasgos introvertidos. Asimismo, los diferentes 'enganches' con las nuevas tecnologías no siempre afectan exclusivamente al ámbito psicológico, las hay que también pueden provocar daños físicos.
Además, con el uso indebido de las apps se corre el riesgo de aislarse socialmente, "no es extraño caminar por la calle y darnos cuenta de cómo las personas se olvidan de lo que ocurre a su alrededor mientras están concentrados en sus teléfonos móviles. Choques con personas, atropellos, faltas de atención y tropiezos son algunas de las consecuencias más comunes", apunta Terrón.
1. FOMO o la obsesión por perderse algo
Una de los nuevos trastornos del que últimamente más están alertando los psicólogos es el FOMO (Fear of Missing Out) o la obsesión por perderse algo de lo que está sucediendo en la red. La personas que lo sufren siente miedo o temor a estar desconectado de su vida virtual, lo que le lleva a tener ansiedad y la idea recurrente de estar perdiéndose algo.
Entre los síntomas de alarma: sentirse desplazado o con ansiedad en caso de olvidarse el smartphone en casa; comprobar Facebook cada cierto tiempo; no pasar más de cinco minutos desde que se encuentra un aviso de actividad y se revisa; no poder salir de vacaciones sin asegurarse de que va a haber wifi en el lugar de destino; o pensar que no recibir "me gustas" es un síntoma de que algo no va bien con las amistades.
Asimismo, debe preocupar tener una vida social virtual más rica que en persona; pasar más horas navegando por redes sociales, buscando reforzadores y viendo los eventos externos que hablando con familiares y amigos; o mirar las alertas nada más levantarse y lo último antes de acostarse.
Para evitar esta adicción, la psicóloga , recomienda "desconectar Internet durante la noche, durante las comidas, desayunos, cenas y más si estamos acompañados, debemos intentar pasar más tiempo conectados realmente que virtualmente".
2. La 'whatsappitis' o ser adictos al Whatsapp
Otra de las nuevas adicciones tiene que ver con el Whatsapp, los médicos ya alertan de casos de personas con dolor en las falanges y muñecas (tendinitis) por un uso abusivo de esta app; dolencia que ya se ha bautizado con el nombre de 'whatsapitis'. Para evitarlo, los médicos aconsejan un uso responsable, una escritura más relajada y corregir la postura mientras escribimos.
"Sufrir ansiedad por olvidar el móvil en casa y no estar 'conectado', pasar varias horas conectado a whatsapp, evitar el contacto personal, referir siempre a whatsapp sea cual sea el contenido de la conversación y escuchar las alertas de whatsapp sin que se haya recibido ningún mensaje son claros signos de lo que recientemente se acuña con el término whatsapitis", explica la psicóloga.
3. Nomofobia o ansiedad por la ausencia de movil
En este caso, el trastorno se refiere al cuadro clínico que se produce cuando una persona siente ansiedad o angustia ante la ausencia de teléfono móvil, es decir, al olvido, pérdida o sustracción de este. De la misma forma se produce nomofobia cuando nos sentimos excluidos del grupo en el caso de no estar conectados mediante nuestros dispositivos.
4. Phubbing o utilización enfermiza del smartphone
Cada vez es más común ver a personas sentadas en la misma mesa a comer y sólo hacer caso al móvil, aquí se podría decir que sufren Phubbing. Esta adicción se refiere a aquellas situaciones sociales donde el protagonista no son ni las reuniones ni la compañía humana, sino la utilización cuasi enfermiza de comunicarse mediante smartphones.
"Todos hemos sido conscientes de reuniones sociales donde cada miembro estaba atento a su móvil y no a los participantes de la cena o comida. En cierto modo podemos interpretar esta práctica como una falta de consideración con la persona o personas que tenemos en frente", destaca.
5. Vibranxiaety o vibración fantasma
"¿Alguna vez has ido corriendo a ver tu smartphone cuando has oído una alerta y resulta que no había nada? ¿Alguna vez has creído que el móvil vibraba, comprobando después que no lo hacía?", pregunta la experta para referirse a la obsesión o dependencia por el sonido o vibración del móvil. Estos son los efectos colaterales de una obsesión que nos conectan inmediatamente con la sensación de llamada.
6. Enganchados a las redes sociales
El uso de las redes sociales también puede traer consigo consecuencias nefastas si no se les da el uso adecuado, incluso pueden crear adicciones importantes. "Las redes sociales son una gran adición ya para muchas personas", asegura Terrón, quien destaca que el principal problema es el aislamiento social.
"Cuando utilizamos redes sociales de manera saludable no tendrían por qué crear aislamiento social si no lo hay previamente, de hecho, bien utilizadas fomentan el acercamiento a tus amigos e incluso creación de nuevos. Cuando el uso de las redes suple la faceta y el contacto social se pone de manifiesto un problema previo. En estos casos las redes sociales funcionan a modo sustitutivo, dejando en evidencia el problema subyacente", añade.
"Las personas que constantemente comentan estados ajenos o propios, ponen frases o citas suelen tener una alta motivación por aparecer, por ser atendidas por tener un impacto en los demás, buscan la atención principalmente. Suele ser uno de los síntomas de estar enganchado/a a las redes sociales", explica.
Cinco reglas para un buen uso
¿Cómo podemos saber si estamos enganchados? Según la psicóloga, "en el momento que sentimos ansiedad o cierto grado de nerviosismo cuando no tenemos o prevemos que no vamos a tener acceso a ellas podemos decir que estamos enganchados". Para evitarlo, da cinco de las premisas fundamentales para utilizar correctamente las redes sociales y hacer un uso responsable y positivo de las mismas:
- Mantener el contacto con amigos y recuperar a viejos amigos.
- No utilizar los medios como fuente de venganza y de provocación de daños.
- No difundir habladurías malintencionadas ni imágenes de otras personas sin consentimiento.
- No apoyar sentencias ni jactarse de venganzas por estos medios. No basar tus opiniones y juicios a través de ellas.
- Respeto y diversión serían el resumen de las cinco.
Fuente:infosalus.com
lunes, 5 de mayo de 2014
El 40% de las personas con trastorno de la conducta alimentaria son adictas al deporte
Según ha informado el presidente de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), Néstor Szerman, el 40% de las personas con trastorno de la conducta alimentaria son adictos al deporte. Szerman también ha recordado que las adicciones y las patologías mentales están relacionadas en el 70% de los casos.
En los últimos años se ha incrementado notablemente la asistencia a gimnasios y la realización de deporte de manera rutinaria, algo que, según ha señalado el secretario de la sociedad, Ignacio Basurte, es recomendable. No obstante, en algunos casos detrás de la práctica habitual del deporte se "encubren" otros trastornos, como por ejemplo alimenticios, donde el ejercicio se convierte en medida compensatoria para la pérdida de peso y, en ocasiones, deriva en un patrón de conducta anómalo que esconde psicopatología, como ocurre con la vigorexia. "Aunque la mayoría de la población expuesta no desarrolla adicción, si la persona es vulnerable y está diagnosticada de otros trastornos o adicciones la probabilidad aumenta", ha apuntado Szerman. Es el caso de las personas con disforia, rasgos de personalidad obsesivo o con trastornos de alcohol, opioides y tabaco.
El deporte como droga
Muchos autores han asegurado que el deporte produce a nivel cerebral las mismas reacciones que provocan las drogas en el cerebro de los consumidores. En este sentido, el presidente de la SEPD ha reconocido que en personas vulnerables se podría afirmar que se establecen reacciones semejantes. "Hay personas que tienen sistemas y circuitos cerebrales disfuncionales que dan lugar a diferentes síntomas psíquicos como malestar o problemas de relación interpersonal y que mejoran cuando realizan un ejercicio físico intenso", ha apostillado. Sin embargo, también existen terapias para pacientes con patología dual que incluyen la práctica deportiva como parte del tratamiento. "Los modelos neurobiológicos en animales podrían explicar en muchos casos por qué en determinados pacientes con patología dual pueden compensarse o incluso mejorar con la realización de ejercicio físico. A día de hoy sabemos que el deporte es competitivo con el autoconsumo de drogas (que destruye neuronas) y que aumenta la neurogénesis (creación de neuronas)", ha zanjado Basurte.
Fuente:runandwalk.net
En los últimos años se ha incrementado notablemente la asistencia a gimnasios y la realización de deporte de manera rutinaria, algo que, según ha señalado el secretario de la sociedad, Ignacio Basurte, es recomendable. No obstante, en algunos casos detrás de la práctica habitual del deporte se "encubren" otros trastornos, como por ejemplo alimenticios, donde el ejercicio se convierte en medida compensatoria para la pérdida de peso y, en ocasiones, deriva en un patrón de conducta anómalo que esconde psicopatología, como ocurre con la vigorexia. "Aunque la mayoría de la población expuesta no desarrolla adicción, si la persona es vulnerable y está diagnosticada de otros trastornos o adicciones la probabilidad aumenta", ha apuntado Szerman. Es el caso de las personas con disforia, rasgos de personalidad obsesivo o con trastornos de alcohol, opioides y tabaco.
El deporte como droga
Muchos autores han asegurado que el deporte produce a nivel cerebral las mismas reacciones que provocan las drogas en el cerebro de los consumidores. En este sentido, el presidente de la SEPD ha reconocido que en personas vulnerables se podría afirmar que se establecen reacciones semejantes. "Hay personas que tienen sistemas y circuitos cerebrales disfuncionales que dan lugar a diferentes síntomas psíquicos como malestar o problemas de relación interpersonal y que mejoran cuando realizan un ejercicio físico intenso", ha apostillado. Sin embargo, también existen terapias para pacientes con patología dual que incluyen la práctica deportiva como parte del tratamiento. "Los modelos neurobiológicos en animales podrían explicar en muchos casos por qué en determinados pacientes con patología dual pueden compensarse o incluso mejorar con la realización de ejercicio físico. A día de hoy sabemos que el deporte es competitivo con el autoconsumo de drogas (que destruye neuronas) y que aumenta la neurogénesis (creación de neuronas)", ha zanjado Basurte.
Fuente:runandwalk.net
miércoles, 23 de abril de 2014
Las apuestas en internet disparan las adicciones entre los jóvenes valencianos
Los casos de personas que piden ayuda por su dependencia al póquer online y a las competiciones deportivas crece un 20%
La proliferación de máquinas de apuestas y de juegos online se empieza a percibir de un modo negativo en los centros de tratamiento de adicciones de la Comunitat. El número de personas que pide ayuda es cada vez mayor y «puede haber crecido en los últimos meses, como lo han hecho las opciones que existen de jugar tanto en los bares como por Internet».
Consuelo Tomás es psicóloga y responsable del Instituto Valenciano de Ludopatía. «Los datos que tenemos no contemplan todo 2013, pero apuntan a que en los últimos cinco años la demanda de pacientes que vienen por problemas con las apuestas deportivas o el póquer ha aumentado un 20 por ciento, lo que es una barbaridad», desvela para advertir de que ello «no significa que este sea el dato concreto. Estamos hablando de las personas que se tratan, pero las que tienen problemas pueden ser muchas más».
Pese a todo, los expertos también quieren dejar claro que jugar no se traduce imprescindiblemente adicción. Así, el sociólogo y presidente de la Fundación Patim, Francisco López Segarra, explica que igual «que no todos los que beben son alcohólicos, no todos los que juegan van a ser ludópatas». En ese sentido, la investigadora de la UJI, Juana Bretón, añade que la «ludopatía llega cuando existe dependencia y abuso», puesto que se basa «en la pérdida del control de los impulsos» y mientras esto no se produce, «el juego puede ser saludable».
Los jóvenes se han convertido en estos momentos en la principal preocupación de los especialistas en la materia, ya que la cifra de los que llegan a los distintos centros «está aumentado considerablemente en los últimos años. Incluso la de menores», apunta López.
El perfil de los que acuden al Instituto Valenciano es claro: «Todos los que vienen son varones y menores de 35 años», indica su responsable. En la mayoría de los casos cuentan con un sueldo estable, aunque como señala el presidente de Patim, «se vuelven económicamente dependientes. Normalmente el problema lo descubren las familias porque se han pulido todo el dinero del hogar».
MAS adrenalina
En las apuestas, la ludopatía se incrementa porque, como advierte Consuelo Tomás, «el problema es doble. Por un lado, la accesibilidad que se tiene es muy grande porque en cualquier bar puedes encontrar una máquina. Por otro, hay que tener en cuenta que la sociedad se ha transformado, han aparecido las nuevas tecnologías y podemos jugar en cualquier lugar y a cualquier hora».
A todo ello hay que añadir que cuando «se ha apostado se ven los partidos con un nivel de adrenalina mayor, que luego te pide el cuerpo». Además, existen muchas más combinaciones posibles a la hora de poder ganar dinero. «Antes con las quinielas, ponías 1, X o 2 y esperabas». Ahora, se puede elegir quien gana, pero también qué equipo marcará primero, quién marcará los goles o cuál será el resultado en la primera parte de un partido. «Al haber más fracciones a las que apostar, la gente se pica mucho más».
«La persona tiene la creencia errónea de que va a ganar y esto también genera la ludopatía», destaca Tomás. «Al principio se empieza probando. Si gana quiere más, mientras que si pierde necesita recuperarlo. Además, aquí se hace de noche y no se disputa ningún torneo, pero a lo mejor en la otra parte del mundo se está jugando el Open de Australia y la gente puede estar conectada todas las horas que quiera», insiste.
En cuanto al póquer y similares, también existen patrones básicos que empeoran la situación. «La gente cree que es más inteligente que el resto, pero no tiene en cuenta el papel que tiene el azar en todo esto, que es lo importante aquí».
A la hora de analizar y tratar una ludopatía, la representante del Instituto Valenciano explica que influyen tres factores diferentes. «Por un lado, encontramos los personales. La persona en cuestión se aburre o tiene problemas y decide jugar como modo de distracción o vía de escape». En cuanto a los familiares, encontramos el hecho de que será «más fácil que el niño acabe jugando si ve ese tipo de comportamiento en sus mayores». Y por último, existen las cuestiones socioambientales. «Que tiene que ver con que exista mayor accesibilidad».
Nuevo Cliente
Por su parte, López Segarra completa el análisis asegurando que todo lo online está creando «un nuevo tipo de pacientes» en los centros. «Sólo hay que fijarse, que es a lo que nos dedicamos los sociólogos, para darse cuenta de que los casinos y los bingos siguen ahí y sus clientes todavía acuden, pero se ha generado un nuevo público que ha cambiado la modalidad de los juego. En este caso, hacia el póquer o las apuestas deportivas».
Fuente:lasprovincias.es
La proliferación de máquinas de apuestas y de juegos online se empieza a percibir de un modo negativo en los centros de tratamiento de adicciones de la Comunitat. El número de personas que pide ayuda es cada vez mayor y «puede haber crecido en los últimos meses, como lo han hecho las opciones que existen de jugar tanto en los bares como por Internet».
Consuelo Tomás es psicóloga y responsable del Instituto Valenciano de Ludopatía. «Los datos que tenemos no contemplan todo 2013, pero apuntan a que en los últimos cinco años la demanda de pacientes que vienen por problemas con las apuestas deportivas o el póquer ha aumentado un 20 por ciento, lo que es una barbaridad», desvela para advertir de que ello «no significa que este sea el dato concreto. Estamos hablando de las personas que se tratan, pero las que tienen problemas pueden ser muchas más».
Pese a todo, los expertos también quieren dejar claro que jugar no se traduce imprescindiblemente adicción. Así, el sociólogo y presidente de la Fundación Patim, Francisco López Segarra, explica que igual «que no todos los que beben son alcohólicos, no todos los que juegan van a ser ludópatas». En ese sentido, la investigadora de la UJI, Juana Bretón, añade que la «ludopatía llega cuando existe dependencia y abuso», puesto que se basa «en la pérdida del control de los impulsos» y mientras esto no se produce, «el juego puede ser saludable».
Los jóvenes se han convertido en estos momentos en la principal preocupación de los especialistas en la materia, ya que la cifra de los que llegan a los distintos centros «está aumentado considerablemente en los últimos años. Incluso la de menores», apunta López.
El perfil de los que acuden al Instituto Valenciano es claro: «Todos los que vienen son varones y menores de 35 años», indica su responsable. En la mayoría de los casos cuentan con un sueldo estable, aunque como señala el presidente de Patim, «se vuelven económicamente dependientes. Normalmente el problema lo descubren las familias porque se han pulido todo el dinero del hogar».
MAS adrenalina
En las apuestas, la ludopatía se incrementa porque, como advierte Consuelo Tomás, «el problema es doble. Por un lado, la accesibilidad que se tiene es muy grande porque en cualquier bar puedes encontrar una máquina. Por otro, hay que tener en cuenta que la sociedad se ha transformado, han aparecido las nuevas tecnologías y podemos jugar en cualquier lugar y a cualquier hora».
A todo ello hay que añadir que cuando «se ha apostado se ven los partidos con un nivel de adrenalina mayor, que luego te pide el cuerpo». Además, existen muchas más combinaciones posibles a la hora de poder ganar dinero. «Antes con las quinielas, ponías 1, X o 2 y esperabas». Ahora, se puede elegir quien gana, pero también qué equipo marcará primero, quién marcará los goles o cuál será el resultado en la primera parte de un partido. «Al haber más fracciones a las que apostar, la gente se pica mucho más».
«La persona tiene la creencia errónea de que va a ganar y esto también genera la ludopatía», destaca Tomás. «Al principio se empieza probando. Si gana quiere más, mientras que si pierde necesita recuperarlo. Además, aquí se hace de noche y no se disputa ningún torneo, pero a lo mejor en la otra parte del mundo se está jugando el Open de Australia y la gente puede estar conectada todas las horas que quiera», insiste.
En cuanto al póquer y similares, también existen patrones básicos que empeoran la situación. «La gente cree que es más inteligente que el resto, pero no tiene en cuenta el papel que tiene el azar en todo esto, que es lo importante aquí».
A la hora de analizar y tratar una ludopatía, la representante del Instituto Valenciano explica que influyen tres factores diferentes. «Por un lado, encontramos los personales. La persona en cuestión se aburre o tiene problemas y decide jugar como modo de distracción o vía de escape». En cuanto a los familiares, encontramos el hecho de que será «más fácil que el niño acabe jugando si ve ese tipo de comportamiento en sus mayores». Y por último, existen las cuestiones socioambientales. «Que tiene que ver con que exista mayor accesibilidad».
Nuevo Cliente
Por su parte, López Segarra completa el análisis asegurando que todo lo online está creando «un nuevo tipo de pacientes» en los centros. «Sólo hay que fijarse, que es a lo que nos dedicamos los sociólogos, para darse cuenta de que los casinos y los bingos siguen ahí y sus clientes todavía acuden, pero se ha generado un nuevo público que ha cambiado la modalidad de los juego. En este caso, hacia el póquer o las apuestas deportivas».
Fuente:lasprovincias.es
martes, 15 de abril de 2014
Trastorno Obsesivo Compulsivo
En el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), las personas suelen sufrir mucho, ya que sienten que no tienen el dominio de su mente. Las obsesiones se caracterizan por ser imágenes, impulsos o pensamientos que vuelven a la mente una y otra vez, sin poderse librar de ello; son intrusos y producen mucha ansiedad y malestar.
Los contenidos de esas ideas, imágenes o impulsos no tienen por qué estar relacionados con la vida cotidiana del sujeto. Se le imponen hasta tal punto que la persona trata de librarse de ellos por todos los medios, incluso tratando de sustituirlos por gestos, acciones...sí reconoce que son elaboraciones de su propia mente, que no son reales y sufre y se angustia al no tener poder sobre ellos.
En los estudiantes estos procesos les causan un gran drama, ya que necesitan su mente libre para concentrarse y estudiar, y no pueden dirigirla, se sienten desbordados. En las compulsiones lo que ocurre es que el sujeto realiza conductas repetitivas, tocar ciertos objetos, comprobaciones, gestos, lavarse las manos, una serie de rituales para librarse de la angustia de los pensamientos repetitivos.
Las acciones también pueden ser mentales, decir frases, rezar, repetir unas claves. Y todo ello lo suele organizar bajo un esquema de normas rígidas que diseña. Como ejemplo, las compulsiones de alguna persona, como tocar esquinas de las mesas varias veces antes de estudiar. Otra persona subía los últimos escalones y bajarlos tres veces; otra, cada vez que pasaba por alguna iglesia tenía que entrar y dejar dinero, de lo contrario se sentía fatal. Y por ello tenía que marcarse con antelación el recorrido por calles que no tuvieran iglesias... O estar cinco minutos botando con pelotas de tenis antes de estudiar... En general, las compulsiones aunque las utilizan para neutralizar o reducir malestar mental, por algún asunto temido, no guardan ninguna lógica, no tienen nada que ver y algunas veces son muy exageradas.
Tanto las obsesiones como las compulsiones se imponen al sujeto, que acaba siendo esclavo de ellas. Sabe que son cuestiones que le monta su mente y que no puede resolver, sufre porque le interfieren tanto en su vida diaria, que pierde tiempo, y le pueden traer problemas, familiares, sociales, trabajo, etc?En muchas ocasiones piensan que se pueden estar volviendo locos, al reconocer que no tiene sentido todo ese montaje en su vida. Las compulsiones que más predominan son los rituales de limpieza (51%), a veces encadenados y larguísimos, limpiando todo y con mucho cuidado por la posible contaminación. Los de repetición (40%), en los cuales a veces tienen que cumplir una secuencia repetitiva compleja, y esto les complica la vida por el tiempo que les lleva, o volver a empezar si creen que no está perfecta. Los rituales de comprobación (38%), vuelven a casa a ver si cerraron bien la puerta, o al coche, o si apagaron la luz. A veces saben que sí cerraron, dudan y vuelven de nuevo para quedar más tranquilos. Rituales de acumulación (2%), aquí tienden a acumular y coleccionar multitud de objetos, unos más servibles o más valiosos que otros, son coleccionistas, y deshacerse de algunos de ellos les cuesta muchísimo, indecisos, sufren bastante. Los rituales de orden (9%), se alteran al ver algo fuera del sitio habitual, y pueden dedicar mucho tiempo a colocar todo. Otro tipo de obsesión es la lentitud para llevar a cabo algunas tareas del día a día, comer, hábitos de higiene, a cámara lenta. Este tipo de vidas con la enfermedad del trastorno obsesivo-compulsivo, hoy en día tienen solución acudiendo a terapia psicológica, y cuanto antes mejor. A la larga puede desestabilizar sus vidas de forma considerable llegando a tener problemas serios. Incluso a veces tener que dejar estudios y carrera por la imposibilidad para concentrarse. Y otras veces se deprimen al observar el escaso rendimiento, con tantos rituales y fórmulas que tienen que hacer para cada actividad diaria.
Fuente:farodevigo.es
Los contenidos de esas ideas, imágenes o impulsos no tienen por qué estar relacionados con la vida cotidiana del sujeto. Se le imponen hasta tal punto que la persona trata de librarse de ellos por todos los medios, incluso tratando de sustituirlos por gestos, acciones...sí reconoce que son elaboraciones de su propia mente, que no son reales y sufre y se angustia al no tener poder sobre ellos.
En los estudiantes estos procesos les causan un gran drama, ya que necesitan su mente libre para concentrarse y estudiar, y no pueden dirigirla, se sienten desbordados. En las compulsiones lo que ocurre es que el sujeto realiza conductas repetitivas, tocar ciertos objetos, comprobaciones, gestos, lavarse las manos, una serie de rituales para librarse de la angustia de los pensamientos repetitivos.
Las acciones también pueden ser mentales, decir frases, rezar, repetir unas claves. Y todo ello lo suele organizar bajo un esquema de normas rígidas que diseña. Como ejemplo, las compulsiones de alguna persona, como tocar esquinas de las mesas varias veces antes de estudiar. Otra persona subía los últimos escalones y bajarlos tres veces; otra, cada vez que pasaba por alguna iglesia tenía que entrar y dejar dinero, de lo contrario se sentía fatal. Y por ello tenía que marcarse con antelación el recorrido por calles que no tuvieran iglesias... O estar cinco minutos botando con pelotas de tenis antes de estudiar... En general, las compulsiones aunque las utilizan para neutralizar o reducir malestar mental, por algún asunto temido, no guardan ninguna lógica, no tienen nada que ver y algunas veces son muy exageradas.
Tanto las obsesiones como las compulsiones se imponen al sujeto, que acaba siendo esclavo de ellas. Sabe que son cuestiones que le monta su mente y que no puede resolver, sufre porque le interfieren tanto en su vida diaria, que pierde tiempo, y le pueden traer problemas, familiares, sociales, trabajo, etc?En muchas ocasiones piensan que se pueden estar volviendo locos, al reconocer que no tiene sentido todo ese montaje en su vida. Las compulsiones que más predominan son los rituales de limpieza (51%), a veces encadenados y larguísimos, limpiando todo y con mucho cuidado por la posible contaminación. Los de repetición (40%), en los cuales a veces tienen que cumplir una secuencia repetitiva compleja, y esto les complica la vida por el tiempo que les lleva, o volver a empezar si creen que no está perfecta. Los rituales de comprobación (38%), vuelven a casa a ver si cerraron bien la puerta, o al coche, o si apagaron la luz. A veces saben que sí cerraron, dudan y vuelven de nuevo para quedar más tranquilos. Rituales de acumulación (2%), aquí tienden a acumular y coleccionar multitud de objetos, unos más servibles o más valiosos que otros, son coleccionistas, y deshacerse de algunos de ellos les cuesta muchísimo, indecisos, sufren bastante. Los rituales de orden (9%), se alteran al ver algo fuera del sitio habitual, y pueden dedicar mucho tiempo a colocar todo. Otro tipo de obsesión es la lentitud para llevar a cabo algunas tareas del día a día, comer, hábitos de higiene, a cámara lenta. Este tipo de vidas con la enfermedad del trastorno obsesivo-compulsivo, hoy en día tienen solución acudiendo a terapia psicológica, y cuanto antes mejor. A la larga puede desestabilizar sus vidas de forma considerable llegando a tener problemas serios. Incluso a veces tener que dejar estudios y carrera por la imposibilidad para concentrarse. Y otras veces se deprimen al observar el escaso rendimiento, con tantos rituales y fórmulas que tienen que hacer para cada actividad diaria.
Fuente:farodevigo.es
viernes, 11 de abril de 2014
El estrés es el factor que más influye en la aparición de la migraña
Un amplio estudio realizado por neurólogos españoles ha identificado los principales factores que influyen a la hora de desencadenar la migraña, siendo el estrés el agente que más afecta a la hora de desarrollarla, ya que se ha observado su relación en el 68,9 por ciento de los pacientes.
La falta del sueño, identificada en el 50,2 por ciento de los casos, también tiene un papel relevante en el origen de la migraña, al igual que la menstruación (cuando existen crisis fuera de la misma) con un 40,7 por ciento y los cambios de tiempo atmosférico que afecta al 37,4 por ciento.
La investigación, en la que han participado 70 neurólogos españoles dirigidos por los doctores Jesús Porta-Etessam y Valentín Mateos, responsables de la Unidad Integral de Neurología de la Clínica La Luz de Madrid, ha acabado con la idea extendida de que la dieta podría ser uno de los elementos que más influyen en la aparición del dolor de cabeza.
Identificar los factores que la desencadenan es importante porque, como explica el doctor Porta-Etessam, “aportan información sobre la fisiopatología de la migraña (ver de qué forma influyen los cambios ambientales o los cambios del patrón de sueño podría indicar una participación hipotalámica)”. Además, añade, “indican lo erróneo de mitos como que la migraña es por problemas con alimentos, cuando este factor aparece en menos de un 20 por ciento de los casos”.
La investigación, realizada a partir de datos procedentes de más de 300 crisis de migraña, muestra que tampoco es desdeñable la influencia de la ingesta de alcohol, que se considera un factor de riesgo importante en uno de cada cuatro migrañosos (24,6%), así como una dieta rica en alimentos procesados y con presencia de aditivos como el glutamato, la tiramina o los nitratos (18%).
Los cambios en la rutina también tienen incidencia en un importante número de personas que padecen esta enfermedad, que afecta sobre todo a mujeres (en una proporción de tres a uno sobre los varones). Así, el estudio identifica que el cambio de ritmo propio de los fines de semana incide en la aparición de jaqueca en el 17,7% de los casos, al igual que los viajes, que tienen influencia en el 11,8% de los casos.
Existen otros factores descritos cuya influencia sin embargo es menor, tales como determinados olores (7,2%), la menstruación (cuando provoca crisis exclusivamente en el marco de este proceso biológico de la mujer), con un 6,6%; el tabaquismo (5,9%) y algunos tratamientos con fármacos (2%).
Estos datos han mostrado una “radiografía de los pacientes migrañosos españoles”, afirma el doctor Porta-Etessam quien cree que estos resultados, “puede ayudar a decidir los tratamientos más adecuados” en la migraña, una enfermedad que afecta de forma esporádica a 3,5 millones de personas en España y de manera crónica a un millón.
ENFERMEDADES ASOCIADOS
Al margen de esta investigación, el estudio ha permitido a los especialistas identificar además aquellas enfermedades concomitantes que mayor influencia pueden tener en la aparición de este tipo de dolor de cabeza. En este sentido, parece claro que los individuos que sufren una patología de salud mental tienen un mayor riesgo, pues el 12,1 por ciento de los migrañosos tienen al mismo tiempo alguna enfermedad psiquiátrica -como la ansiedad o la depresión, en la mayoría de las ocasiones-.
Acto seguido aparece un grupo de enfermedades que afectan con cierta frecuencia y de forma simultánea a las personas con migraña. Se trata de las enfermedades digestivas (que sufre un 4,9% del total de afectados por jaqueca), dermatológicas (3,9%), respiratorias (3,6%), neurológicas (3,6%), cardiovasculares (3,6%), ginecológicas (3,3%) y reumatológicas (3%), entre otras.
Con estos datos encima de la mesa, el doctor Valentín Mateos considera que “como siempre en Medicina, al paciente hay que valorarlo en su conjunto”. Así, añade, “la existencia de problemas médicos asociados puede ser decisiva a la hora de elegir el tratamiento de elección para un paciente dado, bien porque se aproveche la ocasión para utilizar un fármaco que pueda ser útil para dos problemas, bien porque se evite la utilización de otros que puedan conllevar el empeoramiento de la patología concomitante o que puedan, incluso, estar contraindicados”.
Fuente:europapress
La falta del sueño, identificada en el 50,2 por ciento de los casos, también tiene un papel relevante en el origen de la migraña, al igual que la menstruación (cuando existen crisis fuera de la misma) con un 40,7 por ciento y los cambios de tiempo atmosférico que afecta al 37,4 por ciento.
La investigación, en la que han participado 70 neurólogos españoles dirigidos por los doctores Jesús Porta-Etessam y Valentín Mateos, responsables de la Unidad Integral de Neurología de la Clínica La Luz de Madrid, ha acabado con la idea extendida de que la dieta podría ser uno de los elementos que más influyen en la aparición del dolor de cabeza.
Identificar los factores que la desencadenan es importante porque, como explica el doctor Porta-Etessam, “aportan información sobre la fisiopatología de la migraña (ver de qué forma influyen los cambios ambientales o los cambios del patrón de sueño podría indicar una participación hipotalámica)”. Además, añade, “indican lo erróneo de mitos como que la migraña es por problemas con alimentos, cuando este factor aparece en menos de un 20 por ciento de los casos”.
La investigación, realizada a partir de datos procedentes de más de 300 crisis de migraña, muestra que tampoco es desdeñable la influencia de la ingesta de alcohol, que se considera un factor de riesgo importante en uno de cada cuatro migrañosos (24,6%), así como una dieta rica en alimentos procesados y con presencia de aditivos como el glutamato, la tiramina o los nitratos (18%).
Los cambios en la rutina también tienen incidencia en un importante número de personas que padecen esta enfermedad, que afecta sobre todo a mujeres (en una proporción de tres a uno sobre los varones). Así, el estudio identifica que el cambio de ritmo propio de los fines de semana incide en la aparición de jaqueca en el 17,7% de los casos, al igual que los viajes, que tienen influencia en el 11,8% de los casos.
Existen otros factores descritos cuya influencia sin embargo es menor, tales como determinados olores (7,2%), la menstruación (cuando provoca crisis exclusivamente en el marco de este proceso biológico de la mujer), con un 6,6%; el tabaquismo (5,9%) y algunos tratamientos con fármacos (2%).
Estos datos han mostrado una “radiografía de los pacientes migrañosos españoles”, afirma el doctor Porta-Etessam quien cree que estos resultados, “puede ayudar a decidir los tratamientos más adecuados” en la migraña, una enfermedad que afecta de forma esporádica a 3,5 millones de personas en España y de manera crónica a un millón.
ENFERMEDADES ASOCIADOS
Al margen de esta investigación, el estudio ha permitido a los especialistas identificar además aquellas enfermedades concomitantes que mayor influencia pueden tener en la aparición de este tipo de dolor de cabeza. En este sentido, parece claro que los individuos que sufren una patología de salud mental tienen un mayor riesgo, pues el 12,1 por ciento de los migrañosos tienen al mismo tiempo alguna enfermedad psiquiátrica -como la ansiedad o la depresión, en la mayoría de las ocasiones-.
Acto seguido aparece un grupo de enfermedades que afectan con cierta frecuencia y de forma simultánea a las personas con migraña. Se trata de las enfermedades digestivas (que sufre un 4,9% del total de afectados por jaqueca), dermatológicas (3,9%), respiratorias (3,6%), neurológicas (3,6%), cardiovasculares (3,6%), ginecológicas (3,3%) y reumatológicas (3%), entre otras.
Con estos datos encima de la mesa, el doctor Valentín Mateos considera que “como siempre en Medicina, al paciente hay que valorarlo en su conjunto”. Así, añade, “la existencia de problemas médicos asociados puede ser decisiva a la hora de elegir el tratamiento de elección para un paciente dado, bien porque se aproveche la ocasión para utilizar un fármaco que pueda ser útil para dos problemas, bien porque se evite la utilización de otros que puedan conllevar el empeoramiento de la patología concomitante o que puedan, incluso, estar contraindicados”.
Fuente:europapress
Terapias para aprender a aceptar la insatisfacción con la imagen
Hoy tenemos más motivos que nunca para sentirnos a disgusto con nuestro cuerpo. La sociedad de la imagen, la globalización, la publicidad, las nuevas tecnologías, hacen muy difícil vivir al margen de los modelos de belleza dominantes, independientemente del sexo y la edad. La expectativa de conseguir logros rápidamente y sin esfuerzo (“adelgaza rápido y sin pasar hambre”) se extiende también en el terreno de la imagen corporal.
Las intervenciones psicológicas basadas en la evidencia más extendidas hoy día en el campo de los trastornos de la alimentación, las terapias cognitivo-conductuales, se orientan fundamentalmente al control del malestar y los pensamientos negativos. Estas terapias utilizan estrategias dirigidas a disminuir la ansiedad y los sentimientos de tipo depresivo, y a modificar las ideas irracionales que pueden mostrar las personas con desórdenes alimentarios (“si estoy gorda, nadie me querrá”).
Una nueva generación de terapias está demostrando su efectividad en el ámbito de la psicología clínica y de la salud. La primera aplicación en la que demostraron su eficacia fue en el dolor crónico. Un reciente artículo publicado por Lance McCracken, de la Universidad King’s College de Londres y Francisco Montesinos, de la Universidad Europea de Madrid y terapeuta de www.institutoact.es titulado “Tendencias actuales y futuras en psicología y dolor crónico: ¿es hora de cambiar?” que acaba de ser publicado en la revista “Pain Management”, está propugnando un cambio de rumbo frente a los tratamientos psicológicos tradicionales. En el caso del dolor, hay evidencias de que con los pacientes que tienen su vida paralizada por causa de un dolor muy intenso que no responde a los tratamientos médicos, puede ser más efectivo centrarse en la acción y en el presente, en lugar de en la distracción o reducción de la percepción o del dolor, y de la modificación de pensamientos catastrofistas, y propone usar técnicas de “mindfulness” o “conciencia plena” para aprender a vivir con dolor y ser más flexible a la hora de afrontar los retos de la vida a pesar de la presencia del dolor.
Este mismo enfoque ha sido propuesto y está siendo investigado en el abordaje de la anorexia nerviosa, la bulimia, la obesidad y la insatisfacción corporal. Existen datos reveladores que muestran que el control de los “food cravings” (algo así como “ansia” por comer) puede producir efectos rebote, esto es, tratar de no sentir ansia lleva a sentir más ansia y a terminar comiendo más. Las nuevas terapias, entre las que destacan la llamada Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) proponen la aceptación de pensamientos, sentimientos y emociones en lugar de su control. Por ejemplo, plantean que si no puedes cambiar la percepción de insatisfacción con tu cuerpo, puedes aprender a vivir con la insatisfacción y comenzar a luchar por las metas que te ayudarán a tener una vida plena. Si el miedo del paciente a engordar tiene que ver con la preocupación por el rechazo, la terapia se centra en mejorar la satisfacción con las relaciones sociales independientemente de que el paciente sienta o no insatisfacción con su cuerpo. Si las conductas purgativas están orientadas a reducir la insatisfacción, quizás la alternativa más saludable sea aprender a aceptar el miedo a engordar en lugar de dejarse llevar por él y provocarse el vómito. Si una persona obesa está centrada todo el tiempo en controlar sus sensaciones de hambre y su malestar emocional por medio de la comida, enseñémosle a vivir con sensaciones de hambre o con ansiedad sin dejarse arrastrar por la comida mientras orienta sus esfuerzos en mejorar su vida y en cuidar su salud, su alimentación y sus hábitos saludables. Habrá que estar atentos a la investigación en los próximos años para comprobar el alcance del cambio que parece avecinarse.
Fuente:nutricionenlauem.worpress.com
Las intervenciones psicológicas basadas en la evidencia más extendidas hoy día en el campo de los trastornos de la alimentación, las terapias cognitivo-conductuales, se orientan fundamentalmente al control del malestar y los pensamientos negativos. Estas terapias utilizan estrategias dirigidas a disminuir la ansiedad y los sentimientos de tipo depresivo, y a modificar las ideas irracionales que pueden mostrar las personas con desórdenes alimentarios (“si estoy gorda, nadie me querrá”).
Una nueva generación de terapias está demostrando su efectividad en el ámbito de la psicología clínica y de la salud. La primera aplicación en la que demostraron su eficacia fue en el dolor crónico. Un reciente artículo publicado por Lance McCracken, de la Universidad King’s College de Londres y Francisco Montesinos, de la Universidad Europea de Madrid y terapeuta de www.institutoact.es titulado “Tendencias actuales y futuras en psicología y dolor crónico: ¿es hora de cambiar?” que acaba de ser publicado en la revista “Pain Management”, está propugnando un cambio de rumbo frente a los tratamientos psicológicos tradicionales. En el caso del dolor, hay evidencias de que con los pacientes que tienen su vida paralizada por causa de un dolor muy intenso que no responde a los tratamientos médicos, puede ser más efectivo centrarse en la acción y en el presente, en lugar de en la distracción o reducción de la percepción o del dolor, y de la modificación de pensamientos catastrofistas, y propone usar técnicas de “mindfulness” o “conciencia plena” para aprender a vivir con dolor y ser más flexible a la hora de afrontar los retos de la vida a pesar de la presencia del dolor.
Este mismo enfoque ha sido propuesto y está siendo investigado en el abordaje de la anorexia nerviosa, la bulimia, la obesidad y la insatisfacción corporal. Existen datos reveladores que muestran que el control de los “food cravings” (algo así como “ansia” por comer) puede producir efectos rebote, esto es, tratar de no sentir ansia lleva a sentir más ansia y a terminar comiendo más. Las nuevas terapias, entre las que destacan la llamada Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) proponen la aceptación de pensamientos, sentimientos y emociones en lugar de su control. Por ejemplo, plantean que si no puedes cambiar la percepción de insatisfacción con tu cuerpo, puedes aprender a vivir con la insatisfacción y comenzar a luchar por las metas que te ayudarán a tener una vida plena. Si el miedo del paciente a engordar tiene que ver con la preocupación por el rechazo, la terapia se centra en mejorar la satisfacción con las relaciones sociales independientemente de que el paciente sienta o no insatisfacción con su cuerpo. Si las conductas purgativas están orientadas a reducir la insatisfacción, quizás la alternativa más saludable sea aprender a aceptar el miedo a engordar en lugar de dejarse llevar por él y provocarse el vómito. Si una persona obesa está centrada todo el tiempo en controlar sus sensaciones de hambre y su malestar emocional por medio de la comida, enseñémosle a vivir con sensaciones de hambre o con ansiedad sin dejarse arrastrar por la comida mientras orienta sus esfuerzos en mejorar su vida y en cuidar su salud, su alimentación y sus hábitos saludables. Habrá que estar atentos a la investigación en los próximos años para comprobar el alcance del cambio que parece avecinarse.
Fuente:nutricionenlauem.worpress.com
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